Culturas
La cultura que nos dejó el Muro

Pocas ciudades pueden presumir de tener la oferta cultural de Berlín: no solo es un imán para miles de artistas, sino para los aficionados al arte. Buena parte de la riqueza cultural de la ciudad es difícil de entender sin el Muro.

Berlín - 4
"Esta es nuestra casa" o "Fuera especuladores". Pintadas contra la especulación en la ciudad. Álvaro Minguito
8 nov 2019 06:00

“Berlín ya no es lo que era” es una frase recurrente entre quienes vivimos en la ciudad. Se la escucharás a quien ha nacido aquí, a quien lleva dos años y a quien lleva una década. Pero aunque la ciudad se está gentrificando a marchas forzadas —los alquileres están subiendo más rápidamente que en cualquier otra ciudad alemana, los sueldos no— y desde todos los frentes se está haciendo un esfuerzo porque se convierta en una capital a la altura de Londres o París, lo cierto es que la capital alemana, afortunadamente, aún conserva ese espíritu de “vive y deja vivir” y una vida cultural única.

Cuando se habla de Berlín, casi todos piensan en clubes como Berghain (al que muchos llaman el Templo) o Tresor. La adopción del techno de Detroit en la capital alemana y su conversión en un reclamo turístico para el resto del planeta, Love Parade mediante, está más que documentada en libros como Der Klang Der Familie de Felix Denk y Sven von Thülen o en Lost and Sound: Berlin, Techno und der easyJet set de Tobias Rapp, pero rara vez se menciona la gran cantidad de teatros, cines de barrio, conciertos y exposiciones que se pueden disfrutar cada semana.

Berlín - 7 East Side Gallery
East Side Gallery, galería de arte al aire libre sobre el lado este del muro de Berlín. Álvaro Minguito

En Berlín las películas aguantan meses en cartelera, los cines de verano se llenan hasta entre semana, puedes ver una nueva exposición cada día y aún es posible descubrir espacios en los que lo mismo puedes jugar al billar que ver una película, un concierto o una obra de teatro, como sucede por ejemplo en el Kulturfabrik de Moabit, un edificio ocupado tras la caída del Muro y que se ha convertido en uno de los ejes de la vida social de uno de los pocos barrios por el que aún no ha pasado el rodillo gentrificador: “A principios de los años 90, todo el mundo se fijaba en el este y se iba allí”, explica Stefan ‘Django’ Fürstenau, uno de los presidentes de Kulturfabrik, “y el oeste no estaba en el foco de la policía ni del gobierno, así que era fácil hacer cosas aquí. También era posible tener apoyo [vecinal], así que decidimos okupar el edificio”.

Lo que empezó como un pequeño café en el que organizaban exposiciones se fue expandiendo planta por planta, y gracias a la connivencia de los vecinos llegaron a hacerse con el edificio completo: ahora ya no se limitan a montar exposiciones, sino que tienen un cine de verano en el que se paga la voluntad y hasta organizan talleres para niños.

La caída del Muro provocó un momento único e histórico en el que todo era posible, hasta reinventar la ciudad: “Cuando el muro cayó había mucho optimismo, mucha gente del oeste fue al este porque había muchos sótanos vacíos, casas vacías, pisos vacíos, fábricas… Podías hacer cualquier cosa. Es la misma época en que se fundó Tacheles y fue un momento único para hacer de todo. Mucha gente se iba al este porque no necesitabas dinero para hacer algo allí y era antes de que hubiera internet y toda la información sobre los nuevos clubes se lograba a través de flyers y tenías que acercarte para ver de qué iba, era muy divertido”.

Berlín - 8 Tacheles
Escaleras del edificio okupado Tacheles (Berlín), antes de su cierre definitivo en 2012. Álvaro Minguito

Encontrarse con tanto espacio vacío inoculó en los berlineses la idea de que todo podía ser reconvertido: hasta no hace tanto, una antigua piscina municipal era una de las pistas de baile de referencia en la ciudad, un antiguo crematorio alberga ahora galerías de arte, oficinas y una sala de conciertos en Wedding y muchos cementerios tienen cafeterías al aire libre y hasta columpios para niños.

La función de los espacios no es sagrada, y la inclusión de un edificio en la lista de lugares históricos de la ciudad los protege de la especulación inmobiliaria: la prisión de la Stasi se ha convertido en un museo del que los propios presos son los guías, una iglesia medio destruida por las bombas junto a Alexanderplatz acoge ahora conciertos, la antigua estación de espionaje de la NSA en Grünewald hace ahora las veces de mirador, galería de grafiti y terraza en la que tomarse una cerveza (aunque los aficionados al urbex hayan perdido un lugar de peregrinaje) y uno de los parque más importantes de Berlín es el antiguo aeropuerto de Tempelhof, por cuyas pistas “despegan” ahora ciclistas y skaters con cometas.

La ópera como arma política

Berlín no vive únicamente de techno, grafitis y espacios okupados: la división de la ciudad convirtió la ópera en un instrumento político. Aunque la Deutsche Oper se inauguró en 1961 (el mismo año que se levantó el Muro), su construcción estaba prevista con anterioridad. Jörg Königsdorf, director dramático del teatro, explica que “desde el principio estaba claro que esto era una demostración de poder y de que Alemania Occidental no iba a abandonar Berlín occidental, especialmente porque la historia de Berlín siempre había tenido reyes, gobiernos… y todo eso había desaparecido, así que los ciudadanos necesitaban algo que los representara, un lugar al que ir y poder demostrar quiénes eran y que la sociedad aún funcionaba, y esa era una de las misiones de la Deutsche Oper. Tenía invitados muy importantes, aquí podían venir los reyes o presidentes de gobierno”. Al ser un arma política, “se invirtió mucho dinero y se trajo a los mejores cantantes: Domingo, Pavarotti… cantaban cada noche, y los mejores tenores del mundo no venían aquí por motivos políticos, sino porque se les pagaba bien”.

Muro de Berlin - 1

Al caer el Muro, se encontraron con una ciudad que tenía no una, sino tres óperas: la Komische, la Staatsoper y la Deutsche. Durante unos años se temió por su supervivencia, pero con el tiempo cada una ha logrado encontrar su hueco y la Deutsche sigue siendo la favorita de los berlineses del oeste, cuyos gustos y bagaje cultural aún provocan anécdotas que nos hablan de una división de la ciudad más sutil pero aún perceptible: este año se representa por primera vez una obra con montaje del enfant terrible de los escenarios de la antigua RDA, Frank Castorf cuya interpretación de La fuerza del destino de Verdi provocó abucheos, gritos y hasta portazos durante la representación: “Yo pensaba que después de 30 años esto ya no tenía relevancia”, comenta Königsdorf, “pero la reacción del público es como una herida, que está curada, pero que aún mantiene una cicatriz, y la gente enseguida piensa en cuánto dolió hace 30 años”.

Königsdorf también señala el Muro como un elemento clave para entender la idiosincrasia de la ciudad: a la riqueza cultural de Berlín este (“todos los escritores importantes y los directores de escena que pudieron desarrollar su estilo en los años 80 en la RDA se convirtieron en una gran influencia más tarde para Alemania”) se unía que “en Berlín Oeste, por el mero hecho de venir aquí cuando eras un hombre joven, no tenías que hacer el servicio militar, así que era algo muy atractivo para gente joven y creativa”.

La caída del Muro permitió que ambas culturas entrasen en contacto en una ciudad de la que huyeron los ricos para “construirse casas en el campo, así que en los años 90 la ciudad estaba algo vacía y había más espacio para la gente creativa”. El resto, es historia.

Arquivado en: Alemania Culturas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Periodismo
Maruja Torres “En la izquierda tenemos afición por automutilarnos”
A sus 81 años, Maruja Torres sigue siendo referencia indiscutible en el periodismo por su mirada aguda e independiente. Autora de varios libros, se declara políticamente “socialdemócrata radical” y es muy activa en redes sociales.
A Catapulta
A Catapulta Á dignidade polo camiño da excelencia
Yolanda Castaño visita A Catapulta para conversar sobre a súa profesión: a poesía
Memoria histórica
Memoria histórica Cultura, exilio e loita das bibliotecarias galegas na Segunda República: a vida de María de los Ángeles Tobío
Durante os primeiros anos trinta, as bibliotecas tornaron en espazos de traballo ideais para un modelo de muller que aspiraba ser independente e que manifestara un claro compromiso político. A Guerra Civil remataría con todas as súas aspiracións.
Xunta de Galicia
Sanidade A Xunta de Feijóo, condenada por negar as visitas a unha muller falecida de cancro por ter covid-19
A xuíza di que a situación requiriu medidas de prevención “flexibilizadoras”. Faleceu a principios de 2022 no Hospital Álvaro Cunqueiro durante os últimos meses de administración do xefe do PP con Julio García Comesaña como conselleiro.
Madrid
La burbuja del alquiler Sumar, Podemos y sindicatos de inquilinos presionan para convertir en indefinidos los contratos de alquiler
Sumar lanza una propuesta legislativa para transformar en indefinidos los contratos de alquiler, una de las principales demandas de la manifestación por la vivienda del 5 de abril. Una moción de Podemos, rechazada en el Congreso, pedía lo mismo.
Cine
Kamal Aljafari “Palestina está en la raíz de la situación actual del mundo”
Kamal Aljafari lleva toda su carrera trabajando con materiales de archivo, indagando en las imágenes e interviniendo en ellas para preservar memorias en desaparición y para oponerse al proyecto colonial sionista y su falseamiento del pasado.

Últimas

Historia
Descifrando a historia Así foi a rebelión antifiscal galega de 1790 contra a burocracia española
A monarquía española quixo implantar a Contribución Única, algo que provocou fortes protestas. A máis coñecida foi o motín da Ulloa, chamado así porque se produciu nas zonas desta comarca. Foi a maior revolta antifiscal do Antigo Réxime en Galiza.
Opinión
Opinión ¡Que vivan los aranceles!
Que Trump propugne aranceles no debe hacernos caer en la trampa de defender los intereses de los grandes oligopolios.
Paterna
Paterna Vandalizan el muro de Paterna donde el franquismo fusiló a 2.238 personas
El paredón amaneció este viernes con grandes letras pintadas con spray negro donde se podía leer “Sagredo eres maricón y tarado”, en referencia al alcalde del municipio.
Más noticias
Opinión
Derecho a la vivienda Flex Living: el caballo de Troya de la precarización del alquiler
No es una respuesta moderna a las nuevas formas de habitar la ciudad. El ‘flex living’ no es más que la última jugada del sector inmobiliario y los grandes fondos de inversión para maximizar beneficios a costa del derecho a la vivienda.
Opinión
Opinión La unidad del anarcosindicalismo es la acción conjunta
Al hilo de supuestos movimientos desde la CGT hacia la unificación con CNT es necesario diferenciar entre lo que es una relación en clara mejora y lo que sería un proyecto real en marcha.
Galicia
Memoria histórica Cultura, exilio y lucha de las bibliotecarias gallegas durante la Segunda República
Durante los primeros años treinta, las bibliotecas se convirtieron en espacios de trabajo ideales para un modelo de mujer que aspiraba ser independiente y que había manifestado un claro compromiso político. La Guerra acabó con todas sus aspiraciones.

Recomendadas

Líbano
Ocupación israelí Israel incumple el acuerdo de paz y mantiene tropas en el sur de Líbano para “vigilar” a Hezbollah
El Ejército sostiene la ocupación de cinco colinas a lo largo de la frontera tras evacuar sus soldados de decenas de municipios. Miles de civiles regresan a sus casas para descubrir que lo han perdido todo.
Feminismos
Ana Bueriberi “El activismo tiene que ser colectivo: para contribuir al cambio es imprescindible despersonalizar la causa”
La periodista madrileña Ana Bueriberi reconoce que no sintió la discriminación hasta que llegó a la Universidad. Hoy, desde el proyecto Afrocolectiva reivindica una comunicación antirracista, afrofeminista y panafricanista.
Inteligencia artificial
Militarismo La máquina de los asesinatos en masa: Silicon Valley abraza la guerra
Las fantasías distópicas sobre los futuros usos de las máquinas en la guerra están más extendidas que el relato de lo que ya está pasando en los campos de batalla.