We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Economía
España será, otra vez, la sorpresa económica positiva de 2023
Vamos conociendo los distintos datos económicos del primer trimestre de la economía española, y, a pesar de los augurios de ciertos economistas adscritos ideológicamente a la derecha, están siendo mucho más positivos de lo esperado. ¿Qué está pasando? ¿Por qué los medios de comunicación dan tanto altavoz a aquellos que pronostican el desastre mayor del mundo mundial bajo lo que ellos denominan gobierno social-comunista? La respuesta a todo ello, ya la sabemos, la defensa de los intereses de clase, de la superclase. Lo aprendí de Euclides Tsakalotos, otrora ministro de economía de Syriza, educado en Oxford, con ese inglés tan exquisito, y que, pacientemente, en una deliciosa conferencia, detallaba que no solo era un tema de ineptitud académica, que también, sino sobre todo de defensa de los intereses de las élites. El sufrió bajo sus carnes, como ministro, las consecuencias de todo ello.
Un botón de muestra. Durante estas últimas semanas hay una campaña orquestada contra la reforma de las pensiones, que, teniendo aspectos mejorables, sin duda va en una mejor línea de la aprobada por el Gobierno Rajoy, y que simplemente empobrecía a la mayoría de nuestros pensionistas. Lo curioso es que son los mismos que se oponían a la subida del SMI, que criticaban la reforma laboral del actual ejecutivo, o que nos daban, y nos dan, la tabarra diaria de lo malo malísimo que es la deuda pública, sin que entiendan a fecha de hoy las balanzas sectoriales de Wynne Godley. Casi todos ellos siguen sin comprender aún el papel pernicioso de la deuda privada alimentada por una burbuja. ¡Elemental querido Minsky!
Todos y cada uno de los problemas por los que atravesaba el actual sistema de reparto, antes de la contrarreforma del Gobierno Rajoy -número de ocupados, devaluación salarial, distribución de la renta, productividad, demografía…- eran consecuencia de la aplicación de recetas neoclásicas de quienes nos desgobernaban por aquellas fechas, convergiendo en un modelo productivo basado en la extracción de rentas. Pero, a su vez, quienes nos desgobernaban acudían a economistas ortodoxos, cuyas recetas eran el origen del problema, para buscar soluciones a algo que, bajo el paradigma neoclásico, era de muy difícil solución.
Ciertas propuestas que aquellos días, y de ahora, que se pueden leer en los medios patrios, no dejar de ser cantos de sirena. La hipótesis de partida de la ortodoxia neoclásica, incluida la neokeynesiana, es que la transición desde un sistema público de reparto a otro completamente financiado, público o privado, tendría un efecto positivo real de dotar a las generaciones futuras de un mayor capital y un producto per cápita más alto, ya que debería producir un aumento del ahorro agregado y del stock de capital, lo que permitiría preparar a la economía para afrontar desarrollos demográficos futuros. En el corazón de este razonamiento se encuentra la causalidad neoclásica de que “el ahorro genera inversión”, frente al punto de vista postkeynesiano donde “es la inversión la que genera ahorro”. Obviamente los postkeynesianos ganan, de nuevo, por goleada. De todo ello hablaremos en otro artículo.
Los “sorprendentes” datos de la economía española
La realidad, volviendo a lo nuestro, es que los datos del actual ejecutivo en materia económica son mucho mejor de lo esperado. El crecimiento del PIB en el primer trimestre roza el 0,7% intertrimestral, es decir, un 3,4% interanual. La inflación, 3,3% interanual, es la mitad de nuestro entorno. Los datos de afiliación de marzo también han sido excepcionales: mejor trimestre de la serie histórica, con el máximo histórico de afiliados, 20,4 millones de trabajadores… Malos tiempos para la “tecnocracia”. ¡Es el aplastante dominio del principio de demanda efectiva! ¡Elemental, querido Keynes! Por eso, sería una pena que los personalismos a la izquierda del PSOE cristalicen en un pésimo resultado electoral para Sumar y Podemos, si al final van por separado. Ello sí que podría descarrilar al actual ejecutivo en las generales de finales de año.
El aumento del salario mínimo y la reforma del mercado laboral han generado la mayor creación de empleo en la historia reciente de España
Los economistas conservadores patrios predijeron plagas bíblicas debido a ciertas políticas económicas implementadas por el actual Gobierno de coalición “social-comunista, bolivariano y filoetarra” en España. Sin embargo, estos pronósticos apocalípticos no se han cumplido, sino que se han obtenido resultados diametralmente opuestos a lo que se había previsto. El aumento del salario mínimo y la reforma del mercado laboral han generado la mayor creación de empleo en la historia reciente de España, así como una reducción de la desigualdad y un impulso al consumo privado. La fijación de un tope al precio del gas también ha reducido drásticamente la inflación. Esta realidad ha demostrado que los mitos económicos difundidos por algunos son solo chascarrillos sin fundamento.
El Gobierno de coalición español ha optado por políticas económicas distintas a aquellas que proponían abaratar el salario y desproteger el factor trabajo. En lugar de eso, han subido continuamente el salario mínimo y han reformado las relaciones laborales para revertir la pérdida de participación del factor trabajo en la renta nacional. La verdad universal es que un bajo salario no significa un bajo costo de producción, y los países con salarios más altos suelen tener economías de escala más grandes y trabajadores más capacitados y eficientes.
Los videntes que pronosticaron el fracaso de las políticas económicas del actual gobierno seguramente volverán a la carga, sin duda, con nuevos argumento
Los videntes que pronosticaron el fracaso de las políticas económicas del actual gobierno seguramente volverán a la carga, sin duda, con nuevos argumentos. Ahora nos hablarán de la deuda pública. Pero es importante recordarles que el Estado no se comporta como una familia, y que los superávits presupuestarios no son necesariamente buenos indicadores de una política económica adecuada. Recuerden el ejemplo que suelo poner. El menor déficit público, incluso superávit, bajo los gobiernos de Aznar y el primer gobierno de Zapatero, simplemente reflejaban el mayor endeudamiento privado de nuestra historia, alrededor de la mayor burbuja inmobiliaria.
En definitiva, ese buen comportamiento de la deuda pública escondía el peor de los males de una economía moderna, ese que llevó a la Gran Depresión y a la Gran Recesión. ¡Elemental, querido Godley! Es necesario armarse de paciencia y ser didácticos a la hora de explicar las distintas políticas económicas a implementar. Pero será necesario, sobre todo, no jugar con ciertos experimentos demoscópicos en base a ciertos cantos de sirena.