Editorial
La clase obrera (blanca) va al paraíso

Las élites políticas y sindicales representan hoy a la aristocracia obrera blanca, nativa, adulta, con derechos civiles y laborales.

UGT CC OO Banderas (2)
Banderas de UGT y CCOO durante una manifestación David F. Sabadell
26 nov 2018 17:44

“Las migraciones acabaron con el Imperio Romano y fue por fases. En cualquier aldea perdida hay un televisor donde se ven piscinas y comida”. Con este cuñadismo de alto octanaje explicaba Julio Anguita el problema de la clase y la inmigración. Previamente, junto con Manuel Monereo —parlamentario de Unidos Podemos— había planteado en su artículo “¿Fascismo en Italia? Decreto Dignidad” que la izquierda debía asumir posiciones más beligerantes y que, desde una perspectiva nacional, el gobierno racista de Salvini no lo estaba haciendo tan mal. Una toma de postura inflamable que ya ha dado frutos en otros países: Melenchon, de la France Insoumise, insiste en que es preciso cerrar las fronteras si se quieren mantener las ayudas sociales para quienes ya están establecidos en Francia. En la misma línea, corrientes de Die Linke apuestan por endurecer el discurso antiinmigración para conectar con la clase trabajadora nativa de Alemania del Este, feudo tradicional en vías de lepenización. Ejemplos de una apuesta suicida que intenta recuperar por la vía del discurso lo que se ha ido perdiendo, barrio a barrio, en el terreno de la organización.

El complemento progre —Sánchez y el Aquarius— a estos brotes xenófobos en el campo poseurocomunista sitúa el conflicto en términos humanitarios (asilo, derechos humanos) y arroja un velo sobre la naturaleza intrínsecamente laboral de las leyes migratorias. Desde 2008 en adelante todos los ministerios de Trabajo españoles han incluido en su definición la palabra “migración”. Tiene sentido: en lo esencial, la política migratoria es un mecanismo de esclusas que sirve para disciplinar la fuerza de trabajo, nativa y extranjera, y para mantener estables los costes laborales.

¿Y Euskal Herria? La singularidad relativa del ecosistema sindical es el vestigio de esa clase obrera que paralizaba fábricas y conquistaba derechos y, en teoría, sería la barrera frente a las derivas rojipardas. Pero el cuadro es el que es: fractura identitaria en las movilizaciones, afiliación a la baja, irrelevancia en sectores precarizados, presencia abrumadora de funcionariado y sectores fordistas, un tercio de la afiliación por encima de los 50 años, menos del 15% de jóvenes, y pocos migrantes. Por las rendijas asoma el recuerdo de un sindicalismo honesto y combativo, capaz de integrar sucesivas oleadas migratorias del campo a la ciudad y desde otras zonas peninsulares... pero todo ello es más pasado que futuro.

Las élites políticas y sindicales —soberanistas o confederales— representan hoy a la aristocracia obrera blanca, nativa, adulta, con derechos civiles y laborales. Sin embargo, sus memes interclasistas de izquierda zombi (“nuestros pobres primero” y “un 0,7% del PIB para que no tengan que venir aquí”) no interpelan de ninguna manera a ese magma de luchas precarias, mestizas, migrantes y feminizadas que fluyen por debajo. Esas, sí, son las corrientes de un mar de fondo llamado a protagonizar el futuro.

Arquivado en: Editorial
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Editorial
Editorial Ni puto caso
No habrá dividendos en un mundo en llamas, no habrá bonus en un mundo invivible. No somos agoreros, lo dice la ciencia.
Editorial
Editorial Estado Terrorista de Israel
La única salvación posible es frenar el horror y la escalada bélica actuales para, a partir de ahí, replantear la existencia del Estado que más ha desestabilizado la geopolítica internacional en las últimas décadas.
Editorial
Editorial El espejismo del horizonte público-comunitario
La ambigüedad del término “comunitario” permite que se imponga cualquier proyecto corporativo, de extensión de la incapacidad institucional o de nuevo clientelismo.
Xunta de Galicia
Sanidade A Xunta de Feijóo, condenada por negar as visitas a unha muller falecida de cancro por ter covid-19
A xuíza di que a situación requiriu medidas de prevención “flexibilizadoras”. Faleceu a principios de 2022 no Hospital Álvaro Cunqueiro durante os últimos meses de administración do xefe do PP con Julio García Comesaña como conselleiro.
Madrid
La burbuja del alquiler Sumar, Podemos y sindicatos de inquilinos presionan para convertir en indefinidos los contratos de alquiler
Sumar lanza una propuesta legislativa para transformar en indefinidos los contratos de alquiler, una de las principales demandas de la manifestación por la vivienda del 5 de abril. Una moción de Podemos, rechazada en el Congreso, pedía lo mismo.

Últimas

Historia
Descifrando a historia Así foi a rebelión antifiscal galega de 1790 contra a burocracia española
A monarquía española quixo implantar a Contribución Única, algo que provocou fortes protestas. A máis coñecida foi o motín da Ulloa, chamado así porque se produciu nas zonas desta comarca. Foi a maior revolta antifiscal do Antigo Réxime en Galiza.
Comunidad de Madrid
Sanidad Pública Sindicatos piden el cese de la dirección del Hospital 12 de Octubre tras las obras de remodelación
Los problemas con las nuevas instalaciones han cristalizado en una unión sindical que ha reclamado formalmente el fin de la cúpula de dirección tras ser “ignorados” de manera “sistemática”.
Madrid
Acusaciones de violencia sexual Monedero, bajo investigación de la Universidad Complutense por la denuncia de acoso sexual de una alumna
La confidencialidad del expediente no permite saber cuándo se presentó la denuncia ante la Unidad de Igualdad o cuánto se demorará la resolución. La Complutense afirma que la Inspección de Servicios está tramitando la acusación.
Más noticias
Justicia
Justicia Rubiales, condenado por agresión sexual y absuelto del delito de coacciones
18 meses de multa con cuota de 20 euros al día por un delito de agresión sexual. Es la condena al expresidente de la RFEF Luis Rubiales por los hechos ocurrido en la ceremonia de entrega e medallas del pasado mundial celebrado en agosto en Sidney.
Egipto
Egipto Ashraf Omar continúa en prisión provisional por dibujar
Ashraf Omar, caricaturista político del medio digital AlManassa, sigue en prisión preventiva indefinida tras ser arrestado violentamente en su domicilio el 22 de julio de 2024.
Fascismo
Memoria antifascista Allí donde hay humo, hay fuego
A unos días de las elecciones alemanas, donde la ultraderecha acude fortalecida, un repaso sobre el proceso de desnazificación posterior a la Segunda Guerra Mundial y sus medias verdades.
Xunta de Galicia
Vivenda O ‘teléfono antiokupas’ da Xunta recibiu só tres chamadas por ocupacións en 2024
O servizo foi renovado este ano cun orzamento de 61.000 euros, coa colaboración do Consello da Avogacía Galega e 135 avogados para atender as consultas. O pasado ano atenderon 109 consultas, a maioría sobre desafiuzamentos.

Recomendadas

Feminismos
Ana Bueriberi “El activismo tiene que ser colectivo: para contribuir al cambio es imprescindible despersonalizar la causa”
La periodista madrileña Ana Bueriberi reconoce que no sintió la discriminación hasta que llegó a la Universidad. Hoy, desde el proyecto Afrocolectiva reivindica una comunicación antirracista, afrofeminista y panafricanista.
Inteligencia artificial
Militarismo La máquina de los asesinatos en masa: Silicon Valley abraza la guerra
Las fantasías distópicas sobre los futuros usos de las máquinas en la guerra están más extendidas que el relato de lo que ya está pasando en los campos de batalla.
América Latina
Extrema derecha Los soldados de Donald Trump en América Latina
Mientras algunos presidentes latinoamericanos, con mayor o menor ímpetu, intentan ponerle freno, otros tantos se arrodillan y le rinden pleitesía sin recibir nada a cambio. ¿Quiénes son los súbditos latinoamericanos de Trump?