Editorial
Sin vacaciones

La Encuesta de Condiciones de Vida que ha publicado el INE recientemente advierte de que un 34% de los hogares no puede permitirse el lujo de viajar en vacaciones fuera de su casa ni una sola semana al año. Pero para el resto, ¿cómo de gratificantes resultan esas jornadas programadas en el calendario?

Playa en Marina d'Or
Desenes de persones gaudeixen a la platja enfront el Balneari d'Aigua Marina de Marina d'Or. David F. Sabadell
20 jul 2018 16:37

La Encuesta de Condiciones de Vida (ECV) que ha publicado el INE recientemente advierte de que un 34% de los hogares no puede permitirse el lujo de viajar en vacaciones fuera de su casa ni una sola semana al año. Ni al extranjero, ni a un camping en la montaña, ni a un apartamento playero, ni a esa casa del pueblo de los antepasados. La “brecha vacacional” es, evidentemente, un síntoma de pobreza, sobre todo para el sector asalariado que sobrevive con sueldos de miseria y gracias a la solidaridad familiar intergeneracional.

Un escalón por debajo, estaría la gente que no tiene vacaciones ni siquiera en su propia casa. Bien porque es precaria, no tiene vivienda en propiedad y encadena trabajos mal remunerados; bien porque es parada de larga duración y su inactividad no es fruto del ocio; bien porque es pensionista y su renta solo le alcanza para luchar semana a semana por la supervivencia; bien porque es mujer de familia convencional, y atada sin interrupción a las labores domésticas y de los cuidados, y jamás descansará en el periodo veraniego, esté donde esté...

En cualquier caso, y respecto a ese 66% que accede a uno de los mitos de nuestra época, ¿cómo de gratificantes resultan esas jornadas programadas en el calendario? Como señala Lars Distelhorst en La sociedad del rendimiento: cómo el neoliberalismo impregna nuestras vidas: “El concepto de rendimiento ha rebasado de manera radical sus límites y se refiere ya a la vida en su totalidad. Dicho de forma extrema: da igual si se trata del deporte, de las vacaciones, del sexo o de dormir; hacemos todo como si estuviéramos en el trabajo. Trabajo y tiempo libre están imbricados de manera tan fuerte que ya no es posible separarlos de manera limpia”. Esto es, desde una perspectiva crítica, el descanso veraniego lindaría con un tiempo muerto de gasto absurdo para obtener dosis de felicidad artificiosa, basadas en un ocio vacío y en un turismo ramplón: un tiempo devaluado de desconexión temporal del trabajo para optimizar nuestra eficiencia como piezas humanas en la megamáquina capitalista.

Antes, en el paraíso de la infancia, disfrutábamos de aquellos días de holganza, juegos salvajes, buenos alimentos y reencuentro con el terruño y la familia. Ahora se nos ofrece un frenesí “autoimpuesto”, solo para volver a ser mejor explotados durante el resto de nuestra vida hasta la jubilación, ese limbo mortal de Benidorm y aparcaderos similares. Pero quizás, gracias a la crisis, al menos la mayoría precarizada nos hayamos librado de la tortura de los actuales parones estivales y nunca antes aquella temible sentencia —“castigadas sin vacaciones”— pudo sonar más liberadora: ¡Hurra! Más tiempo para los placeres de la amistad o de la carne, para el jubiloso activismo y la rebelión; en definitiva, para las vacaciones interiores, la vida plena y para fantasear relajadamente con la Idea anarquista, sin cuyo aliento la vida carece de sentido.

Arquivado en: Editorial
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Editorial
Editorial Ciudades de lujo para la clase obrera
La ciudad puede ser un espacio donde la producción se autogestione, la reproducción se comunalice y la distribución se organice para garantizar la vida en libertad.
Editorial
Editorial Justicia irracional
Por acción o por omisión, las instituciones violentan a las mujeres. Se llama violencia institucional.
Editorial
Neofascismo La peste en Euskal Herria
Cada vez que el régimen de acumulación capitalista se enfrenta a una crisis estructural es el momento de los chivos expiatorios y del disciplinamiento duro del trabajo.
#21524
7/8/2018 16:00

¡Hurra! ¡Qué felices siendo pobres!

2
0
Medio rural
Medio rural A esperanza da xestión colectiva fronte ao espolio: os comuneiros de Tameiga contra o Celta
Mentres varios proxectos industriais tentan privatizar e destruír os ecosistemas galegos, algúns grupos de veciños e veciñas organizadas fan oposición social construíndo alternativas comunitarias. Ás veces, tamén gañan ao xigante.
Ourense
Ourense Ourense organízase para loitar contra patrullas de extrema dereita nos barrios máis empobrecidos da cidade
A veciñanza e os movementos sociais responden ao discurso do medo promovido por Frente Obrero e sinalan a súa estratexia de criminalizar a pobreza e sementar odio en contextos de exclusión e abandono institucional.
O Salto medra contigo
Crowdfunding O Salto Galiza abre un crowdfunding para empapelar Altri
Queremos investigar os responsables políticos e empresarias do que podería ser o maior atentado ambiental da historia recente de Galiza.

Últimas

O Teleclube
O Teleclube 'O Teleclube' alucina no deserto con Óliver Laxe e 'Sirat'
Laxe leva o seu cuarto premio de Cannes, esta vez en competitición, polo seu novo filme que explosiona na gran pantalla.
A Catapulta
A Catapulta O tempo, o espazo e a poesía de Estíbaliz Espinosa
A poeta visita A Catapulta para conversar sobre o seu traballo e a súa traxectoria literaria

Recomendadas

Feminismos
Feminismo Dous anos sen reparación tras sufrir lesbofobia nun Rexistro Civil de Pontevedra cando ían inscribir a seu fillo
Un funcionario negouse a inscribir ao fillo de Antía e a súa parella. Un erro de redacción na lei trans está detrás dos argumentos que o funcionario esgrime para defender a súa actuación.
Culturas
Erika Lust y Sara Torres “El deseo tiene una potencia inagotable para transformar la realidad si lo liberamos de las normas”
Sexo, deseo o ética del placer son algunos de los temas que hilan la escritora Sara Torres y la productora de cine porno Erika Lust en ‘La abundancia del deseo’.
Medio ambiente
Medio ambiente Iberdrola proxecta un parque eólico que pon en risco un dos maiores xacementos fortificados de Galiza
A Xunta vén de declarar a utilidade pública para o parque eólico Castro Valente, a pesar de que a súa construción está suspendida cautelarmente polo Tribunal Superior de Xustiza de Galicia.