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Desde hace varios días se está hablando sobre la propuesta de Vox en la Comunidad Autónoma de Murcia de obligar a que los centros escolares solo impartan talleres sobre sexualidad, drogodependencia, igualdad, diversidad sexual y de género, etc., a aquellos alumnos y alumnas cuyos padres lo autoricen. Esta propuesta que, a menos que se pare, se llevará a cabo en otras Comunidades Autónomas como Madrid o Andalucía, pretende, según argumentan sus defensores, que los padres elijan “libremente” lo que sus hijos e hijas puedan o no aprender. De este planteamiento se derivan varias problemáticas. En primer lugar, ¿los padres pueden decidir sobre lo que sus hijos e hijas deben aprender? Esto quiere decir que, si un padre no quiere que su hija o su hijo aprenda matemáticas, lengua, historia o inglés, por ejemplo, ¿se le va a permitir? En segundo lugar, estamos hablando de un tipo de aprendizaje que tiene un fin muy claro: la igualdad, la tolerancia y el respeto. Y aquí, está quizá el quid de la cuestión.
Que Vox es un partido que no respeta la libertad, la igualdad y los derechos de todos los seres humanos no es nada nuevo, pero que esa forma de pensar se nos intente imponer al resto de la sociedad, especialmente, a la población más joven, es algo que en una democracia no se debe consentir. Existen distintas leyes que recogen que este tipo de educación debe impartirse en los centros escolares, entre ellas el artículo 27.2 de la Constitución española que establece que “la educación tendrá por objeto fundamental el pleno desarrollo de la personalidad humana en el respeto a los principios democráticos de convivencia y a los derechos y libertades fundamentales”. Este artículo entra en contradicción con la propuesta de Vox, ya que si los padres no autorizan la asistencia de sus hijas e hijos a estos talleres, estos no serán educados en estos principios democráticos. La propia LOMCE, ley educativa del PP, otro partido cuyo apoyo a los colectivos LGTBIQ+ ha sido mínimo, por no decir nulo, en su artículo 1.b. recoge “la equidad, que garantice la igualdad de oportunidades para el pleno desarrollo de la personalidad a través de la educación, la inclusión educativa, la igualdad de derechos y oportunidades que ayuden a superar cualquier discriminación”. ¿Cómo se va a garantizar el pleno desarrollo de la personalidad del alumnado si se les niega el conocimiento? ¿Cómo se va a incluir (en el ámbito educativo, pero también en la sociedad) a las personas LGTBIQ+ si su realidad es silenciada, si no se hace nada para parar los casos de LGTBIQfobia que sufren? ¿O cómo se va a acabar con la lacra de la violencia machista si esta se niega y se pretende silenciar constantemente? Esta propuesta de VOX y no lo olvidemos, apoyada por el PP y con las respuestas dubitativas de Ciudadanos ¿garantizan la igualdad de derechos y oportunidades, si se está privando a una parte del alumnado del derecho a saber? ¿Qué fin persiguen estos partidos impidiendo el acceso al conocimiento? ¿Quizá que la población no desarrolle un sentido crítico capaz de rebatir sus propuestas?
La propia LOMCE del PP recoge el principio de equidad para que la educación "garantice la igualdad de oportunidades"
La propuesta de Vox no solo entra en clara contradicción con leyes nacionales e internacionales, sino que plantea también una cuestión ética. La realidad de los colectivos LGTBIQ+, que han tenido que vivir durante muchos años no solo en el silencio sino también en la represión más profunda, exige que de una vez por todas el Estado defienda sus derechos y, sobre todo, su libertad. La realidad es tan cruda, no olvidemos tampoco los datos de mujeres asesinadas o violadas cada año, que no se puede hacer propaganda electoral con estas cosas cuando de lo que hablamos son de vidas humanas. Hablamos del derecho de las personas a vivir en libertad, a desarrollar libremente su personalidad y al derecho de ser respetadas.
No se está tratando de imponer una forma de pensar, como mucha gente que solo analiza el tema de forma superficial piensa. Se está haciendo ver que hay otras opciones, otras realidades, que todas ellas son legítimas y que todas deben ser respetadas. ¿Tan difícil es de entender esto? Este tipo de talleres son, por otra parte, impartidos por colectivos o asociaciones sumamente competentes y con un gran compromiso social, que no pretenden adoctrinar a nadie, solo quieren que las nuevas generaciones no causen el mismo dolor y sufrimiento que muchas personas han causado a estos colectivos solo porque su realidad era incomprendida, silenciada, en muchas ocasiones, pero sobre todo no respetada.
Las personas que defienden este llamado pin parental se amparan en la libertad de los padres con respecto a la educación de sus hijos e hijas. Sin embargo, no tienen o no quieren tener en cuenta dos aspectos. En primer lugar, que los hijos no son propiedad de los padres. Ellos, más bien ellas, los y las traen a este mundo, los y las educan, los y las cuidan, pero no tienen ningún derecho a imponerles su ideología y, sobre todo, a intentar por todos los medios evitar que conozcan otras formas de pensar, de amar, de relacionarse, en definitiva, de desarrollar una identidad propia.
Las nuevas generaciones tienen derecho a saber que existen otros modelos de género que no pasan por modelos binarios, que la orientación sexual no es solo una o que una es más “correcta o normal que la otra”. Tienen derecho a saber que el sexo con el que nacen no tiene por qué corresponderse con su género, y que no hay nada de malo en ello. Tienen derecho a saber que nacer mujer te coloca en la sociedad actual en una situación de desigualdad con respecto a los hombres, lo que te lleva a enfrentarte a todo tipo de violencias a lo largo de tu vida. Y lo deben saber porque es la única manera de combatir esta lacra. Conocer nuestra realidad nos ayuda a enfrentarnos a ella y nos permite también normalizar ciertas opciones que todavía siguen siendo mal vistas por una sociedad que no es capaz de ver más allá de su propia individualización.
A los defensores del neoliberalismo se les llena la boca con la palabra libertad, “libertad de los padres para elegir la educación que dan a sus hijos”, pero como muy bien dijo el filósofo Jean Paul Sartre “mi libertad se termina donde empieza la de los demás”. Si mi libertad de elección como padre está coartando la libertad de mi hija para que desarrolle libremente su identidad, entonces, no es libertad. Es coacción e imposición de una manera de pensar que no pasa por el respeto hacia los demás. Tenemos que ser capaces, como sociedad, de que las generaciones más jóvenes se eduquen en el respeto, la empatía y la tolerancia hacia los demás. Ningún ser humano es igual a otro. Todos tenemos nuestra identidad y esta debe desarrollarse desde la infancia sin ningún tipo de imposición de unos modelos sobre otros. A diferencia del argumentario de Vox y de la opinión de muchas personas, que tu hija conozca otros modelos de orientación sexual no la va a convertir en lesbiana o bisexual, por ejemplo, simplemente la va a hacer más humana, ya que conocerá que existen otros modelos de orientación sexual y que debe respetarlos, puesto que son tan legítimos como la heterosexualidad. Modelo este sí que intentan implantar Vox y otros partidos al silenciar otras realidades. ¿Quién impone a quién, entonces, su ideología?
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Cuando gobierne la derecha y nos manden a Abascal o a los obispos a dar conferencias a vuestros hijos me direis si estáis de acuerdo en que los padres no tienen derechos sobre la educación de sus hijos.
https://rickygrobles.wordpress.com/2020/01/21/dejad-que-la-chavaleria-venga-a-mi/?fbclid=IwAR2HCpQ3tcDZ1Yrr5Py46HwbNjGEidWX5S5-UtKjxWcUA8otrNHXdYl_is4
Y si hablamos de la ratio y los problemas reales y dejamos de hablar de las tonterías que quiere poner la derecha sobre la mesa ??
La ideología a los menores no deben imponerla nadie, los padres y madres están para educar y la enseñanza para enseñar.
En función de la evolución de los menores a mayores van cogiendo conciencia de lo político y de lo social.
Ni unos ni otros deberían imponer ideología alguna
Es que no se intenta imponer ninguna ideología, sólo tolerancia y respeto por la diversidad, igualdad y educación sexual sana. Es quien tiene la mirada pervertida y resentida quien quiere ver ideología en el respeto.
la extrema derecha está imponiendo su agenda y esto parace que no tiene fin, seguirán en breve con otros temas
Lo peor no es la extrema derecha. Lo peor es la pseudoizquierda política que tenemos que a falta de contenido, lo único que hace es poner cada día a Vox y demás neofascistas en las portadas
Buen artículo compañera. No estoy de acuerdo con lo "realidad LGTBI silenciada". No creo que haya otro colectivo en la actualidad con más voz que este.