Explotación laboral
Un parón de repartidores en Zaragoza deja a Glovo sin servicio

Repartidores de la empresa Glovo en Zaragoza realizaron un parón en las definidas como horas de “alta demanda”. Se enfrentan a la amenaza de eliminación de los bonus por trabajar en fin de semana. La protesta logró que la plataforma no funcionara correctamente anoche y anuncian que continuarán con las movilizaciones.

Glovo
Movilización de los trabajadores de Glovo en Zaragoza.
Zaragoza
10 sep 2018 18:05

La noche del domingo es el momento en que las plataformas de envío de comida a domicilio concentran su carga de trabajo. La ciudad se convierte en un ir y venir de bicicletas y motos con grandes mochilas de colores, y empresas como Glovo, Deliveroo o Uber Eats concentran sus beneficios en esas horas.

Los repartidores, llamados por estas empresas glovers o riders, también aumentan sus ingresos la noche del viernes, sábado y domingo. El volumen de pedidos crece y el importe de los pedidos también. Lo hace mediante una serie de bonificaciones por franja horaria u objetivos. Este domingo 9 de septiembre, sin embargo, en Zaragoza los glovers dijeron basta y la plataforma colapsó. Quienes trataban de encargar una pizza o una hamburguesa se encontraban con una pantalla en la que un simpático duendecillo se disculpaba porque “debido a una alta demanda” no se podían procesar nuevos pedidos. Era falso, no había alta demanda y sí decenas de trabajadores protestando con sus mochilas amarillas en la Plaza de España de la ciudad. Bicicletas aparcadas.

El motivo son las bonificaciones, aunque también subyace el tipo de relación que mantienen trabajadores y empresa en estas nuevas compañías. Dice Pedro —nombre ficticio— que lo que más frustraciones le provoca es ver cómo las condiciones con las que entró a trabajar en Glovo, a mediados de febrero, van desapareciendo y los canales de comunicación son inexistentes. Cuenta que la concentración de ayer —en la que pararon desde las 20h hasta las 23h— se fue fraguando en un grupo de WhatsApp ya existente cuando distintos compañeros pedían información a la compañía por correo electrónico y esta no respondía o su respuesta era incompleta.

Cuando Pedro entró a trabajar en Glovo, en la entrevista de trabajo le indicaron que existían tres tipos de bonificaciones extra. Los glovers cobraban un precio base de 3 euros aproximados a los que se suman 40 céntimos por kilómetro recibido y 5 céntimos por minuto de espera (a partir del quinto minuto) y tenían una serie de extras: unas horas llamadas “garantizadas” en las que, tuvieran o no pedido, ingresaban 6 euros, unas primas por objetivo de entre 15 y 50 euros al alcanzar un número fijado de pedidos, en la franja horaria entre las 20 y las 23h de viernes, sábado y domingo, y unos porcentajes en estas horas que multiplicaban el total por 0,20, 0,40, 0,50, etc. Las dos primeras han desaparecido y ahora peligran también los porcentajes.

En Barcelona y Madrid la empresa ya está comenzando a eliminar estos porcentajes y en Zaragoza los trabajadores han decidido adelantarse a esta medida. “Durante el verano los bonus de alta demanda han sido bastante altos. Porcentajes del 0,6% o 0,8%, superiores a los que venían siendo habituales. Sabemos que era porque a la empresa le interesaba, porque había menos glovers y tenían que cubrir las horas. Ahora ya hemos empezado a ver que los han bajado muchísimo y eso nos cabrea porque sabemos que ellos siguen generando ingresos. Ellos siempre generan ingresos y esos euros que nos quitan a nosotros para ellos son miles y miles de euros de beneficio”, dice Pedro.

Los repartidores de Glovo, pese a ser autónomos, en la práctica están obligados a trabajar los fines de semana en las horas de mayor demanda y también ante eventos como una final de Champions League o un partido de la Selección Española de fútbol. Otro glover me cuenta que, tras el parón de anoche, la aplicación le ha quitado seis diamantes. En esos diamantes se disuelve la ficción de la autonomía de los glovers. Con el tiempo estos diamantes, que contabilizan los pedidos realizados en alta demanda, afectan a la excelencia —la puntuación que la app da a cada colaborador—, que determina las horas que podrá seleccionar para trabajar. Con bajas calificaciones, solo podrá seleccionar para trabajar las horas de alta demanda. Un círculo que se cierra, obligándoles a trabajar siempre las noches de fin de semana. Pedro, padre de dos niños, se lamenta por ello: “En Glovo hay muchos padres de familia a los que les encantaría pasar las noches del fin de semana con sus hijos. Entendemos que son horas importantes para la empresa, pero también lo son para nosotros y por ello pedimos un pago justo y no que cada vez nos paguen menos, quitándonos lo que en un principio hizo que aceptáramos trabajar con ellos”.

Edy, que lleva trabajando en Glovo más de un año, me cuenta que para ellos ayer fue un “éxito” cuando, a las 20.30h, vieron que la app de Glovo colapsó y “eso demostraba que en parte la concentración había triunfado”. También provocó que disminuyera el enfado con los compañeros que seguían trabajando y pasaban frente a ellos en sus bicicletas. “Yo protesto por mí pero también por ellos, yo arriesgo y ellos no”, lamenta. La mayoría, dice, eran “novatos desbordados” porque tenían que hacer los pedidos de dos en dos.

Al final fueron unos 40 los glovers que aparcaron las mochilas, aunque confía en que serán más la próxima vez. Él, que estuvo desde el inicio en la organización de esta huelga, vio como lo que empezó siendo una reunión de tres —desconectando su app de Glovo pese al impacto en su puntuación de excelencia— en una plaza céntrica hace una semana ha terminado en un parón que ha causado que ya se empiece a hablar de una organización de trabajadores de la empresa en todo el Estado. También, casualmente, un directivo de la empresa se ha desplazado esta mañana a Zaragoza y les ha citado mañana para hablar. Si no logran alcanzar un acuerdo, los repartidores de Glovo repetirán cada fin de semana, desconectando sus aplicaciones pese a la amenaza de las calificaciones, hasta que la empresa rectifique su política de recortes y los glovers recuperen sus tarifas. Las que pactaron cuando firmaron su contrato de “colaboración”.

Glovo en la mira de La Inspección de trabajo

Durante ocho meses la Inspección de Trabajo y Seguridad Social (ITSS) investigó de oficio la actividad de las empresas de delivery en Aragón. Realizaron entrevistas a los trabajadores y los comercios asociados a las plataformas y en su fallo denunció el tipo de contratos que vinculan a empresa y trabajador. Para Inspección no se trataría de una relación de colaboración entre autónomos y empresa sino de una situación de falsa autonomía. A mediados de julio, Inspección cifró en 326 el número de trabajadores en esta situación en la empresa Glovo y solicitó una multa de 379.963,09 euros más un 20% de demoras. De este modo la compañía tendría que hacer frente a la devolución de las cotizaciones sociales que los repartidores habían pagado de su bolsillo y estos debían ser dados de alta en el régimen general de la Seguridad Social. Por otro lado, el dictamen abría la puerta a que los repartidores reclamasen a la empresa la devolución de las cuotas de autónomos abonadas e indemnizaciones por otros derechos laborales como el finiquito por despido o la baja por accidente. La empresa, que en este proceso fue multada con 4.000 euros por obstruir la investigación, decidió presentar alegaciones y el asunto terminará en los tribunales.
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Cádiz
Derechos laborales Miles de trabajadores del metal continúan la huelga en Cádiz contra el acuerdo firmado por UGT y la patronal
CGT y CTM continúan con la huelga del metal en Cádiz tras la firma de un acuerdo entre UGT y la patronal que consideran una traición a los trabajadores del sector.
Cádiz
Derechos laborales La lucha sigue: miles de trabajadores del metal en Cádiz se niegan al preacuerdo de UGT y continúan la huelga
Los trabajadores se niegan a aceptar el preacuerdo firmado entre la UGT y la patronal que el resto de agrupaciones sindicales consideran que podría desembocar en “el peor convenio” de la historia del metal
Explotación laboral
Explotación laboral en fotovoltaicas Trabajar 11 horas, 6 días a la semana, a 8 euros la hora: la explotación tras las fotovoltaicas en Extremadura
Trabajadores de la construcción del parque solar extremeño ‘Renopool’ denuncian estar siendo explotados por Imenergy, subcontratada a su vez por Sacyr, para sacar adelante el proyecto de Plenitude, filial de la petrolera italiana Eni.
Medio rural
Medio rural A esperanza da xestión colectiva fronte ao espolio: os comuneiros de Tameiga contra o Celta
Mentres varios proxectos industriais tentan privatizar e destruír os ecosistemas galegos, algúns grupos de veciños e veciñas organizadas fan oposición social construíndo alternativas comunitarias. Ás veces, tamén gañan ao xigante.
Ourense
Ourense Ourense organízase para loitar contra patrullas de extrema dereita nos barrios máis empobrecidos da cidade
A veciñanza e os movementos sociais responden ao discurso do medo promovido por Frente Obrero e sinalan a súa estratexia de criminalizar a pobreza e sementar odio en contextos de exclusión e abandono institucional.
O Salto medra contigo
Crowdfunding O Salto Galiza abre un crowdfunding para empapelar Altri
Queremos investigar os responsables políticos e empresarias do que podería ser o maior atentado ambiental da historia recente de Galiza.

Últimas

O Teleclube
O Teleclube 'O Teleclube' alucina no deserto con Óliver Laxe e 'Sirat'
Laxe leva o seu cuarto premio de Cannes, esta vez en competitición, polo seu novo filme que explosiona na gran pantalla.
A Catapulta
A Catapulta O tempo, o espazo e a poesía de Estíbaliz Espinosa
A poeta visita A Catapulta para conversar sobre o seu traballo e a súa traxectoria literaria

Recomendadas

Feminismos
Feminismo Dous anos sen reparación tras sufrir lesbofobia nun Rexistro Civil de Pontevedra cando ían inscribir a seu fillo
Un funcionario negouse a inscribir ao fillo de Antía e a súa parella. Un erro de redacción na lei trans está detrás dos argumentos que o funcionario esgrime para defender a súa actuación.
Culturas
Erika Lust y Sara Torres “El deseo tiene una potencia inagotable para transformar la realidad si lo liberamos de las normas”
Sexo, deseo o ética del placer son algunos de los temas que hilan la escritora Sara Torres y la productora de cine porno Erika Lust en ‘La abundancia del deseo’.
Medio ambiente
Medio ambiente Iberdrola proxecta un parque eólico que pon en risco un dos maiores xacementos fortificados de Galiza
A Xunta vén de declarar a utilidade pública para o parque eólico Castro Valente, a pesar de que a súa construción está suspendida cautelarmente polo Tribunal Superior de Xustiza de Galicia.