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Galicia
Liberan al marinero gallego Pablo Costas, retenido durante casi un año en Yemen
Pablo Costas, el marinero gallego de 56 años retenido en Yemen desde hace casi un año, ha sido finalmente liberado hoy. Según indican fuentes del sindicato gallego CUT, el cual ha mediado en su liberación, a las 10.45h de hoy, autoridades yemeníes han devuelto los pasaportes a Pablo Costas, a un tripulante de nacionalidad peruana y a 17 compañeros indonesios. Según afirma la agencia rusa de noticias Sputnik, tras abandonar el buque pesquero, los marineros fueron trasladados a varios hoteles de la ciudad de Al Mukalla (Yemen). Sin embargo, desde el mediodía no tienen contacto con Pablo Costas. El Ministerio de Asuntos Exteriores ha confirmado a las 19.30h su liberación, indican fuentes del sindicato Solidaridad Obrera.
Pablo Costas está acusado o ha estado acusado de pesca ilegal por Australia y llevaba un año y diez meses sin abandonar el barco, prisionero de un embrollo judicial y mercantil con múltiples países, una de los cuales es un país en guerra: Yemen. En el puerto yemení de Al Mukalla llevaba retenido desde el 26 de septiembre de 2020, hace once meses. Denunció reiteradamente que el Ministerio de Asuntos Exteriores ha ninguneado su caso. La diplomacia rusa necesitó 15 días para sacar a un tripulante compatriota. Costas solicitó a España su repatriación y la de toda la tripulación a finales de abril.
Por su parte, el Ministerio de Asuntos Exteriores aseguró a El Salto que se encontraba realizando las gestiones menesteres para su liberación. Sin embargo, no existía comunicación entre Exteriores y el sindicato CUT, habituado a mediar en repatriaciones de marineros. Apenas la ha habido tampoco con la familia de Pablo Costas, que se encontraba desesperada ante esta situación.
Galicia
El Ministerio de Asuntos Exteriores desasiste a un marinero gallego retenido en Yemen
En julio de 2020, tras faenar desde diciembre de 2019 en el Índico Sur, una patrulla de guardacostas de Australia abordó al pesquero Cobija a 500 millas de la costa australiana. Armados, los agentes de aduanas entraron en el buque, solicitaron la documentación y registraron la embarcación. “Pidieron disculpas al marchar”, asegura Costas. “Fue un abordaje ilegal y arbitrario”, apunta Manolo Camaño, del sindicato CUT. Tras la incursión, el barco navegó rumbo norte-noroeste y, como les ocurrió a otras embarcaciones durante los primeros meses de pandemia, no pudieron atracar por no tener permiso sanitario. Posteriormente, la empresa pañamena propietaria del buque comunicó al capitán la venta del barco a una empresa somalí, aguas donde pescaron durante tres semanas. El nuevo armador les ordenó descargar en Yemen, donde atracaron el 27 de septiembre de 2020. Desde entonces permanecen allí, donde recaló la supuesta denuncia por pesca ilegal de Australia, “algo chocante, porque las autoridades australianas en julio no encontraron nada”, añade Camaño. Se celebró un juicio —en Yemen— con sentencia de arresto de tres meses, que ya ha cumplido el capitán del barco. Le acompañan 32 tripulantes, que no han sido denunciados. Costas niega el delito que le imputan y confiaba en que “el tiempo iba a arreglar las cosas”.
“Estoy habituado a estas cosas”, afirmó a El Salto con su experiencia de 35 años navegando, “malentendidos, amenazas, corrupciones, chantajes, el mundo es así, ya lo sabemos, pero esto es completamente diferente. Aguanté todo lo que pude, pero esto pinta muy mal y ni siquiera guardan las apariencias”, aseguró en conversación mantenida vía audios de Whatsapp hace cuatro semanas.
Pablo Costas solicitó que la asistencia consular les sacara a un sitio seguro donde puedan “comer, beber y dormir”. De no ser así, “que nos maten ya, esto es un salvajismo consentido por España”. Calificó las condiciones del barco como “insalubres”. Está infestado de ratas y cucarachas y la temperatura no baja de los 30º, que se incrementa notablemente al ser una cubierta de hierro, donde duermen a las noches. Ya no poseen sistema de refrigeración y el barco se ha ido destartalado rápidamente estos diez meses varado a puerto.