Juventud
No puedo morirme, estoy trabajando

Como si el trabajo lo justificase todo: la falta de amor, la fealdad o incluso el abandono.
30 oct 2022 05:00

Salgo del trabajo después de más de diez horas fuera de mi casa. Hoy he terminado pronto así que podré dedicarme más tiempo para mí pienso de camino a coger el autobús que, tras media hora de camino, me llevará a mi casa. Mientras espero sigo con el libro que me estoy leyendo en el momento, este mes toca algo ligero: La campana de cristal de Sylvia Plath. Mientras leo empiezan a venirme un montón de ideas que durante el día se han quedado atascadas dejando paso únicamente a las tareas que me atañen (escribir, escribir y escribir todo el día). Me acuerdo de que es el cumple de I, de que no he subido un hilo a twitter de la marca con la que trabajo que debería haber subido y de que tengo los audios y mensajes de mis amigas por escuchar y leer.

Mientras tanto siguen viniéndome ideas. Podría seguir con mi novela al llegar a casa o empezar el guion de algún proyecto nuevo o seguir leyendo los otros tres libros que tengo a la mitad o escribir un ensayo o subir al instagram de la productora que tengo junto a unos amigos alguna cosa, que hace mucho que no subo nada y la gente se va a olvidar de nosotros… De camino a casa pienso en lo que me toca hacer mañana y trazo ya mi plan mental para que nada falle. Me levantaré temprano para crear contenido para las diversas redes que llevo y después cogeré el autobús dos horas antes para llegar con tiempo al sitio y no perderme y puede que entre medias escriba algo o lea. Espera, creo que me he olvidado de algo…

Yo no estaba preparada para la vida laboral cuando hace un año empecé mis andanzas en la vida adulta. A mí nunca me habían explicado que cuando te haces mayor el tiempo se resbala entre las manos

Yo no estaba preparada para la vida laboral cuando hace un año empecé mis andanzas en la vida adulta. A mí nunca me habían explicado que cuando te haces mayor el tiempo se resbala entre las manos como una tela de seda y tienes que hacer malabares con el poco que te queda para seguir manteniéndote viva, aunque si soy honesta nunca creí que me costaría tanto vivir. Imagino que es porque nunca nada de lo que doy me parece suficiente: nunca es suficiente amor, nunca es suficiente esfuerzo, nunca es suficiente trabajo. Algunas veces, cuando llego muy tarde a mi casa recuerdo ‘el año pasado llegaba a esta hora porque había tenido una cita, qué feliz fui ese día’, después me miro en el espejo y me siento un recuerdo de lo que he sido. Y sin embargo, continúo esforzándome porque en el colegio una vez me dijeron que tenía que darlo todo de mí, pero si lo hago ¿con qué me quedo yo?

Intento rechazar el concepto de ‘ascensor social’ porque siempre me ha parecido una falacia clasista para engañar a los jóvenes que no tenemos nada más que la esperanza. Sin embargo, no puedo evitar sentir cierto orgullo cuando le digo a mi novio “siento no haberte cogido el teléfono amor, llevo todo el día en la oficina” o cuando les digo a mis amigas “chicas os leo mañana, que hoy no he parado y estoy agotada”. O cuando me dicen: “tranquila, estás trabajando mucho” –aunque a mí nunca me parezca lo suficientemente bueno o lo suficientemente grande–. Es como si el trabajo lo justificase todo: la falta de amor, la fealdad o incluso el abandono. Imagino que yo también me he creído esa historia sobre lo dignificante del trabajo, sobre que trabajar de lo que te gusta no es trabajar y sobre llegar a ser alguien.

Sé que la auto explotación acabará conmigo, pero cuando San Pedro baje y me diga: “Lucía tengo las puertas abiertas para ti, te estamos esperando» le diré: «no puedo, estoy trabajando”.

Pero nunca tengo suficiente, por eso cuando llego a mi casa sigo escribiendo, sigo creando y sigo trabajando. Lo siento mamá, hoy no ceno que se me ha ocurrido una idea para un texto y tengo que escribirla antes de que se esfume. “Pero hija, la casa y la noche no son para trabajar” ¿Y qué espacio, qué tiempo le doy, si no, al arte? Si renuncio a ello en favor del descanso, ¿qué queda de mí? No puedo permitirme el descanso porque si lo hago todas las cosas que se me acumulan dentro acabarían por matarme, como lo hicieron con Sylvia. Sé que la auto explotación acabará conmigo, pero cuando San Pedro baje y me diga: “Lucía tengo las puertas abiertas para ti, te estamos esperando» le diré: «no puedo, estoy trabajando”.

Arquivado en: Laboral Juventud
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Laboral
Laboral Yolanda Díaz asegura que el Gobierno tramitará el indulto a las Seis de la Suiza
La ministra de Trabajo reconoce sentirse “escandalizada” tras la reunión con las sindicalistas condenadas y asegura que no va a “aceptar retrocesos” en los derechos laborales
Laboral
Laboral Reivindicar los derechos laborales en microempresas, el reto de los sindicatos
Nuevas estrategias hacen frente a realidades como las de los falsos autónomos o los puestos en remoto, mientras el PP quiere restringir aún más los comités de empresa.
Comunidad de Madrid
Sanidad privada Inspección propone sancionar a un hospital de Quirón por exponer a la plantilla a sustancias cancerígenas
El organismo inicia un procedimiento administrativo sancionador por infracción grave. Tras una visita al Hospital Quirónsalud Sur, de Madrid, constataron deficiencias en la zona de almacenamiento de los productos farmacéuticos y en el mortuorio.
Altri
Altri Galiza elixe o rumbo da loita contra Altri nas eleccións á directiva da plataforma Ulloa Viva
A veciñanza da comarca máis afectada presenta dúas listas separadas logo de non chegar a unha proposta de consenso. Por unha banda, concorre unha candidatura continuísta e, pola outra, unha alternativa que se achega máis o nacionalismo institucional.
Medio rural
Medio rural A esperanza da xestión colectiva fronte ao espolio: os comuneiros de Tameiga contra o Celta
Mentres varios proxectos industriais tentan privatizar e destruír os ecosistemas galegos, algúns grupos de veciños e veciñas organizadas fan oposición social construíndo alternativas comunitarias. Ás veces, tamén gañan ao xigante.
O Salto medra contigo
Crowdfunding O Salto Galiza abre un crowdfunding para empapelar Altri
Queremos investigar os responsables políticos e empresarias do que podería ser o maior atentado ambiental da historia recente de Galiza.
Ourense
Ourense Ourense organízase para loitar contra patrullas de extrema dereita nos barrios máis empobrecidos da cidade
A veciñanza e os movementos sociais responden ao discurso do medo promovido por Frente Obrero e sinalan a súa estratexia de criminalizar a pobreza e sementar odio en contextos de exclusión e abandono institucional.

Últimas

O Teleclube
O Teleclube 'O Teleclube' alucina no deserto con Óliver Laxe e 'Sirat'
Laxe leva o seu cuarto premio de Cannes, esta vez en competitición, polo seu novo filme que explosiona na gran pantalla.
Medio ambiente
Medio ambiente A loita polo monte galego: lumes, eucalipto e ameazas á propiedade común
Galiza concentra un terzo dos incendios forestais rexistrados no Estado. Mentres a Xunta apunta aos montes veciñais, comuneiros e ecoloxistas denuncian unha estratexia política para favorecer a privatización e a expansión da industria madereira.

Recomendadas

Feminismos
Feminismo Dous anos sen reparación tras sufrir lesbofobia nun Rexistro Civil de Pontevedra cando ían inscribir a seu fillo
Un funcionario negouse a inscribir ao fillo de Antía e a súa parella. Un erro de redacción na lei trans está detrás dos argumentos que o funcionario esgrime para defender a súa actuación.
Culturas
Erika Lust y Sara Torres “El deseo tiene una potencia inagotable para transformar la realidad si lo liberamos de las normas”
Sexo, deseo o ética del placer son algunos de los temas que hilan la escritora Sara Torres y la productora de cine porno Erika Lust en ‘La abundancia del deseo’.