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Laboral
Una herramienta para poner coto a la brecha salarial en España
Para equiparar los salarios femeninos a los masculinos, los primeros tendrían que crecer un 23%. Para equiparar las pensiones de las mujeres a las de los hombres, las primeras tendrían que subir un 37%. Las cifras muestran que la brecha salarial es una característica definitiva del trabajo en España, que se ha agudizado por la pandemia en cuanto se ha incrementado la parcialidad y la temporalidad. Según datos de la Organización Internacional del Trabajo, entre enero y agosto de 2020, los sueldos de las mujeres cayeron un 14,9%. Es la cifra más alta de todo el continente europeo.
La ganancia media anual de las mujeres en 2018, 21.011 euros, es 5.726 euros menor que la ganancia media anual de los hombres. Que la brecha salarial se sitúa en el 21,4%, es decir, que de cada cien euros por un mismo trabajo las mujeres cobran 21 menos, es un dato conocido aunque negado en medios neoliberales, que se ciñen a la diferencia del 11,8% de los salarios promedios que da Eurostat. Pero la propia oficina estadística europea detalla cómo “brecha salarial total de género” tres desventajas como son el menor salario, menos horas asalariadas y las interrupciones de la carrera para la crianza, tres características del empleo de las mujeres que, para la propia Eurostat, elevarían esa brecha por encima del 30%.
Otros datos no son tan conocidos: la brecha se amplía en los contratos indefinidos, lo que quiere decir que las carreras de cotización más largas se basan en una desigualdad estructural, con las consecuencias que eso tiene sobre la trabajadora pero también sobre las cotizaciones sociales y sobre Hacienda.
También, Eurofund ha calculado un aumento del 0,4% de la brecha de género en el ámbito laboral entre abril y septiembre de 2020 como consecuencia de la pandemia. UGT estima que se ha disparado del 20% al 28,4% la brecha entre quienes trabajan en los servicios de la salud y el cuidado de las personas.
La parcialidad, que en el caso de las mujeres se mantiene en el mismo punto que antes de la pandemia (en torno al 30%) afecta a menos del 10% de los hombres, según datos de Comisiones Obreras.
Esos son los hechos. Para tratar de cambiarlos, los Ministerios de Igualdad y de Trabajo presentaron el jueves 15 de abril, junto con los agentes sociales —es decir, los sindicatos mayoritarios (CC OO y UGT) y las organizaciones de la patronal (CEOE y Cepyme)— la herramienta IR!, acrónimo de “igualdad retributiva”. Se trata de un sistema de hojas de cálculo en las que cada empresa, no importa cuál sea su tamaño, está obligada desde el miércoles 14 de abril a incluir los registros de salarios, la auditoría de los mismos y una valoración de los puestos de trabajo por género.
IR! será accesible, con las salvedades impuestas por la protección de datos, para Inspección de Trabajo, la representación legal de los trabajadores y la propia plantilla. Y su objetivo, según declaró el jueves Irene Montero en el acto de presentación de la herramienta es hacer “aflorar discriminaciones directas e indirectas”. Entre las segundas, advierten los sindicatos, están los complementos y pluses salariales, que explica la mitad de la brecha.
El límite en el que se empezará a actuar es, de momento, el 25%. Cuando la diferencia de las retribuciones alcance ese umbral, según ha informado el Ministerio, la empresa deberá identificar las causas, determinar si está justificada o no y, en su caso, corregir la desigualdad.
Si el descenso de medio punto en la brecha salarial en 2018, respecto a 2017 se mantuviera constante en el tiempo, indicó la vicesecretaria General de UGT, Cristina Antoñanzas, "se necesitarían 43 años para que la brecha salarial entre sexos desapareciera en España”.
La presencia de la patronal en el acto fue especialmente saludada por Yolanda Díaz, quien a lo largo de su mandato como ministra de Trabajo ha priorizado el “diálogo social” y, sin embargo, no pudo contar con la firma de la patronal en la aprobación de los reglamentos 901 y 902, presentados en julio y hechos Real Decreto en octubre para garantizar garantizar “la efectividad del principio de igual retribución por trabajos, no solo iguales, sino de igual valor”. Sin embargo, en esta ocasión la patronal está de acuerdo con la puesta en marcha de la herramienta, que desde el pasado miércoles es obligatoria para todas las empresas.
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