Migración
El Ocean Viking lleva ocho días esperando un puerto seguro

Con 180 personas rescatadas a bordo, el buque de rescate denuncia estar “en el limbo” mientras Italia y Malta se niegan a permitirle el desembarco.

Ocean viking julio
Una de las embarcaciones rescatadas por el Ocean Viking durante la última semana. Foto: Flavio Gasperini - SOS MEDITERRANEE

“La situación a bordo se está deteriorando rápidamente y varios supervivientes amenazan con saltar por la borda”, afirmaba ayer la ONG SOS Méditerranée, al mando del barco humanitario Ocean Viking, que desde finales de junio lleva a bordo a casi doscientas personas rescatadas en el mar. “La falta de solidaridad entre los Estados miembros de la UE tiene implicaciones directas para los 180 sobrevivientes que arriesgaron sus vidas huyendo de la violencia y el abuso en Libia”, añade el comunicado emitido por la organización.

Después de permanecer anclado durante tres meses en el puerto francés de Marsella a causa del bloqueo iniciado con el covid-19, el Ocean Viking reanudó su actividad en el Mediterráneo Central el pasado 22 de junio. Tres días más tarde, el 25 de junio, rescató a un total de 118 personas que navegaban en dos embarcaciones de madera y que se encontraban en peligro en aguas internacionales. “Muchos han sufrido quemaduras por el sol y el combustible durante el tiempo que pasaron en los botes no aptos para navegar en mar abierto”, remarca Frédéric Penard, director de operaciones de SOS Méditerranée.

Después de estos dos rescates, el Ocean Viking solicitó a Malta e Italia la autorización para desembarcar a los sobrevivientes en un puerto seguro, tal y como indican el derecho del mar y los convenios marítimos. “Desde entonces, esta solicitud se ha repetido en cuatro ocasiones sin obtener ninguna respuesta positiva”, denuncia Penard. Ante la negativa de estos dos países y el silencio del resto de la Unión Europea, el 30 de junio el Viking fue alertado nuevamente de dos embarcaciones precarias en peligro, y procedió nuevamente a realizar el rescate de 47 y 16 personas, por lo que alberga desde ese día un total de 181 supervivientes a bordo.

“Esta situación es insostenible”, denuncia la organización. “No solo persiste en los Estados miembros la falta de capacidad de búsqueda y rescate para salvar vidas en el mar, sino que la UE no está brindando seguridad a los pocos que han sido rescatados”, afirma en el comunicado, que también lanza un interrogante: “¿Dónde quedó el acuerdo de Malta, firmado en 2019, para la reubicación de las personas rescatadas en el mar?”.

“¿Dónde quedó el acuerdo de Malta, firmado en 2019, para la reubicación de las personas rescatadas en el mar?”, recalca SOS Meditérranée

Se refieren a un acuerdo que tan solo un año después demostró la inoperatividad de las autoridades europeas para gestionar la migración desde la premisa de los derechos humanos. “Desde principios de junio, venimos escuchando declaraciones que anuncian el reinicio del acuerdo de Malta, pero en las comunicaciones que Ocean Viking tiene con las autoridades marítimas, todavía no existe ninguna señal de este reinicio”, reclama la ONG.

Por otro lado, durante las últimas semanas la guardia costera libia continuó interceptando barcazas y realizando devoluciones de personas que justamente intentan huir del terror de la guerra y la violación de los derechos humanos. Durante la semana del 23 al 29 de junio, 618 personas fueron interceptadas y devueltas a Libia, según informa la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

Durante la semana del 23 al 29 de junio, 618 personas fueron interceptadas y devueltas a Libia, según informa la Organización Internacional para las Migraciones (OIM)

“Reiteramos que este sistema arbitrario de detención en Libia debe ser desmantelado”, recalca la OIM desde su oficina en Trípoli. Asimismo, la portavoz de la Oficina para las Migraciones de la ONU en Ginebra, Safa Msehli, también reclamó recientemente que “se necesita con urgencia una alternativa al desembarco en Libia”, apelando a una acción urgente por parte de la UE.  “¿Cuántas vidas más tienen que ser amenazadas o perdidas para que se tomen medidas?”, cuestionó.

Denuncian,  además, que Libia no es un lugar seguro ni para desembarcar a los rescatados ni para permitir o colaborar con las devoluciones realizadas por la guardia costera, ya que las migrantes son detenidas y encerradas en campos de detención sobresaturados y cargados de violencia. En este sentido, hace ya un año del bombardeo contra el campo de detención de Tajoura y tanto la ONU como las organizaciones no gubernamentales volvieron a reclamar el cierre de estos centros de detención de migrantes en una Libia brutalmente golpeada por el conflicto armado.

Alemania en el foco de las demandas

Las ONG de rescate en el Mediterráneo han puesto también el foco de las demandas en Alemania, que desde el 1 de julio asumió la presidencia rotatoria del Consejo de Europa para los próximos seis meses. Exigen que la nueva presidencia obligue a los Estados miembros a respetar la legalidad y los acuerdos internacionales suscritos en torno a la cuestión migratoria y de refugio. “Las demandas incluyen #DefundFrontex [el desmantelamiento presupuestario del Frontex], reformar el Reglamento de Dublín, poner fin al apoyo a la Guardia Costera de Libia y extender la libertad de movimiento”, según informa la plataforma europea Civil Fleet.

A estas reivindicaciones también se ha sumado la ONG alemana Sea Watch, que ha hecho pública una carta dirigida directamente a Angela Merkel y a todo el Gobierno federal alemán, que “con su presidencia de la UE tiene la oportunidad de impulsar una agenda de migración que se ajuste a los derechos humanos”.

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