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Migración
Italia vuelve a cargar contra los rescates en el Mediterráneo
El gobierno italiano paraliza al Ocean Viking, provocando, una vez más, que no haya ningún barco civil de rescate operativo en el mar. La persecución y la criminalización de las ONG vuelve a poner en jaque los Derechos Humanos amenazando también las operaciones de monitoreo aéreo sobre la ruta del Mediterráneo central.
Primero fueron el Alan Kurdi y el Aita Mari. Los únicos barcos que realizaron rescates durante el punto más álgido de la pandemia terminaron siendo detenidos en el puerto siciliano de Palermo, obligados a permanecer anclados y pagando sanciones económicas durante casi dos meses. Luego le llegó el turno al Sea Watch 3, que también se convirtió en el blanco de las autoridades italianas después de realizar tres rescates con un total de 211 personas a bordo que finalmente fueron transferidas a otro ferry donde realizaron la cuarentena. Así pues, la detención que dejó inactivos a estos tres buques durante varias semanas alegaba las mismas razones técnicas y de seguridad que sirven ahora para inmovilizar al Ocean Viking, detenido en Porto Empedocle desde el pasado 22 de julio.
Una detención que llega después de que, en su última operación, el Ocean Viking rescatara a 180 personas y fuera obligado a permanecer en el mar durante 11 días sin indicaciones de un puerto seguro en el que poder desembarcar, llegando incluso a declarar el Estado de Emergencia a bordo por el deterioro de la salud física y psicológica de las personas rescatadas. Días más tarde, Italia finalmente autorizaba el desembarco en Porto Empedocle y trasladaba a las personas rescatadas al Moby Zazà, un ferry de pasajeros en el que las rescatadas debían pasar dos semanas de cuarentena.
Migración
Las 180 personas rescatadas por el Ocean Viking desembarcan en Sicilia
Italia da finalmente instrucciones y permite realizar el desembarco en Porto Empedocle, al sur de Sicilia. La decisión llega después de diez días reclamando un puerto seguro y tras la declaración del “estado de emergencia” a bordo.
“En los últimos tres meses, las autoridades italianas han utilizado sistemáticamente el mismo argumento de la seguridad para detener los barcos de cuatro ONGs en el Mediterráneo central. ¿Por qué la seguridad no era también una preocupación para las autoridades marítimas cuando, a principios de este mes, el Ocean Viking tuvo que esperar 11 días para que se le asignara un puerto, teniendo que declarar el Estado de Emergencia a bordo?”, reclama Frédéric Penard, Director de Operaciones de SOS Mediterranee, la organización al mando del Viking. “Existe un patrón claro que se aplica de manera abusiva y un continuo hostigamiento administrativo sobre las ONG, cuyo único objetivo es evitar que las actividades que salvan vidas llenen el vacío dejado por los Estados europeos. Detener la ayuda no evitará que la herida continúe sangrando”, añade.
“¿Por qué la seguridad no era también una preocupación para las autoridades marítimas cuando el Ocean Viking tuvo que esperar 11 días para que se le asignara un puerto, teniendo que declarar el Estado de Emergencia a bordo?”
Tanto es así que la consecuencia más directa de estas detenciones es la actual ausencia de barcos civiles de rescate humanitario en el Mediterráneo central, tal y como sucedió durante seis semanas cuando se paralizó al Kurdi y al Aita Mari. Estos hechos conducen a un contexto de vulneración y desamparo de los Derechos Humanos, y del derecho a la vida, en las puertas de una Europa que se niega a actuar de forma responsable más allá de palabras escritas sobre papel mojado.
“Como resultado del acoso administrativo sistemático al que están sujetas las ONG, ya no quedan barcos de rescate disponibles para llevar a cabo operaciones en el Mediterráneo central”
“Como resultado del acoso administrativo sistemático al que están sujetas las ONG, ya no quedan barcos de rescate disponibles para llevar a cabo operaciones en el Mediterráneo central. Mientras tanto, la gente sigue huyendo de Libia, especialmente cuando las condiciones climáticas del verano lo permiten, y los barcos siguen siendo reportados en peligro”, denuncia SOS Mediterranee en su comunicado.
INTENTO DE BLOQUEO TAMBIÉN SOBRE LA FLOTA AÉREA DE LAS ONG
La misma estrategia de persecución comienza a ser utilizada por Italia para intentar paralizar las tareas de monitoreo aéreo que las organizaciones llevan a cabo sobre las aguas del Mediterráneo central. “Exigimos al gobierno italiano que deje de intentar, por todos los medios, bloquear nuestras operaciones en el mar y en el aire. El Sea Watch 3 se encuentra bajo bloqueo administrativo, mientras que en las últimas semanas los controles de documentos e inspecciones de nuestra flota aérea se han vuelto cada vez más intensos hasta ser objeto, incluso, de varios controles durante un mismo día”, denuncia Giorgia Linardi, portavoz y asesora legal de la organización Sea Watch en Lampedusa, desde donde operan las misiones aéreas del MoonBird y el SeaBird.
Las misiones aéreas que Italia comienza a intentar paralizar han permitido reportar, solo en este último mes, cerca de 700 personas que se encontraban en peligro en el mar
“Parece un claro intento para, una vez más, deshacerse de los incómodos testigos en el Mediterráneo, mientras que Italia continúa cooperando con la Guardia Costera Libia en la realización de devoluciones ilegales de personas”, remarca Linardi. Según denuncia la organización, solo durante este último mes las misiones aéreas han permitido reportar cerca de 700 personas que se encontraban en peligro en el mar. “Señalamos a las autoridades la presencia de estas personas, así como la presencia de cuerpos de personas fallecidas que han quedado en el mar durante semanas sin que se haya desplegado ninguna misión de recuperación”, añade.
“Estamos sobrevolando un cementerio”, expresaba el pasado 21 de julio el Director de Operaciones Aéreas del MoonBird, Tamino Bohm, después de avistar un cuerpo sin vida “que parece haber estado en el agua durante varios días”. Un hecho similar ocurría a finales de junio, cuando el SeaBird hallaba desde el aire otro cuerpo sin vida, flotando en aguas del Mediterráneo central. “Para recuperar e identificar el cuerpo sin vida, así como para informar a los familiares, solicitamos a las autoridades que inicien una operación de rescate”, expresaba el comunicado oficial enviado a las autoridades europeas con fecha del 30 de junio de 2020. Dos semanas después, la tripulación del avión volvía a denunciar el avistamiento del mismo cuerpo sin que ninguna institución emprendiera acciones de recuperación ni de esclarecimiento de los hechos.
“Si consiguen paralizar también nuestra flota en el aire, sería una señal muy clara de que Europa no quiere a la sociedad civil diciendo la verdad sobre lo que sucede en el Mediterráneo”
“No sabemos qué ocurrió allí y especialmente qué sucedió con las otras personas que estaban en ese bote de goma. La gente muere cruzando el Mediterráneo como resultado de una Europa que construye una fortaleza a su alrededor. Solicitamos rutas seguras y legales para que tragedias como esta no tengan que volver a ocurrir”, reclama Neskee, Coordinadora de Tácticas del SeaBird. “Esto es completamente inaceptable y si consiguen paralizar también nuestra flota en el aire, sería una señal muy clara de que Europa no quiere a la sociedad civil diciendo la verdad sobre lo que sucede en el Mediterráneo”, concluye Linardi.