Opinión
¿Puede conformarse Podemos con tener razón?

El autor reivindica la capacidad de movilización de Podemos para plantear el conflicto social en el momento de crisis actual.

Parlem en Madrid 2
Imagen de la protesta en la plaza de Cibeles de Madrid. David F. Sabadell
Víctor Prieto Rodríguez
30 oct 2017 12:18

Hay un sarcasmo evidente en el título que encabeza este artículo. Y lo hay porque es ridículo creerse en posesión de la razón cuando no se cuenta con la fuerza que la sostiene. Pero mucho más descorazonador que una razón efímera e inane es el rechazo autoimpuesto a no hacer uso de la poca fuerza que se tiene, en momentos en los que la propia correlación de fuerzas puede ser alterada.

El comportamiento de Podemos en las últimas semanas, levantando la bandera de la responsabilidad frente a la polarización, puede ser tachado sin reservas de irresponsable. En primer lugar, porque Podemos ha cometido la gran irresponsabilidad de negarse a hacer un uso efectivo de su capacidad de movilización, en un contexto marcado por el resurgir de las calles como escenario de la política.

Podemos no gobierna, pero cuenta con la fuerza suficiente como para “dirigir sin gobernar”, algo que implica la extensión del conflicto social a todos los ámbitos del régimen del 78

Es especialmente significativo que la vuelta momentánea a la democracia de masas haya dejado al “partido de la gente” en tierra de nadie, enredado en los complejos históricos de la izquierda española. Con este no-hacer-nada que supone su arrinconamiento institucional y mediático, la formación morada ha rendido los espacios ganados en los últimos años a las facciones más militarizadas en el momento de excepción. Soberano, decía Carl Schmitt, es el que decide sobre el estado de excepción. Ha quedado claro.

Pero, volviendo a la idea de la responsabilidad, es preciso situar los términos en su justa medida. El principal responsable de una situación política como la actual es, por supuesto, el que cuanta con un mayor poder. En este sentido, la cuota de Podemos alcanza donde llegan sus nada desdeñables cinco millones largo de votantes y el importante peso político de su confluencia catalana, En Comú Podem, principal fuerza política en las últimas elecciones generales en Cataluña.

Podemos no gobierna, pero cuenta con un mayor poder como para “dirigir sin gobernar”, algo que implica la extensión del conflicto social a todos los ámbitos del régimen del 78, por supuesto también al territorial.

De lo contrario, arrinconados en las instituciones y ninguneados en los medios de comunicación, lo que le queda a Podemos es seguir ondeando, cada vez más solos, la bandera de una razón sin atributos políticos, a la espera del cierre definitivo del “momento político” y de la reescritura de la Historia a manos de los vencedores sin paliativos. Mientras tanto, los Paco Frutos de Cataluña, abandonados a su suerte, perdidos, desconcertados, se suman a la marcha sobre Barcelona de las camisas pardas, catapulta electoral del bloque unionista, más trasversal que nunca. ¡Viva Borrell!

Se podría pensar que la crisis territorial está inscrita en la incapacidad de Podemos para desbordar el sistema político de la Transición; que, como consecuencia de ello, este nuevo escenario de la disputa es un campo minado para una formación con un proyecto político para España. Puede ser razonable… y desoladoramente autocomplaciente. En el fondo subyace una muy restringida comprensión de la representación política y de la propia democracia. Aflora la falta de imaginación para concebir una idea otra de institucionalidad, la asimilación acrítica de las reglas del juego parlamentario, lo que Jacques Rancière llamaba “el reparto (incuestionado) de lo sensible”.

Pese a todo, las elecciones del próximo 21-D ofrecen la posibilidad de un cambio de rumbo. Podemos debe (si aún puede) desbordar sus posiciones institucionales, dejar de ser otro actor al uso para volver a su naturaleza de herramienta circunstancial, para revertir una realidad que amenaza con llevarse por delante lo que floreció aquel mayo. Podemos no puede conformarse con tener razón. Porque la razón es poder, y el poder se usa.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Opinión
Gasto militar España tendría que invertir más del 10% del PIB en defensa pasiva
Se empeña míster Trump en ordenar que todos los países que pertenecen a la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte), inviertan en defensa, porque así él lo manda, al menos el 5% de su PIB (Producto Interior Bruto).
Opinión
Opinión La complicidad de Europa e Italia en el genocidio palestino
Distintos estudios están sacando a la luz las financiaciones públicas y privadas a la máquina bélica israelí por parte de entidades europeas: una complicidad que resulta fundamental para que las fuerzas sionistas continúen asolando Gaza.
Opinión
Opinión Algunas claves para hacer un análisis feminista de las masculinidades y el patriarcado
Aunque el repunte patriarcal que estamos viviendo lleva tiempo consolidándose, ahora se le está otorgando la importancia que merece en el debate público, también en Euskal Herria.
Ibexmos
5/11/2017 12:05

Podemos, el P$OE del S. XXI.

5
2
#2340
4/11/2017 4:15

Una mierda tiene razón

5
2
Iñigo Arispe
3/11/2017 0:41

Pues sí, estoy muy de acuerdo con lo que dice Víctor Prieto. Gracias

1
3
Medio rural
Medio rural A esperanza da xestión colectiva fronte ao espolio: os comuneiros de Tameiga contra o Celta
Mentres varios proxectos industriais tentan privatizar e destruír os ecosistemas galegos, algúns grupos de veciños e veciñas organizadas fan oposición social construíndo alternativas comunitarias. Ás veces, tamén gañan ao xigante.
Ourense
Ourense Ourense organízase para loitar contra patrullas de extrema dereita nos barrios máis empobrecidos da cidade
A veciñanza e os movementos sociais responden ao discurso do medo promovido por Frente Obrero e sinalan a súa estratexia de criminalizar a pobreza e sementar odio en contextos de exclusión e abandono institucional.
O Salto medra contigo
Crowdfunding O Salto Galiza abre un crowdfunding para empapelar Altri
Queremos investigar os responsables políticos e empresarias do que podería ser o maior atentado ambiental da historia recente de Galiza.

Últimas

O Teleclube
O Teleclube 'O Teleclube' alucina no deserto con Óliver Laxe e 'Sirat'
Laxe leva o seu cuarto premio de Cannes, esta vez en competitición, polo seu novo filme que explosiona na gran pantalla.
A Catapulta
A Catapulta O tempo, o espazo e a poesía de Estíbaliz Espinosa
A poeta visita A Catapulta para conversar sobre o seu traballo e a súa traxectoria literaria

Recomendadas

Feminismos
Feminismo Dous anos sen reparación tras sufrir lesbofobia nun Rexistro Civil de Pontevedra cando ían inscribir a seu fillo
Un funcionario negouse a inscribir ao fillo de Antía e a súa parella. Un erro de redacción na lei trans está detrás dos argumentos que o funcionario esgrime para defender a súa actuación.
Culturas
Erika Lust y Sara Torres “El deseo tiene una potencia inagotable para transformar la realidad si lo liberamos de las normas”
Sexo, deseo o ética del placer son algunos de los temas que hilan la escritora Sara Torres y la productora de cine porno Erika Lust en ‘La abundancia del deseo’.
Medio ambiente
Medio ambiente Iberdrola proxecta un parque eólico que pon en risco un dos maiores xacementos fortificados de Galiza
A Xunta vén de declarar a utilidade pública para o parque eólico Castro Valente, a pesar de que a súa construción está suspendida cautelarmente polo Tribunal Superior de Xustiza de Galicia.