Queer
Cuatro mitos sobre la teoría queer (y II)

Cuando algunas teóricas queer dicen que el sexo es una construcción social o cultural, no afirman que la biología no importe. Defienden que la forma en que se ha leído la biología no es neutra, sino interpretada mediante constructos sociales.

Movemento queer Galiza
Mani queerunha 2008 MBP (Maribolheras Precárias)
19 jun 2020 09:20

El artículo fue publicado en catalán en el semanario ‘El Temps’.

Este artículo es la segunda mitad de una serie que desmiente los principales mitos sobre la teoría queer que blanden algunos colectivos feministas en España para excluir del movimiento a las mujeres trans. El primero, acompañado de una explicación del contexto actual, se puede encontrar aquí.

“La teoría queer defiende que el sexo es una construcción social”

El feminismo transexcluyente afirma que la teoría queer considera que el sexo no se basa en rasgos biológicos y que, por lo tanto, niega que las mujeres estén oprimidas a causa de su condición de hembras humanas. Cuando algunas teóricas queer dicen que el sexo es una construcción social o cultural, no afirman que la biología no importe. Defienden que la forma en que se ha leído la biología no es neutra, sino interpretada mediante constructos sociales.

Uno de ellos es el binarismo sexual, es decir, la idea que existen dos sexos biológicos, macho y hembra. Anne Fausto-Sterling explica en Cuerpos sexuados que esto ha afectado el tratamiento recibido por las personas intersexuales, las que tienen genitales, gónadas o cromosomas que no encajan en las representaciones que se asocian a ser macho o hembra. Fausto-Sterling cuenta que, al nacer, los bebés con características intersexuales son operados para que sus genitales se ajusten a uno de los dos sexos. Si bien algunas intervenciones se realizan para evitar futuros problemas de salud, en otros casos no es así. A lo largo de su vida, muchos intersexuales se someterán a procesos hormonales para acabar de cuadrar en la categoría sexual asignada, y se intentará que vivan con el género que más encaja con sus genitales. En muchos casos, no les supone un problema, pero hay bastantes intersexuales que reivindican un modelo médico que tenga en cuenta su voz y su identidad.

Uno de los ámbitos donde la lectura cultural del sexo biológico es más evidente es en el deporte. Para definir quién puede competir en las categorías masculinas y femeninas, se han establecido criterios biológicos para delimitar claramente quién es cada cosa. A pesar de que han ido cambiando a lo largo del tiempo (cromosomas, hormonas), nunca han sido definitivos. Casos en los ochenta como el de la española María José Martínez Patiño, con cromosomas XY, o actuales, como el de la sudafricana Caster Semenya, con niveles de testosterona más altos que la media entre las mujeres-hembras, demuestran que no existe un indicador definitivo para establecer quién es macho o hembra, y mucho menos hombre/mujer. Es más, algunas características asociadas al sexo están interpretadas con un prisma étnico: si bien se considera que los machos tienen más pelo, hay etnias en Asia, Sudamérica u Oceanía cuyos machos humanos tienen poca cantidad de pelo, hasta el punto de que hay hembras caucásicas con más vello corporal que ellos.

Por todo ello, Anne Fausto-Sterling concluye que cada individuo tiene que ser visto como un sistema de desarrollo propio, un resultado, en constante evolución, de la combinación de la crianza, la cultura, la historia, la experiencia y la biología. Una afirmación que encaja con las ideas de muchas feministas, como Angela Saini, que analizan los discursos que se han empleado en medicina para justificar la inferioridad de las mujeres, o que generan sesgos que han llevado a que las mujeres reciban una atención sanitaria peor que la recibida por los hombres.

La segunda aportación de la teoría queer sobre la interpretación cultural del sexo biológico es la elaborada a partir del pensamiento de Judith Butler. La forma más sencilla de explicarlo es así: cuando a una mujer (o a un hombre trans) embarazada le preguntamos por el sexo del feto, en realidad estamos pidiendo su género. Es decir, si nos respondiera que su bebé es macho, hembra o intersexual, no acabaríamos de crear una imagen en nuestra cabeza sobre él. En cambio, si nos dice “es niño” o “es niña”, la imagen del futuro bebé es mucho más clara. Así, Judith Butler concluye que el discurso, el género, hace que el cuerpo tenga una existencia definida.

No solo esto. Butler explica que actuamos como si ser hombre o mujer fuera una realidad interna, cuando en realidad es algo que se produce y se reproduce constantemente y que, por lo tanto, es performativo. Añade que nadie es un género desde cero, y que por eso hay instituciones y prácticas destinadas a asegurar que cada individuo se comporta en función de las convenciones sobre el género asignado. Pone como ejemplo a los niños afeminados (sissy) y las niñas marimacho (tomboy) y el acoso que sufren por tener expresiones de género que no encajan con una idea de performtividad de género determinada por el sexo biológico (hembra-mujer-femenina; macho-hombre-masculino).

“La teoría queer quiere crear más géneros, el feminismo quiere abolirlos”.

No es necesariamente cierto ni en la teoría queer ni en el feminismo. Judith Butler considera que el género también puede ser un espacio de agencia y libertad. Isaias Fanlo añade que, para una mujer cis, los zapatos de tacón “pueden simbolizar la opresión machista que obliga las mujeres a cosificarse y a sufrir para encajar en unos determinados estándares de belleza para gustar al hombre. Para una mujer trans, los mismos zapatos pueden significar una liberación”. Añadiría que no todas las mujeres trans lo ven así. De hecho, las hay que han triunfado en dominios identificados claramente como masculinos y altamente misóginos. Es el caso de Sasha Hostyn, conocida como Scarlett, campeona canadiense de videojuegos.

Además, estudiosos queer como Nael Bhanji, Afsaneh Najmabadi o Dean Spade, así como entidades como la Guerrilla Travolaka o Generem, han denunciado que las instituciones religiosas, legales y médicas han creado un discurso estandarizado sobre el hecho trans orientado a reforzar un binarismo de género que ha dejado fuera la mayoría de experiencias vivenciales y procesos corporales de las personas trans, en países tan diversos como Irán, los Estados Unidos o España. Y es que buena parte de la teoría queer, o las teorías queer, como reivindica Fanlo, se ha dedicado a estudiar las experiencias que diluyen las fronteras de los géneros.

Por otro lado, no todas las teorías feministas tienen como objetivo abolir el género. De hecho, resulta contradictorio que las mismas que piden abolir el género, las feministas transexcluyentes, sean las que se esmeren tanto en delimitar quién está incluida en el género mujer en base a unas características biológicas. Si nos fijamos en la vertiente del género más vinculado a la apariencia y los roles, raramente estos postulados feministas van acompañados de la lucha por una sociedad andrógina. En todo caso, lo que a menudo han pedido los feminismos es la despolitización del género, en el sentido de suprimir las discriminaciones y privilegios asociados a cada uno de ellos. Sin embargo, no está claro que esta despolitización implique la desaparición total del género. Hay corrientes feministas que no lo ven así. El xenofeminismo hace suya la idea de Butler de que es muy difícil interpretar un cuerpo sin un discurso (género) previo, y por eso proponen que florezcan una multitud de géneros, en función de las experiencias de cada cual, de forma que, al final, el género ya no tenga importancia como base para una jerarquía social.

Finalmente, la afirmación que el feminismo “quiere abolir el género” puede pecar de eurocéntrica y blanca, a pesar de que hay feministas españolas racializadas que también lo defiendan. El colonialismo y el racismo han estigmatizado prácticas realizadas por mujeres no blancas, como los rituales de belleza de las mujeres afrodescendientes en Europa o Estados Unidos, cuyo arte capilar se considera sucio o barriobajero por la sociedad blanca. Otro ejemplo son las formas de crianza de las mujeres gitanas, quienes han tenido que luchar contra políticas de esterilizaciones forzadas realizadas por las sociedades payas en algunos países europeos, como Eslovaquia, República Checa, Suecia, Suiza o Rumanía. Así pues, ha habido feminismos no blancos que han reivindicado prácticas socialmente propias del género femenino. La diversidad de feminismos en el mundo, y la concepción que tienen de ser mujer, es tan diversa que es difícil establecer que el feminismo quiere abolir el género.

Arquivado en: Feminismos Queer
Sobre o blog
Espacio colectivo para contradecirse sobre politica. Eso sí, con ritmo y poesía #POLIRIKA
Ver todas as entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Opinión
Cuidados ¿Abolimos el género o reescribimos la teoría queer con mirada perinatal?
Debemos reflexionar sobre el sistema sexo-género en relación a los cuidados de las infancias y pensar cómo hacemos compatible los debates identitarios con las responsabilidades individuales y colectivas de sostener la vida.
Sphera
Sphera Cómo ser trans en Grecia: existir, resistir
Las historias de Ari, Kassiope y Paola muestran la situación de las personas trans en Grecia. Un reportaje de El Salto Vídeo para Sphera Network.
#83465
24/2/2021 15:15

"No decimos que la biología no importe", sí decimos -de manera perfectamente arbitraria- que el constructo cultural se inicia en un "posteriori" que no somos capaces de identificar. Tampoco nos atrevemos a indicar cuando inicia el constructo, quienes fueron sus responsables, ni por qué hombre/mujer.

0
19
#67826
19/8/2020 7:47

"El género mujer", dice. Mujer no es un género, al hablar de género nos referimos a masculino y femenino, que es lo que el feminismo quiere abolir, y mujer es "hembra humana". Si no tenéis claros los conceptos básicos, es imposible que expliqueis nada.

1
21
#63632
19/6/2020 16:05

Si cada individuo tiene que ser visto como un sistema de desarrollo propio, ¿no resulta una casualidad increíble que casi la todalidad de las personas con genitales identificables como vagina sean sistemáticamente subordinadas a aquellas con falo? ¿No será que estamos perdiendo el norte porque nos empeñamos en describir en una sola fórmula lo que son, en realidad, tres tipos de dominación?

Una de ellas, tiene características materiales claras (el patriarcado): a más de la mitad de la población mundial se le asigna, sin mayor dificultad interpretativa, una vagina, y con ella, todo un mapa de significados (el género) que, entre muchos otros, determinarán la biografía de la persona con resultados discriminatorios. ¿Qué no hay formas de describir la materia sin estar mediada por los conceptos? Evidentemente, eso ya lo dijo Kant en el siglo XVIII. Las otras dos son derivadas del hecho de que hay un porcentaje, estadísticamente insignificante pero moral y políticamente muy importante de personas a las que, o no se les puede fácilmente identificar dentro de una clasificación binaria de los cuerpos (intersexuales) o que han decidido desobeder los significados atribuidos a su cuerpo (trans binarixs y no binarixs) y que son, y de aquí la importancia que ha de otorgárseles a estos casos, constantemente castigadas por ello. A las mujeres trans no se las discrimina por misoginia, se las discriminar por desobedecer al género.

En este último grupo se encuentran también, aunque con un nivel de aceptación radicalmente distinto, los hombres gais y con pluma, que son también castigados por desobedientes. Las lesbianas y las marimacho serán castigadas doblemente: por tener vagina, y por desobedecer las normas del género.

Del hecho de que los hombres trans gocen de los privilegios de la masculinidad no se deriva que los genitales no sean centrales en la atribución del género y que, el elemento central del patriarcado sea, en realidad, la femfobia. Lo que se concluye de ahí es que la única forma de que, naciendo con vagina, puedes formar parte del Club es que 1. Te sitúes en la línea de los hombres y 2. Que en ningún momento se llegue a intuir que naciste con una vagina y un útero y 3. Que no hables ni interactúes con nadie (que no se te note las disposiciones de género adquiridas en tu historia y de las que por mucho que quieras, no te puedes fácilmente deconstruir).

La defensa de una trinchera común entre mujeres, intersexuales y trans, siempre que se le conceda atención a la cuestión de los protagonismos y los eclipasmientos, es tan fácil de argumentar como que los tres sujetos denuncian, si no opresiones similares, un mismo sistema de atribución de significados a los genitales. Para defender dicha convergencia trans e interinclusiva (se llame feminismo o frente común entre feminismo y otros movimientos), no hace falta defender lo que es estadística y filosóficamente falso: ni el género es una experiencia singular, ni pasa por la elección de los sujetos.

Y con esto no quiero decir que las mujeres trans no tengan derecho a llamarse mujeres. Si para ellas es importante que se las acoja dentro nuestro colectivo, adelante. Lo que es filosóficamente inconsistente no lo tiene por qué se políticamente. Pero, para ello, no caigamos en el error de describir erróneamente cómo funciona el género.

11
24
#63611
19/6/2020 13:08

A mi me parece todo muy bien pero a efectos cuando me consideraran mujer? Me he de hormonar obligatoriamente? me he de depilar? tengo que operarme? ponerme implantes? Con decir que me siento mujer ya tendría que ser suficiente digo yo.Todo lo demás vulnera mis derechos, a nadie “normal” le piden nada para acreditar su identidad

19
7
Sobre o blog
Espacio colectivo para contradecirse sobre politica. Eso sí, con ritmo y poesía #POLIRIKA
Ver todas as entradas
Sanidad
Sanidad Óscar López desoye a Mónica García y concede más dinero a las aseguradoras de Muface
El Consejo de Gobierno aprueba una nueva licitación que incluye un aumento de las primas para las aseguradoras privadas del 33,5%, empujados por las protestas de sindicatos como CC OO y UGT, y en contra de la propuesta del Ministerio de Sanidad.
Derecho a la vivienda
Derecho a la vivienda Junts permite que la proposición de ley que pretende regular el alquiler de temporada entre en el Congreso
El partido de Carles Puigdemont cambia de opinión y permite que la ley propuesta por los sindicatos de inquilinos y presentada por los socios de izquierda del ejecutivo comience su trámite parlamentario.
Aragón
Explotación laboral Rebelión laboral en el mayor matadero de Europa que está en Binéfar
La sección sindical de CNT de este matadero de Huesca convocó cuatro jornadas de huelga la semana pasada que tildan de éxito. Más del 90% de los operarios son migrantes.
Crisis climática
Crisis climática El Constitucional admite a trámite la demanda que reactiva el Juicio por el Clima
El Tribunal acepta el recurso de Ecologistas en Acción, Greenpeace, Oxfam Intermón, Fridays For Future y la Coordinadora de Organizaciones para el Desarrollo por el que se demanda al Estado español por inacción climática.

Últimas

Sanidad
Sanidad Denuncian que Defensa cede a Quirón el antiguo Hospital del Generalísimo Franco por una cantidad “irrisoria”
La Fundación Jiménez Díaz pagará ocho euros por metro cuadrado por la cesión de un edificio público, mientras la media del precio del alquiler en Madrid es de 20 euros por metro cuadrado.
Más noticias
Alquiler
Huelga de alquileres Cuando Barcelona se levantó contra la patronal inmobiliaria y declaró la huelga de alquileres
Recién entrada la República española, 100.000 familias dejaron de pagar durante cuatro meses los precios abusivos que ya entonces se reclamaban por las viviendas.
Francia
Francia Macron se aferra a la continuidad y depende del jóker de los socialistas y la ultraderecha
El presidente francés nombra primer ministro al veterano centrista François Bayrou después de que este último le amenazara con retirar su partido de la coalición presidencial.
Universidad pública
Universidades La universidad pública madrileña sale a la calle para defender su futuro
Estudiantes, profesores y sindicatos hacen un llamamiento para acudir el día 19 a la Asamblea de Madrid para denunciar la “asfixia económica” que sufren los centros privados con un presupuesto insuficiente.
En saco roto (textos de ficción)
En saco roto Viajante
Solo en el último catálogo surgía la esperada sorpresa, el objeto de edición limitada que ofrecía a personas de confianza, a quienes le unía un nexo, decía, más allá del mero vínculo comercial.

Recomendadas

Memoria histórica
Memoria histórica Así foi como o Patronato de Protección a la Mujer transformou Galiza nun convento de clausura
As mulleres que caeron nas redes do Patronato iniciaron un periplo de encerro, humillacións, abusos e explotación laboral que é descoñecido para a maior parte da poboación. Fica hoxe na impunidade dun silencio que temos a obriga de romper.
Siria
Jiyan Malla “Los kurdos tienen que formar una parte importante de la transición en Siria”
Integrante del Departamento de Relaciones Exteriores de la Región de la Administración Autónoma Democrática, Jiyan Malla analiza la situación de Rojava tras el derrocamiento del régimen sirio, y el rol de Turquía e Israel en este nuevo escenario.
Bolivia
Adriana Guzmán “No nos organizamos para que una compañera feminista sea diputada o presidenta”
Esta referente del feminismo comunitario antipatriarcal boliviano critica al actual Gobierno de su país por sus políticas de extractivismo al tiempo que reclama un proceso de reorganización de las comunidades indígenas y feministas.