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Sáhara Occidental
Hussein, Abdo y Elise: tres coordenadas de la represión marroquí sobre el Sahara ocupado
Estuvo 30 días de huelga de hambre, Marruecos le prometió que, si interrumpía esta medida de presión, mejoraría sus condiciones de internamiento y sería desplazado a un centro penitenciario más cercano a su tierra y a su familia, en el Sahara ocupado. Pero no fue así. El preso saharaui Hussein Bachir Amadour suspendió finalmente su huelga a finales de marzo, tras ser trasladado al centro penitenciario de Moul El Bergui, en Safi. Sus condiciones de salud eran muy precarias, actuando Marruecos “sin ninguna base legal que justifique el traslado ni la falta de atención médica”, denuncia Salek Baber, expreso político del grupo “Compañeros de El Uali” y miembro del Comité de familiares y compañeros de este grupo de estudiantes al que pertenece también Hussein.
Los integrantes de este grupo de universitarios y exuniversitarios que luchan por la independencia del Sahara son objeto de la represión marroquí desde el año 2016, cuando fueron condenados por la muerte de un estudiante marroquí en la universidad de Marrakech en un juicio opaco y sin garantías. Quince estudiantes fueron condenados a penas de entre diez y tres años de cárcel. Hussein, sin embargo, no acudió cuando fue citado, y llegó en patera a Canarias en 2019, donde solicitó asilo. Pese a las múltiples denuncias contra la detención y encarcelamiento de sus compañeros, España deportó a Hussein a Marruecos donde fue juzgado y condenado a doce años de cárcel.
El preso saharaui Hussein Bachir Amadour, que España entregó a Marruecos en 2019 a pesar de haber solicitado asilo, ha pasado más de un mes en huelga de hambre, quedando en un estado de salud precario
En el trasfondo de la represión contra este grupo de estudiantes está la necesidad de la juventud saharaui de desplazarse si quieren seguir con su formación, dado que el Sahara Occidental carece de universidades, explica Baber. Ciudades como Agadir, Marrakech, Casablanca, Rabat o Tánger acaban siendo su destino. “No hay una carrera profesional con la ocupación marroquí, que ocupa nuestra tierra. Por el contrario, consideramos la etapa universitaria como un puente a cruzar hacia la formación académica de élite”, apunta el ex preso político, quien considera que existe relación entre esta exclusión de la formación superior y las elevadas tasas de desempleo entre saharauis, algo que considera “el mayor ejemplo de la falta de empoderamiento del pueblo saharaui sobre las riquezas de su tierra”.
Estos jóvenes saharauis no pueden disociar su vida universitaria de sus reivindicaciones políticas. “Como antiguos estudiantes saharauis, hemos estado activos en las universidades marroquíes, llevamos a cabo una serie de protestas pacíficas (debates públicos, marchas, plataformas o foros de discusión ...)”, recuerda Baber. Querían visibilizar y reivindicar la cuestión del Sahara Occidental, su actividad política les llevó a la cárcel.
Para el activista, lo sucedido a Hussein es una muestra de la “mentalidad represiva clásica” de la ocupación marroquí. El preso “inició una huelga de hambre abierta desde el interior del complejo penitenciario Ait Malul 1 en protesta por sus deplorables condiciones”, sin embargo, explica el activista, la actuación marroquí fue la de siempre, ignorar esta huelga, no reconocerla hasta que un mes después, era imposible negar una situación que había puesto la vida del joven en peligro.
Ante la represión en el Sahara Ocupado, Baber considera “no hay otra solución que luchar, resistir y continuar generación tras generación. La libertad tiene un precio elevado, lo sabemos”. El activista señala que además de las detenciones y asesinatos contra los y las saharauis que levantan la voz, el régimen “recientemente agregó otro mecanismo que consiste en el asedio y los recortes o restricciones económicas”.
Represión económica sobre Abdo
Abdo se quedó sin medios de vida el pasado 20 de abril. Trabajaba en la estación de trenes de El Aaiún hasta que la policía marroquí empezó a acosarle y a impedirle acceder a su lugar de trabajo. La razón: Abdo había reivindicado un Sahara libre en un vídeo de TikTok grabado por un turista español y que se viralizó en las redes. Aquella noche del 20 de abril el joven saharaui, de 27 años, fue detenido por la policía marroquí. Abdo denuncia que durante horas fue llevado de un coche a otro, en un trayecto donde fue insultado, humillado, y golpeado. “Al salir del coche me escupieron todos y me quitaron la cartera en la que tenía 1000 dirham. Y a todo esto me rompieron el móvil diciendo ‘para que no te hagas fotos con el Sáhara’. Y me amenazaron directamente diciéndome que si hago cualquier otra cosa más que desapareceré en cualquier momento”, con esas palabras le dejaron en mitad de la nada. Cuando consiguió volver a casa, tras horas caminando, su madre pensaba que podía estar muerto. En su casa, el mismo coche que se lo había llevado rondaba su domicilio.
Abdo se quedó sin medios de vida el pasado 20 de abril. Trabajaba en la estación de trenes de El Aaiún hasta que la policía marroquí empezó a impedirle acceder a su lugar de trabajo. La razón: había reivindicado un Sahara libre en un vídeo de TikTok
Abdo nació en el Aaiún ocupado en 1996 y tiene nueve hermanos. Tras un tiempo trabajando en el mar, se buscaba la vida ayudando a los viajeros en la estación de tren. Ahora la policía marroquí no le deja ni acercarse. Explica que no es la primera vez que le detienen. “En el año 2015 nos acusaron de haber quemado banderas marroquíes, cuando lo único que hicimos fue una manifestación pacífica. Me cogieron a las 5 de la mañana desde la casa de mi madre y me llevaron a comisaria, me pegaron mucho, no recuerdo ni la cara del tío que me pegó, sinceramente”, explica e incluye también la historia de su tío, que en 1982 estuvo cuatro meses encarcelado por defender a unas chicas saharauis que estaban siendo acosadas por policías marroquís.
“Con ser saharaui ya te fichan. Y cuando pasa algo acusan siempre a los saharauis primero. Nos llaman nómadas a los saharauis, en la cara más de una vez me lo dice la policía. Que somos nómadas, y que no tenemos valor y que solo ellos nos están dando la oportunidad de ser como ellos”, apunta Abdo, quien tiene prohibido trabajar. No se le permite entrar ni siquiera en la estación. Ahora se siente perseguido, le han preguntado varias veces por el turista que denunció su situación en TikTok, y apuntaron los nombres de todos sus familiares.
Sáhara Occidental
Sahara Occidental España legitima la represión en el Sahara Occidental
La expulsión de Elise
Como los Compañeros del Uali, los prisioneros políticos del grupo Gdeim Izik han pagado con años de prisión su resistencia a la ocupación. Según denunciaba en un comunicado la Liga para la Protección de los Presos Saharauis en las Cárceles Marroquís, la abogada francesa que representa a estos presos, Elise Taullet, fue expulsada el pasado 28 de abril del Sahara Occidental, cuando se dirigía al Aaiún con el propósito de visitar a los familiares de los prisioneros políticos, al ex-preso recientemente liberado tras 15 años de prisión Yahya Mohamed Elhafed Iazza, y a los familiares de Hussein Bachir Amadour.
La intención original de Taullet era encontrarse en la cárcel con sus defendidos con el fin de comprobar las condiciones de su internamiento, pero sus múltiples solicitudes habían sido denegadas por el Ministerio de Justicia, la Administración penitenciaria y la Fiscalía rechazaron su demanda, denuncian desde la Liga. Su intento de visitar a las familias fue frustrado en el puesto de control de la gendarmería de Oued Elwaer, donde fue introducida en un taxi de vuelta a Agadir.
La Liga para la Protección de los Prisioneros Saharauis en las cárceles marroquíes ha condenado la expulsión ilegal de la abogada francesa Elise Taullet, exigiendo que Marruecos respete sus obligaciones en la protección de los presos cumpliendo el derecho intencional, también han solicitado una mayor presión internacional sobre Marruecos para que cese en la represión del pueblo saharaui y libere a los presos políticos.