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Se acerca el fin de año, plagado de encuentros, algunos deseados, otros obligados, cargado de paquetes, compras, consumo e intercambio de accesorios superfluos, a veces bonitos, en ocasiones horrendos… Reconozcámoslo: algunos momentos de estos días nos encantan, encontrarnos con las amigas que no vemos desde hace un año o más, pensar en recetas especiales que no cocinamos casi nunca, terminar de tejer esa bufanda que tanto trabajo nos ha costado, y envolverla en un papel bien bonito para regalarsela a alguien a quien queremos…
Y también, lo podemos confesar ya abiertamente, hay muchísimas cosas de estos días que detestamos profundamente: el despliegue de lucecitas, en plena crisis energética y climática, los villancicos por los altavoces, y lo peor, por encima de todo, el clásico: las comidas familiares con ese cuñado tan entrañable cuya empatía por el resto del mundo es inversamente proporcional a su necesidad de exponer sus verdades, especialmente si son para cuestionar cualquier aspecto de la lucha feminista, o ecologista. Ah, y encima tú ¿eres ecofeminista? Si es que lo tienes todo, prima…
Total, que se avecinan días intensos, y hemos pensado que sería práctico hacer una lista de pelis y series ecofeministas para ir a la biblioteca, coger los DVDs que nos dejen, o que encontremos, y tener preparado el arsenal para combatir la resaca, con mantita y sofá.
Primer reto, ¿qué criterio usamos para definir como “ecofeminista” una película? Nuestros criterios han sido: pelis que cuenten historias de mujeres defensoras de los derechos, humanos y del medioambiente, tanto monta, pelis que nos ayuden a entender las causas múltiples e interrelacionadas de las crisis que vivimos, y que nos aporten experiencias de luchas entrelazadas, de resistencias amables (dignas de ser amadas), que nos inspiren. Y que nos emocionen y nos encoraginen de tal manera que, al final de la peli, nos den ganas de llamar a las amigas y seguir tejiendo espacios bellos, creativos y solidarios, desde los que podamos hacer frente al capitalismo y el patriarcado explotador.
Aquí va nuestra lista, pero estamos seguras de que la ampliaremos con vuestros comentarios. ¡Gracias!
2022: Un año de pelis con trasfondo ambiental
En muchas ocasiones en el cine se muestran temas que se hablan en la calle. Parecía que no era el caso de una cuestión que en los últimos años ha sido muy debatida en cualquier grupo con cierta inquietud ambiental: las renovables. Entre la moratoria y la apuesta firme, existen múltiples posiciones e inquietudes en un complicado debate que considerábamos muy de nicho. Hasta que vimos Alcarràs (Carla Simón): la fotovoltaica había llegado a la vida de mucha gente y a la pantalla grande (con una buena película, encima). De la misma manera que hay muchas posturas frente a las renovables, llegaron otras cintas: As Bestas (Rodrigo Sorogoyen) toca el tema desde otras perspectivas, y también os la recomendamos.
Hemos vivido un diciembre de lluvias y con ellas inundaciones, lo que nos lleva a El Agua (Elena López Riera), en la que se mezclan el realismo mágico con las grandes avenidas provocadas por la gota fría en el levante.
Otro estreno de 2022 con el que reflexionamos fue Suro (Mikel Gurrea): la huida de la ciudad al campo y las condiciones de los temporeros como temas centrales, acompañados de los incendios. Muchos de los asuntos que ocupan las conversaciones de nuestros entornos.
Y si lo que prefieres es la opción casera, sola o acompañada… aquí va nuestra lista:
Sección Señoras Campeonas
Erin Brockovich (2000). Julia Roberts interpreta en la pantalla la historia real de Erin Brockovich, activista ambiental que puso contra las cuerdas a la todopoderosa Pacific Gas and Electric Company, por la contaminación del agua de la región con cromo hexavalente, en la década de los ‘90. Julia Roberts consiguió un Oscar por su actuación, y Erin Brockovich unas cuantas victorias legales cruciales para poner freno a la contaminación del agua.
Gorilas en la niebla (1988). A algunas fue Sigourney Weaver quien nos descubrió el increíble coraje de Dian Fossey, y su lucha por defender a los gorilas de la montaña en Ruanda. Vista con las gafas decoloniales, la peli seguramente haga aguas por muchas partes, pero en su día supuso un buen empujón en la defensa de nuestros primos, los grandes simios. Y seguramente también ayudó a reforzar vocaciones de exploradoras en algunas jóvenes.
La Mujer de la Montaña (2018). Una señora heroína islandesa, más en sus 50 que en sus 40, arquera y montañera, en lucha contra la megaindustria del aluminio que contamina la isla del hielo. Engancha desde el primer minuto. Con toques de ternura profunda, sororidad literal, música y algunas risas.
Honeyland (2019). Un documental que parece ficción. Cuando la realidad supera a lo imaginado, de verdad. Ya os lo contamos aquí.
Querida. Beloved (2019). Otro descubrimiento del ciclo de Cine y Cambio Climático de la SEMINCI. Firouzeh es una señora, fuerte y brava, vaquera a los 82 años en las montañas de Irán. Sin luz, gas ni teléfono, sin la visita de ninguno de sus once hijos. Pero con la montaña, y sus vacas. Y sobre todo, con su libertad. Otro documental que parece una película. Pero es real.
Hija de la laguna (2015). La historia de la lucha de las comunidades campesinas de Perú, amenazadas por Yanacocha, una gigante corporación minera, que pretende secar la Laguna de Conga para extraer oro. La película sigue los pasos de Nélida Ayay, lideresa campesina, sus estudios de Derecho, y su trabajo junto a las otras mujeres, como Máxima Acuña, para conseguir frenar los proyectos extractivistas que asolan su territorio. Spoiler: el proyecto de explotación está temporalmente suspendido.
La kermesse heroica (1935). Vale, esta la hemos encajado aquí un poco por los pelos, porque es una comedia, y porque muestra un grupo de señoras valientes que deciden parar la guerra, al menos por un rato, a base de buenos guisos, guiños y caricias. Que no está mal.
Cajón de sastra
El viaje de Chihiro (2001). Hay quien dice que Hayao Miyazaki se inspiró en la gran Ursula K Legin, y sus Historias de Terramar, y de ahí cogió la idea de que los nombres (de las personas y de las cosas) pueden ejercer poder. Bien lo sabemos, lo que no se nombra no existe. La película se hizo pensando en público infantil, pero la profundidad de las historias que cuenta hace que merezca la pena revisionarla con calma. En verdad, como casi todas las historias infantiles…
Cuentos de terramar (2006). Goro Miyazaki, hijo de Hayao, dirigió esta peli de animación basada en una parte de los libros de la saga de Ursula K. Leguin. La escritora no quedó muy convencida del resultado, parece ser que le gustó la estética de la película, pero no tanto el uso de la violencia. En cualquier caso, es un caramelito que nos abre el apetito para engancharnos a la lectura de la saga completa.
Raya y el último drágón (2021). Seguimos con dragonas y pequeñas heroínas. Y sorprendentemente no es Pixar, sino Disney, que se quiso apuntar el tanto. El mundo se seca, la desconfianza crece, las guerras se extienden… ¿podrá frenarlo el pequeño y diverso equipo liderado por la joven Raya?
Capitán Fantástico (2016). ¿Hemos metido esta en la lista solo porque nos mola mucho Viggo Mortensen? Pues quizá sí, pero cuando la vimos nos pareció muy entretenida, diferente, irreverente. Y que sea un hombre el que lleve toda la carga mental, el responsable de todos los cuidados, la educación, la logística, la resolución de conflictos… pues nos parece fantástico. En varios sentidos.
Memorias de Africa (1985). Venga ya. ¿En serio? Ea, pues aquí ya las compas de feminismos decoloniales igual nos dan una buena colleja, porque no aparece ni una sola mujer que no sea blanca y colonizadora. Y cumple el test de Bechdel por los pelos (sí, al final de la peli hay dos mujeres que dialogan y el tema de su conversación no es un hombre). Pero es que es tan bonita, con esos paisajes, y esa música y esa Meryl Streep grandiosa y ese hombre tan dulce que lo mismo te lleva en avioneta que te lava la cabeza… ¿por qué no permitirnos un poco de pasteleo de vez en cuando?
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