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Ecofeminismo
Llega la Nochevieja y Saltamontes hace balance del año
Podríamos resumir el año diciendo que el mundo sigue girando gracias a la explotación de los recursos naturales y la expropiación del tiempo de trabajo de las mujeres, pero afortunadamente este año ha habido también algunas victorias reseñables en lo que realmente es importante para nuestras vidas.
2017 ha sido un año de respuesta, visibilización y empoderamiento, marcado por campañas como #MeToo, #JuanaRivasEstaEnMiCasa, #YoSiTeCreo o #SomosManada, la primera huelga feminista, la ley contra la violencia machista en Túnez o el llenazo absoluto de Silvia Federicci en sus charlas sobre capitalismo y patriarcado. La conducta depredadora que justifica la destrucción de nuestra atmósfera, nuestros bosques o nuestros océanos es la misma que hace a algunos creerse con derecho al tiempo y los cuerpos de las mujeres que les rodean.
En 2017 la Cumbre del Clima de Naciones Unidas ha presentado por primera vez un plan específico de género para las acciones climáticas y eso es una buena noticia. Si además la Cumbre hubiera acabado con verdaderos compromisos de reducción de emisiones a nivel global lo habrían bordado.
Seguro que Donald Trump es elegido el villano del año, y razones no faltan para otorgarle tan dudoso honor. Pero es igual de cierto, que sirve de oportuna cortina de humo para tapar el hecho de que en los civilizados países europeos poco se está haciendo para combatir el cambio climático y que, por ejemplo, nuestro propio gobierno tiene nulo interés en aplicar el Acuerdo de París. Trump y los mandatarios europeos son como el macho bocazas que clama contra las feminazis y sus quince amigos que no dicen nada, pero piensan lo mismo.
Mientras en las tertulias se analizaban puntos y comas del qué dijo quién, se ha aprobado el CETA, un tratado comercial que lejos de facilitarnos la vida, abre camino para recortar derechos laborales y sociales, y continuar con la loca carrera por ver quién remata a un muy maltrecho planeta. Pero también Garoña cerró sus puertas y esa es una de las mejores noticias del año. A ver si en 2018 se siguen cerrando centrales nucleares y se cambia este modelo energético que sube la luz, mientras niega un servicio básico a quienes más lo necesitan y se empeña en seguir consumiendo combustibles fósiles como si no hubiera mañana.
Este ha sido otro año que en el que muchas personas han sido represaliadas por enfrentarse a las grandes corporaciones y defender los derechos humanos; un año en el que los asesinatos de defensoras del medio ambiente sigue siendo una triste realidad, pero en el que también se ha seguido denunciando a los poderes que los amenazan. Por defender a las personas, en este caso a quienes se juegan la vida en el Mediterráneo está siendo enjuiciada Helena Maleno, activista a quien desde aquí reconocemos y agradecemos su trabajo.
Del otro lado del atlántico, Lolita Chávez, guatemalteca lideresa del Consejo de Pueblos k'iche's (CPK) por la defensa de la vida, la madre naturaleza, la tierra y el territorio ha reclamado a la Unión Europea, que la ha premiado a finales de 2017, que intervenga ante las empresas que violan los derechos de esos pueblos. Entre ellas, la constructora de Florentino, ACS.
Las “kellys”, camareras de piso han protagonizado una de las luchas laborales más destacables del año. Sus condiciones de trabajo reflejan que no se otorga el mismo valor a unas tareas que a otras y que nuestro modelo de turismo explota a las personas, a la vez que contribuye a destruir el planeta y a hacer algunas ciudades menos habitables. Turismofobia será una de las palabras del año, pero para Saltamontes refleja como el sentido común se abre paso entre oportunidades de negocio y apartamentos turísticos.
Otras trabajadoras en lucha que han emocionado este año, son las de residencias de la tercera edad de Bizkaia, que han conseguido tras dos años de paros, mejoras en su convenio y sobretodo visibilizar el lado más oscuro de nuestro modelo de cuidados, indispensable para vida pero infravalorado. O las trabajadoras de Bershka en Pontevedra, que por primera vez han obligado a Inditex, imperio de la moda sucia, a cerrar tiendas por un conflicto laboral. Reclamaban equiparación salarial, pero también mejoras relacionadas con el tiempo de trabajo. También queremos mencionar en este balance a las Ganaderas en Red, por su trabajo y por ser responsables de la probablemente mejor versión musical del año.
En lo que se refiere a noticias deportivas, sin duda nuestra protagonista es María Lorena Ramírez, indígena tarahumara que ganó una ultramaratón en México sin equipación deportiva y en sandalias. ¡Y en la sección ocio tenemos nueva jedi en Star Wars!
Son muchas las mujeres que merecen estar en este balance de 2017, pero no son conocidas aunque se dedican a lo más importante: sostener la vida; desde los cuidados, pero también desde el activismo y la rebeldía, desde la oposición firme al patriarcado, al capitalismo y al extractivismo. Y son muchas las iniciativas y propuestas que nos permiten creer que se está construyendo una civilización en la que la simplicidad sea una elección libre, alegre y consciente y no una política de austeridad impuesta desde Bruselas; y en la que los colores verde y morado sean una moda que no pase nunca.