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Cuidados
Politizando las ollas, las calles y los delantales
Territorio doméstico es un colectivo transfronterizo formado por trabajadoras del hogar de diversos orígenes y lugares del mundo que nace en 2006.
Territorio Doméstico es un colectivo transfronterizo formado por trabajadoras del hogar de diversos orígenes y lugares del mundo que nace en 2006. Cumplen 13 años reivindicando el reconocimiento de los derechos en el empleo de hogar y la valoración del trabajo de cuidados en un sistema que los devalúa, invisibiliza y precariza pese a que son imprescindibles en el sostenimiento de la vida.
La fuerza de las mujeres que componen este colectivo impresiona. Impresiona sobre todo, su capacidad para explicar con palabras sencillas toda la trama patriarcal y capitalista que permite, a estas alturas de la vida, que miles de trabajadoras no tengan derecho a paro, a cogerse una baja por enfermedad o a un mínimo contrato laboral; y que la sociedad prácticamente ni se menee ante esta situación. Lo consiguen porque su forma de hacer política parte de hablar en primera persona de sus saberes y de sus experiencias y con ello consiguen hacer público un problema que es campo exclusivo del hogar.
Impresiona también, y mucho, la energía y la vitalidad, además del buen rollo, que transmiten. Están dispuestas a luchar y como ellas mismas dicen, lo van a hacer de todas las formas que se les ocurran y sobre todo con aquellas que les hacen disfrutar. Así que tras verlas bailar con pelucas y hasta con una escobilla del váter en la mano, ahora van y sacan un disco.
Con esa capacidad suya de explicar las cosas, nos cantan a ritmo de salsa que eso de los cuidados “no es solo el trapo y la cocina sino que es todo el curro que hace que gire la vida misma”. Y que es “el sistema la mayor porquería con la que hay que acabar” y no la del baño.
Prepárate también para escuchar a ritmo de ranchera que si “Adelita tuviera un contrato, sus papeles podría arreglar. Adelita, diez años currando, pero sigue siendo ilegal”. Y es que, como hemos aprendido escuchando a estas mujeres, España es uno de los pocos países que aún no ha ratificado el convenio 189 de la OIT (que ya cumple ocho años) que establece la obligatoriedad de que las trabajadoras del hogar tengan contratos por escrito, vacaciones pagadas, jornadas reconocidas y capacidad de sindicarse. Siguen estando en un régimen de trabajo especial en lugar de estar en el régimen general de la seguridad social, a pesar de que la Unión Europea ya estableció en 2010 que las trabajadoras del hogar no podían estar en un régimen especial.
Saben que son las protagonistas de las cadenas de cuidados globales sin las que nuestras sociedades "desarrolladas” y “ricas” no aguantarían en pie ni un telediario. En la Bachata de cuidados, cantan que “de lunes a domingo voy desesperada. Trabajo 30 horas y nunca contratada. Por cuidar de tus hijos yo dejé los míos. Los hombres y el Estado siguen tan tranquilos y el trabajo de cuidados en cuerpo femenino”. Y también en este sentido hasta nos regalan una versión del Bella Ciao en la que “Una mañana en Nicaragua, sale de casa una muchacha y atraviesa el ancho mar. Cuando llegamos a nuevas tierras, oh bella ciao ciao, hacemos horas, somos internas y trabajamos sin parar. En locutorios horas pasamos para cuidar aquí y allá.”
¿Se puede explicar mejor? Este disco tendría que ser el hilo musical del Congreso de los diputados y sus letras deberían estar en todos los libros de texto de educación secundaria.
Nos cantan a todos y a todas. Apelan a las instituciones y a la sociedad. Nos hacen ver, a ritmo hip-hopero, que lo que queríamos eran brazos pero que lo que vinieron fueron personas. Y nos recuerdan que “yo también soy una señora, tengo una vida, tengo una historia, tal vez parecida a la que tuvo tu abuela. Ella quizás no pudo estudiar. Yo tengo una carrera y limpio tu bañera. ¿Cuánto más me quieres explotar?, ¿por qué no te pones en mi lugar? No me recortes de mi salario, quítatelo de tu vestuario.”
En sus canciones nos hablan sobre patriarcado, racismo, colonialismo y capitalismo pero sobre todo, sobre todo, nos hablan de la necesidad de unirse para luchar por los derechos. Turnos de mil horas, viajes de una punta a otra de la ciudad, por no hablar de las mujeres internas, ponen muy difícil que las trabajadoras del hogar se organicen para reivindicar. Las terri lo saben muy bien pero también saben que “en autobuses, parques y súpers, oh bella ciao ciao, nos encontramos, nos escuchamos, no estás sola, somos más” y se valen de cualquier herramienta para llamar a la unión. Llevan 13 años desafiando cada segundo domingo de mes esta realidad y por eso cantan “Si eres trabajadora, únete a nuestra lucha contra la precariedad. Deja ya los miedos, vente ya, ya”.
Sin ellas no se me mueve el mundo. Vente con ellas a celebrar la vida, a cantar y a reivindicar. Vente a la presentación de su disco este domingo a las 10:30 en la Nave Terneras (Paseo de la Chopera, 10. Madrid).
Puedes disfrutar el disco completo aquí.