We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Tribuna
Hay carbón en las huelgas de informática
El pasado viernes 16 de junio, en el contexto de una inflación del 15% desde 2020, tres consultoras informáticas que dan trabajo a 7.500 personas se ponían en huelga de forma coordinada, convocada por secciones de la CGT y con el apoyo de otros sindicatos. Hubo un amplio seguimiento y departamentos quedaron completamente parados, poniendo en riesgo los sistemas informáticos de bancos, administraciones públicas y unas empresas del Ibex 35 que elevaron respectivas quejas a sus proveedores.
Se realizaron manifestaciones y concentraciones en cuatro ciudades del Estado. Esta película nos puede resultar familiar, a simple vista es un capítulo más de las luchas de los y las trabajadoras por reivindicaciones justas y relevantes. Pero hay algo más.
El sector de la consultoría informática nació aproximadamente hace 25 años, en el contexto de un doble paradigma: por un lado, la descentralización de los trabajos auxiliares de grandes multinacionales y administraciones. Por el otro, el salto a la automatización e informatización no solo de empresas, sino de toda la sociedad. Hoy trabajan en el sector centenares de miles de personas.
El cliché del trabajador medio a finales de los 90 del pasado siglo e inicios del XXI era parecido: entrada masiva de personal joven en nuevas empresas, sin estructura sindical ni tradición de lucha de ningún tipo. Cada multinacional propagaba una cultura de empresa clara y explícita donde a veces se hacía complicado distinguir si estabas simplemente trabajando o participando en una especie de secta con sus respectivos dogmas y consensos.
La gran mayoría de las plantillas teníamos códigos de vestimenta: obligatorio el traje y corbata ellos, vestido y zapatos femeninos para ellas. De esta forma, los hijos e hijas de la clase obrera éramos bombardeados con una realidad que nos hacía asimilar ser diferentes a nuestros padres y madres. Y con ello, diferentes a nuestra clase.
Nada se movió en el sector hasta que llegó la crisis del 2008. Con la llegada de las dificultades económicas, las empresas mostraron la cara que tanto se esforzaban en ocultar. Los ERE y la eliminación de condiciones laborales se extendieron por todo el sector. Todas las promesas se desparramaron por el suelo mientras cada vez más personas, gracias a una combinación de mayor experiencia y observación del trato recibido, decidieron organizarse en sindicatos y preparar las primeras movilizaciones de empresa.
Un equivalente actual del carbón, que paralizaba el sistema, son las personas que se ocupan del cable por donde circula el funcionamiento de las principales organizaciones estatales y capitalistas
Primeras huelgas
Llegaron las huelgas indefinidas y las primeras victorias, entre ellas, la retirada de una pérdida de condiciones en Capgemini. Pero sin duda el punto álgido lo marcaron los siete días de huelga de la plantilla de Hewlett-Packard, con el seguimiento del 95% de las 3.200 personas llamadas al paro. Y fue esa movilización la que evidenció las consecuencias que puede tener una huelga de este tipo: los sistemas informáticos empezaron a caer uno tras otro. Renfe no pudo vender billetes, Gas natural tuvo problemas en la facturación y varios bancos no pudieron operar online, llegando a afectar a los mismos cajeros automáticos. La banca hizo pagar a HP 400.000 euros en concepto de multa por incumplimiento del contrato.
Por tanto, la pregunta es, en una sociedad altamente conectada y tecnificada, ¿qué sucede cuando sacamos de la ecuación al factor humano que resuelve las continuas incidencias del servicio? La respuesta la tuvimos en esa huelga. Isaac Rosa lo explicaba muy certeramente en este artículo . Si el carbón era la sangre del sistema hace un siglo y una huelga en ese sector generaba consecuencias de orden mayor, uno de sus equivalentes actuales es sin duda las personas que tienen en sus manos el cable por donde circula el núcleo de funcionamiento de las principales organizaciones estatales y capitalistas.
Las organizaciones sindicales mayoritarias optan por un papel de rendición: el nuevo convenio colectivo aprobado nace con 14 categorías profesionales por debajo del SMI
En este proceso de normalización de clase del sector informático sufrimos, cómo no, los mismos problemas que en el resto de sectores. Entre otros, el triste papel de las organizaciones sindicales mayoritarias donde, salvo en algunas secciones, realizan seguidismo en un papel de apaciguamiento y rendición. Valga como ejemplo que el nuevo convenio colectivo aprobado nace con 14 categorías profesionales por debajo del SMI. Este es uno de los obstáculos que debe ser valorado por las plantillas.
Sin duda el siguiente escalón de este sector es pasar de las luchas aisladas de empresa a las sectoriales, un capítulo todavía no explorado. Para este otoño se repetirá la huelga coordinada de informáticos e informáticas, con más secciones sindicales, con más participación y con más colaboración con cualquier sindicato que no tenga miedo a pronunciar la palabra huelga, el puño colectivo que temen los que acumulan beneficios.
Deberemos estar atentos y atentas a estas movilizaciones porque para cualquier cambio relevante de esta sociedad, la clase trabajadora debe tener entre sus manos todas y cada una de las llaves de los sectores económicos que sean estratégicos para el sistema. En ello estamos, ladrillo a ladrillo, pacientemente pero sin pausa.