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Crisis climática
La fiebre del gas natural licuado amenaza el objetivo mínimo climático del Acuerdo de París
Los planes de expansión masiva del gas natural licuado (GNL) comprometerán seriamente el cumplimiento del límite de 1,5 ºC, el umbral situado desde el Acuerdo de París como objetivo mínimo para mitigar los efectos del cambio climático. Un nuevo reporte del Climate Action Tracker de las organizaciones Climate Analytics y New Climate ha relacionado la “fiebre del oro” en torno al GNL disparada tras la invasión rusa de Ucrania en el pasado mes de febrero.
El análisis concluye que la capacidad de gas natural licuado que se está construyendo actualmente, junto con los planes de expansión, podría aumentar las emisiones en más de 1,9 gigatoneladas de dióxido de carbono equivalente (GtCO2e) al año en 2030 por encima de los niveles de emisión que la Agencia Internacional de la Energía ha determinado para que el sector energético mundial alcance las emisiones netas de CO2 en 2050. Entre 2020 y 2050, afirma el informe, las emisiones acumuladas de GNL podrían ser superiores a 40 GtCO2, lo que equivale a cerca del 10% del presupuesto de carbono restante, es decir, el límite superior del dióxido de carbono total para mantener el objetivo de un aumento de solo 1,5º de la temperatura de la tierra.
Tanto la expansión de proyectos en áreas exportadoras como África, Oriente Medio, Australia o Norteamérica como el cambio de chip en países importadores como Italia o Alemania plantean un escenario problemático de aumento de emisiones no previsto antes de la expansión de esta fuente energética. Se da la paradoja, refiere el informe, de que la actual capacidad ya supera el conjunto de las exportaciones rusas a las que se pretende sustituir, y que en 2030 la “producción” de este tipo de gas duplicará las exportaciones de gas ruso en 2021.
Crisis energética
Crisis energética Los ganadores de la crisis del gas en Europa
Desde el comienzo de la guerra en Ucrania, se han anunciado 26 nuevas plantas regasificadoras en la Unión Europea. La capacidad de almacenamiento del gas importado se elevará hasta 168 kilómetros cúbicos de gas natural (bcm), lo que cubrirá el 41% de la demanda europea. La Comisión Europea, en una decisión que el informe considera “lamentable”, impulsó un cambio de taxonomía para considerar “verde” esta fuente energética.
Según el informe, la capacidad de almacenamiento de las regasificadoras actuales ya es compatible con el objetivo de incremento de solo un 1,5º y, por el contrario, la ampliación de la capacidad es “una falsa solución”.
Recientemente, España, Francia y Portugal acordaron la construcción de una nueva infraestructura gasística para unir Barcelona y Marsella a través de una tubería. Un acuerdo que sitúa a España como uno de los hubs de regasificación y exportación en el continente, una posición para la que depende de la importación desde otros territorios.
Con los objetivos actuales de cara a lo que queda de década, el mundo se encamina a un calentamiento de 2,4°C, subraya Climate Action Tracker, que en su ya habitual termómetro de cumplimento de objetivos establece que en este 2022 ya se ha superado el aumento de la temperatura de 1,2º en lo que queda de siglo. No está previsto que la cumbre que estos días se celebra en Sharm El Sheikh (Egipto) se establezcan nuevos objetivos de reducción, ya que trata de una cita de reducción y mitigación de daños para dotar de apoyo económico a las regiones que ya están sufriendo los estragos del cambio climático.