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Colombia
FARC: un partido para la paz estable y duradera en Colombia
En la primera semana de septiembre, las FARC aprobaron convertirse en un partido político. Pese a los pasos dados tras los Acuerdos de Paz de La Habana, persisten varios aspectos que dificultan el ansiado proceso hacia una paz firme e inclusiva.
"Se acabó la guerra. Díganle a Mauricio Babilonia que ya puede soltar las mariposas amarillas". Hace poco se cumplió un año desde que Iván Márquez, miembro del secretariado de las FARC y jefe negociador de esta guerrilla en La Habana, pronunciaba estas palabras, aludiendo a Cien años de Soledad de Gabriel García Márquez. Cerraba con ellas el largo proceso de diálogos con el gobierno de Colombia. Constataba el inicio a una nueva era en el país, marcada por la construcción de una Paz “estable y duradera”. Siempre y cuando en las próximas elecciones en marzo de 2018 no gane la derecha uribista –el Centro Democrático del expresidente Álvaro Uribe– que se posicionó en contra del proceso, y que podría echar para atrás los acuerdos.
Un nuevo partido, ideas que persisten
Es una paz que empieza con los acuerdos y la entrega de las armas de la guerrilla con más presencia en Colombia, surgida hace ya 53 años, los que duraba el conflicto armado. Una paz que da su primer paso firme con la fundación del partido político que es hijo de las ideas que les llevaron a coger las armas un día: la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común.Además del nombre, después de cuatro días reunidos en el centro de convenciones Gonzalo Jiménez de Quesada, en el centro de Bogotá, las 1.200 personas delegadas aprobaron las líneas políticas y de trabajo.
Uno de los postulados reflejados en el comunicado poscongresual es la “necesidad de avanzar hacia un gobierno de transición y reconciliación nacional” y por eso de cara a las próximas elecciones en marzo de 2018, apuestan por la creación de una gran coalición electoral, amplia, para blindar los acuerdos de Paz, y garantizar su implementación.
Una propuesta que puede no ser bien recibida por el resto de partidos de la izquierda, que no ven en las FARC un aliado estratégico, y que además se resisten a unirse con otras fuerzas con las que hasta ahora han confrontado. La entrada de la FARC al tablero político genera disputas internas que puede haber dentro de las mismas organizaciones, ya que hay quienes y simpatizan con ella y sí ven la necesidad de incorporarlas a su lista de aliados para evitar que se “diluya” el proceso y los acuerdos de paz. Uno de esos simpatizantes es Iván Cepeda, senador de Polo Democrático, a pesar que su partido se muestra reacio a esa idea.
También se escogieron a las personas que conformarán el Consejo Nacional de los Comunes, la nueva dirección colegiada –ampliada a 111 personas respecto a las 30 que formaban el Estado Mayor Central, órgano de dirección de la organización insurgente–. Este amplio grupo fue propuesto por la antigua dirección de las FARC, y se sometió a votación enfrente de otras 54 propuestas que se fueron haciendo en el curso del encuentro.
El Consejo Nacional de los Comunes, tras la primera reunión que tuvieron el 2 y 3 de setiembre, recién estrenado el nuevo partido, escogió el órgano ejecutivo (Consejo Político Nacional), formado por 11 hombres y cuatro mujeres.
Lo presidirá quien hasta ahora era el jefe de la guerrilla, Rodrigo Londoño (Timoleón Jiménez, o Timochenko), Iván Márquez será Consejero Político y tendrá Pablo Catatumbo como Consejero de Organización. En los próximos días también escogerán quienes les representarán en el Congreso y el Senado de la República, donde cuentan con 10 cupos fijos –cinco en cada cámara–, independientemente de que obtengan los votos necesarios para llenar esos escaños.
La participación política
Esos diez cupos –que serán menos en el caso de conseguir algún escaño a través de los votos– se añadirán a los ya existentes en las cámaras para no alterar la distribución de las listas ya presentes. Tal como explicaba el Alto Comisionado de Paz, Santiago Rivera, que fue ministro de Defensa en el gobierno de Juan Manuel Santos, en su intervención en la audiencia de la Corte Constitucional el 24 de agosto, esta será “una medida transitoria y provisional hasta 2026”.Rivera afirmaba que así se les brindan las “condiciones para gestionar un proyecto político dentro de la legalidad” y les permite participar activamente en “la propia implementación de lo que ellos mismos como organización acordaron en el Acuerdo Final” Para el final de ese periodo de impás, deberán haberse ganado legítimamente los puestos en las instituciones políticas de la República.
Pero el paso de la reinserción no tan sólo es legalizarse como fuerza política, también es “seguir persiguiendo lo que hemos hecho siempre”, apunta Daniel Guerrero, excombatiente en el Guaviare, el centro-sur de Colombia, y ahora residente en la Zona Veredal de Transición y Normalización Antonio Nariño, en el Tolima. En estas zonas, que desde el 15 de agosto, fecha en que se entregaron las últimas armas, se llaman “Territorios de Capacitación y Reincorporación”, siguen activas las células que formaban la FARC, y que ahora pasan a ser colectivos del partido.
Además, “el compromiso con el pueblo colombiano” sigue presente, y las propuestas radican en sus necesidades y se nutren de sus luchas. Temas como el medio ambiente y la población LGTBI serán ejes de trabajo del partido.
¿Por qué esta vez sí?
Después de varios intentos fallidos de dialogar con el Estado, hay algo que ha hecho que éste sea visto como el definitivo. Algo que ha llevado a toda la guerrillerada a sumarse al abandono de la vía armada, a bajar del monte y desplazarse a las zonas veredales. “Lo que más miedo me da es que nos maten”, confiesa Lucero, que ingresó a las FARC con 12 años, y vive en la Antonio Nariño, convencida de seguir “al servicio del partido” en esta nueva etapa.El miedo y el desamparo que implica dejar los fusiles, que no son infundados, si no reales, pues este año han asesinado a 7 excombatientes y más de 50 líderes sociales. Pero la vigilancia y el compromiso internacional de la ONU y países como Noruega y Cuba, así como la certeza de la imposibilidad de una victoria real de ninguna de las partes, llevan a pensar que la mejor victoria es la Paz negociada.
Una paz que “no es perfecta”, así lo analiza el Estado Mayor en su Informe Central al Congreso Fundacional del Nuevo Partido Político. Y sigue: “es la paz de la continuación del conflicto social y de la continuidad de nuestras aspiraciones y propósitos a los que nunca hemos renunciado ni renunciaremos por la vía exclusivamente política”. Queda mucho por hacer. “Quiero que mi hijo viva en un país en paz, y par mi la paz no existirá hasta que haya una educación y salud gratuitas, por ejemplo”, dice Lucero.
Los próximos pasos para la Paz
La última semana de agosto, además, estuvo rodeada de una incertidumbre: ¿qué sucede con el Ejército de Liberación Nacional (ELN)? Esa guerrilla, formada oficialmente por unas 1.500 personas, está también en proceso de diálogo con el gobierno. Llevan un año debatiendo en Quito, sin resultados públicos. La situación es compleja, y son pocos quienes saben qué está sucediendo en esa mesa.Carlos Velandia, quien fue comandante 'eleno' y que fue nombrado gestor de paz por el gobierno, cuenta que el ELN puede haberse sentido “menospreciado”, ya que Santos –bien asesorado en términos estratégicos–, dedicó todas sus esfuerzos a “acabar con el enemigo más fuerte”, y dio por supuesto que el grupo armado con menos presencia se juntaría a lo aprobado. No ha sido así: han querido ser tenidos en cuenta, y han puesto sus propios puntos en la agenda, sin cesar las dinámicas propias de la guerra, como el secuestro o los enfrentamientos con el ejército.
La voluntad política del ELN es conseguir un acuerdo para la paz, pero ante la persistencia de los asesinatos selectivos a líderes sociales y excombatientes, son recelosos a la hora de dejar las armas. En el saludo telemático al inicio del Congreso de las FARC, Pablo Beltrán, miembro del Comando Central del ELN afirmaba: “Que cuenten nosotros por la construcción de grandes mayorías por la paz”. Añadía que se sienten en “el mismo camino”, y que en éste, cuentan con las FARC, a quienes consideran un “activo de la revolución colombiana”.
Desde el colectivo Punto de Encuentro, activado hace cinco años por Velandia e integrado por unas 50 personas que han tomado históricamente parte del conflicto desde diversas posturas, se mantienen alerta de los diálogos en Quito, y defienden la necesidad de que siguen adelante. Es por eso que ven como muy positivo la noticia del cese bilateral al fuego declarado el 3 de setiembre, con la llegada del Papa a Colombia, que empezará el 1 de octubre, con una vigencia inicial de 102 días. “Así empezó las FARC: con ceses bilaterales; ese puede ser el indicio de que se está desencallando el debate”, confían.
La música selló el lanzamiento
Una de las muestras más claras de lo que implica el paso definitivo a la incorporación a la vida civil es la toma de la plaza Bolívar, el centro político y administrativo de Bogotá y Colombia, con un concierto al que asistieron miles de personas. Las rosas que serán el nuevo logo del partido se proyectaban en las paredes del Congreso y la Catedral durante las más de seis horas en las que actuaron bandas nacionales e internacionales como Banda Bassoti, Ana Tijoux, Ky-Mani Marley y Totó la Momposina.A las siete de la tarde, Timochenko aparecía para ponerle palabras al lanzamiento de la nueva organización y sus intenciones de construir "un país diferente" en el que "la violencia desaparezca definitivamente del escenario de la política". “Hace un año esto hubiera sido impensable”; esta frase se repitió en los días siguientes al evento. Que el exjefe guerrillero y actual presidente de la FARC se expusiera ante tantas personas en un espacio público era algo insólito pero a partir de ahora será parte de su trabajo.
En enero de este año se descubrieron seis especies de mariposas en Colombia. Fueron halladas por una expedición científica, entre el Caquetá y el Huila, lugares que hasta entonces habían sido poco explorados, dada la presencia del conflicto armado. Seis especies más para uno de los países con más variedad de mariposas; un país donde ahora más que nunca hacen falta esos pequeños y ágiles símbolos de paz acuñados por 'Gabo', después de 53 años de guerra.