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Consumo
Escanea y asómate al horror: llegan las apps que te dicen la mierda que te metes
Una persona lleva varios minutos paralizada en el pasillo de las latas. Una lista interminable de ingredientes ininteligible, conservantes con nombres imposibles, un jeroglífico escrito con letras microscópicas, muchas veces con su nombre científico en latín... La tarea de saber qué contienen los productos procesados que te comes o los cosméticos que te echas encima nunca ha sido sencilla.
Para empezar, haría falta una lupa, una base de datos memorizada sobre miles de elementos químicos y nutrientes, y un algoritmo que los procese a toda velocidad para saber si un producto presenta algún tipo de peligro para la salud. Es precisamente lo que hace la aplicación para móviles Yuka, lanzada por tres desarrolladores franceses en 2017 y que, según afirman, cuenta ya con cerca de diez millones de usuarios. Desde este verano, también está disponible en España.
Gran parte de los productos procesados que consumimos a diario contienen tóxicos, pueden ser cancerígenos, producir sobrepeso o problemas coronarios en distintos gradosCon esta app gratuita en su versión básica, las personas que quieran saber qué contienen los alimentos y los cosméticos que consumen solo tienen que escanear el código de barras y asomarse al horror. En efecto, gran parte de los productos procesados que consumimos a diario contienen tóxicos, pueden ser cancerígenos, producir sobrepeso o problemas coronarios en distintos grados. Aunque también hay sorpresas: Yuka también permite descubrir productos razonablemente sanos en las góndolas de los supermercados. Y ofrece alternativas menos perjudiciales para la salud.
“Claro, ahí está el negocio”, señala el desconfiado lector. No, al menos si creemos a los creadores de Yuka. Una de las particularidades de esta app es que se proclama “100% independiente”. Según explican en su propia página, “la aplicación no hace ningún tipo de publicidad” y la financiación se realiza, sostienen, fundamentalmente a través de su versión premium y otros servicios adicionales. Además, siempre según su versión, “por razones éticas, Yuka no vende ni utiliza ningún dato personal”.
Mi desodorante es letal
Un paseo por la nevera o por el baño móvil en mano puede acabar muy mal. Un rápido escaneo al desodorante Nivea for Men arroja un “riesgo alto”, con una puntuación de 0/100, es decir, que no puede ser más malo. “La revolucionaria crema para la piel del hombre” contiene BHT (Butilhidroxitolueno), un antioxidante que “ha mostrado efectos de interrupción endocrina” y que “también podría tener efectos en las hormonas sexuales y afectar a la fertilidad y el desarrollo”. Y también tiene “Aluminium Chlorohydrate”, sales de aluminio vinculadas, según un estudio publicado por el International Journal of Cancer en 2016, con efectos cancerígenos, siempre según los resultados que ofrece esta app.La crema con la que cuidas las irritaciones del culo de tu bebé debería ser algo 100% seguro, pero resulta, según los cálculos de Yuka, que Mitosyl de Laboratorios Sanofi Aventis solo es un 8% seguro. Contiene “Petrolatum”, un aceite mineral derivado del petróleo de “riesgo alto” clasificado como “posible cancerígeno humano”.
¿Va a pillar un cáncer tu hijo por usar Mitosyl? Pues, probablemente no. Debería “nadar en una bañera de Petrolatum para que tenga algún efecto”, diría el gabinete de prensa de Sanofi Aventis. Pero ¿qué ocurre cuando casi todos los elementos que comemos o que nos untamos tienen algún ingrediente considerado nocivo para la salud? ¿No es mejor limitar este consumo si tenemos la información y hay alternativas?
En la app Yuka la calidad nutricional representa el 60% de la nota. La presencia de aditivos, el 30% y el origen orgánico o ecológico el otro 10%Para calcular la idoneidad de los productos, la calidad nutricional representa el 60% de la nota final, con un método basado en Nutriscore, un semáforo de calidad nutricional que se rige por el Programa Nacional de Nutrición y Salud de Francia, de pronta aplicación en España. La presencia de aditivos representa el 30% de la puntuación y determina la peligrosidad final del producto con tres colores: sin riesgo (pastilla verde), riesgo limitado (pastilla amarilla), riesgo moderado (pastilla naranja), riesgo elevado (pastilla roja). Y el 10% final de la nota corresponde al origen orgánico o ecológico de los productos utilizados.
Desde enero de 2018, Yuka ha ido construyendo su propia base de datos. Hoy cuenta con un registro de 450.000 productos alimenticios y 150.000 cosméticos. Y si la aplicación no reconoce el producto, el usuario puede incorporarlo a la base de datos. Una foto de la mercancía, del código de barras, otra de los ingredientes y cuatro horas de espera son suficientes para conocer la peligrosidad de casi cualquier alimento o cosmético. Las bebidas alcohólicas o la leche de fórmula para bebés son algunos de los productos que no incluye Yuka en sus bases de datos.
Un mercado en disputa
De forma paralela, otras aplicaciones similares han ido saliendo al mercado. Una de ellas es myHealth Watcher, que también hace gala de ser “100% independiente” y colaborativa: “Bajo ninguna circunstancia myHealth Watcher realizará cambios en sus algoritmos de recomendación a propuesta de fabricantes o marcas”, afirman desde esta empresa. La particularidad de esta app es que permite personalizar perfiles para cada miembro de la familia incluyendo información de alergias e intolerancias, y dietas vegetarianas o veganas.Otra aplicación es El CoCo, un “proyecto autofinanciado y 100% independiente”, según su propia definición. Esta app “calcula el grado de procesamiento de cada producto y te avisa cuando son ultraprocesados” utilizando también, entre otros, el sistema Nutriscore.
Ninguna de las aplicaciones tiene en cuenta el efecto de estos alimentos o cosméticos en el medio ambiente o en el entorno laboral o social donde son producidos o la huella ecológica de su transporte o de su embalaje.Yuka y El CoCo dan más valor a los aditivos y conservantes, y Yuka es la que más valora el hecho de que los productos sean ecológicos. Sin embargo, ninguna de las aplicaciones tiene en cuenta el efecto de estos alimentos o cosméticos en el medio ambiente o en el entorno laboral o social donde son producidos o la huella ecológica de su transporte o de su embalaje.
¿Sirve de algo conocer los efectos nocivos de un producto? ¿Ayuda a que los consumidores cambien sus hábitos o para que las empresas comiencen a buscar alternativas más sanas? El ejemplo del tabaco no invita al optimismo. Sin embargo, las personas preocupadas por los productos que consumen y su impacto en la salud nunca han tenido tan fácil identificar la mierda que se meten.
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Estaría bien que se hubiese mencionado Open Food Facts, que es la base de datos abierta que usan y usaban algunas de esas aplicaciones. Además, esta base de datos también tiene su propia aplicación, la cual podría haberse colado también en este artículo.
De todos modos,un tema muy interesante, ¡gracias!
Hay una app que se llama Nooddle que para mi día día me ayuda más que yuka me dice que cocinar con los ingredientes de mi heladera.
Mucho más insano es darte un simple beso en la boca con alguien, sobre todo si es con lengua, que ponerse el desodorante Nivea. Me parece un poco paranoia.
Darse un beso en la boca, cono o sin lengua, no es insano. Si así fuera la humanidad se habría extinguido ya. O tal vez ni siquiera hubiera prosperado.
Bueno, vete tú a saber dónde mete la boca. Quizá va lamiendo alcantarillas por ahí y le da igual todo.
Muy buena idea. Yo utilizo una llamada "ingred" para saber qué productos nocivos tienen las cremas que nos ponemos en la piel. He aprendido mucho de los disruptores endocrinos y no era consciente de los muchos que hay. Yo la uso en el súper antes de hacer cualquier elección y así aprendo más cosas con las que está en juego mi salud. Quien piense que es una tontería de app, es que no es consciente de lo que se está echando al cuerpo. Bueno, siempre hay troles. Besos para todos!