Opinión
Una reflexión sobre el tecnooptimismo

El tecnoptimismo es la manera para conseguir dormir plácidamente sin preocupaciones, o el cuento que nos contamos para explicarle al niño o a la niña que todavía no hemos dejado atrás que escaparemos de esta.
Coche eléctrico - 2
Una electrolinera de la empresa Tesla en la autovia A3. David F. Sabadell

Es muy estrambótico y desasosegante contemplar a los apasionados del solucionismo tecnológico argumentar que de repente se encontrará la salida a este cataclismo climático, que un descubrimiento conseguirá que podamos seguir llevando el mismo ritmo vertiginoso de consumismo; que no nos preocupemos, y sigamos con nuestras actividades, cambiando la bolsa de plástico, la cápsula de café, la pajita, el vaso o el plato, usados solamente una vez para ingerir comida basura como nuestra dignidad, cambiándolos por objetos compostables que mantendrán a raya nuestra huella de carbono; que compremos un coche eléctrico aunque el nuestro todavía ande; que limpiemos nuestra conciencia llevando al punto limpio la ingente y espeluznante cantidad de objetos que se amontonan en cada rincón de nuestra vida, y de nuestra casa también; que mantengamos nuestros lugares, de trabajo o estancia, a una temperatura aceptable, etc. 

El objetivo de todo en esta cultura predominante es una vez conseguido el nivel de consumo óptimo para mantener girando la rueda, acaparando objetos, experiencias, ropa, viajes, se introduzca en la siguiente pantalla de cabeza: “la de sustituir los productos por otros que nos aseguren ser mejores, y nos etiqueten a los ojos de los demás como personas responsables preocupadas por el futuro de la tierra, pero sin olvidar nunca que nuestra principal función, a la que nos debemos, es a mantener a las grandes fortunas contentas y el engranaje liberal trabajando a pleno rendimiento”. 

Es la mentira en la que vivimos desde que inventamos la agricultura y la ganadería, a cada problema que producimos le buscamos una solución

El mensaje es: el que no entra en la rueda del consumismo no puede aportar su grano de arena contra el cambio climático y que, aunque todo el mundo en este planeta no es capaz de reducir el consumo porque no le alcanza su economía, sueñe con todas sus fuerzas con lograrlo. En estos ámbitos y alturas del capitalismo, nos podemos encontrar al tecnoptimismo metiendo baza, azuzando su veneno, explicando que los problemas desde siempre se han solucionado con tecnología, y que no hace falta cambiar el paradigma que nos ha traído a este punto, sino adaptarnos a él caminando por la misma autopista, construyendo puentes de plata para la huida hacia delante. Es la mentira en la que vivimos desde que inventamos la agricultura y la ganadería, a cada problema que producimos le buscamos una solución. Una huida eterna que en demasiados momento de la historia es frenada por el sufrimiento, al que sigue abocada gran parte de la población mundial. La soluciones, si llegan, como siempre, serán para quienes puedan pagarlas, como cualquier bien de consumo. 

Lo que no explican, quizás porque no lo entienden, o en algunos casos porque no les importa, los tecnoptimistas, por ser de miras cortas y poco amplias, es que la bola cada vez se hace más grande, y las soluciones para afrontarla más complejas. No es realista esperar un milagro de esta nueva religión. Y estas soluciones deben llegar tras decisiones políticas valientes, y porque no decirlo, bondadosas, en la que los sectores económicos sean capaces de reinventarse, la sociedad aprenda a vivir de otro modo, y la tecnología se aplique para solucionar problemas intentando no producir nuevos, cotejando siempre la necesidad con la conveniencia a medio y largo plazo, pero para eso se debe abandonar la idea de que todo debe ser consumible por la de que lo esencial debe ser obligatorio smn cualquier parte del mundo. 

Bienvenidos sean los avances cuando sean para mejorar la salud o la calidad de vida de todas las personas. Bienvenidos las políticas con imaginación y arrojo para afrontar toda la oposición que se les caerá encima desde diferentes sectores a través de sus voceros políticos y periodísticos.

Pero para eso hace falta despojarse de la idea imaginaria del individualismo, totalmente alejada de nuestra especie, vendida como un mantra por la tecnología desde que el primer antepasado inventó por ejemplo un utensilio para cazar de lejos un animal, lo que produjo un gran avance en ese pequeño grupo humano. Pero pronto quienes sabían manejar el objeto, o los que controlaban a estos, se creyeron superiores y únicos, luego se imaginaron a un espíritu que les había entregado la sabiduría y la inspiración para construirlo, hablándoles cerca del oído, y diciéndoles que ellos eran los seres elegidos, por tanto superiores. El utensilio de repente se convirtió en un símbolo de poder y de desigualdad.

El tecnoptimismo es una religión de creyentes ciegos que están seguros que el camino está prefijado por una entidad que escribió la historia del mundo

El tecnoptimismo es una religión de creyentes ciegos que están seguros que el camino está prefijado por una entidad que escribió la historia del mundo, que nunca se producirá el colapso total de la civilización, pues las especies «inteligentes» tienen como objetivo dominar el medio ambiente en el que viven, ser los dueños y señores, algo que no los aleja mucho de la religión católica, en cierta manera explican  este sinsentido como natural, pues dios o la tecnología nos hizo como somos. Es una religión de élites, de elegidos, de hechos a si mismos, de sálvese quien pueda, los que menos corran se quedaran atrás, desgraciadamente no difiere en nada de las teorías conservadoras que nos han robado la felicidad y la libertad en demasiadas ocasiones.

El progresismo, tan alejado del tecnoptimismo, es mirar hacia delante con imaginación, encontrar caminos donde nunca los hubo, por los que podamos caminar todas. No dejando atrás a la ciencia, a la tecnología, a los avances, pero al alcance de todas. Y todas somos los humanos y los que no los son, sobre todo la tierra, el aire, el agua, aquellos que estuvo antes y estará después. No podemos permitirnos ser optimistas, sería ponerse de lado, tampoco pesimistas, debemos mirar a la realidad y buscar soluciones nuevas, la más importante, decrecer repartiendo el bienestar, dejar de comportarnos como superdepredadores, incluso dentro de nuestra propia especie. Deberíamos reinventar la moral para hacernos mejores, y no para intentar ser superiores.

Arquivado en: Opinión
Sobre o blog
El espacio para la libre expresión de los socios y las socias de El Salto. Si quieres participar sigue los pasos que encontrarás en Cómo publicar en el Blog de las Socias. El Salto no se responsabiliza de las opiniones que sus socios/as expongan en este blog.
Ver todas as entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Opinión
Opinión La coherencia de las políticas de Trump
No se pueden entender los aranceles de Trump sin su lucha por el control de los recursos minerales, sin Groenlandia, Ucrania o la República Democrática de Congo.
Opinión
Laicismo Cementerios públicos, enterramientos y ritos religiosos
Que el Estado español se define constitucionalmente como aconfesional parece, más que una realidad, un objetivo que se antoja a muy largo plazo.
Opinión
Opinión Sindicalismo que gana: la clave no es la unidad, sino organizar a las mayorías
Mientras el anarcosindicalismo debate estructuras, las plantillas siguen desmovilizadas. La verdadera batalla es organizar a las mayorías. Sin victorias concretas, incluso el modelo más puro es papel mojado.
Sobre o blog
El espacio para la libre expresión de los socios y las socias de El Salto. Si quieres participar sigue los pasos que encontrarás en Cómo publicar en el Blog de las Socias. El Salto no se responsabiliza de las opiniones que sus socios/as expongan en este blog.
Ver todas as entradas
Palestina
Genocidio Israel sigue atacando hospitales, la ONU habla del peor momento en los 18 meses de asedio
No hay tregua en Gaza, donde Israel ha recrudecido las matanzas y sigue sin permitir el acceso de alimentos y productos de primera necesidad. La ONU denuncia asimismo el asesinato de más de 70 civiles en Líbano.
Grecia
Grecia Frontex pone de nuevo la mirada en Grecia
En enero de 2025 el Tribunal Europeo de Derechos Humanos acusó a las autoridades griegas de llevar a cabo devoluciones forzadas de manera sistemática.
O Teleclube
O Teleclube 'Sorda' o debut persoal de Eva Libertad chega a 'O Teleclube'
A directora murciana estrea a súa ópera prima ao carón da súa irmá e protagonista, Mariam Garlo.
Crisis climática
Balance climático El Mediterráneo se consolida como zona especialmente vulnerable al cambio climático
Las víctimas de la dana suponen dos tercios de las muertes por fenómenos extremos en Europa en 2024, según un informe conjunto de Copernicus y la Organización Meteorológica Mundial que hace un balance climático del continente el pasado año.
Opinión
Opinión La coherencia de las políticas de Trump
No se pueden entender los aranceles de Trump sin su lucha por el control de los recursos minerales, sin Groenlandia, Ucrania o la República Democrática de Congo.
Comunidad de Madrid
Memoria histórica Contra la basura y el olvido: tras la pista de los cuerpos y de la memoria de los brigadistas internacionales
El Salto acompaña a un contingente internacional de políticos, políticas y activistas en una ruta en memoria de los brigadistas internacionales que acudieron a luchar a España contra el fascismo, en un ejercicio inspirador para el presente.

Últimas

Barcelona
Barcelona Activistas de los derechos humanos piden la retención de un barco dispuesto para armar a Israel
La naviera Maersk está transportando estos días componentes para los cazas F-35. El Estatuto de Roma sobre genocidio contempla acciones legales contra las empresas que favorecen las masacres.
Partidos políticos
CIS de abril La ultraderecha recorta votos al PP arrastrada por el efecto Trump
El barómetro de abril vuelve a situar al PSOE como fuerza más votada. La izquierda española sigue su contienda por todo lo bajo.
El Salto n.78
El Salto 78 Nueva revista, viejas injusticias: hablemos de Violencia Institucional
En el último número de la revista de El Salto dedicamos la portada y nuestro “Panorama” a una de las violencias que sufren las mujeres solo por el hecho de serlo, la que aún a día de hoy emana de un sistema irracional y patriarcal.
Comunidad de Madrid
Educación El Gobierno de Ayuso deberá pagar 1.000 euros a una profesora por el exceso de horas lectivas
Según CCOO, hasta 6.500 profesoras y profesoras se podrán acoger a esta sentencia que supone una penalización a la Comunidad de Madrid por el exceso de horas extras que realiza el profesorado.
Ayuntamiento de Madrid
Huelga de basuras Huelga indefinida de basuras en Madrid desde el 21 de abril tras romperse las negociaciones
Los representantes sindicales fuerzan el paro para obligar a las empresas subcontratadas por el Ayuntamiento a escuchar sus propuestas. El Ayuntamiento fija servicios mínimos del 50 %.

Recomendadas

Poesía
Culturas Joan Brossa, el mago que jugó con la poesía para reinventar el poder de la palabra
Casi inabarcable, la producción creativa de Joan Brossa se expandió a lo largo —durante medio siglo XX— y a lo ancho —de sonetos a piezas teatrales, pasando por carteles o poemas objeto— para tender puentes entre el arte, la política y el humor.
República del Sudán
Sudán Cara a. Un Sudán en guerra
Se cumplen dos años de una guerra que ya deja más de 13 millones de personas desplazadas y más de ocho millones de sudaneses al borde de la inanición.
Galicia
Galicia La TVG se gasta 839.772 euros en un programa de Miguel Lago y deja de emitir nuevas entregas tras hundirse en audiencia
El programa ‘O novo rei da comedia’ apenas llegó a los 36.000 espectadores de media en su estreno y cayó en picado en su hasta ahora última emisión al 3,4% de cuota de pantalla en una cadena que tuvo de cuota media en marzo un 8,1%.
Globalización
Crisis del multilateralismo El terremoto Trump sacude las instituciones del orden mundial y la “globalización feliz”
Muchas de las instituciones que marcaron la vida internacional desde la caída del Muro han entrado en crisis. ¿Todas? No, especialmente aquellas que intentan regular los derechos humanos, de los pueblos y de la naturaleza.