Trabajo sexual
La piedra angular

Adaptación del prólogo de 'Trabajo sexual con derechos: una alternativa de despenalización' de Gillian Abel y Lynzi Armstrong (Virus, 2022). Esta obra, cuya traducción fue impulsada por el Colectivo de Prostitutas de Sevilla, compila artículos de investigadoras, activistas y trabajadoras del sexo sobre el modelo neozelandés.
Concentración en contra de la Ley Abolicionista-Prohibicionista en Madrid. 4 de octubre de 2022 - 4
Marijose Barrera, del Colectivo de Prostitutas de Sevilla, interviene para explicar las reivindicaciones de las activistas. Elvira Megías


Activista, investigadora y autora de 'Crítica de la razón puta: cartografías del estigma de la prostitución'
17 feb 2023 09:03

Nueva Zelanda no solo fue el primer país del mundo que aprobó el sufragio femenino, sino también que despenalizó la prostitución con una legislación impulsada por las trabajadoras del sexo. El Colectivo de Prostitutas de Nueva Zelanda (NZPC) realizó un trabajo de incidencia política durante catorce años, trazando alianzas con organizaciones feministas, de derechos humanos, espacios académicos y personal sanitario. Como resultado, este país dio un giro de ciento ochenta grados, pasando de una legislación criminalizadora a otra que pusiera en el centro la reducción de daños, la seguridad, la salud y la protección de quienes ejercen el trabajo sexual. A pesar de la evidencia empírica que da cuenta de las mejoras que supone este modelo y de las escasas cifras de trata con fines de prostitución forzada en el contexto neozelandés, sus resultados se siguen cuestionando a diario. Este libro es una herramienta para el activismo y para la reflexión, que nos ofrece un retrato del modelo jurídico proderechos a través de artículos en los que trabajadoras sexuales, investigadoras y activistas parten del trabajo de campo para abordar de manera específica las cuestiones centrales del trabajo sexual en su contexto.

Hasta el modelo neozelandés, la única propuesta favorable al trabajo sexual era la regulacionista. En su momento, el parlamento holandés se vio seducido por el argumentario proderechos, pero muy pronto las activistas comprendieron que el holandés no era el modelo por el que estaban batallando. El resultado final fueron una serie de mejoras para una pequeña minoría, sujeta a un mayor control y con muy pocos incentivos, y una mayoría excluida de la cobertura de derechos y que trabaja forzosamente en la clandestinidad. En los modelos regulacionistas, la prostitución, más que reconocerse como trabajo, es sometida a control. Esto se debe a que, en rigor, las regulaciones no son sino reglamentaciones actualizadas. Por eso, en los modelos regulacionistas continúan dándose los ingredientes del reglamentarismo decimonónico: zonificación del ejercicio, registros de prostitutas y controles sanitarios. ¿Por qué ocurre esto?, ¿cómo logra colarse el reglamentarismo? Porque a diferencia de la despenalización, en la regulación la prostitución no se legisla desde las leyes ordinarias laborales, como pretenden los colectivos de trabajadoras. En su lugar, el trabajo sexual continúa figurando como parte de los códigos penales, y se realiza una regulación específica que obedece a los intereses de los Estados: obtener beneficios de la prostitución; combatir el fraude en la economía sumergida; controlar la migración; apostar por la transparencia en el sector para reducir los delitos asociados; y, por encima de todo, garantizar la salud y el orden públicos.

A diferencia de la despenalización, en la regulación [...] el trabajo sexual continúa figurando como parte de los códigos penales, y se realiza una regulación específica que obedece los intereses de los Estados.

Quienes salen ganando con el modelo regulacionista no son otros que los empresarios. Las restricciones legales que impone este modelo y los costes tan elevados que conlleva para poder desempeñar legalmente el oficio favorecen principalmente a las empresas corporativas. Con frecuencia, en estos países los empresarios evitan la responsabilidad de abonar el salario y las cotizaciones a la seguridad social, limitándose a alquilarles el espacio. En nuestro país, las asociaciones de empresarios como anela o Mesalina abrazan estas aspiraciones, demandando durante años que la profesión de alternadora se establezca como una actividad por cuenta ajena, mientras que la prostitución permanezca figurando por cuenta propia. De este modo pueden seguir limitándose al alquiler del espacio, eluden la relación laboral y la cotización que se desprende de ella, y consiguen los beneficios limpios del negocio. Las mujeres trabajan como falsas autónomas pagando su seguridad social, pero trabajando bajo las condiciones de un tercero invisible.

Sin embargo, durante décadas la prostitución no ha sido un tema de interés para el feminismo español. En la década de 1990 Raquel Osborne, recién llegada de los Estados Unidos, trasladó el debate de las feminist sex wars a España con la publicación de Las prostitutas, una voz propia. Ni siquiera entonces la prostitución logró ocupar un puesto central para los movimientos de base del feminismo autónomo, pero sí lo haría para el sector del feminismo que se había instalado en la maquinaria de partidos durante la llamada transición democrática. De este modo, el feminismo institucional se encontraría desde el comienzo ligado al abolicionismo y progresivamente iría conquistando cuotas de poder hasta convertirse en la posición mayoritaria en la clase política y en la intervención social, como demuestran las conclusiones de la Comisión Mixta celebrada en 2007 en el Congreso de los Diputados para este fin.

Dando cuenta de esta hegemonía, a nivel jurídico, España es un país abolicionista desde 1956, fecha en la que lo decretó el dictador Francisco Franco. Sin embargo, en la práctica dicho abolicionismo devino más bien en un prohibicionismo que quedó perfectamente reflejado en la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación social. Ya con el primer Código Penal de la democracia, en 1995, el abolicionismo normativo fue ratificado en la versión más laxa que ha contemplado España, puesto que despenalizó la tercería locativa –el arrendamiento de espacios para el ejercicio de la prostitución– y diferenciaba de manera implícita entre prostitución forzada y escogida, tipificando únicamente el proxenetismo coactivo. Desde la reforma del Código Penal de 2003, el consentimiento de la trabajadora dejó de ser relevante y el delito de proxenetismo se recrudeció.

Trabajo sexual
Escuchad a las putas
Escuchad a las putas. No las victimicéis. No os creáis superiores a ellas. Saben cosas de la masculinidad y el patriarcado que nunca quisimos oír.

Aunque a nivel jurídico España sea abolicionista, en rigor conjuga tres modelos distintos. Si descendemos en la escala normativa, el alterne y la tercería locativa fueron reconocidos por la jurisprudencia social desde la década de 1980. Sin embargo, esto no se ha traducido en derechos laborales o sociales para las prostitutas, mientras que los empresarios cuentan con el beneplácito de la Audiencia Nacional y del Tribunal Supremo, que les reconocieron como patronal en 2004. Cuando hablamos de los clubes de alterne, por tanto, España se inscribe en el reglamentarismo zonificando la prostitución. Si continuamos nuestro descenso y llegamos al nivel administrativo en el que se encuentran las ordenanzas municipales y especialmente la Ley orgánica de Protección de la Seguridad Ciudadana, vemos que en nuestro país se sanciona a clientes y a trabajadoras del sexo mediante diferentes subterfugios (solicitud y demanda, puesta en peligro de la seguridad vial, desobediencia a la autoridad y exhibición obscena). Mientras que el reglamentarismo del alterne produce un buen número de vulneraciones de derechos relativas al estadio de alegalidad en el que se inscribe la prostitución, el prohibicionismo callejero hace lo propio mediante la criminalización directa o indirecta –abolicionismo–. Como resultado, las trabajadoras del sexo sufren la discrecionalidad policial y sus consiguientes abusos, indefensión jurídica y vulneración de la tutela judicial efectiva, precarización crónica y un evidente deterioro de su salud y seguridad.

Se considera que alguien es un adulto cuando trabaja. De hecho, en las llamadas sociedades del bienestar, el acceso a derechos civiles y sociales plenos depende del acceso a los laborales. ¿Qué ocurriría si el modelo de despenalización neozelandés se aplicase en España? En primera instancia, erradicaría de un plumazo las consecuencias derivadas de la clandestinidad forzosa en la que se ejerce. Las trabajadoras del sexo tendrían garantías en sus condiciones de trabajo y acceso tanto a los derechos laborales como a la Seguridad Social. En la actualidad, las mujeres que ejercen la prostitución están excluidas de todo tipo de prestaciones sociales (por desempleo, incapacidad laboral, enfermedad o jubilación), lo que incrementa su vulnerabilidad económica y su dependencia a terceros. Al reconocerse la relación laboral, se responsabilizaría al empresariado de esta y las trabajadoras del sexo contarían con herramientas para denunciar los abusos y la explotación, pues solo la explotación sexual suele activar la respuesta de los juzgados. Por el momento, la capacidad potencial del empresariado para imponer las condiciones laborales que desee es ilimitada y esta ausencia de cobertura jurídica de todo tipo es la que crea el caldo de cultivo para la explotación laboral. El empresariado puede imponer la clientela, las prácticas sexuales, la norma de utilizar preservativo para algunas de ellas; además de que el despido y la rotación de trabajadoras de otros clubes de la misma empresa se practica de manera unilateral y arbitraria.

Ningún modelo jurídico es la panacea capaz de erradicar la explotación –si así fuera, no existiría en ningún trabajo regulado–, pero algunos, como este, son la piedra angular del cambio.

La despenalización y el reconocimiento de la relación laboral paliarían estas y otras circunstancias, como la tendencia a trabajar de manera ininterrumpida durante meses sin descansos ni vacaciones reconocidas. En el modelo de despenalización existe un fondo social para que las trabajadoras del sexo accedan a la prestación por desempleo si desean abandonar la prostitución y la perciben hasta que obtienen otro trabajo. Los derechos laborales reducirían su vulnerabilidad económica, lo que también les permitiría mayor movilidad hacia otros empleos. Otro derecho fundamental al que por fin tendrán acceso sería el derecho a la vivienda. El mercado habitacional español exige nómina para alquilar y esto, junto con el estatus migratorio, empuja una mayoría a residir en clubes de alterne o pisos clandestinos. A su vez, el disfrute de la atención sanitaria y la obtención de la tarjeta depende de estar empadronada, lo que obstaculiza el acceso a la salud de muchas trabajadoras.

Como se cuenta en la obra, al final del proceso parlamentario en el que se aprobó la actual legislación neozelandesa sobre trabajo sexual, se introdujeron enmiendas con las que el NZCP no estaba de acuerdo, entre ellas la sección 19, que deja fuera de la cobertura de derechos a las migrantes sin permiso de residencia en el país. Como la ley se aprobó por un solo voto, el NZPC tuvo que aceptar la enmienda para que esta saliera adelante y hoy continúa batallando por su derogación. Aunque ningún modelo sea perfecto, resulta fundamental no copiar esta sección de la ley, especialmente si tenemos en cuenta que, en España, la mayoría de las trabajadoras del sexo son migrantes y lo que urge es su regularización. Con todo, los problemas que asolan a las trabajadoras migrantes proceden en primera instancia de la Ley de extranjería, que aboca a todo un sector a las condiciones de vida y trabajo miserables, de las que se acusa al trabajo sexual en exclusiva, cuando son palpables en sectores como la hostelería, la agricultura o los diferentes estratos de reparto a domicilio. Por eso, cualquier ley proderechos tendría que ir acompañada de una reforma de la legislación de extranjería en clave antirracista. Otro aspecto que sí convendría copiar es el derecho que le concede la Ley de Seguridad y Salud en el Trabajo neozelandesa a la trabajadora del sexo, a negarse a realizar cualquier tipo de servicio, incluso después de haberlo cobrado, reconociéndole su derecho a retirar el consentimiento. La inducción, obligación y presión sobre la realización de servicios, así como llevar a cabo prácticas de riesgo se encuentran sancionadas. Este aspecto crucial garantiza la integridad e indemnidad sexuales de la trabajadora y reafirma su consentimiento frente a clientes y empleadores, pues decreta que son ellas quienes establecen las condiciones.

El modelo de despenalización reconoce a las trabajadoras del sexo como protagonistas de su realidad y apoya su acceso integral a derechos, los cuales entiende como la mejor herramienta disponible para hacer frente a los abusos y a la explotación. Ningún modelo jurídico es la panacea capaz de erradicar la explotación –si así fuera, no existiría en ningún trabajo regulado–, pero algunos, como este, son la piedra angular del cambio.

- Paula Sánchez Perera es autora de Crítica de la razón puta. Cartografías del estigma de la prostitución (La Oveja Roja)

Opinión
La ordenanza contra la prostitución crea más víctimas

Apostar por medidas prohibicionistas supone ignorar las consecuencias que estas restricciones puedan tener para las mujeres.

Sobre o blog
La filosofía se sitúa en un contexto en el que el poder ha buscado imponerse incluso en los elementos más básicos de nuestro pensamiento, de nuestras subjetividades, expulsando así de nuestro campo de visión propuestas teóricas y prácticas diversas que no son peores ni menos interesantes sino ajenas o directamente contrarias a los intereses del sistema dominante.

En este blog trataremos de entender los acontecimientos del presente surcando –en ocasiones a contracorriente– la historia de la filosofía, con el objetivo de poner al descubierto los mecanismos que utiliza el poder para evitar cualquier tipo de cambio o de alternativa en la sociedad. Pero también de producir lo que Deleuze llamó líneas de fuga, movimientos concretos tanto del presente como del pasado que, escapando del espacio de influencia del poder, trazan caminos hacia otros mundos posibles.
Ver todas as entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Antipunitivismo
Antipunitivismo Las malas víctimas responden
Este texto lo firmamos dos malas víctimas, comprendiendo con ello sujetos que deciden disputar tal categoría.
Literatura
Antonio Orihuela “En España existía un sujeto femenino radical y de cambio antes del movimiento sufragista”
A propósito de la publicación de su ensayo “Las sin amo”, repasamos con Antonio Orihuela la historia silenciada de unas escritoras de los años treinta comprometidas contra la lógica burguesa, el Estado, el capitalismo y la explotación.
Feminismos
Feminismo Solo el feminismo nos va a salvar de esta
El ascenso de líderes autoritarios pone en peligro las democracias occidentales. ¿Podrá el feminismo ser la clave para detener esta deriva?
Sobre o blog
La filosofía se sitúa en un contexto en el que el poder ha buscado imponerse incluso en los elementos más básicos de nuestro pensamiento, de nuestras subjetividades, expulsando así de nuestro campo de visión propuestas teóricas y prácticas diversas que no son peores ni menos interesantes sino ajenas o directamente contrarias a los intereses del sistema dominante.

En este blog trataremos de entender los acontecimientos del presente surcando –en ocasiones a contracorriente– la historia de la filosofía, con el objetivo de poner al descubierto los mecanismos que utiliza el poder para evitar cualquier tipo de cambio o de alternativa en la sociedad. Pero también de producir lo que Deleuze llamó líneas de fuga, movimientos concretos tanto del presente como del pasado que, escapando del espacio de influencia del poder, trazan caminos hacia otros mundos posibles.
Ver todas as entradas
Estados Unidos
Extrema derecha Trump anuncia un campo de concentración para 30.000 migrantes en Guantánamo en el 80 aniversario de Auschwitz
La estrategia de llevar la detención de migrantes a territorios lejanos, opacos y sin garantías de derechos también ha sido la opción elegida por la Unión Europea en el último año.
Salario mínimo
Pacto bipartito Trabajo y sindicatos acuerdan la subida del salario mínimo en 50 euros sin el apoyo de la patronal
Díaz anuncia un acuerdo con los sindicatos que llevará al Congreso de Ministros de forma “inminente” la propuesta del Ministerio de Trabajo. Los sindicatos proponían una subida de 66 euros y la patronal, de 34 euros.

Últimas

Crisis climática
Parlamento Ciudadano Climático Un jurado popular ciudadano para combatir la crisis climática y el retroceso democrático
En un momento crítico para la democracia y la acción climática, cinco organizaciones medioambientales reunieron en el Congreso de los Diputados a científicos, actores sociales y asambleístas para impulsar un Parlamento Ciudadano Climático Permanente.
Ayuntamiento de Madrid
Convenio colectivo Las cuidadoras ganan a Almeida: Madrid anuncia nuevos pliegos con la subida salarial pactada
Las trabajadoras de cuidados seguirán en huelga dado que “no hay nada tangible”. El anuncio afectaría a 12.000 personas empleadas por el Ayuntamiento, pero no a las 2.000 trabajadoras más convocadas a la huelga que trabajan para la Comunidad.
Madrid
Justicia El fiscal general del Estado, en el alambre, declara como investigado ante el Supremo
Álvaro García Ortiz acude al alto tribunal a explicar su versión de las filtraciones denunciadas por el entorno de la pareja de Isabel Díaz Ayuso. Es la primera vez que un fiscal de su categoría declara como investigado.
Lavapiés
Madrid Lavapiés gana un asalto a la organización fascista Hacer Nación
La empresa en la que se iban a organizar unas jornadas con figuras de la extrema derecha europea ha confirmado que comunicó a Hacer Nación que no le cedía su espacio.
Más noticias
Pensiones
Revalorización de las pensiones Los pensionistas no se fían y salen a la calle tras el rechazo al decreto ómnibus
La Unidad de Acción de Madrid convoca a manifestarse este viernes 31 frente a la sede del PP tras la “posición negativa de la derecha ultranacionalista, sea española o catalana”.
Energías renovables
Energías renovables en Madrid El Centro Cultural Palomeras quiere ser autosuficiente, los préstamos de sus vecinos pueden conseguirlo
Una universidad pública y una cooperativa de energías renovables lideran el proyecto de préstamos que quiere convertir en autosuficiente al histórico centro educativo vallecano, y que busca reunir 150.000 en financiación ciudadana a un interés ético.
Opinión
Opinión No es Poder Popular todo lo que reluce
VV.AA.
No hay alternativa capaz de cambiar este sistema que no hable claramente de socialismo y de clase trabajadora
Israel
Sionismo Maccabi - Baskonia: no colaboremos con la banalización del mal
El partido de basket en Gasteiz es una oportunidad de oro para mostrar nuestra determinación a no contribuir al blanqueamiento del Estado genocida de Israel, oponiéndonos decididamente.
Comunidad de Madrid
Comunidad de Madrid Sin materiales, sin protección adecuada y sin financiación: los bomberos de Madrid denuncian “abandono”
La contaminación de los equipos de protección de cinco bomberos en un incendio en una nave de reciclaje hace levantar de nuevo la voz de los sindicatos, que ya tienen denunciada ante el TSJ de Madrid, la falta de financiación.

Recomendadas

Laboral
Laboral Investigada unha rede empresarial que explotaba a 82 migrantes nunha granxa de Lugo
Polo de agora, tres persoas responsables da granxa de Begonte centran as investigacións da Garda Civil. As 82 persoas explotadas vivían nun hotel de Ordes (A Coruña) que non tiña sequera licencia de hostalaría.
Literatura
Letras Galegas Da Sección Feminina do franquismo ao Cancioneiro Popular Galego: o pobo é quen canta e baila
As cantareiras protagonizarán o Día das Letras Galegas de 2025. Beatriz Busto e Richi Casás fálannos delas, de Dorothé Schubarth, do Cancioneiro Popular Galego e da dificultade de acceder aos arquivos sonoros que conservan as súas voces.
Medio rural
Reportaxe As mulleres rurais soñan con deixar de ser heroínas
A falta de servizos básicos no rural é a primeira pedra no camiño de quen quere vivir e desenvolver os seus proxectos fóra da cidade. Aínda así, o rural galego atópase á cabeza en canto a titularidade feminina respecto á media do Estado español.