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Francia
Macron gana, Le Pen pasa a segunda vuelta y Mélenchon obtiene un resultado histórico
Poco después de que se cerrasen las urnas llegaba el sondeos de Ipsos que fijaba la fotografía de lo que ha pasado en la jornada electoral del 10 de abril de 2022 en Francia. Aunque los resultados han oscilado unas décimas, el diagnóstico era correcto. Con los resultados oficiales al 97%, el actual presidente, Emmanuel Macron, obtiene el 27,6% de los votos y es el candidato más votado en la primera vuelta. Competirá el próximo 24 de abril con la líder de extrema derecha Marine Le Pen (Agrupación Nacional, ex Frente Nacional) quien con el 23,4% de los votos repetirá en segunda vuelta contra Macron. Aunque los resultados eran estimaciones a las 21, los candidatos comparecieron para reconocerlos como oficiales y para avanzar su estrategia de cara al futuro.
A las 00.00 horas todavía quedaba esperanza en los cuarteles generales de la candidatura de Mélenchon de que se produjera una remontada que enviase a segunda vuelta al candidato de la Francia Insumisa. De madrugada todavía quedaban seis millones de papeletas por contar, pero no ha habido vuelco. Mélenchon obtuvo el 21,95% de los votos, un resultado inesperado: 7.600.000 personas han dado su apoyo a una candidatura que se proponía “no reparar el sistema, sino sustituirlo” y que ha ganado el voto de los menores de 24 años.
Si en 2017, Macron catapultó sus opciones en segunda vuelta con el apoyo del tercer candidato más votado en primera vuelta, François Fillon (Los Republicanos), este 2022 tendrá que virar sus objetivos si quiere conseguir que el tercero más votado hoy, Jean Luc Mélenchon apoye su permanencia en el Eliseo. El líder de la Francia Insumisa ha vuelto a conseguir sus mejores resultados —el 21,9% según las primeras estimaciones respecto al 19% de 2017— pero ve cómo no ha bastado el aglutinamiento del voto de izquierdas para pasar con su programa de reformas profundas a la fase definitiva para la elección presidencial.
Así pues se ha cumplido el mensaje de una “Francia derechizada” y se ha concentrado el voto más que hace cinco años. En 2022 ninguno de los otros partidos, ni siquiera los gaullistas de Valérie Pécresse (Los Republicanos), han superado el 10% del apoyo electoral. La derecha democrática tradicional francesa ha colapsado. No por anunciada merece menos mención el hundimiento del Partido Socialista Francés, dirigido en estas elecciones por Anne Hidalgo, que ha desaparecido virtualmente del mapa político solo diez años después de que François Hollande abandonase la presidencia.
Macron sobrevive a la guerra
La decisión de no participar en ningún debate en esta primera vuelta y la difícil realidad del primer mes de guerra no han afectado tanto a Macron como se especulaba en las últimas horas. Las estimaciones le habían situado en un empate virtual con Marine Le Pen y habían previsto que el actual presidente no subiera ningún punto respecto a sus sorprendentes resultados de 2017, cuando, sin partido, obtuvo el mejor resultado en las primarias y precipitó el fin del Partido Socialista Francés —con el que Macron había sido ministro del gabinete de Hollande en el periodo anterior— y la derrota del espacio natural de la derecha conservadora, Los Republicanos, que ya habían superado previamente por el populismo de extrema derecha de Marine Le Pen.
En lugar de debates electorales, la campaña de Macron se ha centrado en resaltar su figura internacional. Una serie de retratos tomadas por la fotógrafa Soazig de La Moissonniere quisieron enfatizar esa imagen de un líder desvelado por la situación en Ucrania, que había dirigido los esfuerzos europeos para meter en el redil a Vladimir Putin. Pero la mala situación económica en Francia, provocada por la alta inflación, ha hecho peligrar la idea de unas elecciones “de trámite” para el líder de Francia en Marcha.
“Macron es el programa económico de Le Pen con el añadido del menosprecio de clase, mientras que Le Pen es el programa de Macron con el añadido del menosprecio de raza”, ha dejado dicho Jean Luc Mélenchon, el candidato de la Francia Insumisa, en uno de sus multitudinarios mítines de final de campaña. Recordaba así la imagen que Macron mostró al mundo con el fallido abordaje de las protestas de los Chalecos Amarillos y la represión que se extendió en Francia hasta pasado 2019.
Francia
La mano dura de Macron, el príncipe progresista
Decenas de manifestantes han sido mutilados o heridos: cinco perdieron una mano, cuatro sufrieron contusiones en las partes genitales. Una represión inédita en Francia desde mayo del 68 que daña la imagen del presidente Macron
Pero también dejaba su sentencia sobre la candidata de Agrupación Nacional, Marine Le Pen, que repetirá en segunda vuelta de las elecciones y aspira a que el escenario sea totalmente otro del de 2017, cuando obtuvo un tercio de los votos y fue barrida por el actual presidente.
Le Pen que partía de la dificultad de explicar los vínculos que unen a su proyecto del de Vladimir Putin, que se extienden hasta la financiación del partido mediante dos créditos bancarios, ha salido favorecida de la mala situación económica provocada por la guerra y del enfado del “medio rural”, que no ha conseguido explotar el otro candidato de la extrema derecha, Éric Zemmour, que ha sido el cuarto candidato más votado pero cuya campaña se ha diluido en las últimas semanas. Aunque el fenómeno Zemmour le permitía proyectar una imagen moderada, Le Pen no ha renunciado al programa clásico de xenofobia del Frente Nacional, uno de cuyos puntos establece un sistema de “prioridad nacional”, que dejaría sin derechos básicos (como acceso a la vivienda o el trabajo) a los extranjeros que residen en Francia.
Sabor agridulce para la izquierda radical francesa, que se ha vuelto a quedar fuera de la segunda vuelta. Jean Luc Mélenchon ha superado el 21,9% del voto y ha conseguido los mejores resultados históricos para la Francia Insumisa. Hay que remontarse al 21,27% de los votos que obtuvo Jacques Duclos como candidato del Partido Comunista Francés en 1969 para encontrar a tantas personas a favor de la izquierda extramuros del PSF.
Con los errores de un líder a menudo demasiado excesivo y los aciertos de un programa llamado “Futuro en Común", con una planificación ecológica definida y la propuesta de reducción a 32 horas del trabajo semanal con un aumento a 1.400 netos del salario mínimo, la Francia Insumisa ha conectado con un voto juvenil que posiblemente se desvanezca en una segunda vuelta a la que Macron acude con la etiqueta de ser un líder para las élites. Las estimaciones de la cadena de televisión BTMFV sugieren que uno de cada tres votos de personas entre 18 y 24 años habrían votado a Mélenchon, el 25% a Macron y el 17% a Le Pen.
El candidato Mélenchon, en el reconocimiento de los resultados, ha emitido el primer signo de lo que piensa de cara al 24 de abril: “No debemos dar un solo voto a madame Le Pen”. Pero probablemente se le demande un apoyo más explícito por parte de la campaña de un Macron que navega con pocas guías: los malos resultados de todos los partidos de referencia en Francia no permiten saber hacia dónde se inclinará un electorado que se ha mostrado dispuesto a los cambios en la última década.
Nous savons pour qui nous ne voterons jamais. Et pour le reste, comme je vous l'ai dit il y a 5 ans : les Français sont capables de savoir ce qui est bon pour la démocratie. Il ne faut pas donner une seule voix à Madame Le Pen. #Melenchon2022 #1erTour https://t.co/Ze7TLz8cLJ
— Jean-Luc Mélenchon (@JLMelenchon) April 10, 2022
Pero Mélenchon se queda a las puertas y su espacio tiene poco espacio electoral que rascar, después de que en esta campaña haya absorbido prácticamente todo el espacio de la izquierda. Yanick Jaddot (Polo Ecologista) ha rozado el 5% de los votos y ha sido el candidato más apoyado entre quienes disputaban el espacio de la izquierda. Fabien Roussel, del Partido Comunista Francés se ha quedado en el 2,3% y los candidatos de anticapitalistas Philippe Poutou (Nuevo Partido Anticapitalista) y Nathalie Arthaud (Lucha Obrera) no han llegado al 1% de los votos.
También queda fuera de la ecuación por mucho tiempo el Partido Socialista Francés, que hace solo diez años celebraba los diez millones de votos obtenidos por Hollande frente al último presidente gaullista de Francia, Nicolás Sarkozy. En esta ocasión la candidata del PSF, Anne Hidalgo, ha obtenido un 1,7% de los votos, veintiséis puntos menos que los de Hollande en aquel lejano 2012. En el reconocimiento de los resultados, Hidalgo ha pedido el voto a Macron. Ha sumado su apoyo también Valérie Pécresse, la candidata conservadora que ha llevado a la siempre mutante democracia cristiana a su peor resultado desde mediados del siglo XX.
La baja participación registrada en la jornada de hoy, que ha descendido un 4% respecto a 2017, es un primer aviso de cara a la segunda vuelta de unas elecciones en las que confrontan dos formas de ver Francia pero, sobre todo, dos maneras de estar en la Unión Europea. Mientras Macron cuenta con el apoyo de los principales mandatarios en el continente, la llegada al Eliseo de Le Pen abriría un agujero de difícil cálculo en el proyecto de la UE. Desde la II Guerra Mundial, ningún partido como la Agrupación Nacional —que debe sus orígenes al negacionista del holocausto y padre de la candidata, Jean Marie Le Pen— ha llegado a la presidencia de la segunda economía europea. Solo que el paisaje ha cambiado: hay una guerra en marcha en las puertas de Europa y eso marcará el futuro del continente y de la Unión Europea. Macron cuenta con la baza de esos apoyos internacionales, Le Pen con la posibilidad de que una mayoría de ciudadanos franceses decidan emprender una huida hacia otro lugar.
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y si te planteas también que quizás el ego de Melenchon le haya privado el confluir con comunistas, socialistas, anticapitalistas... No hay nadie que sobre en la construcción del mundo...
Habrá que aprender la lección: ecologistas, comunistas, socialistas y anticapitalistas han privado al candidato de izquierdas, Jean-Luc Melenchon, de pasar a la segunda vuelta dejando fuera a la ultraderechista Le Pen.