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México
Llaman a la solidaridad con la autonomía de Santa María Ostula
En 2009, el Congreso Nacional Indígena, espacio organizativo de solidaridad y reflexión, casa de los pueblos originarios de México para fortalecer sus luchas de resistencia y rebeldía, dieron a conocer un comunicado, el Manifiesto de Ostula, en el cual, el pueblo Nahua de Santa María Ostula, en el Estado de Michoacán —ubicado en el centro oeste de México— junto con los pueblos Wixárika, Purhépecha, Binnizá, Hñahñuu, Coca, Tzetal, Ñuu Savi y Rarámuri— reiteraron su empeño por “continuar ejerciendo su derecho histórico a la autonomía y la libre determinación”.
Semanas después, tal como narra el documental “Recuperando el Paraíso”, de la agencia autónoma de comunicación Subversiones, ganador al mejor documental en el Festival Internacional de Cine de Wallmapu en Temaco, Chile; la comunidad indígena de Santa María Ostula recuperó tierras que arrebató a los cárteles de la droga y a los caciques de la región. El documental narra la primera parte del proceso, hasta 2017, sobre todo el levantamiento armado y la resistencia contra la violencia que se desató.
En los territorios recuperados por los nahuas de Santa María Ostula se fundó el pueblo de Xayakalan, cuyos terrenos son codiciados por empresarios del turismo, de la minería, del crimen organizado y de las maderas preciosas
Por su lado Heriberto Paredes explica para Pie de Página, en el municipio de Aquila, al cual pertenece Ostula, existen tres formas de propiedad de la tierra, “la comunal, la ejidal y la pequeña propiedad”; sin embargo, en el caso de las tierras en disputa, “los documentos coloniales certifican que es la comunidad nahua la propietaria”. Basada en estos documentos existe una resolución presidencial, que, aunque mal medido el territorio, también certifica a Ostula “como una comunidad agraria a la que le pertenece esta franja territorial entre las dos poblaciones”.
En un reciente comunicado firmado por el Espacio de Coordinación Nacional Alto a la Guerra Contra Los Pueblos Zapastitas y con el apoyo de colectivos y organizaciones de la órbita del Congreso Nacional Indígena, llamaron a la solidaridad nacional e internacional a estar alertas frente la reciente escalada de la violencia. En el documento hicieron un recuento de la historia que acompaña la lucha por la autonomía de la comunidad nahua de Ostula y señalaron los últimos agravios cometidos.
En los territorios recuperados por los nahuas de Santa María Ostula se fundó el pueblo de Xayakalan, cuyos terrenos son codiciados por empresarios del turismo, de la minería, del crimen organizado y de las maderas preciosas. Además, Ostula se encuentra en un área estratégica: entre los puertos de Manzanillo y Lázaro Cárdenas, los dos más importantes de México. A partir del levantamiento, se acentuó la represión, los desplazamientos, las desapariciones forzosas y los asesinatos, pues dichas tierras habían sido utilizadas por el crimen organizado como campo de operaciones.
Sin embargo, con el levantamiento armado de las policías comunitarias de la zona, los pobladores exiliados pudieron volver a sus tierras, continuaron combatiendo al crimen organizado y comenzaron la reconstrucción de la comunidad, en el que han trabajando las tierras que durante años habían sido intocables. En poco tiempo, el pueblo de Xayakalan se constituyó como uno de los referentes de autonomía y autogestión en México, tal como lo han hecho otras experiencias organizativas, como sus vecinos de Cherán, en el mismo Michoacán, o los Municipios Autónomos Zapatistas en el suroriental Estado de Chiapas.
El Espacio de Coordinación, reivindicó que las tierras y playas se mantuvieron en propiedad comunal, al tiempo que se levantaron “plantíos de jamaica y papaya y se impulsó el cuidado de las tortugas que llegan a sus playas a desovar”. Se desarrollaron también proyectos de turismo, “siempre decididos y administrados de manera comunitaria. A la par, la Guardia Comunal se encargó de suministrar paz, seguridad y justicia para los habitantes de la región”.
“Pero los señores de la guerra y del dinero”, como denuncian los colectivos solidarios, no estaban dispuestos a tolerar tal acto de dignidad rebelde del pueblo de Ostula. Según su comunicado, para eliminar y desplazar a este pueblo nahua de las costas de Michoacán, “los poderosos instauraron un verdadero estado de terror, apoyándose en paramilitares, grupos del crimen organizado, gobiernos y policías locales, así como también han hecho uso de el Ejército y la Marina”. Para muestra de la brutalidad: 36 comuneros de Santa María Ostula, entre ellos varias personas autoridades comunitarias e integrantes de la Guardia Comunal, han sido asesinadas y otras 5 han sido desaparecidas.
Durante el mes de agosto pasado los ataques a la comunidad se han intensificado. Para las y los activistas los responsables de la guerra son “funcionarios del Estado mexicano y de corporaciones criminales, en contra de la comunidad, de sus territorios, y de su autonomía”. Señalan que la violencia no ha disminuido, sino que ha crecido brutalmente en los últimos días. Como ejemplo, narran la violenta ejecución de Lorenzo Froylan de la Cruz Ríos, cuyo cuerpo sin vida fue localizado el 10 de agosto y quien unos días antes había sido “levantado” por un comando del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
“Por medios legales e ilegales, los poderes fácticos de Michoacán intensifican la guerra contra el pueblo nahua de Santa María Ostula y su legítimo derecho a la autonomía”
La ejecución vino acompañada, el 11 de agosto, por una notificación en la que los órganos de “justicia” del Estado amenazan con despojar una parte de sus territorios al pueblo nahua de Santa María Ostula. Por si esto fuera poco, en medios de comunicación, el gobernador de Michoacán Alfredo Ramírez Bedolla, del partido Morena, abiertamente ha amenazado con desalojar a los pueblos en resistencia. “Por medios legales e ilegales, los poderes fácticos de Michoacán intensifican la guerra contra el pueblo nahua de Santa María Ostula y su legítimo derecho a la autonomía” sentencian las organizaciones solidarias.
Lamentablemente el caso de Santa María Ostula no es una excepción en México. Existen otras resistencias que continuamente son blanco de violencia. En el comunicado, se señala también a los pueblos del Consejo Indígena y Popular de Guerrero que resisten la violencia que corporaciones criminales desatan contra ellos. También señalan que en Oaxaca, los pueblos de la Unión de Comunidades Indígenas de la Zona Norte del Istmo (Ucizoni) que se oponen al Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, han denunciado el aumento del acoso policiaco contra personas defensoras del territorio.
Frente a esta situación, quienes integran el Espacio de Coordinación Nacional Alto a la Guerra contra los Pueblos Zapatistas, si tocan a una, nos tocan a todas, acompañados de otras organizaciones y personas solidarias, llamaron a estar alertas frente a una nueva escalada de la violencia contra el pueblo de Ostula o contra otros pueblos que defienden el territorio. “Llamamos a hacer públicas expresiones de solidaridad y a que denuncien al gobierno de Michoacán y al de México”. Finalmente concluyeron haciendo un llamado “a la gente de buen corazón, a no dejar solos a los pueblos que luchan por la vida”.