Masculinidades
¿Qué estamos haciendo?

Una mirada al trabajo sobre masculinidades y una propuesta promiscua
Asamblea de los conductores de Metro
Asamblea de los conductores de Metro David F. Sabadell

Ojalá me equivoque, pero sospecho que estas líneas solo serán leídas por quienes ya andan repensando las masculinidades, las suyas o las ajenas. Y es precisamente eso lo que me preocupa y ocupa en ordenar interrogantes y temores sobre qué, cómo y para qué estamos abordando esta tarea. Sin cuestionar el horizonte, convencido de que todas las personas que se implican en este trabajo, incluido quien suscribe, lo hacemos desde la mejor de las intenciones, aportando tiempo, confianza, energías y propuestas en favor de una sociedad más igualitaria. Con todo, porque el voluntarismo no basta, echar un vistazo a los caminos que recorremos puede proporcionarnos cierta perspectiva de los rumbos que llevamos, de los encuentros y desencuentros, de los avances y contradicciones.

Desde los años 70 comenzó a teorizarse sobre masculinidades pero, como sabemos, en sus orígenes la motivación fue más reaccionaria, de hombres que se sentían amenazados por las conquistas de derechos de las mujeres, más que por el interés en comprender sus causas y efectos con perspectiva de género. Mucho se ha escrito desde entonces. No en vano el mundo de lo racional ha sido históricamente asignado a los hombres, lo que lo convierte en un espacio confortable donde acomodarnos. Desde el ámbito discursivo podemos sentirnos seguros, sin que ello signifique necesariamente más que eso: la construcción de un relato acorde a un nuevo paradigma. Podemos mirarnos los pies de barro sin mover un dedo para agrietarlos. Desde lo meramente descriptivo.

Esta intelectualización toma posiciones poco a poco en la academia, donde los estudios sobre masculinidades van ocupando aulas, despachos, titulaciones. Llama la atención la proliferación de publicaciones pero, más aún, su repercusión mediática, sobre todo si las comparamos con los miles de ensayos e investigaciones feministas desarrolladas durante décadas por mujeres que guardan el silencio de las justas. ¿Estaremos reproduciendo modus operandis?

Parece que hayamos conquistado un stand en las ferias de igualdad, un departamento estanco, que no crea vínculos y sinergias

Se ponen de moda también, y lo vivo en primera persona, los talleres de sensibilización y formaciones sobre masculinidades en distintos ámbitos: educativos, juveniles, familiares, institucionales, empresariales. Al desfile de talleristas de igualdad, violencia de género, lgtbiq..., nos sumamos ahora los de masculinidades. Actividades puntuales que no se instalan de forma transversal y coherente en los currículos. Que ni siquiera son abordadas transversalmente entre sí mismas pues, resulta evidente, estamos hablando de lo mismo: sexo, género, orientación sexual y su repercusión en la convivencia y el desarrollo de las personas. Parece que hayamos conquistado un stand en las ferias de igualdad, un departamento estanco, que no crea vínculos y sinergias. Tarea pendiente.

Feminismos
Josetxu Riviere “Los hombres tenemos el deber de empujarnos hacia el cambio”
Especialista en igualdad, género y masculinidades, ha sido ponente en la II Escuela de Pensamiento Feminista de AMA Asturies que tuvo lugar entre el 16 y el 18 de julio.

El esencialismo que no cesa

Una lógica de segmentación de las realidades que se palpa en el discurso mayoritario de masculinidades, centrado en hombres cisgénero, heteros, blancos, de clase media, universitarios que superan la treintena y andan enredados recientemente con las paternidades. ¿Y el resto de masculinidades? Más allá de seguir apoltronados en el esencialismo eurocéntrico, exportando matrices y conceptos descontextualizados, sin atender al ser “situado”, chirría particularmente que el debate sobre masculinidades no haga suyas las agendas de hombres gays, trans... ¿Será que no acabamos de sacudirnos la homofobia, tan machirula ella, que a los no-heteros se les sigue considerando menos hombres o directamente se les saca de la categoría? ¿Abordamos las violencias lgtbiqfóbicas - ejercidas mayoritariamente por hombres cis de rol hetero- como parte del problema de la masculinidad hegemónica o lo dejamos en manos de quienes las padecen?

En ocasiones se les escucha asumiendo una culpa ancestral, una suerte de pecado original por haber nacido con pene. Otras, en cambio, el discurso resuena autocomplaciente, incluso exculpatorio

Puestos a segregar, hay quienes apuestan por abordar estos trabajos individualmente, de forma introspectiva, reencontrándose con la naturaleza o su niño interior. También en grupos solo de hombres, donde analizan los efectos, daños y culpas relacionados con su socialización masculina bajo el patriarcado. En ocasiones se les escucha asumiendo una culpa ancestral, una suerte de pecado original por haber nacido con pene. Otras, en cambio, el discurso resuena autocomplaciente, incluso exculpatorio. Sobrevuela un peligro autorreferencial, ombliguista: ¿Hasta qué punto profundizamos así en el binarismo, en la diferencia y la dicotomía de roles? ¿Bastará con cambiar de apellido a la masculinidad o quizás crear otra forma hegemónica de ser hombre? Si queremos construir una sociedad en la que convivamos igualitariamente todas las personas, más allá de nuestros cuerpos e identidades, ¿no deberíamos diseñarlo y construirlo entre todas, escuchando todas las voces?

Mantenemos el eterno debate entre las vías personalistas frente a miradas más sociales y políticas. ¿El cambio personal es suficiente, generará el efecto dominó esperado o el patriarcado está enraizado en las estructuras sociales y de poder, tanto que sin cambiar a éstas no habrá avance posible? ¿Podemos modificar el modelo de hombre hegemónico sin acabar con la utilidad del sexismo para el marco socioeconómico en el que nos relacionamos? ¿Podemos deconstruir la masculinidad sin desmontar el capitalismo? ¿Y vicecersa? Las propuestas feministas pasan por poner la vida, a las personas, sus necesidades y cuidados en el centro de la economía, del urbanismo, de las políticas, ¿es compatible con el capitalismo depredador, capacitista, competitivo, meritocrático?

Hombres que ejercen violencia

Hay algo que retumba del enfoque mayoritario en el trabajo con hombres que ejercen violencia, al menos en las metodologías del Norte global. Del feminismo aprendimos que el género es un constructo cultural que determina el reparto desigual de poder en función del sexo biológico repartido de forma binarista, los roles y formas de estar en el mundo. En esta división, a los varones nos toca la obligación de ocultar la vulnerabilidad a cualquier precio, la obligación de éxito y la legitimación del uso de la violencia. Basándose en esto, el feminismo argumentó desde siempre que no se trata de casos aislados de hombres que pierden la cabeza en un momento concreto, tampoco de una enfermedad mental, sino del producto de la educación sexista. En cambio, se generalizan las intervenciones terapéuticas, como si se tratara de un problema de comportamiento individual. ¿La solución es psicológica?, ¿exclusivamente? Si el género es un constructo cultural que se asimila a través de la socialización, de la educación formal e informal, ¿no habría que abordar sus consecuencias también desde esos ámbitos? Por otra parte, ¿nos estaremos lavando las manos como sociedad al tratarlos como enfermos o delincuentes particulares? ¿Podemos resolver el problema sin abordarlo en las comunidades en las que socializan?

Por su parte, las tecnologías y sus redes generan sensaciones de comunidad no siempre reales. Cualquiera puede sentir que difunde un discurso y que repercute en un público amplio, sin percatarse del espejismo de los algoritmos, esos que nos muestran y relacionan con quienes comparten nuestros gustos y hablan de los mismos temas. Más allá de los estilos comunicativos, de la adecuación de los mensajes y soportes a los públicos objetivos, en ocasiones constatamos que siempre estamos los mismos, incluso con la globalización de las formaciones online y webinar durante y después de la pandemia.

La propuesta promiscua

No cuestiono la utilidad de cada una de las líneas expuestas. Mucho menos pretendo sustituirlas por otras, por ninguna otra pócima mágica de la que posea el copyright. Mi invitación es más promiscua, a que nos mezclemos y contaminemos unos con otros y otras y otres. Lo que realmente me preocupa es el espíritu quijotesco, tan masculino él. Pillar un estandarte y reivindicarse en posesión de la receta, de la verdad, levantando murallas y remilgos para no compartir ni cruzar otras rutas, por mucho que rememos hacia el mismo horizonte.

Es evidente que necesitamos teoría, dar forma y estructura al pensamiento, generar debates. Que éste se desarrolle también en la academia, en las universidades, aporta ciertas garantías. Pero esta no debe caminar sola, en la burbuja de las aulas y los despachos, creando argots ininteligibles para la mayoría, por mucho que necesite reforzar su autoestima de disciplina consolidada (que en absoluto es ni debe ser independiente, pues entierra sus raíces en el feminismo, en los abundantes estudios de género).

Desnaturalizar el machismo, sacarlo del sentido común supondrá también una batalla cultural, una ingente labor pedagógica que los discursos elocuentes y las palabras polisílabas no facilitan

Llamamos hegemónica a la masculinidad dominante en el imaginario colectivo. La naturalizamos y reproducimos, legitimando relaciones de poder desiguales y discriminatorias, generando mucho daño y frustraciones por donde pasa. Desnaturalizar el machismo, sacarlo del sentido común supondrá también una batalla cultural, una ingente labor pedagógica que los discursos elocuentes y las palabras polisílabas no facilitan. Necesitamos relatos atractivos, especialmente para los hombres a quienes pretendamos convencer de las bondades de la igualdad, también para ellos.

Y claro que es importante que nuestros comportamientos individuales cambien, que sean coherentes con los discursos, aunque solo fuera por una cuestión de credibilidad. Pero si no abordamos las desigualdades en los entornos comunitarios que las reproducen, en las culturas organizativas que las sostienen, en las relaciones económicas, en la división sexista de los cuidados y los trabajos remunerados, el poder, la política... No tendrá mayor proyección ni trascendencia. Del mismo modo, incluirlo exclusivamente en el programa político sin interiorizarlo, sin incorporarlo (in-corporarlo, meterlo en nuestros cuerpos y nuestras vidas), tampoco dará resultados. No estoy inventando la dialéctica, pero en ocasiones parece que la ignoramos.

No seré yo quien desoiga los aportes de la psicología, que son muchos y valiosos, pero ampliar las disciplinas de análisis e intervención (pedagogía, sociología, antropología…), estoy convencido, incrementarán notablemente las posibilidades de éxito en esta ambiciosa tarea.

La confluencia debe ser horizontal y respetuosa con todas las realidades. Dejemos de construir más departamentos estanco

La confluencia debe ser horizontal y respetuosa con todas las realidades. Que nadie se apodere del megáfono que no le corresponde, que cada cual hable y aporte desde su realidad pero con visión global. Dejemos de construir más departamentos estanco.

Bueno es también que las instituciones amplíen la mirada hacia los hombres al intervenir en favor de la igualdad, pero no olvidemos que la vida está en la calle y el papel que en esta juega la sociedad civil, por salud democrática también.

En resumen, más promiscuidad, más trabajo en red y sinergias. Si hemos constatado que la masculinidad hegemónica y las discriminaciones sexistas actúan en todos los rincones en los que nos relacionamos (público, privado, entre mujeres, entre hombres y mujeres, entre hombres, incluso en soledad), resulta iluso creer que llegaremos a todos esos espacios por un único camino, por mucho que nos parezca una autopista de cuatro carriles. Los atajos no existen. Tampoco las recetas mágicas, pues ninguna vale para todas las personas, contextos y momentos.

Violencia machista
Cómo hacer que los hombres odien la violencia machista y no a las mujeres
Los hombres son responsables de la mayoría de la violencia en el mundo, pero ni las encuestas les preguntan ni las políticas públicas se ocupan de ellos.
Arquivado en: Masculinidades
Sobre o blog
Demoler, verbo transitivo: deshacer, derribar, arruinar... Y eso intentamos: deshacer las viejas masculinidades y poner en duda las nuevas, derribar a los hombres de siempre y arruinar los planes del patriarcado desde la reflexión sobre quiénes somos y cómo renunciamos a nuestros privilegios.
Ver todas as entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Opinión
Opinión “Tener correa” y la ridiculización del afecto
Existe una presión muy fuerte sobre los propios hombres para que no amen demasiado, no cuiden demasiado. El ideal de “libertad masculina” tradicionalmente se entiende como independencia, desapego, y muchas veces, desinterés.
Series
Series Masculinidad hegemónica o plomo: la sátira contra los hombres en ‘The White Lotus’
La serie culmina de forma trágica, llevando al extremo la lógica neoliberal, y se cuestiona si es posible una transformación que no termine cooptada por el propio patriarcado.
Formación El Salto
Formación Masculinidades neoliberales: afectos de odio, cultura bro y extrema derecha
Abiertas las inscripciones para esta nueva propuesta de formación online, que abordará la relación entre el fortalecimiento de las derechas, el avance de un neoliberalismo desbocado y la aparición de culturas de género cada vez más conservadoras.
Sobre o blog
Demoler, verbo transitivo: deshacer, derribar, arruinar... Y eso intentamos: deshacer las viejas masculinidades y poner en duda las nuevas, derribar a los hombres de siempre y arruinar los planes del patriarcado desde la reflexión sobre quiénes somos y cómo renunciamos a nuestros privilegios.
Ver todas as entradas
Investigación
Investigación Varios refuxiados denuncian á ONG Rescate Internacional por explotación laboral e agresión sexual
A Garda Civil investiga o centro de Mondariz-Balneario tras varias denuncias por parte de voluntarios migrantes que aseguran traballar sen contrato a cambio de 50 euros semanais. A ONG xestiona 1.700 prazas do programa estatal de acollida.
Comunidad de Madrid
Luis A. Ruiz Casero “Durante la transición la cárcel de Carabanchel albergó a más presos que en algunos años del franquismo”
De los presos franquistas que construyeron el penal, pasando por los que fueron fusilados, hasta los revolucionarios que pusieron patas arriba el centro penitenciario con iniciativas como la COPEL, Luis A. Ruiz Casero ofrece en 'Carabanchel. La estrella de la muerte del franquismo', un documentado homenaje a las luchas de las personas internas.
Industria armamentística
Genocidio Las relaciones armamentísticas de España e Israel han sido “más lucrativas que nunca” desde octubre de 2023
Un informe del Centre Delàs señala diferencias significativas en las armas que España dice que ha vendido a Israel y las que Israel registra. Las empresas israelíes han firmado 46 contratos con las administraciones por más de mil millones.

Últimas

O Teleclube
O Teleclube 'Os Pecadores' loitan contra montruos reais e mitolóxicos no novo episodio de 'O Teleclube'
O dúo do director Ryan Coogler e o actor Michael B. Jordan estrean unha película sobre a experiencia afroamericana cunha ameaza sobrenatural engadida.
Opinión
Opinión ¡A la mierda Europa!
Hay otra Europa que es víctima de la Europa neoliberal y belicista que apuesta por la industria de las armas a costa de los derechos sociales, es una Europa que se muere de vergüenza cada vez que ve imágenes de Gaza o Cisjordania.
Laboral
Laboral Al borde de la huelga en la educación pública vasca
Los cuatro sindicatos convocantes denuncian que el Departamento de Educación vasco no se han sentado a dialogar hasta este viernes pocos días antes de los paros
Laboral
Laboral Los sindicatos convocan huelga en Mediapro durante las últimas jornadas de la liga de fútbol
El final de la liga de fútbol podría no verse en televisión si la empresa HBS, nueva adjudicataria de la producción de La Liga, no garantiza la subrogación del personal. Los sindicatos han convocado huelga del 13 al 27 de mayo en el grupo Mediapro.
Palestina
Ocupación Isarelí Primera movilización unitaria contra el genocidio en Palestina y por el fin del comercio de armas con Israel
Este sábado 10 de mayo se espera en Madrid una asistencia multitudinaria de personas venidas desde cientos de municipios de todo el Estado español para concentrar la protesta de los ataques indiscriminados del Israel contra la población palestina.
Tribuna
Tribuna Para acabar de una vez con las nucleares: sobre el último intento de prolongar la vida de las centrales
Los voceros de la nuclear han encontrado la oportunidad ideal para difundir sus bulos con el apagón del 28 de abril. Quieren generar polémica para mantener operativa una infraestructura innecesaria, peligrosa y que genera residuos incontrolables.
Análisis
Análisis ¿Existe una identidad europea?
El 9 de mayo se celebra el “día de Europa”, que conmemora la paz y la unidad en el continente y que coincide con la declaración presentada en 1950 por Robert Schuman que sentó las bases de la cooperación europea. Pero, ¿qué es Europa realmente?
Estados Unidos
Libertad de expresión Canadá recomienda al profesorado LGTBQ+ o crítico con Trump no viajar a Estados Unidos
Una circular de la Asociación Canadiense de Profesores Universitarios (CAUT) recomienda “encarecidamente” que el personal académico viaje a los EEUU “solo si es esencial y necesario”.
El Salto Radio
El Salto Radio Malismo
Hacerse el “malote” aporta beneficios: entrevista con Mauro Entrialgo, autor de Malismo, un ensayo sobre los mecanismos de ostentación del mal

Recomendadas

Laboral
Laboral Coidar sen dereitos: a loita das traballadoras nas residencias privadas de Galiza
Sen tempo nin medios para ofrecer uns coidados axeitados, alertan dunha situación insostible nos centros e denuncian a privatización dun servizo a costa do benestar das persoas maiores e dependentes.
Pensamiento
Lola Olufemi “No me atraen las utopías lejanas, estoy más interesada en el ahora”
La escritora e investigadora británica Lola Olufemi trabaja desde la certeza de que el presente no es una jaula, desde la confianza en que viviremos cosas diferentes aunque no se sepa exactamente de qué tipo van a ser.
Catalunya
Acción directa Las Sublevaciones de la Tierra francesas llegan a Catalunya: “Necesitamos una forma nueva de luchar”
Una acampada de tres días y una acción simbólica han sido el pistoletazo de salida de Revoltes de la Terra. La organización ha sido capaz de unir a ecologistas de campo, de ciudad y campesinado en una dinámica de lucha “nueva”.