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Migración
Valencia se moviliza contra las políticas migratorias
Con el lema “No a la Europa fortaleza, los derechos humanos no se negocian”, el próximo 25 de febrero, más de 250 colectivos, asociaciones de migrantes y organizaciones por los derechos humanos volverán a salir a la calle en más de 20 ciudades del Estado español para exigir un cambio sustancial en las políticas migratorias y de asilo.
El acto comenzará a las 12 de la mañana con los testimonios de personas migrantes y refugiadas en la Plaza de los Pinazo (frente a subdelegación de gobierno) y terminará en la puerta azul del CIE de Zapadores (Avenida Dr Waksman) donde se cerrará con la lectura del manifiesto estatal. Para conocer mejor en qué consiste ese llamado a la movilización colectiva, hemos conversado con Noemi Seguí y Rosario Polito, del grupo intersectorial que ha organizado la manifestación en Valencia.
Ante todo, ¿cuáles son las principales críticas que hacéis a las políticas migratorias y de asilo europeas? ¿Por qué los gobiernos europeos deberían cambiar el actual sistema de asilo y migración?
Las políticas no pueden entrar en contradicción con los derechos fundamentales de las personas, esa debería ser la base de todo. Dar cobertura legal a barbaridades como las devoluciones en caliente o la existencia de los CIEs no se puede consentir. La externalización del control de las fronteras y la falta de vías seguras y legales tiene costes humanos.
Debemos volver a construir un sistema desde la humanidad y la justicia. Volver a revisar las prioridades, las personas y su dignidad deben ser lo primero. Ahora mismo se está invirtiendo muchísimo dinero en el control de fronteras (casi 40 millones anuales) y mucho menos en integración y en políticas de igualdad, que es lo que nos hace crecer como sociedad. Lo primero es un gasto innecesario del dinero público, lo segundo es una inversión.
¿Qué exigencias fundamentales planteáis como alternativa a las actuales políticas europeas?
Lo dicho anteriormente. Una revisión de las prioridades, tanto en políticas internas como externas. Hay que preguntarse por las causas que obligan a las personas a desplazarse y trabajar coordinadamente para que esto no suceda.
A nivel interno, más apoyo institucional a las organizaciones que trabajan la integración de las personas migrantes y refugiadas. Tenemos que cambiarnos las gafas con las que miramos. La migración no es un problema, es una oportunidad. Siempre ha existido y siempre existirá, enriquece culturalmente y también económicamente.
¿Por qué la sociedad civil debería participar en las manifestaciones previstas para el 25-F?
Porque cuando hablamos de derechos humanos, hablamos de los derechos de todas y todos. Porque si permitimos esta impunidad con las personas que llegan en busca de una vida mejor, algún día seremos nosotras quienes suframos esta necropolítica que no respeta a las personas. Porque yo, como ciudadana, tengo la obligación de trabajar y definir la ciudad en la que vivo.
¿Qué apoyos institucionales y mediáticos habéis conseguido para convocar a diferentes sectores de la sociedad civil?
Hemos trabajado sobre la base civil y no hemos buscado apoyos. Se trata de visibilizar el descontento ciudadano y las instituciones (independientemente de la posición o del color que tengan) son nuestros interlocutores. A ellas nos dirigimos.
¿Cómo os habéis organizado los diferentes colectivos para coordinar manifestaciones simultáneas en diferentes ciudades españolas?
Desde 2016 diversos colectivos ciudadanos han surgido alrededor de este tema por todo el territorio estatal. Nosotras pensamos que es síntoma de una necesidad social. En casi todas las ciudades y pueblos hay un nuevo colectivo que trabaja el tema de la migración y el refugio y que suma a los colectivos y plataformas que ya estaban trabajando.
Desde entonces, y con la facilidad de las redes sociales, se han ido creando nuevas redes ciudadanas, como Caravana Abriendo Fronteras , que cada vez tienen más capacidad de organizar y coordinar agendas comunes (no olvidemos que este tema tiene carácter estatal y no podemos trabajarlo sólo desde lo local, aunque también es importante).
Estas movilizaciones son necesarias para conseguir que la ciudadanía no olvide o normalice la atrocidad que está ocurriendo con las personas que huyen
Frente a un gobierno que ha incumplido de forma manifiesta los compromisos que ha contraído, desoyendo las reivindicaciones efectuadas por parte de diferentes plataformas, colectivos sociales y algunas organizaciones intermedias, ¿qué esperáis conseguir a partir de la movilización ciudadana?
Estas movilizaciones son necesarias para conseguir que la ciudadanía no olvide o normalice la atrocidad que está ocurriendo con las personas que huyen de sus países por diferentes motivos: guerras, fenómenos ambientales, persecuciones políticas, riesgos en sus personas por temas de identidad de género. La ciudadanía en general tiene el compromiso y el deber de denunciar pública y masivamente a los gobiernos que incumplen acuerdos, como lo ha hecho el gobierno de España con los acuerdos de intenciones llevados a cabo en relación con las personas “solicitantes de asilo”.
Finalmente, ¿qué otras medidas estáis evaluando para presionar a los gobiernos europeos y transformar su dirección actual?
Un camino más activista desde la calle, con movilizaciones coordinadas estatalmente o locales, y otro camino en el cual se buscan alianzas en las instituciones para presionar al gobierno central junto a ellas. No olvidemos que más de 20 ciudades se han declarado ciudad refugio, hay una buena base de trabajo. Las redes de presión ciudadana cada vez son más fuertes y hay más capacidad de organización.