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Palestina
Una historia de la colonización
Adanía Shibli nació en Palestina en 1974, es escritora, periodista y académica. Actualmente vive entre Berlín y Jerusalén. Su tercera novela, Un detalle menor, ha sido publicada por Hoja de Lata.
Adanía Shibli nació en Palestina en 1974, es escritora, periodista y académica. Actualmente vive entre Berlín y Jerusalén. Ganó dos veces el premio de la Fundación palestina AM Qatan para jóvenes escritores, por sus novelas Masaas (2002) y Kulluna ba´id bidhat al-miqdar `an al-hub (2004). Desde 2013 trabaja como profesora visitante en el Departamento de Filosofía y Estudios Culturales de la Universidad de Birzeit. Su tercera novela, Un detalle menor, traducida al castellano, ha sido publicada por Hoja de Lata.
Un año después de la Nakba, un destacamento militar del Estado de Israel toma el desierto del Néguev, al sur de Palestina, en busca de palestinos escondidos o de cualquier rastro de vida que pueda poner su recién estrenada colonización en peligro. Este escuadrón de militares tendrá un encuentro con una joven a la que acabarán asesinando. Muchos años después, una mujer de Ramallah se encuentra con retazos de este crimen, del que intentará resolver todos los interrogantes.
Como alguien dijo, empieza tú matando a quien tiene intención de matarte. (…) Nadie tiene más derecho a esta tierra que nosotros, dado que ellos la han descuidado durante largos siglos.
(…) espero sinceramente no haber sido causa de enojo al recordar la anécdota del soldado y el punto de control, o cuando, al hablar, dejo ver sin ambages que aquí vivimos bajo una ocupación.Puede parecer que pretendo mostrar las dos caras de una misma moneda con estos dos fragmentos, las dos caras ideológicas, políticas, sociales de una misma realidad que no ha mutado a lo largo de los años, y que Adanía Shibli nos ha permitido conocer a través de su libro. Lo cierto es que no, y que igual que las palabras de la autora a lo largo de todo su relato no están vacías de significado político contra la colonización, las mías tampoco.
La autora divide la novela en dos partes claramente diferenciadas, no solamente por el corte físico, sino porque cada una de ellas está relatada y situada desde perspectivas completamente diferentes y antagónicas. En la primera parte los escuetos datos que da la autora al narrar, además de su manera aséptica en la descripción de los hechos, hace que todo parezca frío y carente de cualquier atisbo de sentido de la empatía. Mientras que en la segunda parte, el relato se vuelve más cálido, la narración toma matices de vitalidad, llenándose de sentimientos descritos por la que es a la vez la narradora y la protagonista. Podría describir las dos partes de la novela con dos colores, y/o con dos sustancias: azul y rojo, hielo y fuego.
Quien quiera leer a Adanía también tiene que leer a Gasán Kanafani, y Una trilogía palestina, si quiere entender de dónde beben las manos de esta novelista, y así poder comprender que Adanía pertenece a una Palestina que sigue creciendo, mutando, cambiando, evolucionando, y que la colonización no ha podido callar, ni eliminar. La literatura palestina existe.