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Música
Amparo Sánchez celebra 25 años de Amparanoia: “Me siento renacer en cada etapa”
Amparanoia, el grupo liderado por Amparo Sánchez, ha celebrado por todo lo alto sus 25 años de carrera con una gira internacional que culminó la semana pasada en un concierto final en la ciudad donde ésta reside, Granada. Acompañada por sus dos hijos, su banda, integrada exclusivamente por mujeres a excepción de su hijo Yeyo, del grupo Artistas del gremio, una charanga divertidísima de Zaragoza, Amparo Sánchez nos abre su corazón de artista y comparte con El Salto Andalucía sus luces y sombras, lo que “me ha hecho ser la mujer que soy ahora”.
Amparo se embarcó en noviembre en esta celebración, “que está siendo muy poderosa, gracias a ella he vuelto a escuchar todos los álbumes, recuperar material inédito, fotografías que hacía mucho tiempo que no miraba, y me he trasladado a esos momentos, a esos lugares, reafirmando que el tiempo no existe”. La artista dice sentirse muy agradecida porque “la gente sigue queriendo escuchar a Amparanoia” y “ese motor que viene desde fuera” se ha convertido en la fuerza impulsora que les ha llevado a grabar un nuevo disco, Hipnosis colectiva, donde siguen lanzando canciones para que “Amparanoia siga siendo esa banda sonora para tanta gente”.
“La vida hay que bailarla por muchos problemas que vengan, eso es lo que está grabado en mi genética y lo que he querido transmitir”, Amparo Sánchez
La gira ha regalado a sus seguidores una reedición del tema “Mi genética”, grabado con Artistas del Gremio, un grupo que Amparo admira desde hace tiempo y que ha contribuido con un toque de fanfarra a una canción que homenaje a los ancestros, de dónde venimos, un tema de agradecimiento, “la vida hay que bailarla por muchos problemas que vengan; la música, el baile, la alegría, una actitud positiva y constructiva de centrarte en las soluciones y no en los problemas, eso es lo que está grabado en mi genética y lo que he querido transmitir”.
Si le damos play a El Poder de Machín escuchamos un disco de hace 25 años que podía haber salido hoy
En 1997 Amparo Sánchez sube a Madrid desde Granada. “Salgo desde el sur como una cantante conocida de blues, soul, rock and roll; y llego donde no me conoce nadie, donde puedo ser quien quiera. En Malasaña me encuentro con músicos que llegan como yo de distintas partes del mundo: Venezuela, Brasil, Rumanía, Cuba, y van pasando cosas, yo canto mis canciones y uno me acompaña con un djembé, otro con un violín, aparece una trompeta y todo esto sucede antes de grabar. La multiculturalidad de Amparanoia no fue buscada, nació de forma natural y esa naturalidad es la que hace que 25 años después, si le damos play a El Poder de Machín, escuchamos un disco que podía haber salido este año”.
Amparo recuerda que por aquella época no había redes sociales: “Todo era el boca a boca, yo toco en Madrid y lo que provoca esa música es un movimiento de editoriales y discográficas que dicen quién es esta chica que tiene a la gente loca cantando ‘Hacer dinero’, ‘Que te den’, ‘En la noche’? Todos ya eran hits en Lavapiés pero no estaban grabados, era un momento mágico que recuerdo con muchísimo amor, todos los músicos, técnicos, diseñadores, todo el que ha aportado al proyecto Amparanoia, donde me ha tocado ser la directora, alguien tiene que dirigir y ser la directora de Amparanoia me ha dado la base para ser la mujer que soy ahora”.
La formación de Amparanoia se desarrolló como un proyecto dinámico y flexible. “Realmente puedo decir que los que estamos desde el principio somos mi hijo Yeyo y yo, él ha grabado coros en todos los álbumes, ha vendido merchandising, conducido furgonetas. Amparanoia es un proyecto de Amparo Sánchez ‘and family’, con mis hijos, mi familia; y los músicos y músicas que han participado siempre han tenido las puertas abiertas para ir y venir con otros proyectos. Creo que la libertad, que es lo que perseguimos, hay que construirla con el respeto a la evolución de cada persona en su momento vital, esto ha enriquecido mucho el proyecto de Amparanoia”.
Seguiré caminando, seguiré soñando, aunque me duela amor
Amparo no mira la vida con nostalgia sino como pasos para ser “la persona que se es en este momento” y ahora mismo entiende que “estamos viviendo un momento importante en lo musical, un háztelo tu mismo donde tenemos los medios para poder hacer nuestra música sin depender tanto de ese círculo en el que había que ir a un estudio, pagar a una compañía discográfica que te situara; ahora podemos trabajarlo de otra manera, y eso da muchísimas oportunidades, tenemos ejemplos de artistas que se han dado a conocer haciendo lo que querían hacer, sin tanta dependencia de ese gran apoyo mediático y de multinacionales”.
Se considera una artista underground, algo que confiesa le ha dado la libertad de hacer lo que ha querido en cada disco, arriesgándose a que la gente conectara más o menos, “pero lo que no he hecho nunca es repetirme, en cada álbum he aportado desde donde estaba en ese momento personal y no siempre ha sido entendido, por ejemplo el trabajo electrónico de Enchilao hace 23 años no se entendía, yo salí en directo con una batería electrónica y la gente quería una batería de verdad, con los subidones del balcánico, del ska, del punk, y yo proponía otra cosa”.
Lejos de desanimarse, admitir esta ecuación dice haberle ayudado mucho a entender que, “en Amparanoia pueden entrar temas nuevos, pero la gente, la base, quiere oír las canciones que les marcaron en su época”. Para explicarlo mejor, nos cuenta una anécdota. “Me encantaban y me encantan Los Lobos y una vez en Bilbao fui su telonera y les pregunté: ¿No os cansáis de tocar ‘La Bamba’? Y ellos me dijeron: ‘Amparo, no hay ni un solo concierto, por muchos discos que saquemos, en el que no la toquemos y es que gracias a ‘La Bamba’ hemos podido hacer el resto de nuestra carrera’. Entonces es cuando sentí cómo me voy a cansar de cantar el ‘Que te den’ si cuando empieza la intro con la guitarra el subidón de energía que se genera es tan fuerte, no puedes luchar contra esto, has creado algo que despierta en ti y los demás una energía que no es comparable con nada”.
La vida pasa y Amparo nos cuenta que llegó un momento que dedicaba 11 meses del año a Amparanoia y atravesó un momento personal de tristeza por diferentes motivos en los que escribió unos temas que enseñó al grupo estadounidense Caléxico a quienes confesó: “Necesito cantar esto en sitios pequeños”. En ese momento para Amparo los festivales no le daban lo que necesitaba, así que aceptó la invitación de Caléxico para grabar con ellos en su estudio en Tucson. “Me llevé un contrabajista, grabé con ellos y me sentí tan bien sacando lo que llevaba dentro en ese momento, que no era Amparanoia, era Amparo Sánchez, de hecho puedo decir que la totalidad de ese disco que grabamos, Tucson - Habana, es la que más me gusta de mi carrera, es Amparo 100% y fue un paso muy valiente”. Fue muy valiente porque Amparo recibió un ‘castigo’. “En mi país me castigaron, en los festivales no lo entendían, no entendieron el proyecto. Sin embargo, en Europa no dejaron de darme premios, en Latinoamérica iba a actuar sola con mi guitarra, me acompañaban músicos de allí, empecé a crecer muchísimo, fue como una explosión”.
Si estamos juntos somos huracán
En un vuelo desde Europa a América, Amparo sufre una parálisis facial que le inmoviliza media cara. “Escribo ‘Alma de Cantaora’ con esa parálisis facial; después, cantarla me daba fuerzas pero no solo eso, la vida me dio el regalo de encontrarme con la abuela Margarita, una chamana mexicana, y además de participar en una canción que me ayuda mucho, me pide que le produzca su álbum, Corazón de Niña. Imagínate todo lo que me ha pasado a nivel personal por lo que aparentemente parecía un obstáculo y que de pronto es una autopista para llegar adonde quieras”.
“Todo lo que me ha pasado a nivel personal que aparentemente parecía un obstáculo y de pronto es una autopista para llegar adonde quieras”, Amparo Sánchez
Hacía tiempo que Amparo Sánchez había interiorizado que “no tenía que estar preocupada en esa creación, en temas nuevos; eso ya lo hiciste, ya lo has hecho, tú ya eres quién eres, y me di cuenta que podía ayudar a florecer a otros artistas y personas, y ahí hubo un giro total en mi música”. Su alma de cantaora llevaba desde hacía años asistiendo a proyectos que empezaban a nacer. “Cuando son unos acordes y unas letras a las que dar forma; me había dado cuenta que tenía otro papel que cumplir y el agradecimiento de la gente con la que he trabajado, el amor que me han demostrado y los resultados en las producciones que he hecho, es un orgullo que jamás pensé que iba a sentir. Yo no me consideraba productora, aunque producía mis canciones y siempre iba a los estudios de mis amigos íntimos porque me pedían opinión, yo no me consideraba así, pero la gente me buscaba y me di cuenta, soy productora”.
Sus producciones y colaboraciones han sido muy numerosas a lo largo de su carrera, Amparo es alma de colectivo, de dar y compartir. “Tú puedes ir sólo y llegar a cualquier sitio pero si vas con otro, no es que llegues antes, da igual cuando llegues, es que vas a llegar más contento”, los nombres son muchos, desde su propio proyecto, Mamita Records : Juan Pinilla, Sara Curruchich; o desde otros compartidos, Pascual Cantero Muerdo, Franco Saudade.
La niña y el lobo, el Festival 100 % Mujeres, La Azucarera, “otras cosas que le gustan”
La niña y el lobo es un libro escrito por Amparo Sánchez donde relata su “historia de violencia de género”, una etapa de maltrato que dura diez años, desde sus 16 hasta los 26 años. “Trato de contar el inicio, la evolución y el desarrollo pero sobre todo la superación de esa situación, eso es lo que más me interesaba contar. Si alguien, aunque no sepa que soy cantante, lee el libro, y luego ve que soy cantante, que he hecho tantas cosas y que he podido salir de ahí, puedo transmitir que cualquier mujer sienta que puede salir de ahí”. Para ella, escribir su historia le sirvió de terapia de una etapa donde había heridas que sanar, “me sorprendió que no encontré odio ni rencor, yo no quería transmitir eso, porque no lo había, la vida ya se encargó de dejarme claro que esa experiencia me llevó a ser la mujer que soy yo, y por supuesto el hijo que tuve como madre adolescente de 16 años, que sin duda fue algo muy fuerte; pero no elijo otra vida, firmo para que volviera a pasar y todo fuera así”.
La autora pretende que “no tengamos que hablar de este tema, pero los números nos dicen que hay que seguir incidiendo para que las mujeres luchen por salir de ahí porque nadie lo merece; te pasa, aparece en tu vida, pero tú eres la que tiene que decir esto no lo quiero y buscar los caminos para salir; y si puedes, ayudar a otras para que salgan y para que las niñas chicas y las bebés de ahora puedan vivir en una sociedad donde la violencia de género esté erradicada”.
Hace unos años coordina y es portavoz de Revivir la Azucarera, una plataforma integrada por la sociedad civil y grupos independientes de Granada para llevar a cabo un proyecto de recuperación y gestión sociocultural de la Azucarera de San Isidro, Patrimonio Histórico y Bien de Interés Cultural. “Cuando pasaba por La Azucarera yo siempre decía qué pena, con lo que yo he visto en Berlín, en Italia, en Brasil, en Nueva York, de fábricas recuperadas, cómo se puede dejar a este patrimonio que se caiga a cachos, con las cosas que se podrían hacer, así que cuando me ofrecieron coordinar el grupo de trabajo de La Azucarera acepté”.
Uno de los proyectos que ya ha llevado a cabo desde la plataforma es el Festival 100% Mujer, una fórmula que Amparo había implementado en el Festival Esperanza en Cataluña y que celebró el pasado 12 de marzo de este año en el Palacio de Quinta Alegre de la capital nazarí, con el apoyo del Ayuntamiento de Granada. “Estaba hartísima de ir a festivales donde solo el 2% somos mujeres, a veces incluso el 1% y yo quería hacer un 100% mujeres, y surgieron muchas dudas, 'no porque el equipo técnico', serán todo mujeres, 'no pero los DJ', pues serán mujeres DJ; ¿Que pasó? que no todas las músicas tienen mujeres en sus bandas, pues me inventé una banda donde están la mayoría de mis músicas, que se llama 'Banda Futura', que se aprenden algunos temas de cada banda y así logramos un Festival 100% Mujer”, y nos anuncia lectores y lectoras de El Salto que el 11 de marzo de 2023 se celebrará la segunda edición del Festival 100% Mujer en el Palacio de Quinta Alegre en Granada, “tengo la intención de que no sea sólo un día de festival, quiero ampliar actividades paralelas a lo largo del todo el mes de marzo”.
Amparo está imparable y ha organizado para el próximo 26 de noviembre, también en el Palacio de Quinta Alegre, el 'Foro Dulzura', un encuentro ciudadano de plataformas y asociaciones con actividades para familias, para jóvenes, música, graffiti, “Un encuentro para fortalecer el tejido asociativo de Granada, nuestros objetivos no son sólo culturales, porque la cultura es importante pero no podemos olvidarnos de los derechos humanos y los derechos sociales, tenemos que estar ahí, yo quiero estar ahí”.