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Obituario
Cerrar Almaraz es bueno y necesario (incluso para el empleo). En recuerdo y homenaje a Francisco López Jiménez, “Paquillo”
El pasado sábado se celebró un acto que Paquillo había planeado, ante la perspectiva del cierre en 2027 y 2028 de los dos reactores atómicos que hay en Extremadura. Pero Paquillo nos dejó este verano con sólo 63 años, de modo que, sus compañeros y amigos de Ecologistas en Acción decidieron homenajearle celebrando este acto que él mismo había ideado
Seguro que no lo voy a lograr pero prometo a las personas lectoras de El Salto que en estas líneas voy intentar atenerme a la última frase de este artículo, porque el duelo por el fallecimiento de un compañero como Paquilllo… ese sí que es incomunicable y abismal.
El pasado 5 de Octubre se celebró la última charla que Paquillo había planeado junto a sus compañeros de Ecologistas en Acción de Extremadura. Ante la perspectiva ya inevitable e inaplazable de la clausura de los dos reactores atómicos en 2027 y 2028, pensaron que convenía hacer un acto en positivo que diera cuenta de las ventajas y beneficios (también en el empleo) del cierre de Almaraz en la zona cero del integrismo pronuclear: Navalmoral de la Mata. Pero Paquillo nos dejó este verano con sólo 63 años, víctima de la pandemia del cáncer, de modo que sus compañeros y amigos decidieron homenajear a este valiente defensor de la vida celebrando ese mismo acto propositivo que a él aún le dio tiempo a proponer y realizando luego una pequeña manifestación y concentración en su recuerdo.
El acto comenzó con la intervención de Alberto Mayor, de Ecologistas en Acción de Guadalajara, que nos trajo desde la castigada Alcarria la experiencia del desmantelamiento voluntario y programado de la primera Central Nuclear en este país, la José Cabrera de Almonacid de Zorita, que está a punto de finalizar el año próximo. Antes sólo se había desmantelado Vandellós II pero a causa de un gravísimo accidente. Alberto explicó el complejo y caro proceso de desmontar este tipo de instalaciones, las dificultades de la descontaminación y gestión de unos residuos cuya “vida” (todo lo nuclear está lleno de eufemismos, ocultaciones y sarcasmos crueles) es de miles de años. Pero también ilustró los efectos sociales y sobre el empleo que está teniendo sobre las comarcas limítrofes, y las ineficientes (que raro) políticas públicas encaminadas a la reindustrialización de la zona y la generación de oportunidades económicas que fijen población en una de las provincias más castigadas por el abandono rural, epicentro de la España Vaciada.
Alberto explicó el complejo y caro proceso de desmontar este tipo de instalaciones, las dificultades de la descontaminación y gestión de unos residuos cuya “vida” (todo lo nuclear está lleno de eufemismos, ocultaciones y sarcasmos crueles) es de miles de años
Alberto insistió en que debíamos aprender de esta experiencia para empezar a exigir a nuestro gobierno autonómico que esta vez las cosas se hagan bien, o menos mal: elaborando un Plan de Desmantelamiento, un riguroso Estudio de Impacto Ambiental, un Plan de Gestión de los Residuos y otro de Desarrollo Integral y Sostenible de la comarca de El Campo Arañuelo y limítrofes. Y para todo ello, hace falta voluntad política y recursos económicos públicos, pero sobretodo un cambio de mentalidad que sepa indagar en las potencialidades económicas, sociales y culturales de estos territorios rurales.
Después se pasó a discutir sobre las alternativas económicas y de empleo que tienen estas comarcas en un contexto que va a una nueva recesión económica y con un sistema agroalimentario globalizado que está estrangulando las explotaciones familiares agroganaderas. Y es que para pensar un futuro sin industria nuclear para estas comarcas se debe mirar al pasado, a cómo se vivía antes de la modernización capitalista y nuclear en estos campos, también se deben analizar los recursos naturales de la comarca y cómo es que se gestionaron estos en el pasado de modo que fijaban más población que ahora y cabe pensar que más feliz. Este valle del Tajo tiene una vocación eminentemente agroganadera, pero también silvícola, y con un gran potencial en energías renovables (solar, biomasa, minihidraúlica), y claro, también turístico.
Para pensar un futuro sin industria nuclear para estas comarcas se debe mirar al pasado, a cómo se vivía antes de la modernización capitalista y nuclear en estos campos
Pero lo deseable sería no repetir el mismo enfoque extractivista y casi colonial de desarrollo que estamos viviendo como un fracaso: Navalmoral tiene una tasa de paro del 20,5%, por encima de la media regional y nacional, y Almaraz del 14,1%, y aunque el PIB de la zona sea más alto gracias a la lluvia de millones que las eléctricas derraman sobre el territorio para comprar voluntades, eso no significa que la gente sea más feliz. Carmen Ibarlucea decía que teníamos derecho a soñar otros mundos posibles, a soñar un modelo de desarrollo que se inspirase en conceptos como la Soberanía Alimentaria y la Agroecología, en la Autosuficiencia energética y el compartir, el Buen Vivir.
Añadiendo que para ello, el futuro del cierre de Almaraz sólo se puede afrontar desde la comunidad y que para ofrecer alternativas distintas de desarrollo a una comunidad hay que conocerla y seducirla (esto último es lo más difícil) tratando de llegar a su corazón, cambiando ese relato de que el pasado agrario de esta comarca era horrible. Proponiendo alternativas económicas y de empleo en sectores pioneros como el eco-diseño, reciclaje de basuras, o energías renovables, adaptación y mitigación del cambio climático o en sectores tradicionales pero con otro paradigma: rehabilitación sostenible de viviendas, agricultura ecológica, pastoreo regenerativo, turismo sostenible, cultural y de naturaleza, transporte colectivo y sostenible, etc. En fin, que las alternativas están ya argumentadas, pensadas, analizadas, valoradas económicamente pero hay que saber comunicarlas a las comunidades afectadas por la inevitable transformación que va a suponer el apagón nuclear.
Las alternativas están ya argumentadas, pensadas, analizadas, valoradas económicamente pero hay que saber comunicarlas a las comunidades afectadas por la inevitable transformación que va a suponer el apagón nuclear
La charla finalizó con un emotivo vídeo con imágenes de la vida y lucha de Paquillo que nos dejó con un nudo en la garganta y lágrimas más o menos contenidas, para inmediatamente salir a la calle a mostrarnos, a celebrarnos, a recordar al compañero, y así minoritarias y minoritarios y tristes nos manifestamos por la calle principal de Navalmoral un sábado a la hora de las cañas entre la ignorancia, el desprecio y hasta la hostilidad de las vecinas y vecinos que llevan muchos lustros de adoctrinamiento individualista, neoliberal y tecnooptimista a sus espaldas. El propio compañero de Guadalajara se sorprendió de la hostilidad que se sentía en el ambiente y me decía que en Guadalajara, que albergó la primera nuclear y albergará las últimas hasta 2035, no se veía ese ambiente, el movimiento antinuclear alcarreño había logrado al menos respeto... Y por eso fue tan apropiada la última frase de la intervención de Carmen (no en vano narradora oral): más que estudiar propuestas de empleo, hay que estudiar propuestas de comunicación de los mundos posibles que llevamos en nuestros corazones.
Y para esa tarea el recuerdo y ejemplo de Paquillo servirá de inspiración.
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Cuando en mi pueblo haya calles enteras vacías,cuando la gente se tenga q marchar porque aquí los políticos no harán nada,como siempre,me acordaré de vosotros y de vuestra utopía.Por cierto los prados llenos de placas no es una solución,es una mierda.
No sé si te has enterado que los reactores nucleares de Almaraz tenían una vida prevista segura de 30 años y de que se van a mantener 46 sólo para que endesa iberdrola y naturgy se embolsen 1 millón diario al margen de impuestos y al margen de la seguridad de las poblaciones que padecen este negocio. No se trata de energía nuclear o no, los pronucleares ya habéis ganado, por nosotras no se hubiera abierto la nuclear, pero ahora que ha llegado el momento de cerrar vuestra bomba atómica civil, habrá que pensar en un desarrollo alternativo para la zona porque lo nuclear se ha acabado machote (intuyo, porque como te escondes en el anonimato que este medio incomprensiblemente permite y promueve). Los que nos vamos a acordar de todos los muertos por la radiación y la gestión de los residuos atómicos vamos a ser, desgraciadamente, nosotras. Por qué no te llevas un barril de chatarra nuclear a tu casa machote?