Opinión
Madres y abuelas andaluzas como referentes feministas

Tendemos a buscar sabiduría siempre fuera, lejos de las calles de nuestros barrios, de nuestras casas, ignorando el saber de las mujeres de nuestro entorno cercano. ¿Qué es un referente feminista?

Balcon Feminismo Andaluz
Tendemos a buscar sabiduría siempre fuera, sin mirar a nuestros barrios.
15 ene 2020 05:30

En este caminar contando historias de mujeres andaluzas de orígenes pobres me he encontrado con muchas de vosotras afirmándome que, gracias a los feminismos andaluces, habéis iniciado un nuevo andar en vuestra mirada en el que el barrio, la casa y las mujeres cercanas empiezan a formar parte del puzle de las sabidurías que necesitamos para sobrevivir.

La exclusión sistemática de los terrenos conocidos —los barrios y las calles donde nos hemos criado— en nuestras formas de generar conocimiento, ha sido aceptada muchas veces como obvia. Por lo general, tendíamos a buscar referentes siempre fuera provocando una especie de caminar enajenado y extraño en el que la lengua materna tenía que ser superada. Nunca integrada. Y en el que no cabía resignificación o reciclaje sobre prácticas que, no sabíamos exactamente por qué, se presentaban ante nuestros ojos como involución irremediable.

La estructura de generación de saberes y las formas que tenemos de entender qué puede ser un referente y qué no, no escapa a la imposición de esquemas que provienen del mismísimo status quo. Como afirma la escritora cordobesa Remedios Zafra, “los modos de hacer están cargados de patriarcado. El feminismo no sólo tiene que hacer discurso, sino escritura”.

¿Qué es un referente feminista y cómo se construye?

Lo primero que me parece importante aquí es afirmar que es muy difícil hablar de referentes así, en general, para la vida. Es decir, los referentes van a depender del concepto que estemos manejando sobre feminismo, en este caso.

Un referente para la escritura será una persona que escriba. Un referente para la música será una persona vinculada a la música. Si situamos el referente feminista en prácticas determinadas, tendremos primero que decidir cuáles. ¿Es ser feminista una forma de estar en el mundo? ¿Tiene una feminista una identidad concreta? ¿Puede tenerla? ¿Qué efectos tendría trazar esa identidad? ¿Qué poder tienen quienes lo deciden? ¿Quiénes quedan fuera? ¿Qué dinámicas se imponen en estas decisiones?

Hay una especie de feministómetro que hemos interiorizado. Pero, ¿puede encontrarse realmente alguna mujer que no esté dentro del esquema?

La tendencia actual insiste en el juicio y no parece superar esquemas fuertemente dogmáticos. La mayoría de las veces se habla de las referentes feministas como mujeres inmaculadas dotadas de una coherencia casi de santa que, bajo condiciones materiales, puede incluso que ni se sostenga. Un referente ejemplar en todos los campos de la vida que, viviendo bajo el yugo, no lo representa. Que está por encima de él. Que parece haberlo superado.

Se establece así una especie de escalada jerárquica en la que tienen mayor legitimidad feminista quienes parecen haber burlado los esquemas machistas que quienes más lo sufren. Como el fanzine murciano Vulva Estelar apuntó en uno de sus números, hay una especie de feministómetro que hemos interiorizado. Pero, ¿puede encontrarse realmente alguna mujer que no esté dentro del esquema? ¿Es necesario no sufrir un sistema para poder hablar de él? ¿No es esto —hablar por…— lo que la masculinidad hegemónica ha hecho con nosotras durante siglos?

Este modus operandi de generación de referentes parece, de por sí, problemático en varios aspectos. Resultaría difícil comprender, por ejemplo, una práctica feminista que no se atreviera a bajar a las diosas al frío suelo de los asfaltos. ¿No es la idealización una forma de construcción de nuevos mesías? ¿No es el Mesías la forma más directa de construir de manera no colectiva? Urge un feminismo que no tienda a la idealización sino que, simplemente, se atreva a ponerse en juego tal y como somos: precarias, cansadas, a veces entusiastas, a veces confusas, a veces hartas… Un feminismo que, como he escuchado decir alguna vez a la asociación chiclanera Kódigo Malva, hace lo que puede con lo que tiene. En resumen, un “feminismo como puedas”.

Urge un feminismo que no tienda a la idealización sino que, simplemente, se atreva a ponerse en juego tal y como somos: precarias, cansadas, a veces entusiastas

En la práctica, a los referentes feministas los hemos canonizado. Entender, en mi caso, que mis referentes no son perfectas, que son de carne y hueso, que tienen limitaciones y se ven obligadas a conjugar su lucha con sus yugos, me ha acercado desde una mirada más justa a mis madres y abuelas espirituales. Las mujeres con las que me crié: mis cercanas y mis vecinas. Al admirarlas a ellas, se abría otro camino interesante: yo pasaba a ser, también, más valiosa. Mis orígenes no eran indeseables. Por ende, yo empezaba a ser un poco más deseable en mi constante autoodio. Tenía, como todas, conocimientos y limitaciones. Era, a su vez, conocedora e ignorante.

Precariedad y resistencia

Partiendo de una definición concreta, si el feminismo tiene como objetivo la construcción de una sociedad donde las vidas y los cuerpos de otras personas importan. Es decir, donde el individualismo extremo del capitalismo no es el valor a seguir, entonces serán los cuerpos que han labrado estas prácticas quienes —desde esta mirada no mesiánica— pueden ser considerados referentes.

Si, por otra parte, los feminismos persiguen la construcción de prácticas más comunitarias y colectivas… Prácticas que cambian el mundo desde lo cotidiano… entonces se puede afirmar que las mujeres pobres andaluzas son referentes en estas prácticas y nos han dado ese sostén. Que comare o vecina son los nombres de nuestras intenciones colectivas de desintegración, por así decirlo, de las paredes del ego-capital; de nuestras colaboraciones cotidianas e incluso anticapitalistas.

Podríamos afirmar también que, bajo el nombre de abuelas y madres —nombres a los que, por cierto, la sociedad no ha dado ningún valor público— se han concentrado muchas de estas prácticas. Son nombres que están ahí para ocultar bajo una deliberada etiqueta, trabajos no remunerados que las mujeres hemos ejercido a lo largo de la historia. El status quo, a la vez que obligaba a las mujeres a acogerse a esa categoría y a ese rol, invisibilizaba cada tarea que había detrás de ellas.

Éste es, en parte, el doble filo de la opresión. Por un lado, sentimos la necesidad de librarnos de lo que se nos impone y, por el otro, no queremos dejar de señalar que, detrás de lo que se impone, está gran parte del trabajo indispensable para la vida. ¿Cómo generar ese mundo más justo rechazando estas prácticas? ¿No hay que poner más en cuestión las estructuras y las formas bajo las que se llevan a cabo y no tanto a las prácticas en sí y a las personas que las ejecutan?

Sin idealizar a “madres” o “abuelas”, la propuesta del feminismo andaluz en mi caso, pasa por desmenuzar esos nombres que sustituyeron a los nombres propios y destapar todo el trabajo y el aporte que había y hay detrás. No caer, de nuevo, en el desprecio hacia ese hacer constante a la vez que ponemos en cuestión el término y la obligación del rol. Denunciando, por supuesto, su imposición social. Se trata de afirmar que “madre” o “abuela” no son términos vaciado de contenido social y político.

Feminismos
¡Feministas andaluzas! Hagamos como si no existieran

Andalucía ha aportado a la historia un gran puñado de mujeres del tipo que la Historia oficial valora: ilustradas, estudiosas, políticas o revolucionarias al modo que la militancia dicta.


Por otra, sin que muchas hayan sido ni madres ni abuelas, son las mujeres de orígenes pobres quienes más sabiduría atesoran sobre construcción de mundos más comunitarios y con más miramiento. Atesoran prácticas de resistencias cotidianas que no ponen la productividad en el centro.

Si siempre consideramos que los referentes feministas son —sin quitarles valor alguno— mujeres de clase alta, ilustradas, de latitudes lejanas; algo chirría. ¿Qué nos lleva irremediablemente a ellas? ¿Qué modos de pensar y de hacer?

Buscar al referente siempre lejos responde a patrones capitalistas en los que se impone un recorrido concreto hasta alcanzar la forma, el barrio, el entorno, las lógicas, el acento o las maneras en las que nos sentiremos legítimas para generar discurso. En nuestros puntos de partida, todas lo estamos: partidas y con esta losa encima. Haciendo lo que podemos como podemos.

No paguemos más peajes de los necesarios en este viaje que necesita de referentes accesibles y de una urgente antropología de lo cercano.

Arquivado en: Feminismos Opinión
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Violencia machista
25 de noviembre Con el lema “Juntas, el miedo cambia de bando”, el movimiento feminista llama a organizarse este 25N
En un año en el que ha vuelto al primer plano el debate público sobre la violencia patriarcal sistémica que siguen padeciendo las mujeres, la marcha del 25 de noviembre vuelve a las calles el próximo lunes.
Música
Festival de Valdencín Música y reivindicación: así fue el II Festival Tejiendo Redes en Valdencín
Reivindicando el espacio de las mujeres en la música, Valdencín (Cáceres) se convirtió el 9 de noviembre en el escenario de una celebración que trascendió lo meramente musical: la segunda edición del Festival Tejiendo Redes.
Ciencia
Ciencia ¡No más genios! Por una ciencia colectiva
Al no incluir a las mujeres en la historia de la ciencia, no se ha materializado una realidad que depende del trabajo colectivo y relacional
#46065
18/1/2020 14:39

Excelente artículo. Muchas gracias, Mar.

0
2
#45944
15/1/2020 20:38

Un artículo indispensable, como todos los de Mar Gallego.

1
4
Genocidio
Genocidio El TPI emite la orden de detención contra Netanyahu y Gallant por crímenes de guerra
La Sala de Cuestiones Preliminares del TPI rechaza las impugnaciones de competencia formuladas por el Estado de Israel y emite órdenes de arresto contra Benjamin Netanyahu y Yoav Gallant.
Comunidad de Madrid
Sanidad Pública Los sindicatos denuncian a la Comunidad de Madrid por exponer a sus sanitarios a “gravísimos” riesgos
Solicitan la mayor indemnización económica pedida contra una administración por no contar con un verdadero plan de prevención de riesgos laborales para atención primaria.
COP29
Cumbre del clima La COP29 encara su última jornada con un final agónico sin acuerdo en los temas clave
Los borradores de los textos de negociación sobre la mesa quedan muy lejos de un acuerdo sobre financiación climática en línea con las necesidades para que el planeta no rebase los 1,5ºC de calentamiento medio.
Ocupación israelí
Ocupación israelí Estados Unidos aprueba la “ley más peligrosa para las libertades” desde la Patriot Act
En Gaza, Cisjordania y Líbano, nuevos ataques israelíes dejan más de un centenar de muertos. En Washington, el Congreso aprueba una ley que permite quitar fondos a ONG, universidades y colectivos sin pruebas ni un proceso transparente.
Barcelona
Derecho a la vivienda El hartazgo por la vivienda impagable se da cita este 23 de noviembre en Barcelona
El amplio movimiento por la vivienda catalán, sindicatos y organizaciones vecinales, sociales y soberanistas demandan soluciones urgentes ante una crisis de vivienda sin solución a la vista

Últimas

Palabras contra el Abismo
Palabras contra el Abismo Lee un capítulo de ‘Café Abismo’, la primera novela de Sarah Babiker
El barrio es el espacio físico y social en los que transcurre ‘Café Abismo’, la primera novela de la responsable de Migraciones y Antirracismo de El Salto, Sarah Babiker.
Opinión
Opinión Non sempre ter moitas luces é sinónimo de intelixencia
Que impacto ecolóxico e social produce a iluminación do Nadal de Vigo? A cidade sofre máis aló da masificación, o caos de tráfico, as molestias á veciñanza, o malgasto ou os recortes en orzamentos de emerxencia social.
Violencia machista
25 de noviembre Con el lema “Juntas, el miedo cambia de bando”, el movimiento feminista llama a organizarse este 25N
En un año en el que ha vuelto al primer plano el debate público sobre la violencia patriarcal sistémica que siguen padeciendo las mujeres, la marcha del 25 de noviembre vuelve a las calles el próximo lunes.
Crisis climática
Informe de Unicef El cambio climático multiplicará por tres la exposición de los niños y niñas a las inundaciones para 2050
Es la proyección que hace Unicef en su informe 'El Estado Mundial de la Infancia 2024'. La exposición a olas de calor extremas será ocho veces mayor para 2050 respecto a la década del 2000. “El futuro de todos los niños y las niñas está en peligro”, advierte la agencia de la ONU.
Memoria histórica
Memoria histórica Museo del franquismo, ¿eso dónde está?
España sigue ajena a la proliferación mundial de espacios museísticos dedicados a dictaduras y resistencias democráticas.
Unión Europea
Unión Europea La ultraderecha europea, ante la victoria de Trump
El triunfo de Donald Trump da alas a todas las formaciones ultraderechistas de Europa y del resto del mundo, que han visto cómo el millonario republicano ha conseguido volver a ganar las elecciones sin moderar un ápice su discurso.
Tribuna
Tribuna Vivienda: es hora de organizarnos
La situación de crisis inmobiliaria nos exige leer el momento para acertar en las batallas que debemos dar ahora, reflexionar sobre los modos de acción colectiva y lograr articular una respuesta política amplia.

Recomendadas

València
Exclusiva El Gobierno de València contrata 12,9 millones en obras de la dana a una constructora investigada por pagos al cuñado de Barberá
La Generalitat Valenciana ha hecho el encargo a Ocide, una empresa cuya matriz está siendo investigada en el caso Azud por pagos “de naturaleza ilícita” al abogado José María Corbín a cambio de contratos adjudicados por el Ayuntamiento de València.
Galego
Dereitos lingüísticos Miles de persoas desbordan a praza da Quintana para mudar o rumbo da lingua galega
A Plataforma Queremos Galego, que convocou esta mobilización, sinala unha nova data para outro acto protesta: o vindeiro 23 de febreiro na praza do Obradoiro, en Santiago de Compostela.