Sáhara
“No en mi nombre”: colectivos por un Sáhara libre llaman a manifestarse el 26 de marzo

La diáspora saharaui en el Estado Español y organizaciones de solidaridad internacional se manifiestan el sábado 26 de marzo frente al Ministerio de Asuntos Exteriores en Madrid con el lema “no en mi nombre; el Sáhara no se vende, decide”. La convocatoria viene motivada por el viraje en la política del presidente del Gobierno quien, aseguran, “obedece a chantajes y beneficia las aspiraciones expansionistas de Marruecos”.
Sahara Libre Valencia
Concentración por un Sáhara libre en Valencia. Foto: CEDSALA

El pasado 18 de marzo el gobierno español anunció un giro histórico en su política ante la autodeterminación del pueblo saharahui. En una misiva enviada por el presidente Pedro Sánchez, el Estado Español evidenció públicamente su posición y dejó claro que ayudará a que Marruecos convierta al Sáhara en un territorio autonómico bajo su dominio. “Es la base más seria, realista y creíble” para trazar una hoja de ruta con la que “garantizar la estabilidad, la soberanía, la integridad territorial y la prosperidad de nuestros países”, aseguró el ejecutivo.

Por su parte, el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, descartó que el cambio de opinión del gobierno español pueda causar algún perjuicio al gobierno argelino, uno de los principales apoyos del Frente Polisario y quien suministra el 29% del gas al Estado Español. “Es un socio estratégico, un amigo fiable, el gasoducto que nos une puede poner aún más en valor nuestra asociación”, aseguró el diplomático. La respuesta a estas declaraciones, y al posicionamiento público de las instituciones españolas, no se ha hecho esperar: colectivos en defensa de un Sáhara libre han llamado a la ciudadanía a movilizarse por la defensa del territorio.

“El Gobierno de España ha apostado por una solución que supone la integración del Sáhara Occidental a Marruecos, saltándose todo el derecho internacional”, dice Enrique Gómez, de la Coordinadora Estatal de Asociaciones Solidarias con el Sáhara

Enrique Gómez, portavoz de la Coordinadora Estatal de Asociaciones Solidarias con el Sáhara, adelanta que la convocatoria del próximo sábado contará con la solidaridad y presencia de habitantes de la mayoría de las comunidades autónomas, que se desplazarán hacia Madrid para acudir a la concentración frente al Ministerio de Asuntos Exteriores. Para el activista, se trata de visibilizar la “traición al pueblo saharaui” ya que, asegura, “el Gobierno de España ha apostado por una solución que supone la integración del Sáhara Occidental a Marruecos, saltándose todo el derecho internacional”.

Para Gómez, el Estado Español, tiene una responsabilidad capital en el conflicto: “España sigue siendo la potencia administradora del Sáhara y debe dirigir el proceso de descolonización que abandonó en 1976 tras la entrega a Marruecos y a Mauritania”, expone el activista, quien añade que con su anuncio “el gobierno español ha dinamitado 46 años de consensos en materia de política exterior”. 

Voces desde el Sáhara

En la misma línea se manifiesta Abdullah Arabí, representante del Frente Polisario en España, quien considera que el giro del Gobierno español resulta “inadmisible”: “Es contrario a la legalidad internacional, rompe con un consenso que ha caracterizado la política exterior española y sobre todo se contradice con el sentir amplio y solidario del pueblo español”. El delegado considera que este viraje en la política española hacia el Sáhara Occidental “perjudica las aspiraciones del pueblo saharaui, y beneficia las pretensiones expansionistas de Marruecos” si bien matiza que “no beneficia la estabilidad en la región del norte de África, tan importante para los intereses económicos y estratégicos de España”. 

Sobre la situación actual que se vive en los territorios ocupados, Arabí señala que actualmente la guerra se encuentra en una fase de hostigamiento entre los dos ejércitos, el saharaui y el marroquí, desde su retorno a la guerra el 13 de noviembre de 2020. El delegado advirtió que “no se descarta que en las próximas semanas se llegue a una escalada a nivel militar” y ha denunciado que recientemente Marruecos “ha asesinado a 17 civiles por medio de drones de combate y a una treintena de militares saharauis, aunque se niegue la existencia de esa guerra por parte de Marruecos como de una gran parte de la comunidad internacional”.

“Marruecos tiene presos y desaparecidos saharauis, y exigimos que explique dónde están estas personas, también aquellos activistas encerrados por el simple hecho de pronunciarse en contra de la ocupación”, reclama Abdullah Arabí, representante del Frente Polisario en España

En cuanto a los prisioneros de guerra, en el marco de la firma de los acuerdos de paz, el Frente Polisario liberó a todos los prisioneros de los primeros 16 años de guerra. Actualmente, el movimiento no tiene a ningún preso marroquí en su poder. No obstante, Arabí señala que “Marruecos sí tiene presos y desaparecidos saharauis, y exigimos que explique dónde están estas personas, también aquellos activistas encerrados por el simple hecho de pronunciarse en contra de la ocupación”.

A pesar del viraje en la política del gobierno español, el representante del Frente recuerda que cuentan con muchos apoyos ya que forman parte de la Unión Africana, lo cual implica su reconocimiento por parte de 84 países. Sobre la Unión Europea, Arabí explica que los reconoce como movimiento de liberación y que los apoyos del Frente Polisario, no se han reducido: “Seguimos recibiendo apoyo directo de Argelia, donde se encuentran una parte de los campamentos de refugiados saharauis, así como de países influyentes en la escena internacional como Sudáfrica, Venezuela y Cuba”.

Sobre la situación en la que vive la diáspora saharaui, Alali Mohamed, delegado del Frente Polisario en València,  señaló que es muy delicada: las familias, cuenta, están divididas entre cuatro o cinco países, tanto limítrofes en África como europeos. Para el representante saharaui la diáspora vive el conflicto y los años de injusticia “de una manera muy política, porque están fuera ya que dos tercios del país está ocupado por Marruecos: tenemos patria, pero es una patria ocupada”. 

Respecto al giro de la política española, Mohamed señala que la diáspora lo ha calificado como “otra traición al pueblo saharaui” que se suma, expone, a la de 1975 por el anterior monarca “y ahora por Pedro Sánchez, porque España, de acuerdo al derecho internacional, sigue siendo la potencia administradora del Sáhara Occidental”. Para el delegado, el Estado “debe finalizar la descolonización o al menos, tener la valentía que ha tenido Portugal con Timor Oriental exigiendo a la comunidad internacional y a Marruecos que emita un referéndum de autodeterminación, bajo el auspicio de las Naciones Unidas”.

Periodistas y feministas alzan la voz

La preocupación por la deriva del conflicto político es compartida en varios ámbitos. Ahmed Ettanji, periodista de Equipe Media —agencia de prensa saharahui que trabaja en la clandestinidad y activista de los derechos humanos— vive en los territorios ocupados, concretamente en el Aaiún, y señala que el día a día la sociedad y su trabajo sufre de “hostigamiento, vigilancia policial y represión. Sin ningún derecho fundamental”. Para el periodista, el giro de posición del gobierno de España es también una continuación “de muchas traiciones del PSOE al pueblo saharaui” ya que, considera, “no cambia el estatuto jurídico del territorio, cuya potencia administradora sigue siendo España, ni va impedir que mi pueblo siga luchando hasta conseguir la independencia”.

Said Amidan, también periodista de la agencia Equipe Media, atendió a El Salto desde los territorios ocupados y aseguró que el trabajo periodístico ha empeorado después de la guerra: “Tenemos muy difícil hacer reportajes, estamos siempre bajo control de los servicios de inteligencia marroquí”. Sobre el viraje de Sánchez, Amidan asegura que “no es nada nuevo, conocemos bien al gobierno español, es la segunda traición después del acuerdo tripartito de Madrid en 1975 para dividir al Sáhara Occidental”. “En pleno siglo XXI, es una vergüenza que tengamos que seguir sufriendo una ocupación colonial”, añade el comunicador.

Por su parte, Alamu, presidenta de la Comunidad Saharahui en Cantabria, “la postura de la Unión Europea, España y el resto de países que apoyan esta nueva venta del pueblo saharaui, solo presenta complicaciones para el proceso de paz auspiciado por la ONU”. Sin embargo la activista reafirma que “por más piedras que nos pongan en el camino, jamás podrán doblegarnos ni hacernos desistir de nuestro legítimo derecho, que es el de decidir por nosotras mismas nuestro destino, que por supuesto siempre será un Sáhara libre”.

El de Alamu es un punto de vista compartido por Jadu Daf, miembro de la junta directiva de Zemmur - Asociación de Saharauis en València, que ejecuta proyectos para apoyar a los campamentos de refugiados saharauis y realizan actividades para visibilizar la situación de opresión en  los territorios ocupados. En la asociación, apunta Daf, “las mujeres somos un elemento clave”, del mismo modo que lo son en el Frente Polisario, donde muchas mujeres ocupan cargos, expone, de ministras, delegadas y representantes “expandiendo una visión amplia de la mujer en la política, lo social y la familia”. “Me siento muy orgullosa de ser una mujer sahararui, creo fielmente en mi causa y la defiendo por encima de todo”. La feminista aprovechó para visibilizar la figura de Sultana Khaya, activista bajo arresto domiciliario en los territorios ocupados por más de 18 meses que “ha sufrido violaciones, torturas, le han cortado el suministro de agua, luz y gas, e incluso ha perdido un ojo; y sin embargo, sigue incansable en su lucha, día a día sale a su azotea a defender un Sáhara libre”.

Para la activista, el PSOE no puede decir en su programa electoral que defiende la autonomía del pueblo sahararui y faltar a su palabra: “No somos moneda de cambio, somos un pueblo con dignidad. Por encima de la política, somos un pueblo que estamos hartas de esperar una solución por la vía pacífica y de malvivir”. En este sentido, Daf exige al gobierno español que “haga su deber, la política de un país no puede dar un giro tan brusco sin consultar al resto de grupos parlamentarios, al pueblo: eso es ser un ser autócrata”.

el contexto
Con 266.000 kilómetros cuadrados, situado en la costa noroeste de África, el Sáhara Occidental cuenta con tan solo poco más de medio millón de personas, en su mayoría pertenecientes a tribus bereberes. Se trata históricamente de un territorio muy codiciado, rico en reservas naturales y buenas aguas para la pesca. En 1883 fue ocupado por el Estado Español, pero en 1973 nació como respuesta el Frente Polisario —acrónimo de Frente Popular de Liberación de Saguia al-Hamra y Río de Oro— para luchar por su independencia.
Un año después, a finales de la dictadura franquista, el Estado Español propuso un referéndum de independencia, pero Marruecos, que reclamaba el territorio, no lo aceptó y el rey Hassan II decidió enviar 350.000 civiles desarmados en lo que se conoció como la Marcha Verde, para anexarse una gran parte del territorio. El ejército español se retiró y el territorio pasó a quedarse en manos de Mauritania y Marruecos. En 1976, el Frente Polisario dio un importante paso adelante y declaró la independencia creando la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), sucediéndose así 16 años de conflicto armado con Marruecos. En 1979 se firmaron los acuerdos de paz y un alto al fuego en 1991, fecha en que las Naciones Unidas creó la misión para el referéndum, reivindicado por el Frente hasta la fecha.
La República Saharaui administra la región al este no controlada por Marruecos, la denominada Zona Libre o Territorios Liberados. Sin embargo, en 2020 volvió la guerra, ya que Marruecos no cumplió el alto al fuego, asesinando a civiles saharauis en lo que fue conocido como los hechos de Guerguerat. Un mes más tarde, el expresidente Donald Trump, todavía en el gobierno, reconoció la soberanía marroquí en el Sáhara Occidental.
Desde que el Estado Español abandonó el país, ha ido cambiando su postura paulatinamente respecto a la autonomía del Sáhara Occidental. Primero, defendió un referéndum de autodeterminación, pero cuando esta solución fue perdiendo apoyos, apostó por una salida negociada entre las partes auspiciada por Naciones Unidas. Jamás había defendido la ruta autonomista planteada por el gobierno marroquí y respaldada por los Estados Unidos, Francia y finalmente, Alemania, quien recientemente también ha cambiado de opinión.
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