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Tribuna
Reforma del reglamento de Extranjería: las personas migrantes no solo trabajan, también viven
Se debate en estos días una nueva propuesta del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones para reformar el Decreto que regula la aplicación de la Ley de Extranjería vigente, especialmente, en lo que atañe a las contrataciones laborales. Esta reforma, que ya había sido anunciada al principio de esta legislatura y que, sin embargo, llega a tratarse casi al final, afectará a personas que ya residan en el Estado español y a las futuras contrataciones en origen. También será de aplicación en Euskadi, donde más de 250.000 personas llegadas de otros países y culturas, viven y trabajan entre nosotras. Representan el 11,5% de la población total de nuestra comunidad, según el observatorio Ikuspegi.
Hasta ahora la aplicación de esta ley ha generado constantemente enormes dificultades y trabas tanto para las personas que buscan una inserción laboral, como para los empleadores que buscan cubrir puestos vacantes. Esta situación deriva que cada cierto tiempo, un gran número de trabajadores se encuentren obligados a malvivir en la economía sumergida.
La propuesta de reforma legal tiene un enfoque pragmático y economicista: se proponen medidas correctivas que mejoren algunos de los canales de acceso al mercado de trabajo por parte de las personas inmigrantes, dando así respuesta a las necesidades de las empresas españolas en este momento y a corto plazo.
Desde Berdeak EQUO damos la bienvenida a todos aquellos cambios legales que mejoren la situación laboral de las personas trabajadoras, pero sin que ello nos encandile hasta tal punto de que dejemos de prestar atención a los derechos que les atañen
Desde Berdeak EQUO damos la bienvenida a todos aquellos cambios legales que mejoren la situación laboral de las personas trabajadoras, pero sin que ello nos encandile hasta tal punto de que dejemos de prestar atención a los derechos que les atañen. Cuando solo ponemos el foco en las obligaciones, y no en los derechos, estamos deambulando por la peligrosa cornisa que se asoma a la vulneración de los principios humanos irrenunciables en un estado social, democrático e inclusivo.
No es una sorpresa que en la actualidad las condiciones laborales para las personas migradas son peores que para el resto de trabajadores y trabajadoras, con diferencias de salario de hasta el 38%, según el sector. En realidad, es la consecuencia lógica de negar los papeles a miles de personas que se ven obligadas a sobrevivir durante tres años en un mundo laboral sin reglas ni derechos. Por eso, esta reforma debe servir para superar la injusticia y la precariedad y para ofrecer trabajo decente a quienes sostienen sectores esenciales para la sociedad. No podemos aceptar que lo inaceptable para las trabajadoras y trabajadores españoles, sí sea admisible para las personas migradas.
Migración
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No es una sorpresa que en la actualidad las condiciones laborales para las personas migradas son peores que para el resto de trabajadores y trabajadoras, con diferencias de salario de hasta el 38%, según el sector
La reforma puede ser beneficiosa para todas las partes involucradas y, aunque no será tarea sencilla llegar a un acuerdo, es obligación de la Administración y de los actores sociales empeñarse en este sentido. En estos espacios de diálogo, desde Berdeak EQUO echamos en falta la interlocución desde la Administración con las organizaciones de personas migradas, que no están invitadas en las conversaciones y que sin embargo serán las afectadas —para bien o para mal— por las medidas que se acuerden. Existe la oportunidad de recomponer ese diálogo, activando mecanismos dentro del Diálogo Social, y proteger así los intereses legítimos de las personas migradas.
Estos mismos colectivos migrados organizados, son parte de quienes impulsan la ILP para una Regularización amplia para más de 500.000 personas que ya residen en el Estado, y que como hemos señalado, viven y trabajan de manera irregular. Los colectivos afectados están haciendo propuestas para mejorar la situación de las personas excluidas del mercado laboral, pero no se les invita a participar en esta reforma legislativa.
Aun así, que lo urgente no nos haga perder de vista lo importante: a pesar de las modificaciones al Reglamento, sigue siendo imprescindible una reforma integral de todo el sistema de gestión de la inmigración en España. La inmigración no debe reducirse a mano de obra productivista, sobre todo cuando sigue siendo la protagonista en la mejora en otros ámbitos, como el reto demográfico o el sostén del sistema de pensiones. Necesitamos nuevos marcos de regulación de la inmigración, actualizados y basados en derechos. Porque las personas trabajadoras migrantes, antes que migrantes y que trabajadoras, son simple y llanamente personas, y como tales merecen ser acogidas y tratadas.
Una sociedad cohesionada es la que ofrece un desarrollo integral a las personas migradas, en condiciones de igualdad y equidad. Para ello, tanto las instituciones vascas como las españolas deben madurar su visión sobre la inmigración, y contribuir para que toda la sociedad valore la oportunidad que significa para la construcción de una comunidad adaptada a los retos que nos reserva el futuro cercano.
Reformar la Ley de Extranjería para que las personas migrantes trabajen en igualdad de condiciones que las personas nacidas en España está bien, sin duda. Pero… reformar esa misma Ley para que también vivan en pie de igualdad, y hacerlo a través del diálogo con las comunidades migradas, en clave de colaboración mutua, ésa es la meta de una sociedad digna y acogedora. Pongámonos manos a la obra.