Violencia machista
A las que se quedan

Lees en las noticias que alguien, un hombre cualquiera, una tarde cualquiera, le dice a una mujer, a una madre: “No las vas a volver a ver en tu vida”. Y el aullido hace eco en ti. Hay un temblor universal que te sacude, una porción de vértigo que te hermana con la mujer que oyó esas palabras.
Sarah Babiker
11 jun 2021 12:02

Todo pasa en un día cualquiera. Una tarde cualquiera caminábamos por el barrio y, como si de cualquier cosa hablara, mi hija mayor interrumpió uno de sus momentos de silenciosa abstracción con una pregunta a bocajarro. “Y si ya no estuviésemos, ¿qué pasaría?”. No era la primera vez que se interrogaba sobre el no estar, ya hace unos años me comunicó su envidia hacia los árboles longevos que la sobrevivirían a ella y a sus abuelos, a su mejor amiga, y a todo el barrio. En otra ocasión, aún a más tierna edad, me transmitió su sufrimiento ante la perspectiva de que nos tocara extinguirnos como a los dinosaurios.

“Mi hermana y yo, qué pasaría si ya no estuviésemos”, esta vez su pregunta era más concreta y terrible que todas las extinciones. “Pues la verdad”, le dije con la sinceridad de una tarde cualquiera, “lo he pensado, yo creo que si os fuerais yo me iría”. Sin hacer ruido, sin enfado con la vida, agradeciendo el camino previo a su existencia, agradeciendo la vida compartida con ellas, pero eligiendo no vivir en el desgarro.

Yo no glorifico la maternidad, no creo que la vida sea mejor o peor teniendo hijos, por eso cuando me preguntaban amigas que ponderaban la pertinencia o no de traer gente al mundo, lo que me salía pensar, aunque menos veces decir, era: la maternidad es conocer una nueva dimensión del miedo. Un miedo indescriptible, cuchillas afiladas que penden sobre los órganos vitales, a las que a veces bastan unos minutos de buscar a un pequeño extraviado en un parque, unas horas sin localizar al teléfono a esos familiares o amigos que se los llevaron de viaje, una noche en cuidados intensivos, un mal diagnóstico, para empezar a seccionarte por dentro. El miedo a la pérdida, un aullido primitivo, un vértigo ancestral difícil de traducir.

Y entonces lees en las noticias que alguien, un hombre cualquiera, una tarde cualquiera, le dice a una mujer, a una madre: “No las vas a volver a ver en tu vida”. Y el aullido hace eco en ti, y aunque solo sea un eco lejano, una resonancia vana lejos del epicentro del dolor, hay un temblor universal que te sacude, una porción de vértigo que te hermana con la mujer que se oyó decir esas palabras, y la imaginas deconstruyendo la historia, el desamparo ante sus denuncias, las cosas que él dijo y cómo, si pudo hace algo o no, cómo fue aquella tarde cualquiera. Y ves las fotos de las niñas en los medios, y esa pulsión te agarra, el aullido te abraza y rebañas esperanzas contra toda lógica, hasta que toda esperanza se acaba.  

Solo alcanzo a dedicar estas líneas escritas a toda prisa a las que se quedan, a las que sobreviven, sin una palabra en la que encontrarse, abandonadas por las instituciones, atosigadas por el ruido, condenadas a un silencio irreparable

Yo sé que hoy toca hacer muchas cosas. Toca recordar que esto no es el acto cruel de un enfermo, si no la forma en la que la violencia machista se manifiesta: el poder asociado con la capacidad de infligir daño, un daño bestial como calculado objetivo de quien tiene que quedar por encima, vencer, arrasar, intocado por la responsabilidad, el amor, el vínculo, la empatía o la ternura. Toca insistir en que esa es la educación “dogmática”, —la de la responsabilidad y la empatía— que necesitamos imponer en las escuelas, que es un crimen de Estado, no haberla impuesto ya, permitir que generaciones y generaciones de hombres puedan aprender matemáticas, y filosofía, sin sentarte con ellos a desimbricar el fatal hilo que une el poder con la capacidad de causar dolor, que legitima el egoísmo y aleja del cuidado, que posibilita que veas a tus hijas no como sujetos a quienes acompañar el resto de sus vidas desde tus vulnerabilidades, tristezas y fracasos, sino como un arma, como un mero instrumento para quedar por encima. Gritar “gané” con las manos manchadas de sangre.

Toca también hablar de lo irreparable, lo irrestituible. Todo lo que se alza después de eso, es puto ruido, o peor, batir de alas de buitres: especiales desde el lugar, corresponsales de voz afectada, políticos pidiendo mano dura, #hashtag vomitivos. Incluso el odio sobra, incluso la rabia inútil es prescindible, comprensible, claro, humana, pero estéril a la hora de tocar hueso, de conjurar el aullido, de evitar que otro hombre, hoy o mañana, cualquier tarde, encuentre sentido o redención, una patriarcal idea de justicia o alivio, en hacer daño, en matar a quienes dijo amar. Sea desde la frialdad y el cálculo, sea desde lo que los medios, algún abogado defensor, o algún juez llamará aún, un momento de enajenación o furia.

Sé que toca politizar el dolor, como las madres de la Plaza de Mayo, como quienes ya están preparando convocatorias para aullar juntas, desde la vulnerabilidad y el miedo, desde la fuerza que da entender la profundidad del desgarro, pero también asumir que no es inevitable ni casual, que no es suceso, mala suerte, maldad, o enfermedad, que es un guión escrito con pautas estructurales, que es el dictado patriarcal de imponerse, dominar y cuando no se puede, y cuando no se logra, hacer el mayor daño.

Sé que toca hacer todo esto, pero yo solo alcanzo a dedicar estas líneas escritas a toda prisa a las que se quedan, a las que sobreviven, sin una palabra en la que encontrarse —existe huérfana, existe viuda, ¿será que perder un hijo es innombrable?— abandonadas por las instituciones, atosigadas por el ruido, condenadas a un silencio irreparable. A ti, que luchaste hasta el final, a quien te fallamos todos. No estás sola. Lloramos contigo. Aullamos contigo. Ojalá nos sientas.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

República Dominicana
República Dominicana El Gobierno de Abinader desafía a la ONU expulsando mujeres embarazadas y recién paridas desde los hospitales
La campaña contra las migrantes haitianas del Gobierno de República Dominicana ha llegado a las maternidades. Decenas de mujeres embarazadas o con sus bebés en brazos han sufrido esta política.
Opinión socias
Crianza Maternar y ser
Algunos pensamientos sobre qué es ser una madre y ser, a la vez, una misma.
Maternidad
Maternidades Maternar sola, precaria y sin que se note
Actualmente, asistimos a un nuevo modelo de súper madre que es la monomarental, precaria, activista feminista, que hace malabares para que sus criaturas no se enteren de las patrañas que nos rodean sin perder de vista la crianza respetuosa
#92390
12/6/2021 20:34

Muy acertada tu publicación, muchas gracias

1
0
#92364
12/6/2021 14:59

Gracias por describir ese aullido que nos sale de los más profundo, cuando nos arrebatan a nuestras hijas e hijos.

8
0
#92325
12/6/2021 1:44

"¿será que perder un hijo es innombrable?" Si tiene nombre, se llama "huérfila". Gracias por tus palabras rápidas.

21
0
#92295
11/6/2021 17:15

Ojalá puedan oír del aullido , y el dolor compartido por todas las hermanas, que sabemos están tan destrozadas, y que se han quedado, pero con el mayor de los sufrimientos

3
1
#92283
11/6/2021 17:03

Todas las mujeres del mundo, salvo casos muy excepcionales, nos hermanamos con la mujer que ha recibido la más cruel de las torturas, van a asesinar a quienes más se puede amar, los hijos.

4
0
#92273
11/6/2021 13:30

Ojalá este el bien para que cuando lo pillen lo pueda pasar muy mal, cadena perpetua a todos los asesinos y asesinas

0
28
#92278
11/6/2021 15:21

Mejor incidir en la prevención que en las cadenas perpetuas, las estadísticas muestran que las mayores penas no reducen el número de delitos.

41
5
#92554
15/6/2021 10:43

Pues libertad y lo que surja!

0
0
La vida y ya
La vida y ya La primera vez
Nos confirmaron lo que ya intuíamos pero no supimos hacer. Lo única regla importante es romper el silencio.
Argentina
Argentina Argentina, un año y medio después de Milei
Este investigador profundiza en las claves de la victoria de Milei, las principales medidas de Gobierno, el sustancial apoyo que tiene y sus perspectivas a medio plazo.
Derecho a la vivienda
Derecho a la vivienda KKR y el negocio del ladrillo: de vender pisos en territorios ocupados a gestionar las viviendas de la Sareb
Desde 2022, el fondo proisraelí KKR es el encargado junto a Blackstone de gestionar la cartera residencial del banco malo. En verano vencen sus contratos y los fondos presionan para seguir sacando rédito del patrimonio público.

Últimas

Materias primas
Consumo España entra en déficit ecológico este 23 de mayo
El país ya ha consumido, a fecha de este viernes, todos los recursos naturales por año que le corresponderían en un reparto justo que permitiera al planeta regenerarse.
Opinión
Opinión Y ahora les duele Gaza: Europa ante el genocidio
Europa no ha dejado de vender armas a Israel, ni de recibir su tecnología militar; sin embargo, ahora no sabe cómo salvar al país de sus propios impulsos autodestructivos.
Madrid
Madrid Más de 200.000 personas salen a la calle contra el “abandono deliberado” de la sanidad pública madrileña
Madrid se enfrenta a la política sanitaria de Ayuso en una gran manifestación compuesta de cuatro columnas reclamando mejoras en Atención Primaria, en las urgencias extra hospitalarias, en los equipos de salud mental y exigiendo más pediatras.
Albania
Albania Albania: más de 30 años de democracia corrompida
El Partido Socialista de Edi Rama se mantiene en el poder gracias a un sistema de redes clientelistas y una desilusión que ha hecho que más de la mitad de la población se haya resignado.
Más noticias
Opinión
Opinión Sentido y senilidad
La senilidad que he estado viendo en la industria cinematográfica no se limita a la edad de ciertos directores. Es algo mayor que eso, se ha convertido en una manera de pensar, en un fenómeno cultural.
Comunidad de Madrid
Pseudomedios Ayuso y Almeida han inyectado más de 400.000 euros a ‘Periodista Digital’ en cuatro años
El medio de Alfonso Rojo que emplea al agitador Bertrand Ndongo ha recibido más dinero que medios con mucho más alcance como ElDiario.es mientras El Salto sigue siendo totalmente discriminado por el Partido Popular.
Opinión
Opinión La hidra de la lucha por la vivienda
Un sector del movimiento de vivienda pone el foco en los grandes propietarios y los fondos de inversión para entender la actual crisis de vivienda. Otro, a la clase media propietaria. Cada enfoque lleva a estrategias distintas.
Navarra
Opinión Diez años de corralito progre en Navarra
VV.AA.
En las elecciones municipales y forales del 24 de mayo de 2015 se propagó la confianza en un futuro en el que la hegemonía conservadora del corralito foral diera paso a algo muy diferente y mejor.
LGTBIAQ+
Sentencia El TSXG reconoce que el asesinato de Samuel Luiz fue un crimen de odio
El tribunal ha ratificado las penas de entre 20 y 24 años para los tres acusados y ha absuelto al joven condenado a diez años de cárcel como cómplice del asesinato.

Recomendadas

Pensamiento
Paulo Tavares “La imaginación es el primer acto político”
El arquitecto e investigador brasileño Paulo Tavares cuestiona las ideas fundacionales del pensamiento, el diseño y la ciudad occidentales en el marco de la crisis ecosocial.
Culturas
Bob Pop “Mis poemas son unas croquetas sabrosas y no congeladas”
Escritor y vedete intelectual, acaba de publicar ‘De cuerpo presente’, un poemario donde responde 27 años y un diagnóstico de esclerosis múltiple después a sus miedos ante la enfermedad en la juventud.
México
México Desenterrar el dolor: los desaparecidos de Jalisco
El colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco, el mismo que descubrió el campo de exterminio de Teuchitlán, halla un punto de venta de droga activo del Cártel Jalisco Nueva Generación con varios cuerpos enterrados.