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Derecho a la vivienda
Sevilla se moviliza por la vivienda y contra la especulación inmobiliaria
“Sevilla sueña la gracia de las cosas que se fueron”, decían los Cantores de Hispalis añorando antiguos oficios y costumbres. Sin embargo, hoy esas cosas que se fueron con las que sueñan las vecinas de la capital andaluza son: un alquiler que puedan pagar con su sueldo, la certidumbre de saber que vas a tener un techo para toda la vida y que le permita proyectarse más allá de la supervivencia o poder encender la luz cuando lleguen a sus casas.
Según los datos del portal Idealista, el precio del alquiler en Sevilla no para de subir mensualmente desde hace más de 2 años y ya es imposible encontrar en toda la ciudad una vivienda con solo una habitación por menos de 500 euros, a pesar de que los sueldos no han subido en la localidad. Lo que sí sigue subiendo es el número de viviendas turísticas la capital ya cuentan con 6.152 y con subidas del 11% a nivel anual según datos del INE. Ambas situaciones están dando como resultado un repunte de los desahucios, en 2022 en Andalucía se contabilizaron 6.718 desahucios, de los cuales 1.000 se produjeron en Sevilla, además la expulsión de las vecinas de sus barrios que están cambiando por completo la identidad de la ciudad.
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Ante esta situación, diversos colectivos de derechos sociales, de vecinas y plataformas en favor de la vivienda como La PAH, La Oficina de Okupación de Sevilla, la plataforma Barrios Hartos y la Oficina de Derechos Sociales se han unido para fortalecer el Movimiento por la Vivienda de Sevilla, compartir estrategias y realizar una denuncia conjunta. Durante los días 18, 19 y 20 de mayo se han celebrado las jornadas de lucha por la vivienda en la ciudad en la que el movimiento ha reclamado: “se controlen los precios del mercado del alquiler, una tasación agresiva sobre las viviendas, la creación de un parque público de vivienda y la despenalización de la ocupación de vivienda por hogares en situación de emergencia social”.
“No es casual que nos golpeasen y amenazasen, porque somos gente obrera, solidaria con nuestras vecinas y vecinos y no nos hace falta ninguna excusa para estar parando un desahucio”, comenta Fran Sánchez detenido durante un desahucio.
El movimiento por la vivienda siempre ha estado muy relacionado con la paralización de los desahucios, el repunte de estos ha traído además un recrudecimiento de la presión policial ante los activistas que intentan parar la ejecución de estos desalojos. El pasado viernes 19 de mayo, en plenas jornadas de la vivienda, cuatro activistas fueron detenidos cuando intentaban parar un desahucio de forma pacífica en San Juan de Aznalfarache, tras varias horas en disposición policial fueron puestos en libertad. Fran Sánchez, uno de los detenidos, comentaba al respeto en la movilización del sábado “No es casual que nos golpeasen y amenazasen, porque somos gente obrera, solidaria con nuestras vecinas y vecinos y no nos hace falta ninguna excusa para estar parando un desahucio”.
A pesar de que el Movimiento por la Vivienda está viviendo un renacer en la ciudad, como reiteraba la plataforma al final de la manifestación: “Volvemos a la calle en un momento histórico incierto, donde todavía no sabemos a dónde mirar para tocar de nuevo la tecla que termine con el inmovilismo y la apatía política generalizada. Nos hemos visto obligadas a intentar retomar con fuerza la lucha por la vivienda” los colectivos que la componen llevan una lucha constante de años focalizados en las necesidades específicas de las vecinas que llegan a sus espacios. Desde el PIVE en la APDHA señalan un cambio en las personas que lo visitan “cada vez son más alquileres que personas con hipoteca las que acuden”, comenta Marisa Hermoso. Además, Hermoso insiste en que el problema en Sevilla no es la vivienda en sí, sino en cómo se concibe “La vivienda está siendo concebida como un valor de mercado y no está siendo concebida como un derecho fundamental, que es lo provoca que los poderes públicos tengan una actitud completamente pasiva ante las situaciones de las personas”.
“La realidad está construida para que el de abajo siga abajo y el de arriba arriba, así que solo nos queda fortalecernos entre nosotras para aguantar en esta lucha tan dura”, sentencia Marisa Hermoso.
Desde los diversos colectivos que componen el Movimiento por la vivienda en Sevilla, además se ha señalado la falta de viviendas públicas reales en la ciudad, o mejor dicho, la falta de interés por parte de las instituciones en el que las viviendas públicas lleguen a las personas que las necesitan. En la actualidad en Andalucía se encuentran 628.705 viviendas vacías, de las cuales 48.180 se ubican en Sevilla, según ha señalado el profesor y activista Iban Díaz. Desde el movimiento por la vivienda en Sevilla se ha denunciado la falta de acción por parte de la empresa pública dedicada a la cuestión de las viviendas EMVISESA, en la que las listas de espera para optar a una vivienda pública son larguísimas “tienes que esperar años para ser atendida, en los casi 10 años que lleva el PIVE solo 8 personas han conseguido un hogar”, sostiene Hermoso.
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Por ello, desde el movimiento insisten en la necesidad de construir redes de apoyo en una lucha que es “muy dura y muy constante” pero que es necesario la colectividad para generar avances. “La realidad está construida para que el de abajo siga abajo y el de arriba arriba, así que solo nos queda fortalecernos entre nosotras para aguantar en esta lucha tan dura”, sentencia Marisa Hermoso.
Arrejuntarse como antídoto para que todas podamos contar con la certidumbre de tener un techo bajo el que cobijarnos, quizá así podamos cambiar la letra de este tiento: “Esta mañana ha llovío, los patronos en su casa, primo, y yo en el campo arrecío”.