Agresiones sexuales
Protocolos de actuación ante violencia sexual: dispersos, obsoletos o inexistentes

El Ministerio de Interior asegura que se está trabajando en un protocolo para los cuerpos y fuerzas de seguridad dependientes de Interior, pero a día de hoy no existe ninguno de referencia estatal. La Policía Foral o la Ertzaintza sí cuentan con protocolos específicos. 

Repulsa a la sentencia de La Manada
Concentración en la calle San Bernardo, donde se ubica la sede del Ministerio de Justicia en Madrid Álvaro Minguito

Hacer de las necesidades de la víctima una prioridad es el primer aspecto que debería contemplar cualquier protocolo de actuación ante las agresiones sexuales, según explican varias expertas. Pero no siempre atender a las víctimas es lo que procuran en estos protocolos, cuando existen.

La llamada de atención que dieron varias voluntarias del Punto Violeta de Majadahonda, en Madrid, al denunciar la falta de conocimiento y tacto de los agentes que acudieron a atender una denuncia de agresión sexual tiene una correlación directa con la inexistencia, dispersión y desconocimiento de protocolos de buenas prácticas en la atención a la violencia sexual, como demuestran múltiples documentos de actuación en el ámbito local o regional que no responden a una estrategia integral. 

Según explica el propio Ministerio de Interior, no existen protocolos de atención a la violencia sexual de ámbito estatal de aplicación a las fuerzas y cuerpos de seguridad dependientes de este organismo, es decir, Policía Nacional y Guardia Civil. Pese a que están trabajando en ello, insisten, lo cierto es que en la actualidad no existen una pautas de referencia estatal para los agentes de estos cuerpos. Sin embargo, sí existe, por ejemplo, un protocolo de actuación para Policía y Guardia Civil en La Rioja y algunas comunidades cuentan con documentos de carácter territorial que se encargan de describir la coordinación entre diferentes recursos.

Es el caso de la Comunidad de Madrid, donde existe un ‘Protocolo de actuación coordinada de los organismos competentes en materia de agresiones sexuales’. Este protocolo, que tiene una década, recoge el modo de actuar ante una denuncia de agresión sexual. Pero se aleja mucho de poner en sus prioridades las necesidades de las víctimas.

“No solo no protege a la mujer sino que es revictimizante”, explica Nerea García Llorente, de Generando red contra las violencia machistas. Según García Llorente, este documento “se centra en la violación con penetración, olvidando otras violencias, y tiene una preocupación meramente policial y judicial, como es el cuidar la cadena de custodia de las pruebas”. De hecho, el protocolo describe cómo debe hacerse esta recogida, poniendo énfasis en que los sanitarios valoren la resistencia" de la víctima y consideren la importancia de restos hallados entre las uñas”. Es decir, en la línea del debate que ha abierto la sentencia que condena a La Manada por abuso y no por violación, incide en la demostración de resistencia activa y casi heroica a las víctimas para determinar si se ha producido una agresión.

¿Cómo debería entonces ser un protocolo de actuación ante de la violencia sexual? “Lo primero es poner a la víctima en el centro, su bienestar y su atención sanitaria”, dice García Llorente. También debe ser interseccional —tener en cuenta necesidades de mujeres migrantes o con diversidad funcional— y ser evaluado periódicamente. Pero el protocolo actual no incluye ninguno de estos aspectos.

Es la preocupación por el enfoque de este protocolo la que ha llevado a Asamblea Feminista de Madrid y Generando Red contra las violencias machista a elaborar una propuesta de protocolo que propone una serie de modificaciones urgentes del actual y esboza un plan integral contra la violencia sexual.

Entre las urgencias señala la falta de recursos: solo un hospital de la ciudad de Madrid, el hospital Universitario de la Paz, garantiza la presencia de un médico forense, una figura que es necesaria para que la víctima pueda interponer la denuncia en el mismo hospital.

Tras mantener varios encuentros y reuniones con Ayuntamiento y Comunidad de Madrid, el plan podría dar nuevos pasos este otoño. Las promotoras de la iniciativa son optimistas y confían en que otro enfoque es posible después de que el caso de La Manada o una propuesta de ley sobre violencia sexual mantengan en la agenda el debate sobre la violencia sexual: “Un protocolo de atención a la violencia sexual tiene que contemplar la justicia restaurativa y medidas de no repetición”, explica García Llorente, que pone como ejemplo el trabajo que se ha realizado en policías autonómicas como la Policía Foral de Navarra o la Ertzaintza.

BRIGADAS ESPECIALIZADAS, pero no tanto

Javier Hernández, jefe del Grupo de Comunicación de la Policía Foral de Navarra, pone en valor el trabajo de este cuerpo autonómico. Sí, explica, existe un protocolo específico para que los agentes tengan referencias sobre cómo actuar en casos de agresiones sexuales. Sí, el primer paso de este protocolo en atender y proteger a la víctima.

El ‘Procedimiento Normalizado de Trabajo en delitos de agresiones sexuales’, explica, que se actualiza regularmente, contempla la actuación policial es tres fases: la primera, proteger y atender a la víctima; la segunda, localizar al agresor; la tercera, proteger el lugar de los hechos.

“Nuestra primera obligación es la de asegurar que la agresión ha cesado y valorar el traslado al centro hospitalario”, indica. Según Hernández, aunque en el primer aviso se moviliza a la patrulla mas cercana, existe una Brigada Especializada, una figura creada en 1999, que está entrenada para atender las necesidades de las víctimas.

El aviso de agresión sexual moviliza otra serie de recursos como policía judicial y científica, así como una unidad psicológica de guardia. Sobre la toma de declaración y la posibilidad de interponer denuncia, Hernández explica que “no todas las víctimas reaccionan igual” y asegura que la obligación de la Policía Foral es informar y respetar los tiempos y la decisión de cada persona.

Tere Sáez, de Lunes Lilas, reconoce que el trabajo que se ha hecho en Navarra desde 2008, año del asesinato de Lagore Laffage, ha calado, lo que explica que tanto la Policía Foral como entidades locales tengan protocolos específicos. “Lo que estamos conociendo en los últimos años es que hay una buena atención, al menos desde el aspecto de poner a la víctima en el centro, que es un aspecto en el que se ha insistido mucho”, explica, porque “el trabajo que se ha hecho desde 2008 ha sido muy potente y ha repercute en muchos ámbitos a nivel de Gobierno”.

Pero Sáez hace algunas puntualizaciones. En primer lugar, las brigadas de la Policía Foral no están especializadas en violencia sexual sino que son Brigadas Especializadas en violencia de género, agresiones sexuales, menores y personas vulnerables, por lo que se hace necesaria una especialización en violencia sexual. En segundo lugar, explica, esta formación debería extenderse más allá de la brigada. “Existen protocolos pero, y lo hemos visto con las mujeres asesinadas en estos días, sin formación los interpretan como les da la gana”, concluye.

Sáez pide que un buen protocolo de atención a la violencia sexual debe incluir un recurso específico con personal psicológico y jurídico especializado y, también, que ante una agresión se establezca que la atención a la víctima la de preferentemente una mujer.

También la Ertzaintza cuenta con un protocolo específico de actuación ante la violencia sexual. Creado en 2008, este cuerpo policial también parte de la base de atender, en primer lugar, a la persona que ha sido agredida. “El procedimiento parte de la base de poner a la víctima en el centro”, explica el jefe territorial de Bizkaia, Josugotzon Lujua Altuna. “Esto significa que se prioriza la atención médica”, añade. En esa primera aproximación se valora si la persona necesita ser trasladada a urgencias y, si así se decide, se activa el servicio forense, que acudirá al hospital para la recogida de muestras. 

La Instrucción Número 3 de la Viceconsejería de Seguridad es la que recoge este protocolo interno, en el que también se establece la coordinación institucional y se detalla que no debe priorizarse la toma de declaración de la víctima, que solo se hará después de haber asegurado que la agredida ha recibido la atención que merece.

Lujua añade que algunos casos de violencia sexual se rigen por el protocolo de atención a la violencia doméstica, ya que muchos casos se producen en ese contexto.

Según datos ofrecidos del Ministerio del Interior, en el año 2017 se conocieron 11.692 delitos contra la libertad sexual en España. Además, el macroinforme realizado por la Agencia de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea calcula que al menos un 6% de las españolas de entre 18 y 74 años ha vivido algún suceso de violencia sexual después de los 15 años. Es decir, alrededor de un millón de mujeres han sufrido una agresión sexual en el Estado español.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Granada
Violencia Sexual Tres mujeres más denuncian agresiones sexuales del director de la escuela de teatro La Seducción en Granada
Las exestudiantes describen tocamientos y besos no consentidos durante su estancia en la escuela por parte del director, una denuncia que se suma a la interpuesta por otras seis exalumnas contra el docente, de la que informó El Salto Andalucía.
Francia
Mathilde Forget “Francia es un país que tiene miedo de abordar las violencias sexuales”
La escritora francesa aborda las violencias sexuales en su segunda novela, ‘Por voluntad propia’, publicada en el Estado español por Editorial Tránsito.
Opinión
Opinión A ti y a mí no nos gusta lo mismo
Como dijo Monique Wittig, el pensamiento normativo no concibe una sociedad en la que la heterosexualidad no ordene todas las relaciones humanas y toda producción de conceptos.
Galicia
Galicia A Xunta aprobou a celulosa de Altri argumentando que a súa cheminea de 75 metros sería “icónica”
O Informe de Patrimonio Cultural, favorable á multinacional, emitiuse con base en dúas encargas externas, contratadas e pagadas pola empresa ao ex presidente e ao actual tesoureiro de Icomos-España.
Alimentación
Soberanía Alimentaria ¿Cómo hacer más accesible la alimentación sostenible a población en vulnerabilidad?
Existen proyectos en España que están intentado informar, sensibilizar y mostrar buenas prácticas en alimentación sostenible a personas en situación de inseguridad alimentaria, en los barrios o desde la infancia.
Energía
Gran apagón Apagones, energías renovables y estabilidad del sistema eléctrico: tareas pendientes y visos de futuro
Es posible avanzar en la penetración de las renovables, al menos hasta cierto punto, sin perder seguridad en el sistema energético. Este debe modernizarse, descentralizarse y estar planificado por el Estado, opina un experto.

Últimas

O Teleclube
O Teleclube 'Os Pecadores' loitan contra montruos reais e mitolóxicos no novo episodio de 'O Teleclube'
O dúo do director Ryan Coogler e o actor Michael B. Jordan estrean unha película sobre a experiencia afroamericana cunha ameaza sobrenatural engadida.
Ley Trans
Ley trans El Constitucional enfrenta el recurso del PP a la ley trans, los colectivos piden evitar la senda antiderechos
El Alto Tribunal deliberó por primera vez sobre este recurso sin llegar aún a ninguna decisión. Plataforma Trans pide que no se sume a la carrera de odio contra las personas trans y avale la norma.
Laboral
1º de Mayo Inmigración y sindicatos: derechos universales o derrota colectiva
Los líderes sindicales no pueden ofrecer soluciones realistas para la situación de las personas migrantes, porque parecen asumir la vieja tesis de que la inmigración perjudica a la clase trabajadora en su conjunto.
Eléctricas
Oligopolio eléctrico Sánchez no admite responsabilidades en el apagón mientras sus socios piden nacionalizar la red eléctrica
El presidente del Gobierno señala a los “operadores privados”, entre ellos Red Eléctrica, cuyos últimos dos presidentes vienen del PSOE y cuyo principal accionista es el Estado, con el 20%, seguido por el 5% de Amancio Ortega.
El Salto Radio
El Salto Radio 600 señales
Señales de Humo cumple 600 emisiones y hace memoria: propuestas, prioridades y gente que ha ayudado a mantener el sueño de una comunicación transformadora.
Tribuna
Tribuna La Lotte en Mont-roig del Camp: ¿Todo vale en nombre de la transición verde?
La construcción de una fábrica de componentes para baterías por parte de una multinacional se quiere imponer en una zona de Tarragona ya históricamente castigada.
There Is Alternative
There Is Alternative There Is Alternative #2: de supermercados, las cosas del comer y todo lo que no sea Juan Roig
Segundo episodio del podcast There Is Alternative de El Salto Radio sobre el lado oscuro de los supermercados, las grandes superficies y sus alternativas cooperativistas.
1 de mayo
1º de Mayo Euskadi se moviliza contra la 'patronal explotadora' este 1º de Mayo
Además de los temas laborales, ha habido otras reivindicaciones y recuerdos a favor del Euskera, los presos o el genocidio israelí en Palestina.

Recomendadas

Laboral
Laboral Coidar sen dereitos: a loita das traballadoras nas residencias privadas de Galiza
Sen tempo nin medios para ofrecer uns coidados axeitados, alertan dunha situación insostible nos centros e denuncian a privatización dun servizo a costa do benestar das persoas maiores e dependentes.
Galicia
Galicia Vigo, A Coruña e Ourense mercaron material policial a Israel por medio millón de euros en só catro anos
O alcalde ourensán, Gonzalo P. Jácome, adxudicou un contrato por 70.000 euros días despois do sete de outubro. Abel Caballero asinou outro de máis de 200.000 euros e a alcaldesa da Coruña seguiu a estela cun contrato de 170.000 euros.
Feminismos
Andrea Proenza “Debemos aproximarnos a nuevos horizontes feministas en nuestra forma de amar”
‘Cartografías del deseo amoroso’ es el título de un ensayo intimista sobre chicas que quieren ser Bravo y buscan no solo el amor, sino un buen relato.
Cómic
Fabien Toulmé “Hablar de trabajo es menos sexy que hablar de amor o de guerra”
En su libro ‘Trabajar y vivir’, el autor francés recorre distintas realidades reflejando cómo las personas se relacionan con ese mandato ineludible de hacerse con un empleo para sostenerse económicamente.