Opinión
Matanzas de Gaza y bloqueo a los productos israelíes

¿Por qué la UE no se planta contundentemente contra el genocidio de Gaza? Lo que hoy es “un problema palestino” mañana será sin duda un problema europeo.
24 mar 2025 14:18

Mientras el mundo mundial mira a otro lado el genocidio que el ejército israelí está cometiendo en Gaza prosigue. Las noticias no paran de llegar desde que este martes Israel pusiera fin al alto el fuego acordado en enero. Las bombas hebreas han asesinado a más de 500 personas en la Franja de Gaza. De los fallecidos, más de 180 eran bebés, niños y niñas. Muchos de ellos no habían conocido en su vida más que el horror de la guerra. La muerte ronda no sólo desde el aire, sino que ante la falta de infraestructura hospitalaria, así como la falta de alimentos, permiten que se señoree en cualquier rincón de ese territorio devastado. ¿Cómo es posible que estados democráticos que enarbolan los derechos humanos como bandera estén paralizados ante tantos crímenes contra la humanidad? No hace falta relatar los enormes padecimientos, los miles de asesinatos en masa que se realizaron y se siguen realizando contra las personas que intentan seguir viviendo en su patria Palestina. Se supone que todo el mundo conoce lo que el pueblo palestino lleva sufriendo desde 1948. Lo que está ocurriendo en estos últimos años sobrepasa cualquier límite y deja en mera anécdota el exterminio de millones de personas a manos de los nazis. La gran potencia norteamericana (EEUU) es responsable directa de este genocidio, ya que su fiel “Israel” sólo hace lo que EEUU le permite, no en vano el armamento que mata a diestro y siniestro se lo facilita a la bárbara crueldad de quienes dejaron de ser militares para convertirse en asesinos a sueldo. A personas no armadas, hombres, mujeres, ancianos, niñas y niños se les acribilla, bombardea y asesina con total impunidad. Quienes desean llamarse militares asumen un código de conducta que repudia este cebarse sobre gentes inocentes. Son crímenes de guerra y deben ser, además de condenados (con la boca chica), perseguidos y sometidos a juicios, que a la vista de la publicidad con que cometen las atrocidades, acabaran con duras condenas.

Lo que está ocurriendo en estos últimos años sobrepasa cualquier límite y deja en mera anécdota el exterminio de millones de personas a manos de los nazis

¿Qué hacer ante este desastre? Los países occidentales, que cuentan en sus constituciones el garantizar los derechos humanos, que han firmado la carta de Naciones Unidas para preservan a toda la humanidad de estos genocidios, no adoptan medidas que los impidan. La diplomacia ante el “amigo americano”, fascistoide, se pliega y se dobla cual junco en la tempestad. Al no actuar se hacen cómplices del holocausto ya están rindiendo cuentas en la historia, que los catalogará, como fueron catalogados los “lideres” de Inglaterra y Francia que permitieron la expansión y la guerra de la Alemania Nazi desde 1935 provocando con ello el fatal desenlace de la segunda guerra mundial. Según se desarrollan los acontecimientos puede concluirse que no bastó la muerte de más de 60 millones de seres humanos y truncar la vida de más de 100 millones más. Un poder fascista se ha hecho cargo de la Norteamérica de las libertades y utiliza su enorme poder para ejercer su hegemonía en el mundo. Lo que en estos momentos ocurre en Gaza o en otras zonas del planeta, parece que están tan lejos, aunque no tanto, que la Unión Europea (UE) no actúa para detener las atrocidades. Ahora, cuando se amenazan sus intereses económicos parece que UE comienza a despertarse y entra en la guerra comercial de aranceles de Trump y además se rearma porque está comprobando que EEUU ha soltado los perros de la guerra. Desde 2015, la Comisión Europea adoptó regulaciones que prohibían el etiquetado de productos de áreas que considera “ocupadas” por Israel como hechas en Israel, una decisión que describió como impulsada por el deseo de dar a los compradores información precisa sobre la procedencia del producto. Y hay quien tachaba esta iniciativa como “anti semita” ¿Por qué la UE no se planta contundentemente contra el genocidio de Gaza? Lo que hoy es “un problema palestino” mañana será sin duda un problema europeo. Conviene repasar como se fueron encadenando los acontecimientos para acabar en un mundo en guerra. Aprender que para no llegar a la hecatombe es preciso parar en seco cualquier acto bélico contra cualquier pueblo. Y que quienes los promueven deben ser condenados.

Si los gobiernos de la UE no actúan ¿qué es posible hacer? Las personas sí pueden manifestarse instando a los gobiernos a que actúen para frenar el holocausto de cualquier pueblo. ¿Es posible hacer algo más? En una economía mundial global cada cual es soberano en su consumo. Cada decisión sobre qué comprar depende del cliente y este papel clientelar otorga a cada persona un cierto poder. Se puede ejercer ese poder simplemente dejando de comprar determinados productos o en determinados establecimientos. En internet pueden encontrarse referencias a marcas, productos incluso supermercados que comercializan productos fabricados en Israel o comercializados por empresas israelíes. Siempre es recomendable comprobar la etiqueta para conocer el país de origen antes de comprarlos. Para obtener información más detallada, puede pedir en el supermercado donde se compre información de los productos de esa procedencia que ofrecen al público y de tener este tipo de artículos instarles a que dejen su venta retirándolos de los expositores, suspendiendo los pedidos realizados y siempre se tiene la opción de ayudar a parar el genocidio simplemente no comprándolos.

Sobre o blog
Alkimia es un espacio de reflexión donde miembros o personas afines al Anarcosindicalismo dan su punto de vista sobre temas de interés general. En una sociedad en la que los medios de desinformación moldean la realidad al antojo de los poderes económicos y políticos, cualquier nueva vía de contrainformación se hace necesaria para lograr que se pueda conocer la realidad de la vida cotidiana de las personas a la vez que pueda servir para su transformación.
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