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Sindicatos
Secretos de un Organizador Exitoso 1 - Organizarse es una actitud
Con este primer artículo comenzamos una serie en la que iremos publicando por partes el manual “Secretos de un Organizador Exitoso”, editado por Labor Notes. Este manual está resultando muy útil a quienes ponemos en marcha proyectos de sindicalismo de base. Generalmente, los libros sobre sindicalismo explican la historia del movimiento obrero, pero no profundizan en los aspectos prácticos: cómo abordar a nuestros compañeros de trabajo, técnicas y habilidades para construir poder popular. Este manual sí que responde a esta necesidad porque no es un análisis teórico, sino un manual absolutamente práctico y sencillo, aplicable a todos los entornos laborales y también al sindicalismo social (organizaciones vecinales, sindicatos de inquilinas, etc.)
El colectivo que lo publica, Labor Notes, lleva desde 1979 promoviendo el sindicalismo democrático y de base en Estados Unidos, apoyando a sindicatos combativos y a corrientes dentro de los sindicatos burocratizados. Publican una revista, varios libros sobre sindicalismo democrático y de base, imparten talleres prácticos y organizan cada dos años una conferencia que en 2022 reunió en Chicago a más de 4000 personas de 25 países para intercambiar experiencias.
Si estás leyendo esto significa que estás interesado en organizar a la gente con la que trabajas. Quieres solucionar los problemas que ves a tu alrededor. Tal vez tú o un compañero de trabajo habéis vivido una injusticia y queréis hacer algo al respecto. Para nosotros, eso significa organizarse. Sin embargo, para nuestros jefes eso es un problema. A quienes desean hacer algo, sobre todo cuando se unen para hacerlo colectivamente, a menudo se les identifica como “agitadores” (o en inglés, troublemakers). Nosotros sugerimos que esta palabra es muy digna y que debe usarse con orgullo. Desde la Madre Jones hasta Martin Luther King Jr., los mejores organizadores han sido etiquetados como “agitadores” porque unieron a la gente y edificaron la fortaleza colectiva, que amenazó el poder de unos cuantos.
Organizarse es como cocinar: hay recetas que ya han sido probadas, que cualquiera puede aprender, métodos que funcionan y otros que no. Puede ser que los resultados no siempre sean perfectos, ya que nos relacionamos con seres humanos, pero te irá mejor si aprendes de los aciertos y errores que han cometido antes, en ocasiones pasadas, otros organizadores.
Todo empezó a cambiar cuando unos cuantos trabajadores decidieron organizar a sus compañeros de trabajo
En una planta empacadora de carne en Pasco, Washington, la gerencia se había salido con la suya durante años. Las condiciones eran peligrosas, los suelos resbaladizos y el acoso, constante. El sindicato era débil y muy pocos miembros participaban en él. Sin embargo, todo empezó a cambiar cuando unos cuantos trabajadores decidieron organizar a sus compañeros de trabajo para que sus condiciones laborales fueran mejores. Uno de los primeros pasos consistió en llevar a cabo reuniones en la cafetería, abiertas a la gente que trabajaba en cada una de las líneas de producción. Cualquier persona que estuviera dispuesta a asistir podía participar para planear cómo hacer frente a los problemas tan graves que existían en la planta.
“La compañía no estaba contenta con las reuniones –dijo María Martínez, la jefa de los delegados–. Empezaron a enviar a encargados a escucharnos. Ellos decían que no teníamos permiso para celebrar reuniones sindicales en su cafetería. Yo les dije que la Ley Nacional de Relaciones del Trabajo (National Labor Relations Act) nos daba el derecho a organizarnos y llevar a cabo reuniones en las áreas y horarios que no son de trabajo. La gerencia me dijo que lo pusiera por escrito y así lo hice. Escribí una queja y 100 personas la firmaron. Esa fue la última vez que la gerencia dijo algo al respecto y continuamos reuniéndonos en la cafetería”.
“Si un encargado dice algo, preguntamos en voz alta a otras personas en la línea: ‘¿Oíste lo que acaba de decir?’
Como el acoso era un tema recurrente en las reuniones, voluntarios de cada una de las líneas de producción empezaron a capacitar a sus compañeros de trabajo para que documentaran los casos de acoso y se animasen a confrontarlo. Martínez añadió que "si un encargado dice algo, preguntamos en voz alta a otras personas en la línea: ‘¿Oíste lo que acaba de decir?’. Cuando los incidentes empezaron a acumularse, los miembros fueron en grupo a hablar con los gerentes del alto mando. Se prepararon de antemano para contar sus historias, para que no fuera solo una persona la que estuviera hablando todo el tiempo. Sus acciones funcionaron. Los encargados, tal vez para evitar tensiones con sus propios jefes, comenzaron a intimidarles menos. Otra de las tácticas que emplearon parar poner freno al acoso de sus encargados fue la de utilizar los formularios para quejas, imitando los partes disciplinarios. Los trabajadores podían “amonestar” a sus superiores anotando los abusos que cometían. Era muy frecuente que todas las personas de la línea se sentaran a documentar los casos de acoso. Una copia iba al encargado que cometía la ofensa, otra al sindicato y otra a la gerencia. Más adelante veremos cómo estos empacadores de carne cambiaron su lugar de trabajo y también muchas otras historias de trabajadores que empezaron a organizarse para poner solución a todo lo que iba mal en su lugar de trabajo.
Organizarse es ante todo una actitud. Es tener la actitud de que tanto tú como tus compañeros de trabajo, unidos, podéis hacer algo para que las cosas mejoren. Es tener la actitud de que actuar es mejor que quejarse. Es tener la actitud de que los problemas necesitan una solución y que la fuerza de la unidad es parte de esa solución. Es renunciar al desánimo, o al menos, no estar desanimado durante mucho tiempo. Es la voluntad de escuchar a los demás con respeto para que el plan que elaboréis refleje todas las grandes ideas que tiene la gente. Si tienes la actitud de un organizador, sientes que es necesario responder a la injusticia. También te sientes comprometido a construir poder junto con tus compañeros de trabajo y no quieres que se quede solo en palabras. Crees en la acción colectiva y quieres mejorar tu capacidad para movilizar a otros.
Si quieres saber más, o compartir alguna experiencia de sindicalismo de base, escríbenos a cuadernosdetrabajo@outlook.com
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