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Energía nuclear
Sin planes de emergencia para los reactores pequeños II
En un voto 3-1 entre los comisionados de la Comisión Reguladora Nuclear estadounidense (NRC por sus siglas en inglés), se aprobó un nuevo reglamento para las medidas de emergencia a adoptarse en los pequeños reactores nucleares. El reglamento eliminaría la necesidad de zonas de preparación para emergencias y planes de emergencia para los exteriores de los pequeños reactores modulares. El único comisionado que se opuso fue Jeff Baran y estas son sus palabras.
Artículo publicado originalmente en Beyond Nuclear International.
Viene de la primera parte.
Debemos tomarnos las advertencias de FEMA muy en serio. FEMA ha tenido un papel esencial en determinar si la planificación de emergencia para una central nuclear es adecuada o no. Bajo la regulación de la NRC, no puede concederse una licencia para una central nuclear salvo que la misma NRC compruebe que el plan de emergencia cumpla con los requisitos pertinentes. Y se supone que la NRC debe basar su comprobación de acuerdo con FEMA, si los planes de emergencia para exteriores son adecuados y si existe certeza suficiente de que pueden llevarse a cabo. De hecho, de acuerdo con las regulaciones de la NRC, “en todo procedimiento de licencia concedida por la NRC, los descubrimientos de FEMA constituirán una presunción refutable en cuestiones de adecuación y capacidad de implementación”. FEMA tiene un papel prominente en nuestro proceso de licencia por su experiencia con esta cuestión. Sin embargo, ante la nueva regulación, FEMA no tendría autoridad para evaluar la adecuación de los planes de emergencia en exteriores. Además de los problemas identificados por FEMA, hay otros problemas importantes con la nueva desregulación.
En primer lugar, la lógica de la metodología para determinar el área de una EPZ propuesta podría aplicarse a reactores ya construidos, reduciendo sus niveles de protección. Como indica el Comité asesor para la protección de reactores:
“La nueva normativa para los reactores pequeños no se basa en ninguna cuestión técnica, y podría llegar a aplicarse a cualquier reactor sin importar su tamaño. Durante nuestras reuniones, el personal reconoció este problema”. De hecho, la regulación propuesta deja la puerta abierta a ser aplicada a otro tipo de reactores, lo que conduciría a menor seguridad en todo el sector.
En segundo lugar, la desregulación propuesta no tiene en cuenta la posibilidad de accidentes que afecten a más de un módulo del pequeño reactor. Aunque algunos diseños contemplan la probabilidad de varios reactores en la misma central, la metodología de las extensiones de la EPZ consideran cada reactor de manera aislada. Esto ignora una lección esencial del accidente de Fukushima: que varios desastres naturales pueden afectar a la central. Bajo la nueva regulación, se define a un reactor pequeño como un reactor energético que produce menos de 1000 megavatios-térmicos. La energía térmica combinada que se produce en dos reactores pequeños sería más grande que las de algunas centrales nucleares de los EEUU. Pero, de seguir adelante el nuevo plan, cada módulo delimitaría su propia EPZ sin considerar al que tiene literalmente al lado.
“La nueva normativa para los reactores pequeños no se basa en ninguna cuestión técnica, y podría llegar a aplicarse a cualquier reactor sin importar su tamaño. Durante nuestras reuniones, el personal reconoció este problema”. De hecho, la regulación propuesta deja la puerta abierta a ser aplicada a otro tipo de reactores, lo que conduciría a menor seguridad en todo el sector.
En tercer lugar, y al contrario que la regulación existente para las centrales actuales, la propuesta “no definiría la frecuencia requerida para ejercicios y simulacros” para prepararse ante emergencias. Como resultado, las propietarias de los reactores pequeños no tendrán que realizar al menos un simulacro cada dos años. El personal de la NRC no ha considerado nunca un paradigma así.
Finalmente, la propuesta eliminaría las rutas seguras de las EPZ. La FEMA no ha proveído de ninguna evaluación ante este cambio. Tampoco se ha producido ninguna discusión sobre la efectividad de respuestas ad hoc ante emisiones de radioactividad. Es más, corremos el riesgo de que se cancele cualquier ruta, incluso para las centrales ya existentes.
Por estas razones, no apoyo seguir adelante con esta desregulación. La NRC necesita un reglamento que provea de certeza regulatoria ante potenciales solicitudes de licencia y reconocer que los pequeños reactores y otros más convencionales necesitan de los planes de emergencia adecuados. No tiene sentido tener un reglamento por escalas que pueda rebajar la seguridad ofrecida para, y alrededor de, estas instalaciones. En vez de esto, la NRC debería apostar por un reglamento como el siguiente:
Los reactores pequeños, y algunos con una potencia térmica superior a los 20 megavatios podrían obtener una EPZ de dos millas, mientras mantengan una dosis estándar a lo largo de esta distancia. Una EPZ de dos millas reconoce que estas nuevas tecnologías podrían ser más seguras que los reactores de anteriores generaciones, al tiempo que asegura que habrá planes de emergencia radiológica para exteriores y, de este modo, proveer una defensa certera ante la posibilidad improbable de un accidente severo.
Teniendo en cuenta el potencial para desarrollos tecnológicos futuros, debería haber una EPZ alternativa inferior a las dos millas disponible si la NRC, la FEMA y el estado están de acuerdo en que la EPZ alternativa proveería de una respuesta efectiva y adecuada en caso de una emergencia radiológica severa.
Esta normativa debería incluir una delimitación del espacio de la EPZ que tenga en cuenta la posibilidad de accidentes que afecten a más de un módulo del reactor pequeño, proveyendo de una ruta de seguridad lo suficientemente grande, y manteniendo unos requerimientos existentes para conducir un simulacro cada dos años y la serie completa cada ciclo de 8 años.
Los reactores pequeños y algunos con una potencia térmica superior a los 20 megavatios o menos serían elegibles para una EPZ, mientras mantengan el estándar de dosis a lo largo de su extensión. Los reactores de este tamaño, que son en esencia micro-reactores, presentarían consecuencias de accidentes comparables a los tests e investigaciones realizadas hasta ahora, independientes de los requerimientos para planes de emergencia en exteriores.
Los reactores más grandes, así como los pequeños que no mantengan esta dosis estándar en una EPZ de dos millas, mantendrían una EPZ de 10.
Es mi opinión que esta reglamentación funciona mejor. Reconoce el potencial para mejores diseños con menos riesgos, mientras que mantiene una férrea defensa para proteger el público. Se basa en 40 años de experiencia con planes de emergencia en vez de ignorarla. Durante el periodo de deliberación, varias partes tendrán la oportunidad de ofrecer sus perspectivas sobre cómo proceder, enriqueciendo con su ejemplo esta regulación.
Traducción de Raúl Sánchez Saura.