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Extremadura
El Convento de las Concepcionistas de Mérida: de colonizadores, aristócratas y alcaldes en dictadura hasta VOX
“El convento de la Concepción de Mérida, en la provincia de Badajoz, se fundó gracias a la persona de Francisco Moreno de Almaraz, un emeritense que hizo fortuna en América, amigo y compañero de armas de Francisco Pizarro en la conquista y pacificación de Perú”. Así narra el Portal de Archivos Españoles la historia del Convento de la Concepción en Mérida, institución en disputa durante los últimos años en la capital de Extremadura.
Resumidamente, Francisco Moreno de Almaraz, colonizador en el grupo que dirigía Francisco Pizarro en 1588, mandó dinero desde Cuzco para construir un convento en su pueblo natal, Mérida. Debido a su muerte en 1585, no vio realizada su obra, aunque se cercioró de dar cobijo en el convento a las Madres Franciscanas de la Limpia Purísima Concepción, así como de establecer que sus descendientes conservaran en propiedad el establecimiento religioso. Su línea sucesoria, de más de cuatrocientos años, llega en la actualidad a la familia López de Ayala de Mérida, quienes mantuvieron el mayorazgo con carácter hereditario.
Su línea sucesoria, de más de cuatrocientos años, llega en la actualidad a la familia López de Ayala de Mérida, quienes mantuvieron el mayorazgo con carácter hereditario
Desde la firma de las escrituras de los descendientes en 1598 hasta nuestros días, el convento ha experimentado multitud de circunstancias: auge en 1630, crisis y casi destrucción en 1808, supervivencia en el período de las desamortizaciones, apoyo gubernamental en el siglo XIX, conversión en escuela durante la República, cuartel en la Guerra Civil, prosperidad en la dictadura de Franco o edificio de congregación en la Democracia. Tal y como recoge el Portal de Archivos Españoles, las religiosas concepcionistas terminarían abandonando el edificio en 2009, “debido a su imposibilidad económica para mantener el edificio, y al escaso número de vocaciones. Las últimas religiosas se trasladan al convento franciscano de Mairena de Aljarafe. Desde entonces el edificio está cerrado e inactivo (…) Desde 2010, los actuales descendientes del fundador, la familia López de Ayala en Mérida, están reclamando sus derechos sobre el edificio”.
La disputa por el inmueble
En noviembre del año 2010, las Madres Concepcionistas abandonaron la ciudad de Mérida. La posesión de la manzana —que abarca la calle Concepción, Santa Beatriz de Silva, San Francisco y la Plaza de la Constitución—, se convertía, tras la salida de las religiosas, en terreno en disputa.
De un lado, la familia se acogía al patronato de Moreno de Almaraz y a los derechos de reversión; para ello, contaban con escrituras que databan del siglo XIX. De la otra parte, la abadesa de la congregación afirmaba tener un documento que acreditaba la cesión de derechos del convento a favor de las monjas.
En 2018, tras la discusión legal entre las monjas y la familia acerca de la propiedad del espacio, las primeras, reglamentariamente propietarias de los 3000 metros cuadrados, acordaron su venta al Ayuntamiento por 847.000 euros. Hoy día, la corporación municipal pretende hacer del recinto “un pulmón verde en el centro de la ciudad, con jardines y plazas pequeñas”, según palabras de la delegada del PSOE Carmen Yáñez. Para ese fin, una empresa se encargará de la rehabilitación (no exenta de polémica) del espacio.
Desde el mecenazgo del colonizador en el siglo XVI hasta la actualidad, los apellidos en el árbol genealógico de Francisco Moreno de Almaraz son prácticamente inabarcables. Paralelamente a esa sucesión de apellidos compuestos, sí podemos observar el agolpamiento de títulos nobiliarios, condecoraciones, marquesados, propiedades y dinero, mucho dinero.
Paralelamente a esa sucesión de apellidos compuestos, sí podemos observar el agolpamiento de títulos nobiliarios, condecoraciones, marquesados, propiedades y dinero, mucho dinero
Se habrán cerciorado los lectores y las lectoras que, en los familiares más cercanos a nuestros días, aparece un apellido muy popular en la ciudad emeritense: los López de Ayala. Parques y calles tributan honores públicos a la familia, pero, ¿quiénes son? ¿De dónde vienen? ¿Cómo llegaron a ostentar una de las manzanas más céntricas de Mérida? ¿Cuál es el hilo que les conecta al colonizador?
Francisco López de Ayala y de la Vera, alcalde de Mérida en la Dictadura de Primo de Rivera
Francisco López de Ayala y de la Vera nació en 1893. Licenciado en Derecho, procedía de familia de larga tradición en el control y la propiedad de la tierra, siendo él mismo un significativo ganadero (Mérida durante la II República y la Guerra Civil, de Juan Carlos López Díaz). Para ilustrar su poder, sirve el Registro de la Propiedad Expropiable, cuyos datos reflejan que, en el primer tercio del siglo XX, sólo diez propietarios sumaban el 56% de la propiedad expropiable del término municipal de la ciudad. Francisco López de Ayala y de la Vera poseía 1497 hectáreas. La familia de los Vera era la más rica de la ciudad.
Políticamente conservador, López de Ayala y de la Vera, fundador y presidente provincial de Acción Popular, llegó a ser alcalde de la ciudad de Mérida al final de la década de los años veinte, cargo que representó hasta el 26 de febrero de 1930. Es decir, fue alcalde emeritense durante la dictadura de Primo de Rivera. Entre otros hitos, propició la venida de tropas militares y la cesión de terrenos para la edificación de cuarteles; entre sus propiedades heredadas destacan la finca Pachena (Jaén), Alberquilla (Guareña), Abadías y Talantosa (Mérida), Caballeros (Badajoz), La Vega de Toro (Solana de los Barros), y un largo etcétera de pertenencias inabordables.
Llegó a ser alcalde de la ciudad de Mérida al final de la década de los años veinte, cargo que representó hasta el 26 de febrero de 1930. Es decir, fue alcalde emeritense durante la dictadura de Primo de Rivera
En la Guerra Civil, fiel a los sublevados, buscó la protección de Gonzalo Queipo de Llano, uno de los militares represores más sanguinarios y crueles de la contienda. López de Ayala fue asesinado en 1936. Fernando Delgado, en su libro La guerra civil en Mérida, publica una carta de su mujer al General Queipo de Llano donde denuncia los “salvajismos que aquí cometieron las hordas rojas”. La carta mecanografiada termina así: “La que aquí abajo firmamos somos todas Madres unas, y viudas otras de los Mártires que supieron dar sus vidas por Dios y por la Patria. Nos despedimos de V.E. dando un viva Cristo Rey, un viva a España, un viva al general Queipo de Llano y al Ejército salvador y al Generalísimo Franco”.
En la Guerra Civil, fiel a los sublevados, buscó la protección de Gonzalo Queipo de Llano, uno de los militares represores más sanguinarios y crueles de la contienda
En la Rambla de Santa Eulalia de Mérida, un parque lleva su nombre. En el plano personal, López de Ayala y de la Vera contrajo matrimonio con Margarita García de Blanes Pacheco, hija de Román García de Blanes y Osorio Margarita Pacheco y Lerdo de Tejada. La familia compuesta por ambos está muy ligada a la historia de Mérida, pues su (igual de inabarcable) linaje está relacionado con concejales, comisarios, coroneles, caballeros de órdenes militares, duques y gobernadores militares.
Francisco López de Ayala y de la Vera y Margarita García de Blanes y Pacheco tuvieron cinco hijos: María Dolores, Gonzalo (a la postre, Caballero de la Orden Militar de Alcántara), Francisco, María Josefa y Margarita. Uno de ellos, Francisco López de Ayala y García de Blanes, siguiendo la tradición de su padre, también fue alcalde de la ciudad de Mérida, pero esta vez bajo otra dictadura, la de Francisco Franco.
Francisco López de Ayala y García de Blanes, alcalde de Mérida durante la dictadura de Franco
Resumamos: la línea de sucesión desde Francisco Moreno de Almaraz llega hasta Francisco López de Ayala de la Vera, alcalde de Mérida durante la dictadura de Primo de Rivera, y de ahí, a su hijo, Francisco López de Ayala García de Blanes, también alcalde de la ciudad durante la dictadura de Franco.
Francisco López de Ayala y García de Blanes nació en 1920. Terrateniente, fue Caballero de las Órdenes de Alcántara y de Malta. Su ascendencia, como la de su padre y su madre, se remonta a siglos de historia. Gracias al Estudio histórico sobre una (otra) familia extremeña, Los Sánchez Arjona, sabemos que los López de Ayala provienen de la descendencia de los Sánchez Arjona y Vargas Zúñiga. Un linaje que, como mínimo, se sitúa en el siglo XVIII. También fue parte, por Orden de 1 de abril de 1964, de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio.
Terrateniente, fue Caballero de las Órdenes de Alcántara y de Malta. Su ascendencia, como la de su padre y su madre, se remonta a siglos de historia
Alcalde desde el 22 de octubre de 1957 hasta el año 1974, López de Ayala y García de Blanes se casó con Josefina Aretio Saéz. Tuvieron tres hijos: Francisco López de Ayala Aretio, José María López de Ayala Aretio y Margarita López de Ayala Aretio. Falleció en Mérida el 26 de febrero de 1995.
Una de sus sobrinas, hija de su hermano Gonzalo —también Caballero de la Orden Militar de Alcántara y de la Orden de Malta, presidente de la Hermandad Sindical de Labradores y Ganaderos de Mérida, presidente del Sindicato Nacional de Madera y Corcho y Diputado provincial—, es Margarita López de Ayala y Díez de Rivera. En las últimas elecciones municipales, figuró como cuarta en la lista del partido ultraderechista VOX.
Margarita Inmaculada López de Ayala y Díez de Rivera, cuarta en la lista a la alcaldía de VOX en Mérida
Margarita Inmaculada López de Ayala y Díez de Rivera nació en 1964. Hija de Gonzalo López de Ayala y García de Blanes y María Francisca Díez de Rivera y Escrivá de Romaní, sus apellidos están relacionados con la Real Maestranza de Caballería de Granada y tienen, como los de toda su familia, enlaces laberínticos que se remontan a siglos pasados.
El abolengo de su padre y abuelo ha sido destacado anteriormente; atendiendo al de su madre María Francisca, también nos encontramos ascendencias nobiliarias: ella es hija del matrimonio entre Pascual Díez de Rivera y Casares (Marqués de Valterra, Vicealmirante de la Real Armada, jefe de la Jurisdicción Central de Marina y Gentilhombre de Cámara del Rey Alfonso XIII) y María de Lourdes Escrivá de Romaní y de Sentmenat. (Marquesa de Espinardo y descendiente de los marqueses de Monistrol de Noya y de los condes de Alcubierre).
Margarita Inmaculada López de Ayala y Díez de Rivera estudió Farmacia, pero se dedica, como algunos de sus hermanos, al negocio inmobiliario en Madrid y a la explotación de la hostelería y la restauración en Badajoz. Formada en la Universidad San Pablo-CEU y, posteriormente, en la University of California (Berkeley), es directora de operaciones en COVAP (una empresa dedicada a la producción y comercialización de productos ganaderos), y tiene en propiedad numerosas tierras en Extremadura, como los 7.754 metros cuadrados en el término municipal de Mérida.
Tiene en propiedad numerosas tierras en Extremadura, como los 7.754 metros cuadrados en el término municipal de Mérida
Hace dos años, su hermano Francisco López de Ayala y Díez de Rivera fue objeto de noticia por distintos medios de comunicación al disputarse un título nobiliario (el título de barón de Bicorp, creado en 1392 por el rey de Aragón Juan I) con Ramón Serrano-Suñer (el cuñadísimo de Franco) y Genoveva de Hoyos y Martínez de Irujo, hija de los duques de Almodóvar.
En las elecciones de 2019, Margarita Inmaculada fue la candidata número cuatro en la lista del partido ultraderechista VOX a la alcaldía de Mérida.
Desde el mandato de construcción del Convento de las Concepcionistas por parte del colonizador Francisco Moreno de Almaraz en el siglo XVI hasta la candidatura a la alcaldía de Mérida de Margarita Inmaculada López de Ayala y Díez de Rivera en el siglo XXI, median quinientos años. Centenares de títulos nobiliarios, señoriales, aristocráticos, y siglos de linaje, estirpe y alta alcurnia, sobreviven al pasar de los años. Poco afecta si la saga está gobernada por un imperio o por una monarquía absolutista. Nada influyen guerras de independencia o reinados borbónicos. A sexenios democráticos y repúblicas, los apellidos compuestos perduran, impasibles, como si nada fuera con ellos. Dictadura o democracia, qué importa. Una manzana más o una manzana menos no altera la sucesión de casas, edificios, fincas, joyas, cuadros e inmuebles heredados de generación en generación. Gracias a un plan urbanístico, el espacio vuelve a ser del pueblo, pero queda claro que, convento o pulmón verde de la ciudad, como decía José Luis Sampedro, en este casino organizado por el sistema siempre ganan los mismos.