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Extremadura
¿Tibio otoño?
Lejos de procurarnos una mejor articulación de las organizaciones populares, y un aumento de la conciencia política ciudadana -como en Cataluña, Euskadi o Andalucía-, en Extremadura el sismo político nos ha traído la desorganización de la izquierda.
Tras estiaje de agosto comienza una etapa de movilizaciones para los sectores populares en el Estado español; pero, salvo quizás en Cataluña, su objetivo ya no consiste en modificar las estructuras sociales de la monarquía liberal, como llegó a plantearse el 15M, sino el más modesto de afianzar algunas reformas imprescindibles para evitar una regresión social y económica, como consecuencia de la crisis que dura ya más de 10 años. Y esto con la perspectiva de una crisis política irresuelta, que podría llevarnos a una inminente repetición de las elecciones generales, y cuya causa más evidente es la negativa del PSOE a llevar a cabo esas reformas: la ley de educación, el mercado laboral, la libertad de expresión, el sistema fiscal, la corrupción, la sostenibilidad económica y ambiental, etc., por mencionar algunos sectores públicos necesitados de revisión democrática.
Movimientos sociales
El día que el pueblo extremeño puso en jaque al Gobierno
Una vez quebradas las ilusiones de la movilización social del 15M, el desencanto cunde entre la ciudadanía. El sistema político ha mostrado su resistencia al cambio y los gobernantes buscan retornar al esquema del bipartidismo –modificado en sentido autoritario para resistir las consecuencias de la depresión económica-. Por eso, el ciclo de luchas que comienza este otoño parece el resultado de una necesidad sentida por los sectores más conscientes de la izquierda, ante la brutal crisis de civilización que puede ya avizorarse en el horizonte próximo. Mientras, el pueblo llano de nuestra región parece a la espera de los acontecimientos, tras el desencanto de los últimos años. Lejos de procurarnos una mejor articulación de las organizaciones populares, y un aumento de la conciencia política ciudadana -como en Cataluña, Euskadi o Andalucía-, en Extremadura el sismo político nos ha traído la desorganización de la izquierda.
Entre 150 y 200 personas animaron estas convocatorias presentándose en unos u otros actos… y muy pocos en todos
Prueba de ello es la pérdida de poder municipal por parte de IU y Extremeños. Y por otro lado, la escasa participación en los actos convocados este fin de semana, de carácter marcadamente extremeño: la convocatoria a celebrar el 40 aniversario de la lucha de Valdecaballeros, el día 6 de septiembre en Villanueva de la Serena; la tradicional concentración ante los actos oficiales del día de Extremadura en el Teatro Romano de Mérida el sábado 7; y la manifestación contra la central nuclear de Almaraz el domingo 8. Entre 150 y 200 personas animaron estas convocatorias presentándose en unos u otros actos… y muy pocos en todos.
La crítica situación histórica se ha presentado este año con toda su agudeza por los problemas ambientales, evidenciados en el cambio climático y los pavorosos incendios del verano: la Amazonía, África, Siberia y Alaska han ardido intensamente; y también nuestro vecino Portugal. Se pone así de manifiesto la inviabilidad de la sociedad capitalista de consumo. Y si bien en Extremadura tenemos a la mano un modelo de vida alternativo, fundado en la agricultura sostenible y la soberanía alimentaria, el desarrollo de industrias descentralizadas y el desarrollo del asociacionismo cooperativo, la deseabilidad de esas formas de vida todavía no ha penetrado en el imaginario social.
Los problemas sociales amenazan con recrudecerse el año que viene a través de una nueva recesión de la economía y una crisis financiera ya anunciada como probable
Pero además, los problemas sociales amenazan con recrudecerse el año que viene a través de una nueva recesión de la economía y una crisis financiera ya anunciada como probable. Así pues, la izquierda crítica tiene motivos suficientes para estar preocupada, ante la triple crisis que estamos viviendo –económica, política y cultural/ambiental-; pero no parece tener instrumentos para convencer al pueblo de la necesidad de la alternativa, y poner en marcha los mecanismos del necesario cambio social. Desembocamos así en el desencanto. Y lo peor es que a falta de una alternativa progresista creíble, vemos crecer los movimientos de derecha radical en Europa y en otras partes del mundo.
El ciclo de movilizaciones se ha cerrado en Extremadura sin traernos una renovación del tejido social y productivo, lo que se traduce en la frustración palpable en muchos sectores sociales. Pero tenemos cerca de nosotros, en la Península Ibérica, otras dinámicas que podría iluminarnos con su lucha para superar nuestros problemas. En Portugal, Euskadi, Cataluña, e incluso Andalucía a pesar del gobierno de derechas, vemos otras perspectivas de futuro; mirémonos en el espejo de los pueblos hermanos, y no en la fantasía de un capitalismo depredador que no tiene futuro, sustentado en España por un Estado corrupto. Sobre esa base tenemos que construir la movilización de este otoño y el horizonte de una nueva Extremadura.
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Pues creo que cometeis algunos errores...la mani conmemoracion de Valdecaballero en Villanueva de la serena fue el 1 de septiembre y no el 6. Y habia coordinacion entre 3 organizaciones.
La mani del 7 en Merida es la tradicional movilizacion contra las medallas de Extremadura que une a otras tantas organizaciones.
Y el 8 en Almaraz fueron 3 organizaciones las que convocaron.
El problema no son las organizaciones, que lo intentan y echan horas voluntarias por un tubo. EL PROBLEMA es de la gente que no se organiza ni mueve un dedo... Si mucha gente participara de las organizaciones, habria mas moilizaciones, más gente y más fuerza y podríamos hacer un otoño caliente....
Hay que animar y articular la lucha en la calle y más en Extremadura con un PSOE con mayoría absoluta y prepotente
Las distintas convocatorias que se citan ha sido algo irracional, diferentes concentraciones en un corto espacio temporal, totalmente descoordinada y cada colectivo apoyando la suya. Hace falta articular y coordinar el espacio crítico extremeño para tener multiplicar nuestra fuerza y presencia, con un consenso de reivindicaciones comunes y salir de nuestros pequeños espacios