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El falso éxtasis
El gamma-hidroxibutirato (GHB) se encuentra en espacios recreativos en forma de líquido salado y transparente que se vende en pequeños frascos. Aunque en ocasiones recibe el nombre de ‘éxtasis líquido’, la realidad es que no guarda ninguna relación con el éxtasis (MDMA). Se trata de dos drogas completamente distintas en cuanto a su farmacología, sus efectos y sus riesgos, pero esta confusión puede dar lugar a problemas.
PREGUNTA: ¿En qué se diferencia el éxtasis en pastillas del éxtasis líquido?
El gamma-hidroxibutirato (GHB) se encuentra en espacios recreativos en forma de líquido salado y transparente que se vende en pequeños frascos. Aunque en ocasiones recibe el nombre de ‘éxtasis líquido’, la realidad es que no guarda ninguna relación con el éxtasis (MDMA). Se trata de dos drogas completamente distintas en cuanto a su farmacología, sus efectos y sus riesgos, pero esta confusión puede dar lugar a problemas.
El GHB se consume diluyendo el contenido líquido del bote en cualquier bebida. Sus efectos tardan entre 20 y 45 minutos en presentarse, y en dosis recreativas son relativamente parecidos a los de dosis moderadas de alcohol (euforia moderada, desinhibición, hilaridad...), y se prolongan de 2 a 4 horas. En esas dosis (entre 1 y 2 gramos) los efectos adversos son de escasa importancia.
El GHB actúa como un depresor del sistema nervioso central, al igual que otras drogas como el alcohol, los opiáceos o las benzodiacepinas (medicamentos tipo Valium®, Tranxilium®, Orfidal®...). Al tomar dosis excesivas de un fármaco depresor, se produce somnolencia, obnubilación, sueño profundo o incluso el coma.
Éste es uno de los riesgos más importantes del GHB, ya que pequeños incrementos en las dosis pueden dar lugar a efectos muy intensos. Es casi imposible conocer la cantidad de GHB que puede contener un frasco (excepto si lo elabora uno mismo o cuenta con un proveedor de absoluta confianza). Es algo parecido a beber un vaso de una bebida alcohólica sin saber si se trata de sidra, cerveza o tequila.
Los episodios de somnolencia excesiva o pérdida de conocimiento, que llegan incluso al coma profundo, son relativamentefrecuentes en usuarios de GHB. El uso simultáneo de alcohol, incluso en cantidades moderadas, incrementa de forma significativa este riesgo. Estas situaciones suelen resolverse bien de forma espontánea al cabo de pocas horas. Pero ante una intoxicación importante (alguien aparentemente dormido, que no responde al hablarle o al moverle) es imprescindible la intervención de servicios médicos para evitar posibles complicaciones.
En los medios, el GHB se ha presentado en ocasiones como ‘la droga de la violación’, que algunas personas ponen en la bebida de sus víctimas con el objetivo de cometer abusos sexuales. Al respecto, cabe señalar que los casos documentados reales son anecdóticos. Aparte de las dificultades de tipo práctico, el mito de “me han echado algo en la bebida” es la excusa perfecta para justificar un consumo de drogas delante de padres o médicos.
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