We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Memoria histórica
Manuel Huet y la clandestinidad libertaria en Francia
Saludos gente que lee. Aquí estoy por fin, tras un parto que no sé cuanto ha durado, pero que se ha demorado varios años. Y después de los dolores, ¡¡los placeres!!
Tras una gestación pesada, con pandemia de por medio, con testigos directos que morían por la misma, o simplemente por la edad. Y nuestras fronteras cerradas. Ya no las estatales, si no las de esas pequeñas repúblicas (dependientes o independientes) que eran nuestras casas o nuestras vidas. Tras montones de ilusiones y desilusiones puestas en el proyecto, con momentos vertiginosos y otros de ralentización desesperante.
Tras tantas respuestas vagas a la eterna pregunta de ¿y pa cuando sale el libro?, por fin puedo decir, ¡¡el libro ya está aquí!!
Un proyecto que nació casi sin querer, cuando en mi eterna búsqueda de información sobre la guerrilla libertaria, apareció un personaje que rondaba muchas de las cosas que yo buscaba. Y me dije, hostia, igual aquí sale una historia larga, con el miedo que me daban por aquella época. Así que miré de reojo unas cuantas veces las fotos del tipo en cuestión, y debió echarme una sonrisa, pues me lancé a la aventura. Me dije que si no encontraba mandanga de la buena, haría 5 o 6 entradas para el blog, y que si por casualidad mi constancia, y sobre todo la suerte, daban con una buena historia, igual era el momento, para sin aparcar los artículos del blog, de lanzarme a la aventura de escribir un relato largo.
Hoy mismo me preguntaron cual fue la razón de haberlo hecho. Y creo que mi respuesta ha sido bastante sincera. Me gusta mucho leer, y me encantaría que alguien lo hubiera escrito para poder haber disfrutado con su lectura. Y como nadie lo escribió, pues me ha tocado hacerlo a mi. El resultado ha sido El ángulo muerto. Así que no engaño a nadie, lo he escrito para mi disfrute. Primero he disfrutado como un cosaco con la investigación, y luego ya he disfrutado un poco menos con su escritura, pues es duro reconocer que cuando empiezas, escribes como una mierda, y solo tras muchas correcciones y consejos, aquello empieza a ser una cosa legible. Gracias a todas las personas que os habéis tragado los primeros tochos ilegibles y no me habéis mandado a tomar por culo de la misma.
También he gozado a manta con algunas de las entrevistas, y gentes que he tenido que buscar para que me contaran cosas. Gracias mil a quienes me abristeis vuestras vidas y vuestras historias, sin importaros demasiado quien era aquel tipo con aspecto de punk de cresta gris. Gracias también a quienes me habéis llevado hasta dichas personas. Y las ilusiones perdidas, cuando llegas tarde, y ya sea por desconfianza, enfermedad, o aparición de la parca, comprendes que esa parte de la historia no llegarás a saberla nunca.
Pero cuando no encuentras quien te cuente, siempre quedará el archivo. ¿Quien me iba a decir que iba a soltar gritos de alegría en alguno de dichos lugares, tras encontrar alguna joyita inesperada? Mare de deusto la cantidad de papeles que he leído estos años.
Y empiezas a escribir, y a tachar, y reescribes. Y lees y no te gusta, o no se entiende bien. Y escribes, y lees, y está mejor. Y así unas cuantas veces hasta que te decides a pasárselo a alguien para que corrija y te aconseje. Y otra corrección, y una ayuda inesperada, y otra puerta que se cierra, y mucha ayuda de tu gente, y nervios, y una información interesante nueva, pero en algún momento hay que cerrar el texto, y busca editorial, y algún “esto no hay por donde cogerlo”, y algún silencio, hasta el ansiado “Sí”.
Y en este momento, con la criatura aún sin nacer, se la pasas a otra gente, y otra corrección, y la maquetación, y el onomástico, y los gráficos, y la cubierta, y la imprenta y aaaaaarrrgggghhhh... y de repente está aquí.
Bueno, ya he vomitado todo lo que tenía dentro, ahora igual es el momento de hablar un poco sobre el libro.
El ángulo muerto es la historia de un anarquista de acción, cuyo protagonista es Manolo Huet “el Murciano”. Emigrado desde joven a Barcelona, pronto se distinguió en las luchas sociales, que en aquella época, tenían la peculiaridad de tirar más de pistola que de batucada, pues el enemigo no se andaba con chiquitas. Así que este taxista del barrio chino, pronto se codeó con la flor y nata de la pistola obrera de Barcelona. Las larguísimas huelgas del transporte fueron su universidad, y parece que se doctoró con nota. Luchó en las calles de “la rosa de foc” durante los días de julio del 36, para luego incorporarse a las Milicias del Transporte y posteriormente a los batallones de Transporte Automóvil.
La perdida de la contienda civil le hizo pasar a Francia, y como buen buscavidas, eludió los campos franceses. Instalado en Sète, pronto se integró en las redes de evasión. Que se encontrara con Paco Ponzán fue sólo cuestión de tiempo. Mientras las redes crecían en tamaño y efectividad, también lo hacían sus contactos. Y gracias a uno de estos contactos, es como entramos en lo que puede ser la siguiente parte del libro.
Como no podía ser de otra manera, Manolo Huet acabó encontrando a Laureano Cerrada, o quizás fue al revés. Ya se conocían desde principios de los años 30, pues ambos vivían y luchaban en el Poble Nou, uno de los barrios obreros de la Barcelona anarquista. Atracador el uno, falsificador el otro y férreos seguidores ambos de la actividad clandestina. A partir de aquí nos sumergimos en el torbellino. Iremos de los bajos fondos de Marsella a ocultas calas genovesas en busca de armas. Atravesaremos los Pirineos entre nevadas o perseguidos por perros de las patrullas nazis. Veremos como se detiene a mucha gente y sabremos de muchas fugas. Seguiremos a judíos apoyados por los nazis, y daremos algunas pinceladas de lo que fue el enorme aparato clandestino que se gestó en Francia con el fin de acabar con el franquismo. Pasaremos de la falsificación de todo lo falsificable a intentar bombardear a Franco. Del robo de obras de arte al nefasto atraco de Lyon. Nos moveremos entre la amistad sin reservas y la traición. Y por si acaso os está pareciendo una historia aburrida, mientras lo focos siguen a las estrellas del reparto, irán apareciendo espías de diversas nacionalidades, antiguos partisanos, los blindados de “la Nueve”, o quien fue uno de los mejores amigos de Huet, que no era otro que Quico Sabaté.
He tratado de recuperar los nombres de muchas personas, de las cuales poco o nada se sabía, o que simplemente otros habían tratado que olvidáramos, y el sacarlos de ese olvido, es una cosa que me ha reconfortado enormemente.
Por último, intentando evitar que todo este trabajo fuese un “campo de nabos” he tratado de seguir las historias de numerosas mujeres (aunque ya sabéis que nunca las suficientes), ya sea en las calles de Barcelona, en las redes de evasión o las de falsificación, o en las vidas mismas de la gente que aparece en este trabajo, pues ellas, al igual que Huet, siempre están en el ángulo muerto, fuera del foco principal donde fija su objetivo la cámara.
He aportado todo lo que sabía y he tratado de hacerlo de la mejor manera posible. Eso sí, el resultado final lo tenéis que decidir vosotras y vosotros tras su lectura... ¿Ha merecido la pena? Yo creo que sí.
Pues nada más, salud, memoria, y buena lectura.
Ficha técnica:
Editorial: Piedra Papel Libros
Autor/a: Ni cautivos ni desarmadas
Páginas: 334
Medidas: 210mm x 130mm
Precio: 19 lauros
Lugares de distribución: Los habituales de Piedra Papel Libros, más algunos que iré añadiendo en breve, sobre todo en La Rioja y que trataré de haceros saber.