Feminismos
Marxismo y Feminismo

Paradójicamente, los mismos movimientos que mantienen a la izquierda con vida son justamente a los que se culpa de su parálisis.

reconocimiento y redistribucion
1 ene 2018 12:30
Judith Butler responde a algunas de las preguntas y críticas que nuestro artículo anterior ha originado.

<<Es evidente que algunos de estos argumentos dan por supuesta de un modo más o menos implícito la idea de que el post-estructuralismo ha bloqueado al marxismo, y que actualmente cualquier posibilidad de ofrecer explicaciones sistemáticas de la vida social o de sostener normas de racionalidad, ya sean objetivas, universales o de ambos tipos, está seriamente bloqueada por un post-estructuralismo que se ha adentrado en el campo de la política cultural, en el que opera como una corriente destructiva, relativista y políticamente paralizante […]

¿Cómo se relaciona esta separación que se pretende realizar con la afirmación de que los nuevos movimientos sociales han dividido a la izquierda, nos han despojado de los ideales comunes, han fragmentado el campo del conocimiento y del activismo político y reducido este último a una mera afirmación y defensa de la identidad cultural? La acusación de que los nuevos movimientos sociales son «meramente culturales» y que un marxismo unitario y progresista debe retornar a un materialismo basado en un análisis objetivo de clase presume en sí misma que la diferencia entre la vida material y cultural es algo estable. Esta apelación a una distinción aparentemente estable entre la vida material y cultural pone claramente de manifiesto el resurgimiento de un anacronismo teórico que ignora las contribuciones que se han hecho a la teoría marxista desde que Althuser […]>>

Viejas preguntas para un nuevo año:

<<¿Cómo es que dicha división entre lo material y lo cultural se invoca de modo táctico precisamente para marginar a ciertas formas de activismo político? ¿Y cómo actúa la nueva ortodoxia de la izquierda hombro con hombro con un conservadurismo social y sexual que aspira a relegar a un papel secundario las cuestiones relacionadas con la raza y la sexualidad frente al «auténtico» asunto de la política, produciendo una nueva y extraña combinación política de marxismos neoconservadores?

¿Sobre qué principios de exclusión o subordinación se ha erigido esta pretendida unidad? ¿Con qué velocidad nos olvidamos de que los nuevos movimientos sociales basados en principios democráticos se articularon como una reacción en contra tanto de una izquierda hegemónica, como de un centro liberal cómplice y de una derecha realmente amenazadora? Los que ahora se lamentan de la emergencia de los nuevos movimientos sociales semiautónomos y les confieren intereses identitarios estrechos, ¿han tenido realmente en cuenta en algún momento las razones históricas de su emergencia? ¿Acaso no se reproduce esta situación sencillamente con los recientes intentos de restablecer lo universal por decreto, ya sea empleando la precisión imaginaria de la racionalidad habermasiana o mediante las concepciones del bien común que priorizan un concepto de clase racialmente neutro? ¿Acaso el propósito de la nueva retórica de la unidad no es sencillamente el de «incluir» a través de la domesticación y la subordinación, precisamente a aquellos movimientos que, en parte, se formaron en oposición a dicha domesticación y subordinación, demostrando que los defensores del «bien común» no han sido capaces de interpretar la historia que ha dado lugar a este conflicto?

Paradójicamente, los mismos movimientos que mantienen a la izquierda con vida son justamente a los que se culpa de su parálisis… Sin embargo, para que una política «inclusiva» signifique algo distinto a una nueva domesticación y subordinación de dichas diferencias, será necesario desarrollar un sentido de alianza en el curso de una nueva forma de encuentro conflictivo. Si los nuevos movimientos sociales se piensan como un sinnúmero de «particularidades» en pos de un universal aglutinador, será necesario que nos preguntemos cómo el precepto de un universal llegó a conformarse únicamente a costa de borrar los modos de funcionamiento previos del poder social. Esto no quiere decir que los universales no sean posibles, sino que lo son sólo en la medida en que se abstraen con respecto a los lugares en los que se sitúa el poder […]

Culpar a los nuevos movimientos sociales de su vitalidad, como han hecho algunos, equivale justamente a negarse a entender que el futuro de la izquierda tendrá que construirse a partir de movimientos que exijan una participación democrática; y que cualquier esfuerzo de imponer la unidad a estos movimientos desde fuera será rechazado nuevamente como una forma de vanguardismo dedicada a la producción de jerarquía y disenso que generarán la misma fragmentación que, se asegura, proviene del exterior […]>> (exterior de la clase obrera, por ejemplo).

Y aquí la respuesta de Silvia Federici resumida.

Urte Berri on!

Referencias:

Para una profundización sobre “producción y reproducción” seguir leyendo “¿Reconocimiento o Redistribución?” de Fraser y Butler (publicada a finales de los 90 y reeditada por Traficantes en 2016), y por supuesto a las feministas marxistas y socialistas, desde Kollontai y Zetkin a Della Costa, Hartman, Rubin, Mies y Federici pasando por Haraway, Spivak y Davis, entre otras.

Para una profundización en la idea de que “hombre y mujer” son clases socio-políticas y socio-económicas, además de las anteriores, recomiendo las corrientes de feminismo radical, trans-feminismo y la base teórico-filosófica de la teoría Queer y en concreto El pensamiento heterosexual de Monique Wittig.

Para una diferencia entre posmodernidad y post-estructuralismo, Baudrillard, Lyotard, Derrida, Bauman y Rorty (para posmodernidad) y Foucault, Donzelot, Bourdieu y Butler (para post-estructuralismo, basado tanto en el marxismo como en el estructuralismo).

Arquivado en: Marxismo Feminismos
Sobre o blog
Espacio colectivo para contradecirse sobre politica. Eso sí, con ritmo y poesía #POLIRIKA
Ver todas as entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

LGTBIAQ+
Juicio el 9 de mayo Lidia Falcón pide cinco años de cárcel a una mujer trans por un tuit de 2021 que no la menciona
La activista antiderechos Lidia Falcón denunció a Diana Juan Cano en 2021 por un tuit que apenas tuvo repercusión. La acusación pide una pena de cinco años de prisión y 50.000 euros de indemnización.
Opinión
Opinión Las sáficas también somos trans, deseamos trans y amamos trans
Resulta irónico que a quienes tanto nos han cuestionado la identidad de “mujeres de verdad” en función de nuestra expresión de género o la vida que decidimos emprender no levantemos antorchas al ver el mismo odio operando con estrategias similares.
Reino Unido
Reino Unido La decisión del Supremo de Reino Unido da alas a la transfobia en un contexto antiderechos trans
Los términos “mujer” y “sexo” en la Ley de Igualdad se refieren únicamente a la mujer biológica y al sexo biológico, pese a que esta especificación no aparezca de forma literal en el texto.
#5831
3/1/2018 1:50

Milesker Butlerreko kopia pega ta aipatutako erreferentziengaittik, baina erantzun zehatzen aldean, oberena landutako kritika hau erantzutea dela uste dut https://borrokagaraia.wordpress.com/2017/12/29/marxismo-y-opresion-de-genero-respuesta-a-jule-goikoetxea-y-teresa-larruzea/
ondo izan

0
1
Teresa
11/1/2018 9:54

Hemen doa:
https://elsaltodiario.com/polirika/sobre-monoteismo-capitalismo-y-patriarcado-respuesta-a-kolitza

0
0
Sobre o blog
Espacio colectivo para contradecirse sobre politica. Eso sí, con ritmo y poesía #POLIRIKA
Ver todas as entradas
Laboral
Laboral Coidar sen dereitos: a loita das traballadoras nas residencias privadas de Galiza
Sen tempo nin medios para ofrecer uns coidados axeitados, alertan dunha situación insostible nos centros e denuncian a privatización dun servizo a costa do benestar das persoas maiores e dependentes.
Galicia
Galicia Vigo, A Coruña e Ourense mercaron material policial a Israel por medio millón de euros en só catro anos
O alcalde ourensán, Gonzalo P. Jácome, adxudicou un contrato por 70.000 euros días despois do sete de outubro. Abel Caballero asinou outro de máis de 200.000 euros e a alcaldesa da Coruña seguiu a estela cun contrato de 170.000 euros.
LGTBIAQ+
Juicio el 9 de mayo Lidia Falcón pide cinco años de cárcel a una mujer trans por un tuit de 2021 que no la menciona
La activista antiderechos Lidia Falcón denunció a Diana Juan Cano en 2021 por un tuit que apenas tuvo repercusión. La acusación pide una pena de cinco años de prisión y 50.000 euros de indemnización.
Francia
Francia Militantes e intelectuales exigen la absolución de Anasse Kazib, perseguido por su apoyo a Palestina
El Estado francés utiliza el tipo penal de “apología del terrorismo” para perseguir a personalidades y colectivos que han mostrado su apoyo a Palestina y su repulsa al genocidio cometido por Israel.
Medio ambiente
Medio ambiente Máis de 200 colectivos esixen transparencia sobre a mina Doade e piden a intervención do Parlamento Europeo
Organizacións de toda Europa, lideradas por SOS Suído-Seixo, esixen a Bruxelas acceso á documentación sobre a explotación prevista, denunciando opacidade, privilexios empresariais e risco ambiental en zonas protexidas de Galiza.

Últimas

Gobierno de coalición
Gobierno de coalición Sánchez piensa en un paréntesis legislativo para evitar roces con los socios tras una semana explosiva
El choque bronco por el caso de las compras de balas israelíes a cargo de Grande Marlaska puso sobre la mesa como nunca la ruptura de la coalición, aunque nunca fue una opción.
Opinión
Opinión “Tener correa” y la ridiculización del afecto
Existe una presión muy fuerte sobre los propios hombres para que no amen demasiado, no cuiden demasiado. El ideal de “libertad masculina” tradicionalmente se entiende como independencia, desapego, y muchas veces, desinterés.
Comunidad de Madrid
LGTBifobia Femen protesta contra las terapias de conversión en un acto de la familia de psiquiatras Rojas Estapé
El movimiento Femen ha querido denunciar públicamente la relación de esta familia con sectores ultraconservadores de la Iglesia y su postura abiertamente contraria a los derechos del colectivo LGTBIQ+
València
València Convocan una huelga general contra Mazón el próximo 29 de mayo
CGT, CNT, COS e Intersindical llaman a la movilización por la gestión de la Dana, los recortes y la situación de acceso a la vivienda.
Más noticias
Gasto militar
Gasto militar ¿De dónde sacará Sánchez el dinero para financiar el incremento del gasto en defensa?
La promesa de aumentar las partidas presupuestarias militares necesita redirigir 10.471 millones de euros para alcanzar el 2% del PIB. Cumplirlo este año abre a su vez un grave problema para hacerlo en 2026.
Opinión
Opinión Las sáficas también somos trans, deseamos trans y amamos trans
Resulta irónico que a quienes tanto nos han cuestionado la identidad de “mujeres de verdad” en función de nuestra expresión de género o la vida que decidimos emprender no levantemos antorchas al ver el mismo odio operando con estrategias similares.
Opinión
Opinión IA: un proyecto tecnosupremacista
La pregunta que me hice hace algunos años fue: ¿Por qué existe un evidente interés en “crear la cuestión de la IA”, cuando las tecnologías y las lógicas que la componen están ya operativas desde hace años?

Recomendadas

Guinea-Bissau
Internacional Guinea-Bissau arranca una ola de represión tras el sabotaje popular de una mina de arena en un parque natural
Una acción liderada por las mujeres del pueblo de Varela provocó un incendio en la bomba de extracción de la mina de arena pesada. El Gobierno ha llevado a cabo la detención de 16 personas, entre las que se encuentran líderes locales.
Turquía
Pinar Selek “Turquía sigue gobernada en base al miedo”
La profesora y socióloga turca, quien ha sufrido además de cárcel, un acoso judicial por 27 años, habla de la falta de independencia del poder judicial, del adoctrinamiento social y de la formación de la sociedad turca.
Medio ambiente
Medio ambiente Que papel xoga Abanca no proxecto da celulosa de Altri en Galiza?
A sociedade público-privada Impulsa Galica, que cimentou os primeiros plans da multinacional papeleira e Greenalia está participada fundamentalmente pola Xunta e polo banco que xurdiu da desastrosa fusión das caixas de aforro galegas.