Precariedad laboral
Los perros de Pavlov

La seguridad no existe y, aunque el coaching asegure que, si piensa en el éxito, el éxito vendrá, lo cierto es que no es cierto.

Economía colaborativa
Paula Llaves
22 mar 2019 06:11

Nunca hay que darle de comer a un perro cuando estás en la mesa.
—Bueno, por una vez tampoco creo que pase nada…
—¡Nunca!

Aseguraba que bastó una sola vez y, a partir de ahí y durante los siguientes 17 años, cada vez que se sentaba a comer, ella se apresuraba a buscar sus piernas, golpeando insistentemente con las patas hasta reclamar el justo cruce de pupilas, y lanzar la mirada desesperada y deseante que, de no estar sucedida de ese cuerpecito rollizo de oro bruñido al sol, habría valido como un indudable testimonio de hambre larga y años de penurias.

—Ven, anda… ¡Mira, mira el juguetito! —Y con otra voz—. Bueno, como os iba diciendo… Yo con esta pensé lo mismo: total, por una vez… Pero os digo una cosa, la perra antes esta ansiedad no la tenía. ¿Sabéis que pasa? Que una vez es suficiente para que, a partir de ese momento, aunque se lo niegues en mil ocasiones después, ella solo recuerde aquel día que sí le diste… Y a mí… pues me pasa lo mismo.

Nadie recuerda lo que le da igual, todos queremos olvidar las cosas desagradables, pero el goce se queda grabado a fuego y, no sabes muy bien por qué, el olor limpio a lejía austera en el portal de casa y la luz del sol en la mitad del cielo te hacen sentir libre y protegido, y la memoria no necesita perder tiempo en narrarte que tenías 8 años y volvías del colegio, y no tenías más responsabilidad que alimentar gorriones en el parque.

Ivan Pavlov hizo un experimento que consistía en hacer sonar un metrónomo antes de alimentar a sus perros. Al cabo de varias repeticiones, los perros salivaban solo con oír el metrónomo. A este aprendizaje por estímulo y respuesta lo llamamos “condicionamiento clásico”.

No es algo que solo le pase a los perros. El Homo sapiens (¡qué soberbia la nuestra!) se cree lenguaje, pero en el fondo somos animal sencillo. Apenas si tenemos seis, cuatro emociones básicas que danzan y se intercambian intentado que no tropecemos dos veces con la misma piedra, que no nos metamos en arenas movedizas y, en fin, que lleguemos, al menos, al final de la semana. No siempre sucede y ellas, las emociones, digo, se quedaron en la edad de piedra, demasiado ingenuas como para defenderse en estos juegos de humo y espejos.

Poca cosa somos y necesitamos poca cosa. Un poquito de seguridad y una alegría. Algo chiquito, unas risas, a lo mejor pasear por la mañana, sentirse querido y respetado, y ese punto de narcisismo sano cuando te dices en voz alta: “¡Coño! ¡Qué bueno me ha quedao el potaje!”.

El problema es que la seguridad no existe y, aunque el coaching asegure que, si piensa en el éxito, el éxito vendrá, lo cierto es que no es cierto, que por mucho que refuerce su “locus de control interno”, él es muy chiquito y está muy solo, y la voluntad no alcanza para detener el alud que vendrá. Y una empresa titánica comprará su edificio, o fagocitará su empleo o la banca dará un requiebro y no sabrá cuándo ni cómo escapar del oleaje, y, además, no hay tiempo para hervir garbanzos, y se le han negado todas las mañanas y ve a los amigos los viernes y los sábados siempre y cuando lo urgente respete lo importante.

La monotonía tediosa del mundo moderno ofrece soluciones virtuales a las desafecciones analógicas. Su página de Facebook ha sobrevivido tres mudanzas, el reconocimiento merecido aparece a través de corazones en pantallas de tres pulgadas. Y cuando la rutina administrativa se acaba, aparece la otra, la del videojuego, que ofrece un falso albedrío mientras lo arrastra de la mano por un camino de muchas horas que no lleva a ninguna parte. La del puzle mecánico que concede pequeños premios virtuales a la constancia… El miedo, la ira, el aburrimiento absoluto, son tangibles. Lo otro, el goce, son luces en una pantalla.

Y qué mala suerte tener buena suerte esa noche de martes. Qué faena que los diez euros de prueba del casino virtual se hicieran cien. (Dice una máxima anticapitalista: “Cuando el producto es gratis, es que el producto eres tú”. Qué pena no haberlo sabido antes…). Qué accidente romper esa barrera entre el espejismo y el oasis, cuando realmente estaba pasando un buen apuro. Qué putada encontrarse de pronto con esa angustia de perra y saber disimularlo. Saber pedir un préstamo a un amigo, un microcrédito online, rehipotecar su casa sin que nadie perciba un aliento a alcohol barato, o le vislumbre marcas en los brazos, o le adivine a través de la piel la calavera.

Qué cosas tienen las catástrofes… Cualquiera diría que surgen de la nada.

Arquivado en: Precariedad laboral
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Madrid
Madrid Los bomberos forestales esperan una solución tras 17 años de espera por un nuevo convenio
Denuncian salarios congelados de 1250 euros, la temporalidad y que no están protegidos ante el riesgo de agentes cancerígenos propios de los incendios.
Medios de comunicación
Precarización en Canal Extremadura Denuncian “la precarización” de Canal Extremadura en la cobertura del cónclave del Vaticano
Más de 100 trabajadores de los medios han denunciado ante la dirección del ente público la grabación del evento sin operador de cámara y con un teléfono móvil.
Sevilla
Educación Pública Las interinas e interinos de Andalucía convocan una huelga por la falta de proceso de estabilización
Más de 28.000 docentes, que componen el 20% de las plantillas educativas en Andalucía, no han estabilizado su puesto a pesar de décadas de trabajar en las aulas, el 14 de mayo inician una huelga para denunciar su situación
Feminismos
Feminismo Dous anos sen reparación tras sufrir lesbofobia nun Rexistro Civil de Pontevedra cando ían inscribir a seu fillo
Un funcionario negouse a inscribir ao fillo de Antía e a súa parella. Un erro de redacción na lei trans está detrás dos argumentos que o funcionario esgrime para defender a súa actuación.
Medio ambiente
Medio ambiente Iberdrola proxecta un parque eólico que pon en risco un dos maiores xacementos fortificados de Galiza
A Xunta vén de declarar a utilidade pública para o parque eólico Castro Valente, a pesar de que a súa construción está suspendida cautelarmente polo Tribunal Superior de Xustiza de Galicia.
O Salto medra contigo
Crowdfunding O Salto Galiza abre un crowdfunding para empapelar Altri
Queremos investigar os responsables políticos e empresarias do que podería ser o maior atentado ambiental da historia recente de Galiza.
Filosofía
Brais Arribas, filósofo “Non se trata de empoderar senón de disolver o poder”
Durante a conversa, o profesor reflexiona sobre a saúde da filosofía galega, o poshumanismo, as novas masculinidades ou a experiencia da pandemia.

Últimas

Alemania
Litigio climático Un tribunal alemán abre la puerta a que grandes emisores puedan ser responsabilizados de daños climáticos
El jurado descarta la demanda del agricultor peruano Saúl Luciano Lliuya por entender que el riesgo a su propiedad es demasiado bajo, pero esta misma argumentación podría llevar a condenas en otros casos.

Recomendadas

LGTBIAQ+
LGTBIAQ+ Unha casualidade, unha resposta masiva e un debate incómodo: a sentenza de Samuel Luiz en contexto
O 22 de maio, o TSXG ratificaba o veredicto do xurado popular e recoñecía que o asasinato de Samuel Luiz foi un crime motivado por LGTBIfobia. O caso supuxo unha mobilización sen precedentes.
Culturas
Erika Lust y Sara Torres “El deseo tiene una potencia inagotable para transformar la realidad si lo liberamos de las normas”
Sexo, deseo o ética del placer son algunos de los temas que hilan la escritora Sara Torres y la productora de cine porno Erika Lust en ‘La abundancia del deseo’.
Xunta de Galicia
Política A Xunta recibe ao embaixador de Israel en funcións mentres Gaza agoniza ao bordo da fame
O Goberno de Alfonso Rueda escenifica a súa boa sintonía coa Administración de Benjamín Netanyahu apenas unhas horas despois de que Israel bombardease unha escola que servía de refuxio e ordenase unha evacuación masiva en Gaza.