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Sanidad pública
Médicas de urgencias denuncian presiones para que acabe la huelga indefinida en Madrid
María —nombre ficticio— lleva trabajando para el Servicio Madrileño de Salud (SERMAS) desde hace 18 años. Asegura que jamás se imaginaba atravesar por algo así. Esta facultativa, que antes ejercía en el Servicio de Atención Rural (SAR) de Arganda del Rey, fue desplazada hasta el Punto de Atención Continuada (PAC) de Pavones, en el centro de Madrid, cuando el pasado 27 de octubre se estrenaba el plan del gobierno de Ayuso para reorganizar las urgencias extrahospitalarias. A partir de ese día, asegura, reina el caos. Lleva dos días ejerciendo en otro dispositivo, el de García Noblejas y, desde el departamento de incidencias de los PAC, perteneciente al SERMAS, le han comunicado que no sabrá su planilla futura hasta que no acabe la huelga.
El pasado 7 de noviembre médicos y médicas de estos dispositivos comenzaban un paro indefinido, respaldado por el sindicato médico AMYTS. Una huelga que cuenta con unos servicios mínimos del 100%. “El martes 8 de noviembre me mandan un burofax con menos de 24 horas de antelación y me avisan de que tengo que ir a trabajar un día que no está en mi planilla a otro centro como parte de los servicios mínimos: al PAC de García Noblejas. Durante esa guardia me comunican que me vuelven a asignar al sábado como servicios mínimos y les escribo un correo diciendo que yo quiero secundar la huelga. No me responden. Voy a trabajar el sábado 12 a García Noblejas”, relata María. “Tengo asignado un tercer día, que es hoy, también en García Noblejas. He llamado para saber más allá de hoy cuando trabajo. Me han dicho que el próximo jueves pero después no saben nada más y que todo esto está motivado por la huelga. Una vez que se acabe la huelga podrán hacer una planificación y tener una plantilla organizada”, expresa con indignación.
“Esta huelga es para evidenciar que no hay médicos suficientes y nos están haciendo hacer horas extras para que no se note que no había nadie planificado en algunos centros”
Misma respuesta, y confirmada por escrito en un correo electrónico al que ha tenido acceso El Salto, recibió otra facultativa de urgencias. “Mientras dure la negociación y estando vigente la huelga convocada desde el 7 de noviembre de 2022 no podemos facilitarle la planificación hasta final del ejercicio. Quedamos a la espera del acuerdo para poder informarle correctamente”, se lee en el email. Estrategia denunciada por trabajadores y confirmada por el sindicato médico AMYTS.
Ángel Bayo, portavoz de AMYTS y ex trabajador del SAR del Sureste, asegura que también ha recibido este correo. Se queja de que están recibiendo la información a golpe de email y a golpe de burofax. Denuncia una estrategia para someter al personal. “Nos parece bochornoso, un sometimiento absoluto. Parece que quieren agotar al personal, hacer lo posible para que acaben agotados y pidan salir de la huelga sin haber negociado nada”, valora.
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María asegura que, más allá del maltrato, se ha sentido “coaccionada”. “Me están incitando, entrelíneas, a que presione al sindicato AMYTS para que suspenda la huelga. Dejan caer que si quiero tener una vida normal más me vale conseguir que se desconvoque la huelga”, se queja. María indica que el día 27 de octubre, cuando empezaron a rodar los nuevos dispositivos de urgencias, les entregaron una planilla para noviembre y para diciembre. El SERMAS ha paralizado estas planillas con la excusa de la huelga.
Por ello, añade, está cubriendo días de servicios mínimos que no le corresponden. Asegura que en la última semana ha trabajado 51 horas, cuando en una semana normal debe de trabajar 32. “Nos están haciendo trabajar más horas que un reloj. Me están convocando para hacer servicios mínimos un día que no me toca trabajar y en un centro que no es el mío. Esta huelga es para evidenciar que no hay médicos suficientes y nos están haciendo hacer horas extras para que no se note que no había nadie planificado en algunos centros”, denuncia.
“A una compañera que estaba de baja mucho antes de la reapertura le han mandado a hacer servicios mínimos bajo amenaza de expediente”
Otra vuelta de tuerca
Desde la Plataforma SAR, agrupación de sanitarios y sanitarias que trabajaban en centros de atención rural y hoy están diseminados por toda la comunidad, denuncian que el de María no es un caso aislado. “Esta está siendo la norma en todos los compañeros que desplazaron de los SAR a los centros urbanos. A una compañera que estaba de baja mucho antes de la reapertura le han mandado a hacer servicios mínimos bajo amenaza de expediente”, expresa Isabel de Barrio, médica e integrante de esta plataforma, para quien la situación es “otra vuelta de tuerca más”, desde que el jueves 27 de octubre se reabrieran 80 centros de urgencias extrahospitalarias en toda la región con la plantilla de los 40 centros rurales. Un plan que se ha saldado con huelgas, dimisiones de altos cargos, renuncias de facultativos, y una masiva manifestación que recorría este domingo las calles de Madrid.
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“A muchos compañeros le están diciendo que no les pueden comunicar la planificación, porque como estamos de huelga, están organizándolo sobre la marcha”, confirma de Barrio. “No puede ser que tu tengas una planificación y ahora cada día estás con miedo de dónde vas a trabajar. Además, tú tienes derecho a una desconexión digital”, añade.
Mientras, desde el sindicato médico AMYTS informan de que han sido convocados mañana martes a las 13:00 horas por la Consejería de Sanidad para celebrar una reunión con el comité de huelga, en el que sería el primer encuentro entre ambas partes después del obligatoria de hace varios días para establecer los servicios mínimos, informan desde el sindicato.
Por el momento, las posturas están “bastante distanciadas”, después de la presentación de un quinto plan de modelo de urgencias extrahospitalarias. Un enésimo intento de la Comunidad de Madrid, rechazado por los cinco sindicatos presentes en la mesa sectorial el pasado viernes 11 de noviembre, ante la ausencia de plantilla suficiente para cubrir los 80 PAC. Este plantea la posibilidad de tres tipos de puntos de atención: puntos de continuidad de cuidados, que abrirían los findes de semana (16-18 centros) con apoyo de médico no presencial (esto es, con videoconsulta), puntos de continuidad de cuidados que abrirían con enfermería y celadora (10-12 centros) y con videoconsulta de facultativos y 49 puntos con equipos completos presenciales.
“Ya me espero cualquier cosa. Llevamos cinco propuestas de planes y cada uno más loco”, expresa Isabel de Barrio. “Deberían haber escuchado a la calle en la manifestación de ayer. Había más de medio millón de personas en la calle. Por fin la gente está diciendo en voz alta: hasta aquí hemos llegado”, advierte.