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Caza
La caza no es el centro de la economía rural
No existe una información concluyente en los informes económicos sobre Extremadura del impacto económico de la caza en nuestra Comunidad Autónoma; es más, si se computaran todos los gastos que generan al erario público y privado, los datos serían, probablemente, nada positivos.
Hubo un tiempo en que el ser humano era un ser más que vivía gracias a su entorno y moría a consecuencia de él. Formaba parte indisoluble de la naturaleza, de sus ciclos de vida y muerte, y siendo plenamente conscientes de ello, admiraba la vida como lo más precioso y celebraba la muerte como simiente y fuente de vida, con respeto, con admiración, ambas partes necesarias de un equilibrio necesario para la continuidad de la vida, siempre favoreciendo la vida.
Con el antropocentrismo nos fuimos separando cada vez más de la naturaleza, de nuestra propia naturaleza, y nos perdimos en nuestro propio ombligo, despreciando y esclavizando todo nuestro entorno a nuestro antojo, sin respeto, sin admiración, destruyendo todo lo sagrado que durante tanto tiempo ocupó nuestros cultos, sin que el objetivo principal fuera la continuidad vital. La fuente principal de todas las grandes crisis a las que nos enfrentamos hoy en día es la consecuencia de siglos de este antropocentrismo patriarcal: la desconexión casi irrecuperable que sufrimos con nuestra propia naturaleza.
La caza tenía sentido dentro de esa relación de vida y muerte con nuestro entorno, pero dejó de tenerlo cuando derivó hacia la masacre que alimenta el ego ocioso de un ser humano que se cree por encima de todo
Siglos de andar dándonos la espalda a nosotros mismos y de destruir y desnaturalizar nuestro entorno y nuestra relación con él. Una de las actividades más ritualizadas, importantes y sagradas era la caza; fuente de superación, de cooperación, de alimento y de respeto hacia la vida cercenada. La caza tenía sentido dentro de esa relación de vida y muerte con nuestro entorno, pero dejó de tenerlo cuando derivó hacia la masacre que alimenta el ego ocioso de un ser humano que se cree por encima de todo, que abusa y explota para su único beneficio ególatra y económico ese entorno que es su casa y esos seres con los que ya no le une ninguna relación natural. Pierde todo su sentido cuando se convierte en una finalidad en sí misma.
Caza
Autorizada otra montería en el Parque de Monfagüe durante los días del puente
La cacería se celebrará el día 7 de diciembre, coincidiendo con las jornadas festivas que traen a la zona a una gran cantidad de visitantes y amantes de la naturaleza.
Efectivamente, la caza tal como se practica y conoce hoy en día no es más que una fuente de muerte vacía, sin sentido, desequilibradora de ecosistemas, que solo pretende el beneficio personal de un sector de la población que en nada contribuye al bien común, ni al desarrollo de nuestro tan amado y tan olvidado mundo rural. ¿Es realmente toda esta muerte la que define a nuestro mundo rural? ¿Si la caza fuera la solución para el mundo rural, la base de su economía y desarrollo, acaso no estarían resueltos todos nuestros problemas ya? Tantos años de caza no parecen haber dado los resultados que parecen abanderar desde este sector.
El dinero que genera el sector cinegético no redunda en la economía local tanto como nos hacen creer
Es, por tanto, hora de cambiar la visión para que el horizonte sea distinto. El dinero que genera el sector cinegético no redunda en la economía local tanto como nos hacen creer. En su mayoría, sirve para nutrir y perpetuar la misma actividad de manera interna. No existe una información concluyente en los informes económicos sobre Extremadura y el impacto económico de la caza en nuestra Comunidad Autónoma, es más, si se computaran todos los gastos que generan al erario público y privado, los datos serían, probablemente, nada positivos. Además, es una actividad excluyente económica y socialmente.
La caza, tal y como existe hoy, genera desequilibrios en los ecosistemas eliminando los elementos de control, predadores, en pos de más y mejores trofeos, que son cebados y criados para mayor diversión y facilidad de los supuestos cazadores. Un amplio número de personas dentro del sector de la caza, hoy en día, se cree señor feudal del mundo rural, acometiendo día tras día delitos contra la fauna y flora y el medioambiente, que son patrimonio de todos y todas. La presión cinegética ha afectado directamente al declive de especies de caza menor como el conejo, la perdiz, la codorniz o la tórtola europea, y es responsable de sueltas de especies alóctonas que pueden competir y presionar todavía más a nuestras especies autóctonas. Muy especialmente en medios acuáticos para la modalidad de la pesca deportiva.
La caza hoy compite directamente en espacio y tiempo con la ganadería extensiva, y ayuda a fomentar la aparición de enfermedades en la fauna salvaje que terminan por afectar a este sector generando grandes pérdidas económicas y personales
La caza hoy en día genera abandono, muerte y/o maltrato de un número incalculable de perros dentro y fuera del sector cinegético, generando un problema social, ético y de salud pública en muchos casos. La caza hoy en día acapara tierras, hectáreas de terreno, que son inaccesibles para aquellos jóvenes que quieran retornar a trabajarlas. La caza hoy compite directamente en espacio y tiempo con la ganadería extensiva, y ayuda a fomentar la aparición de enfermedades en la fauna salvaje que terminan por afectar a este sector generando grandes pérdidas económicas y personales. La caza genera conflicto de intereses con sectores como el turismo rural (de naturaleza, de observación, de aventura, etc.), siendo este un sector económico en auge que supera la producción económica de la aquella.
Caza
Una Ley extremeña de caza que no ayuda a la caza
La propuesta de modificación de la Ley debatida el pasado mes de febrero en la Asamblea es insuficiente y no aborda la verdadera problemática relacionada con la cinegética.
Abramos los ojos, que no abusen de nuestra inteligencia, el mundo rural tiene muchos más retos de mucho más peso que la caza. Hace falta un mundo rural desarrollado, vivo, que genere oportunidades a la vez que mantiene su esencia. Que sea un espacio de respeto y convivencia, de valores de futuro. Un mundo rural en el que se trabaje en pos de la vida, y donde tengamos cabida todos y todas. Un mundo rural a la altura del siglo en el que vivimos. No, la caza no ha sido, no es ni será jamás el centro de la economía rural.
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-"Muere en un accidente de caza un menor de 13 años en Villalba de los Alcores": http://www.diariodevalladolid.es/noticias/valladolid/muere-accidente-caza-menor-13-anos-villalba-alcores_131599.html
-"Un cazador muere al tropezar y dispararse su arma en La Nucía": https://www.diarioinformacion.com/sucesos/2018/12/15/cazador-pierde-vida-disparo-altea/2098003.html
-"Muere un cazador en Teruel tras recibir un disparo fortuito de un compañero": https://www.heraldo.es/noticias/aragon/teruel/2019/01/21/muere-cazador-teruel-recibir-disparo-fortuito-companero-1288462-2261128.html
No quieras poner vendas.
La caza esta legalizada Y jestionada en su mejor medida.. Transportes, almuerzos, comidas pernoctar,. Cuidados de los perros,... Chip, vacunas, comida... Pago de cotos, federada, licencia, permiso de armas..... E.T.C...Mucha jente, mucho dinero..
No qjieras engañar, tu quieres estar un par de veces al año paseando, según decís para desconectar, y nosotr@s
A diferencia estamos todo el año, llueva, granice, nieve o aga sol... Y nuestros perros están muy bien cuidados y son felices, otros pobres sólo salen de casa dos o tres veces a la calle para hacer su necesidades y muchos dejados a su suerte cuando crecen o los dueños se van de vacaciones o por una u otra razón se les complica poder tenerlos en el piso.
Así que te vuelvo a decir
Qué no pongas vendas.
Sí, claro, por eso dejáis todo el campo sembrado con munición, plástico, plomo y demás contaminantes derivados de vuestra actividad asesina.
Hay mucho oscurantismo sobre todo lo que rodea a la caza, deberían publicar todos los datos referentes a esta actividad
El problema es que esos datos que deberían estar dirigido por las CCAA, se deja que sean los propios cazadores los que los recaben, y claro, la cabra tira pal monte
La verdad que la caza tiene muchas aristas y muchas caras. Yo vivo en una zona rural que es básicamente, toda ella, un coto de caza de mayor, donde viene a cazar gente de todas la península y de fuera de ella. Y genera cierta actividad económica, seguramente mucha menos de la que generaría si la tierra se destinara a otras actividades humanas... pero el abandono del campo es una realidad. Aquí, la caza se cuida, se le echa de comer, se guarda, se respetan las vedas... y constituye cierto atractivo turístico en cuanto que son un buen atrezo los ciervos, jabalíes y gamos en los paseos por el campo. Pero también genera bastantes problemas a los habitantes de la zona: en la agricultura, la transmisión de enfermedades al ganado extensivo, atropellos en carretera...
Entre los habitantes de estos pueblos también hay afición por la caza y su carne. Uno todavía puede percibir la caza como una actividad inserta en el vivir rural. No es tanto una necesidad, porque cualquiera puede comprar un kilo de pollo de a 3 euros, pero tampoco es un divertimento o un deporte, como tampoco lo es criar tus propias gallinas y tus propios pollos. Se me ocurre que el principal problema de la caza es pensarla como una actividad económica o un deporte, porque tiene implicaciones en las zonas rurales, en los ecosistemas que se destinan a esos fines e implicaciones morales. Pero también creo que sigue teniendo sentido en ciertos contextos, al margen de la actividad económica. Aunque últimamente está en boca de toda la sociedad la legitimación o no de esta actividad en función de si genera o no dinero, quizá porque las capas de la sociedad en que se genera ese beneficio económico son precisamente las capas que han hecho del beneficio su estilo de vida.