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Cine
Una película muestra la fragilidad de Labordeta, el cantautor que mandó a la mierda a la derecha en el Congreso
Al preestreno en Madrid esta noche de la película Labordeta, un hombre sin más han confirmado su asistencia algunas figuras prominentes del arco parlamentario orientado hacia la izquierda —Yolanda Díaz, Irene Montero, Pilar Alegría, Miquel Iceta, Iñigo Errejón, Gabriel Rufián, Joan Baldoví—, otras de tendencia nacionalista o regionalista —Aitor Esteban, Ana Oramas, Tomás Guitarte— y Alberto Fabra y Mario Garcés del Partido Popular. Por la alfombra roja también pasarán actores como Carmelo Gómez o Inma Cuesta; autores como José Sanchís Sinisterra, David Trueba, Benjamín Prado o Elvira Lindo; y músicos como Andrés Suárez, Ana Belén, Massiel o Amaral y Maria José Hernández. Estas últimas tocarán unas canciones de José Antonio Labordeta, fallecido hoy hace 12 años. Es una muestra representativa de la huella que dejó en la sociedad española el poeta, cantautor, escritor, comunicador, político y profesor aragonés. Quizá demasiado parcial: mucho establishment progresista, poco pueblo llano. Algo que, también tal vez, a él le hubiera hecho fruncir el ceño porque de ese modo se le convierte en uno de ellos. Porque Labordeta, como muestra la película, dudaba sobre qué hacer y cómo para cambiar las cosas.
Labordeta, un hombre sin más llega a los cines el viernes 23 de septiembre y ofrece un retrato cercano y familiar, una emocionante reconstrucción de su vida a cargo de los testimonios de quienes le conocieron en la distancia corta. “Cuando pasan 50.000 personas por el féretro de mi padre, hace 12 años, nos dimos cuenta de que había un amor impresionante por él. Lo que intentamos es no dejar caer su figura, ahora que va todo tan rápido y parece que si dejas de hablar de alguien un tiempo, la gente se olvida”, explica Paula Labordeta, codirectora del documental junto a Gaizka Urresti, quien se muestra muy satisfecha con el resultado de más de cinco años de trabajo, puesto que ayuda a entender a la persona: “La idea era hacer algo más íntimo, con una columna vertebral, mi madre, que nos enseñara a descubrir a esa persona y, con ello, entender por qué hace el ‘Canto a la libertad’ o por qué en un momento dado manda a la mierda al Congreso de los Diputados. Hay que conocer a la persona, sus miedos, su historia más profunda, para conocer por qué hace todo eso”. Urresti, que ha dirigido documentales sobre Luis Eduardo Aute y Luis Buñuel, apunta que al hablar de alguien popular, “la gente tiene la sensación de que su vida ha sido éxito tras éxito y queríamos mostrar que hubo altibajos en su carrera. Por ejemplo, se retira de la música cuando la canción de autor deja de estar de moda en los años 80. Es difícil no hacer una hagiografía cuando hablas de alguien a quien admiras, o que es tu padre, pero sí queríamos mostrar esas aristas, debilidades, contradicciones, lo que hace una película más interesante”.
Su viuda, Juana de Grandes, sus hijas Ana, Ángela y la propia Paula, y sus nietas Marta y Carmela son las principales fuentes de este documental, que alterna la narración cronológica de la biografía de Labordeta con un viaje de la abuela y las nietas a Teruel y Canfranc —lugares muy importantes para él, como lo fue todo Aragón— y con las reflexiones de las tres hijas y su madre en torno a un elemento inesperado que encontraron durante el rodaje. “Aparece un diario que escribió en soledad absoluta durante 14 años. Es más un compendio de apuntes, sentimientos, y hacemos que sea un protagonista más de la película. Gracias a mi madre y a este diario conseguimos el objetivo que es conocer a la persona”, cuenta Paula Labordeta. Entre 1964 y 1978 anotó en las páginas de ese cuaderno malestares personales y colectivos (lamenta el golpe de estado de Pinochet en Chile, por ejemplo) y muchas dudas sobre los caminos a tomar: la música, la docencia, la literatura o la acción política. “Pero todas esas dudas y su fragilidad no le quitan de su lucha”, puntualiza su hija.
Nacido en Zaragoza en 1935, José Antonio Labordeta publicó con 24 años su primer poemario, Sucede el pensamiento, punto de partida de una larga lista de libros de poemas, memorias, novelas y viajes. En 1964 se casa con Juana de Grandes y aprueba las oposiciones de Enseñanzas Medias como profesor de Geografía, Historia y Arte. Le destinan al instituto Ibáñez Martín de Teruel, donde trabajará durante seis años. En 1972, de vuelta en Zaragoza, funda la revista cultural Andalán, junto a su compañero y amigo del instituto de Teruel Eloy Fernández Clemente, en la que colaborará tan activa como desinteresadamente hasta su desaparición en 1987.
“Siempre digo que él quería ser poeta —afirma su hija—, su gran ilusión era seguir los pasos de su hermano y ser un gran poeta, pero se da cuenta de que hay una lucha, una verdad exterior, una dictadura contra la que hay que luchar para que termine. Y se da cuenta de que a través de la canción puede llegar a la gente y luchar contra la dictadura, pero siempre pensando en que volvería a la poesía”.
En 1968 ya había iniciado su actividad como cantautor con la grabación de Andros II, un EP de cuatro canciones que será secuestrado por orden gubernativa. En 1974 lanza su primer disco largo, Cantar i callar. Dará conciertos durante casi dos décadas, en grandes escenarios y en pequeños rincones de pueblo, y grabando canciones emblemáticas como “Aragón”, “Canto a la libertad” o “Ya ves”. También probó a tocar con un grupo, pero el declinar de la canción protesta durante los años 80 hizo que la vía musical se acabara agotando.
Música
¿Dónde se escucha la canción protesta del siglo XXI?
Paula Labordeta cuenta que, durante el trabajo de realización del documental, le ha sorprendido la conexión de un público joven con su padre. “Ahora estamos todo el día hablando de la ecología o la España vaciada, y mi padre en los años 60 ya está cantando a todo eso. La gente joven ve que se adelantó a su tiempo y que sigue vigente todo lo que él hablaba, por eso les gusta”. En los años 90, Labordeta realizará para TVE Un país en la mochila, 29 capítulos emitidos en dos temporadas en los que recorrió la geografía rural de España. Sus guiones y la manera de narrar los pueblos olvidados y sus habitantes quedaron en la memoria de la pequeña pantalla.
En cuanto a la trayectoria política, Labordeta participó en la fundación en 1977 del Partido Socialista de Aragón (PSA), que se integraría un año después no sin grandes discusiones en el Partido Socialista Popular (PSP) de Enrique Tierno Galván. En 1983 el PSA finalmente se disolvió. En junio de 1986 nace la Chunta Aragonesista (CHA), formación aragonesista de izquierdas con la que Labordeta será parlamentario en las Cortes de Aragón (1999) y en el Congreso de los Diputados durante dos legislaturas (2000-2008). De esta última experiencia se recuerda su enfado durante una intervención desde la tribuna de oradores continuamente interrumpida por diputados del Partido Popular, a quienes acabó mandando a la mierda. “Estaba solo en el Congreso y se preguntaba si servía para algo. Ese ‘a la mierda’ es un poco por eso, esa lucha contra ruedas de molino”, recuerda su hija. Según Urresti, Labordeta “reconocía la inutilidad y las contradicciones, pero eso no le impedía seguir trabajando sin cinismo”.
Unos meses después de su fallecimiento, las plazas se llenaron de gente reivindicando una vida mejor. Paula Labordeta intuye que a su padre el 15-M le habría interesado “muchísimo, primero porque a él le interesaba todo, era muy curioso. Era el único político que podría haber estado allí sin que le apedrearan. No sé qué conclusión hubiera sacado, pero le habría interesado mucho. La tristeza con la que se fue mi padre fue por el individualismo que hay ahora, antes la lucha era más global, había más compañeros”.