Desigualdad
Biopolítica del desprecio

Qué hacemos con este superávit de desprecio que configura decisiones políticas y niega recursos. Esa mirada por encima del hombro con la que se calculan presupuestos o diseñan hospitales.
Sucursal Bankia cerrada
Cartones dispuestos para cobijarse en la entrada de una antigua sucursal bancaria. David F. Sabadell
Sarah Babiker
31 ene 2021 07:21

Duele la cabeza de pensarlo, una cierta ansiedad te toma en mitad de tus rutinas, mientras intentas levantarte por la mañana y ser operativo como si nada pasara, como si no sintieras sobre tu cuerpo, como si no escucharas en los discursos, como si no destilasen ciertas posturas, ciertas decisiones, ciertas exclusiones, litros y litros de desprecio.

Ya hemos escrito de la incertidumbre, es el leit motiv de nuestros tiempos, la bruma que atravesamos, pero también la niebla que oculta y disipa ciertos manejos. Las maniobras de siempre, ya lo sabes: poner en juego tu pensión del futuro, pagar a los grandes propietarios para que conserves tu techo, dejar el calor, el abrigo y la luz en manos de oligopolios millonarios, compensar a quienes siempre estarán a salvo por lo que esta crisis podría hacerles perder, mientras miles de personas van desfilando hacia la pobreza.

Ya hemos mentado muchas veces el colapso, aunque no sabemos muy bien en qué consiste, no será por falta de ejemplos. Podemos conjugar ya el colapso en lo micro: colapsan quienes llevan meses sin percibir ingresos, quienes no duermen para no tener pesadillas con cartas de desahucio, quienes atraviesan el mar para acabar encerrados en un CIE con una orden de expulsión bajo el brazo.

Ya hemos abordado las muchas y traicioneras formas en las que el cansancio nos aborda, nos vacía de la energía para reaccionar, ya hemos hablado de la anemia que padece nuestra imaginación política

Ya hemos indagado en el cansancio. En esta sensación de carencia de todo lo necesario para la vida: sin aire, sin energía, sin silencio, sin paz, transitando esta época con el piloto automático puesto, cabalgando la inercia por un páramo que no parece tener fin. Ya hemos abordado las muchas y traicioneras formas en las que el cansancio nos aborda, nos vacía de la energía para reaccionar, ya hemos hablado de la anemia que padece nuestra imaginación política.

Pero qué pasa con este superávit de desprecio que configura decisiones políticas y niega recursos. Esa mirada por encima del hombro con la que se calculan presupuestos o diseñan hospitales. Ese odio perezoso con el que se vota por borrar murales, o se deja la nieve congelarse en los patios de los colegios. Esa desconsideración ancestral hacia ciertos otros que avala que en sus casas no haya luz, que les condena al frío y a la enfermedad.

Pongámoslo sobre la mesa: si no puedes mantener tu hogar caliente, si tiemblas pensando que te podrían echar de tu casa, si estás en un hospital en el que se ha invertido pasta a raudales y no hay ni puertas, si un idiota puede afirmar que la gente querrá tener tres o cuatro trabajos y que no pase nada, si has atravesado el mar y todos los dispositivos están puestos al servicio de mandarte de vuelta, es porque te desprecian.

Consideran que no mereces descansar en un hogar cálido. Consideran que para ti, la privacidad y la salud es un lujo. Consideran que es un fastidio verte por las calles intentando ganarte la vida. Consideran que tu bienestar, tu tranquilidad, en definitiva tu vida, es menos digna de interés y recursos, de medidas y de protección que la de otros, que la suya propia, que la de los suyos, que la de aquellos a quienes consideran pares.

Qué arma sucia es el desprecio, pues nos hace aceptar, o por lo menos, convivir con el hecho de que hay quienes valen menos. Y así, individual y colectivamente, avalamos que hay gente que cotiza a la baja en el mercado del valor humano. Podemos ser opresores y oprimidos, la periferia de un centro, y el centro para otras periferias. Podemos ser y somos despreciadores y despreciados. Y hasta el autodesprecio tenemos inoculado, en este sistema en el que somos lo que hacemos, valemos lo que tenemos, ahora que es más difícil que nunca hacer, sobre todo con contrato y nómina.

Hay quienes acallan el desprecio que reciben, despreciando más fuerte, con la ilusión tal vez, de que el desprecio que profesan hacia los otros les hará subir en la jerarquía de quienes realmente valen

Sucede, me parece, que no sabemos qué hacer con tanto desprecio. Hay quienes acallan el desprecio que reciben, despreciando más fuerte, con la ilusión tal vez, de que el desprecio que profesan hacia los otros les hará subir en la jerarquía de quienes realmente valen, quienes realmente merecen. Hay quienes se preguntan cada mañana por su valor, su lugar en este mundo, se enfadan consigo mismos frente al espejo y asumen, bien asimilada la biopolítica del desprecio, que todo esto es su fracaso. Hay quienes monitorean con exactitud agravios y ofensas, y hacen con ellos memes o artículos de opinión destinados a ser papel mojado. 

El desprecio es la base de toda desigualdad, es su sustento espiritual, su excusa moral, su coartada ante cualquier duda ética. Dijimos que estamos hartas, nos indignamos, y eso activó ciclos de respuesta, motivó que saliésemos a las plazas. Cuando tanta gente en tantas partes con tanta fuerza puso las cosas sobre la mesa, lo que volvió, el tsunami contraofensivo que arrasó, fue el desprecio en forma de troikas y Bolsonaros, de Al Sisis y Rajoys, de Trumps y de ultraprecarización del precariado. Así que quizás lo que toque esta año, esta década, sea trabar el piloto automático, politizar la incertidumbre, el colapso y el cansancio, y revelarnos contra esta biopolítica del desprecio que justifica la intemperie a la que nos abocan. 

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

El Salto Radio
El Salto Radio A dos velas
El documental “A dos velas”, de Agustín Toranzo indaga en las causas de los cortes de suministro eléctrico sistemáticos e indiscriminados que varios barrios obreros de Sevilla vienen denunciando desde hace años.
El Salto Radio
El Salto Radio Algoritmo y precariedad
Acostumbrados ya sin remedio a pedir por teléfono, a comprar chismes que nos llegan desde el otro lado del planeta en dos días, o comida que, aunque sea diluviando, nos traen a casa en 15 minutos… ¿Nos asomamos a lo que hay detrás?
Brecha salarial
Extremadura Brecha salarial en Extremadura: los hombres ganan 2.533 euros más que las mujeres
La región mantiene una de las menores brechas salariales de España, pero los hombres aún ganan 2.533€ más al año. Los sindicatos advierten que la igualdad retributiva tardará 20 años en alcanzarse.
#81696
2/2/2021 22:32

Vivimos en un sistema donde los valores del "vencer" y el "triunfar" en los negocios, la vida, y la búsqueda del reconocimiento social nos causan cada vez más problemas de estrés y depresión. Pero eso no es todo. Existe una "underclass" de sujetos maltratados económicamente, jurídicamente y socialmente de manera indirecta. Esa underclass cada vez es mayor, sin oportunidad de mejora en la vida. Hay que luchar y acabar con ese desprecio entre humanos. No hay otra opción válida como sociedad.

0
0
#81546
1/2/2021 7:52

Es triste que quien esta contigo en la parada del bus,que comparte tu vision del desastre de horarios ,de la escasez del servicio,de lo injusta que es la vida con quien no tiene mas capital que sus manos,del frio que se pasa,etc,en cuanto monta en el bus se gira y con una sonrisa te dice,lo siento esta lleno,sin siquiera intentar empujar para hacer sitio .
Si cambias el bus por el gobierno,te sera mas familiar el cuento

4
0
#81467
31/1/2021 11:45

Otro texto que acierta en la descripción isotópica del desastre fatal en el que aparentamos vivir.
Me gustaría añadir algo complementario: el sadismo disfruta de gran valor relacional porque nada le detiene en sus aspiraciones e identifica en su actuar a los débiles que lastran la sociedad de los mejores.
El sistema de valores incentiva y premia a quienes tienen mayor capacidad de destrucción y por tanto menor sensibilidad para identificar a los psicópatas que dirigen. Es una mecánica que dirige a la sociedad a una eugenesia psicomoralmente selectiva sin intervención externa, sino "dejándola hacer" para que se "limpie".
Es un estilo moral generalizado y presente en toda organización gerencialmente organizada, es decir, en toda la sociedad por cuanto todo@s somos gerente de nosotr@s mismos.
Las jerarquías capilarizan las organizaciones desde la cabeza hasta la última neurona, autovigilada, y lista para la destrucción de cualquier posible adversari@, tod@s.
Todo este proyecto eugenésico se diseña a finales de los setenta y comienza a ejecutarse a inicios de los ochenta. Se identifica como un recurso necesario de control social, tras la experiencia colectiva que supuso la II Guerra. Aunque todo el tejido industrial estadounidense se pone al servicio de la guerra, y centenares de miles de jóvenes son enviados al frente, todas las necesidades de la población seguían siendo satisfechas porque la automatización, ya entonces, no necesitaba emplear personas en la producción. Esta evidencia generó un primer momento de creatividad, años 50, 60, que se combatió violentamente y germinó el diseño Friedman-Hayek, Reagan-Thatcher... La geopolítica correspondiente...
Mi única duda es porqué no el xxxxxx o porqué no la acción proporcional a la agresión sufrida, individual o colectiva.

3
0
La vida y ya
La vida y ya La primera vez
Nos confirmaron lo que ya intuíamos pero no supimos hacer. Lo única regla importante es romper el silencio.
Argentina
Argentina Argentina, un año y medio después de Milei
Este investigador profundiza en las claves de la victoria de Milei, las principales medidas de Gobierno, el sustancial apoyo que tiene y sus perspectivas a medio plazo.
Derecho a la vivienda
Derecho a la vivienda KKR y el negocio del ladrillo: de vender pisos en territorios ocupados a gestionar las viviendas de la Sareb
Desde 2022, el fondo proisraelí KKR es el encargado junto a Blackstone de gestionar la cartera residencial del banco malo. En verano vencen sus contratos y los fondos presionan para seguir sacando rédito del patrimonio público.

Últimas

Materias primas
Consumo España entra en déficit ecológico este 23 de mayo
El país ya ha consumido, a fecha de este viernes, todos los recursos naturales por año que le corresponderían en un reparto justo que permitiera al planeta regenerarse.
Opinión
Opinión Y ahora les duele Gaza: Europa ante el genocidio
Europa no ha dejado de vender armas a Israel, ni de recibir su tecnología militar; sin embargo, ahora no sabe cómo salvar al país de sus propios impulsos autodestructivos.
Madrid
Madrid Más de 200.000 personas salen a la calle contra el “abandono deliberado” de la sanidad pública madrileña
Madrid se enfrenta a la política sanitaria de Ayuso en una gran manifestación compuesta de cuatro columnas reclamando mejoras en Atención Primaria, en las urgencias extra hospitalarias, en los equipos de salud mental y exigiendo más pediatras.
Albania
Albania Albania: más de 30 años de democracia corrompida
El Partido Socialista de Edi Rama se mantiene en el poder gracias a un sistema de redes clientelistas y una desilusión que ha hecho que más de la mitad de la población se haya resignado.
Más noticias
Opinión
Opinión Sentido y senilidad
La senilidad que he estado viendo en la industria cinematográfica no se limita a la edad de ciertos directores. Es algo mayor que eso, se ha convertido en una manera de pensar, en un fenómeno cultural.
Comunidad de Madrid
Pseudomedios Ayuso y Almeida han inyectado más de 400.000 euros a ‘Periodista Digital’ en cuatro años
El medio de Alfonso Rojo que emplea al agitador Bertrand Ndongo ha recibido más dinero que medios con mucho más alcance como ElDiario.es mientras El Salto sigue siendo totalmente discriminado por el Partido Popular.
Opinión
Opinión La hidra de la lucha por la vivienda
Un sector del movimiento de vivienda pone el foco en los grandes propietarios y los fondos de inversión para entender la actual crisis de vivienda. Otro, a la clase media propietaria. Cada enfoque lleva a estrategias distintas.
Navarra
Opinión Diez años de corralito progre en Navarra
VV.AA.
En las elecciones municipales y forales del 24 de mayo de 2015 se propagó la confianza en un futuro en el que la hegemonía conservadora del corralito foral diera paso a algo muy diferente y mejor.
LGTBIAQ+
Sentencia El TSXG reconoce que el asesinato de Samuel Luiz fue un crimen de odio
El tribunal ha ratificado las penas de entre 20 y 24 años para los tres acusados y ha absuelto al joven condenado a diez años de cárcel como cómplice del asesinato.

Recomendadas

Pensamiento
Paulo Tavares “La imaginación es el primer acto político”
El arquitecto e investigador brasileño Paulo Tavares cuestiona las ideas fundacionales del pensamiento, el diseño y la ciudad occidentales en el marco de la crisis ecosocial.
Culturas
Bob Pop “Mis poemas son unas croquetas sabrosas y no congeladas”
Escritor y vedete intelectual, acaba de publicar ‘De cuerpo presente’, un poemario donde responde 27 años y un diagnóstico de esclerosis múltiple después a sus miedos ante la enfermedad en la juventud.
México
México Desenterrar el dolor: los desaparecidos de Jalisco
El colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco, el mismo que descubrió el campo de exterminio de Teuchitlán, halla un punto de venta de droga activo del Cártel Jalisco Nueva Generación con varios cuerpos enterrados.