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En una entrevista de septiembre de 2020 en Pikara Magazine, la activista Kim Pérez decía dos palabras que siguen haciendo eco en el rincón de la habitación donde teletrabajo desde que se impuso la prioridad de quedarnos en casa: feminismo grande. Pienso en esas palabras cada vez que el lugar desde el que me ha tocado vivir El Salto me lleva a caminos sin salida, a lugares oscuros, a un muro contra el que darse cabezazos ante la obviedad de que el feminismo es hoy un lugar convulso. Un sitio que antes nos arropaba y donde ahora pasamos frío.
Pero salid de ahí: lo que yo pretendía era hablaros de lo pequeño y de lo grande.
Formo parte de El Salto desde unos inicios que para mí se resumen en una imagen: la de una mujer comiendo una cebolla. Sí, Laura Corcuera, integrante del colectivo que impulsa El Salto, se comió una cebolla en el Ecoo, en Lavapiés, cruda y en directo, en una asamblea en la que hablábamos de cómo llegar desde un medio independiente a más capas de la cebolla. De cómo ser el medio de cualquiera que sea consciente de que el juego del sistema tiene truco porque a algunas nunca nos tocarán las mejores cartas.
Unos meses después entré a formar parte de la plantilla con la misión de “coordinar feminismos”. Tenía muchas ganas así que no dije muy alto que no sabía exactamente qué era eso. Cuatro años después, lo tengo un poco más claro: “coordinar feminismos” sería seleccionar, editar, escribir artículos sobre el movimiento feminista y los asuntos sobre los que orbita, que son muchos. Pero El Salto nunca ha querido limitarse a eso, a tener una persona que cobre por escribir sobre estos temas, sino que aspira a ser un medio feminista.
Intentamos que El Salto sea un medio feminista. Y digo “intentamos” porque considero que hacer un medio feminista es un proceso que nunca llegará a su fin
Intentamos, pues, que El Salto sea un medio feminista. Digo “intentamos” porque considero que hacer un medio feminista es un proceso que nunca llegará a su fin. Ahora bien, en el camino de intentarlo, a veces, creo, lo conseguimos.
Para hacer un medio feminista no se necesita solo una “coordinadora de feminismos”. Es más, no se necesita en absoluto, aunque la actualidad nos obligue a poner los ojos en ciertos temas y sea yo en buena parte quien se encargue de ello —nunca sola, he de decir—. Para intentar hacer un medio feminista, lo que se necesita es un equipo que tenga claro que es ahí a donde queremos llegar aunque el horizonte sea lejano. Se necesita un consenso que abarque la totalidad del proyecto, que es mucho más extenso que el de las caras visibles de las empleadas de la redacción y se extiende a la plantilla de otras áreas, el colectivo editor, las y los colaboradores, a cada persona de los nodos territoriales. Todas compartimos este objetivo. Y pocos asuntos en El Salto tienen tanto consenso como este.
Todos mis compañeros de redacción saben del potencial de la elección de las palabras y las fuentes, del peligro de un enfoque que haga invisibles a las mujeres, del valor de que el feminismo atraviese la sanidad, la economía, el análisis político o la sección de cultura. Todas y todos sabemos que intentar hacer un medio feminista es también saber que el feminismo debe impregnar las prácticas del conjunto del proyecto y no solo nuestros titulares. En ello estamos. Y este aprendizaje es, para mí, un camino hacia un feminismo grande desde un medio… ¿Pequeño? ¿Independiente?
De nosotras se dice que somos un medio “pequeño” o “independiente”, pero no es así: dependemos de nuestra comunidad y 7.500 personas suscritas son muchas personas
“Pequeño” o “independiente” son algunos de los adjetivos con los que se refieren a nosotras. Aunque a veces nosotras mismas los usamos, no comparto ninguno de ellos. No somos independientes, porque hemos decidido depender de nuestra comunidad y hoy son más de 7.500 las personas las que nos apoyan con su suscripción, unos ingresos que son la base de nuestro proyecto. Y no somos “pequeños” porque 7.500 personas suscritas son muchas personas.
Queremos, eso sí, ser más. Un horizonte de 10.000 suscriptores abre para El Salto la posibilidad de profundizar en lo que hemos venido haciendo desde el principio, y en lo que nos hemos volcado durante la pandemia: un periodismo alerta ante las crisis simultáneas que vivimos y que nos recuerde que no estamos solas.
Por eso te pido, si has tenido la generosidad de llegar hasta aquí, que nos apoyes con tu suscripción. Si lo haces antes de 8 de marzo, te regalamos el facsímil editado por la Fundación Anselmo Lorenzo del primer número de la revista Mujeres Libres, que salió a la luz en mayo de 1936. Un número cuyas páginas abren estas palabras: “Sin que pretendamos ser infalibles, tenemos la certeza de llegar en el momento oportuno”.
Lo nuestro no es una certeza, es un deseo: esperamos haber llegado en el momento oportuno. El momento oportuno para sumar en ese camino hacia un feminismo grande, en el que cabemos todas. El momento oportuno para darnos calorcito en el empeño de hacer un periodismo también grande desde un medio autogestionado, horizontal y cada vez menos pequeño como este.
El momento oportuno. Suscríbete.
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Muchas gracias por los pasos de tantas mujeres en la lucha feminista. Así algún día llegará la justicia a muchas.
Nunca os acordáis de las Amas de Casa, también somos mujeres y posiblemente más feministas ke muchas de las que salen al postureo.
Yo no cobro ninguna pensión, ni subvención, ni estoy en ningún xiringuito de los ke habéis montado, y de los ke michas están viviendo, a ver si nos dais "argo", $$$ ### @@@
Me pareció muy interesante y que hace muchísima falta,pero no sólo a las que estamos en ello de siempre,si no a las que aún estàn en el otro lado. Gracias
El feminismo esta condenado a victimismo. Si un colectivo desfavorecido consigue ser favorecido automáticamente es el nuevo enemigo asi que siempre tendra que estar en el limite de lo aceptable para seguir siendo victimista que es lo que nos gusta. Y ademas recordar que la tercera guerra mundial será entre feministas!
Las Amas de Casa, sin pensión, sin subvenciones y sin depender de xiringuitos, ... estamos aquí olvidadas 🧘♀️
En efecto. Se necesita una definición que desgrane lo.importante y lo separé de lo que es secundario y de moda. Por ejemplo, se necesita un feminismo que no sexista e identitario. Aunque quizás la falta de definición sea una definición en si misma.
Make feminism great again! :) Se echa en falta una definición de feminismo.
Un texto precioso y necesario como vosotras. Generosidad para avanzar.